Los cárteles de las drogas en
México se han alejado de su actividad principal, el trasiego de drogas, para
ubicarse en otros nichos económicos que les representan igual o mayor utilidad
económica
El negocio de Los Zetas en el tráfico de
personas se ha vuelto también internacional
Entre los cárteles que han podido
colocarse en un nicho económico que los aleja del tráfico de drogas se
encuentra el de Los Zetas
70 minas en Michoacán están bajo el
control de Los Caballeros Templarios
En los últimos tres años, los
llamados cárteles de las drogas en México han evolucionado. Cada vez más, esas
estructuras criminales se han alejado de su actividad principal, el trasiego de
drogas, para ubicarse en otros nichos económicos que les representan igual o
mayor utilidad económica.
Se estima –de acuerdo a
versiones extraoficiales de funcionarios de la Procuraduría General de la
República- que el abandono paulatino de los cárteles a su actividad original se
debe principalmente a la captura de sus jefes fundadores, y la consecuente
incorporación de delincuentes comunes a frente de esas organizaciones.
En consecuencia, se calcula
que a la fecha más del 60 por ciento de los ingresos de las principales
organizaciones criminales proviene de otras actividades delincuenciales que no
tienen que ver con el tráfico de drogas, en donde destacan el tráfico de personas,
prostitución, extorsión, secuestro, ordeña de ductos de combustible y
pornografía.
Los cárteles de las drogas
han encontrado una fuente de ingresos alterna en diversas modalidades de
actividades ilegales, pero no solo ahí. También se les ubica en sectores
formales de la economía, como la explotación de minas, cultivos agrícolas,
casas de cambio y operación de casas de apuestas, incluyendo el manejo de
agencias inmobiliarias.
De acuerdo a un informe de la
Agencias de combate a las Drogas (DEA) de Estados Unidos, los cárteles
mexicanos se han podido asentar en los últimos tres años dentro de la economía
formal en actividades económicas tan disímbolas que ha sido prácticamente
imposibles para el Gobierno federal cortar las formas de financiamiento.
Esas actividades a las que
hace alusión la DEA, que funcionan también como centros de lavado de dinero,
van desde la operación de lavanderías, lotes de autos usados, tiendas de ropa,
clubes de esparcimiento, estéticas, tiendas de autoservicio y restaurantes.
De acuerdo a la DEA, ninguno
de los cárteles de en México se ha sustraído a la incorporación de actividades
fuera del trasiego de enervantes, en donde se ubica al cártel de Los Caballeros
Templarios como el que ha avanzado más en ese terreno, al tener bajo su control
y operación más de 70 minas de hierro en el estado de Michoacán.
Entre los cárteles que han
podido colocarse en un nicho económico que los aleja cada vez más del tráfico
de drogas está Los Zetas, el que mantiene el cobro de cuotas de la producción
minera en el estado de Coahuila, en donde su alianza con empresarios del sector
ha podido mantener en un punto de equilibrio económico a ese grupo criminal.
Otro de los cárteles que
repunta en actividades económicas fuera del tráfico de drogas, del que no se
han alejado completamente, es La Familia. Ese grupo criminal ha podido
sobrevivir económicamente debido a la venta de protección que ofrece a las
empresas formales, principalmente las asentadas en el Estado de México.
El factor común que la PGR
observa en todos los grupos de delincuencia organizada que ya se encuentran en
la nueva dinámica de sostenimiento económico, es el abandono “del código de
ética” que en algún momento sostuvieron los líderes fundadores.
LAS MINAS DE ‘LA TUTA’
De acuerdo a la PGR, el
cártel de Los Caballeros Templarios es el que más se ha deslindado del trasiego
de drogas, para incrustarse en otras actividades económicas y lograr el
sostenimiento de su estructura operativa. La principal actividad de ese grupo
delictivo se finca en la explotación de al menos 70 minas de hierro, todas
asentadas en el estado de Michoacán.
El mineral que se extrae de
esas minas es el que se logra comercializar a bajo precio con empresas chinas
que siguen operando en la clandestinidad. Los Caballeros Templarios también
hacen negocios, vendiendo el mineral extraído ilegalmente, con firmas inglesas,
argentinas y holandesas que se encuentran ubicadas en el puerto Lázaro
Cárdenas.
Solo el año 2014, de acuerdo
a los cálculos hechos por el entonces comisionado para la seguridad del estado
de Michoacán, Alfredo Castillo, la comercialización de mineral extraído
ilegalmente por parte del cártel de Los Templarios, fue el equivalente al 80
por ciento de la rentabilidad que obtuvieron por el tráfico de drogas,
principalmente mariguana y cocaína.
La totalidad de las minas que
mantiene en operación el cártel de Los Caballeros Templarios son las que en su
momento fueron arrebatadas a sus legítimos dueños cuando la entidad era
gobernada por Nazario Moreno González, “El Chayo”, jefe fundador de ese grupo
criminal nacido de la escisión con La Familia Michoacana.
EL NEGOCIO DE LOS MIGRANTES
Otro ejemplo de transición
del tráfico de drogas a actividades ilegales rentables, es el cártel de Los
Zetas, los que –de acuerdo a datos de la PGR- han podido mantenerse en activo
debido al financiamiento que les representa el tráfico de personas. Su principal
nicho de actividad es en el tránsito de los inmigrantes centroamericanos hacia
la frontera norte.
Las utilidades logradas en
ese sector podrían representar casi el 50 por ciento de los ingresos económicos
del cártel, frente a los recursos logrados en el tráfico de drogas, y es que
Los Zetas mantienen el monopolio de la extorsión, asalto, robo, secuestro y
tráfico de inmigrantes en todo el sur del país, así como en el estado de
Tamaulipas.
El negocio de los Zetas en el
tráfico de personas se ha vuelto también internacional. Los datos de la PGR
apuntan a la presencia de la red criminal en algunos de los países
centroamericanos, principalmente Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras,
desde donde trasladan a sus víctimas.
Dentro del tráfico de personas,
en el que se ha logrado colocar con utilidades rentables, el cártel de Los
Zetas se ha posicionado también en áreas como la prostitución y pornografía.
DUCTOS DE DINEROS
El cártel del Golfo ha
logrado transitar del negocio del tráfico de las drogas a la ordeña de ductos
de combustible. Esa actividad es solo disputada con el cártel de Los Zetas, la
que ha ocasionado una guerra a muerte, principalmente en el estado de Puebla,
en donde se concentra el mayor número de perforaciones clandestinas a los
ductos de Pemex.
De acuerdo a los datos de la
PGR, la utilidad por la comercialización de combustible extraído ilegalmente,
equivale a casi el 45 por ciento de los ingresos que logra el Cártel del Golfo
por el trasiego de drogas en todo el país, sobre todo en los estados de
Veracruz, Tabasco y Tamaulipas, donde mantienen su actividad preponderante. En
los estados de México e Hidalgo, la extracción ilegal de combustible también es
compartida entre el Cártel del Golfo y el de La Familia, solo que en esta
entidad las células criminales sí han podido llegar a acuerdos para delimitar
zonas de operación.
La extracción ilegal de
combustible representa al cártel de La Familia un ingreso de casi el 20 por ciento
de lo que representa el tráfico de drogas. Las células criminales de La Familia
que operan en el Estado de México, dijo un funcionario de la PGR, complementan
sus ingresos económicos derivados de la ordeña de ductos con su participación
en el secuestro y la extorsión, lo que sumado representa casi el 60 por ciento
de los ingresos obtenidos por el trasiego de enervantes.
(REPORTE INDIGO/ J. JESÚS LEMUS/ Lunes 18 de enero de 2016)
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