Los líderes del grupo criminal que nació
de las mismas Fuerzas Armadas mexicanas ordenaron construir hornos para
eliminar de manera sistemática cuerpos completos o desmembrados. Una prisión de
Coahuila, en la frontera con Estados Unidos, fue utilizada también por Los
Zetas.
Brandon Darby e Ildefonso Ortiz
Piedras Negras, Coahuila 11
de febrero (SinEmbargo/Breitbart).– Los Zetas utilizaron una red de hornos para
encubrir el exterminio masivo y sistemático de personas inocentes durante el
periodo que abarca de 2011 a 2013, cuando el cártel tenía un completo control
gubernamental sobre la mayor parte del estado de Coahuila. Desde el Gobernador
de Coahuila hasta las cárceles de la ciudad, Los Zetas tenían el dominio
completo de todos los aspectos del proceso gubernamental y de la vida de los
ciudadanos, incluyendo a los medios de comunicación. Sus atrocidades en
Coahuila han permanecido mucho tiempo sin ser reportadas y documentadas por
dependencias gubernamentales, locales, estatales, federales o internacionales.
Después de que el proyecto
Cartel Chronicles, de Breitbart Texas, fuera lanzado y tuviera un éxito al
exponer a las diversas facciones del Cártel del Golfo en el estado mexicano de
Tamaulipas, creció cada más la necesidad de crear una plataforma en el
territorio de Los Zetas para las personas que tuvieran experiencias que
quisieran contar al mundo. Sin embargo, parecía como si nunca hubiéramos roto
la barrera, ya que no conocimos, ni confiamos en ninguna fuente en la región
que pudiera utilizarse como punto de partida para construir esas historias.
Nuestro acceso a la
información en el territorio del Cártel del Golfo, en la mayor parte de
Tamaulipas, creció hasta un nivel sin precedentes. Sin embargo, Los Zetas
controlan la parte occidental de Tamaulipas, alrededor de Nuevo Laredo y el
estado de Coahuila. Conseguir poner un pie ahí parecía imposible. Eso cambió.
La gente de la región comenzó a ponerse en contacto con nosotros y tuvimos que
arriesgarnos y confiar en ellos. No sabíamos en ese momento si se trataba de
gente corrupta que nos atraía a México para que los cárteles pudieran
capturarnos, o si eran buenas personas que querían arriesgar sus vidas y ayudar
a sus comunidades. Tuvimos que correr el riesgo. Lo hicimos y tuvimos suerte, o
fuimos bendecidos.
Viajamos a la ciudad
fronteriza de Eagle Pass, en Texas, para reunirnos con nuestras nuevas fuentes.
La ciudad fronteriza de Piedras Negras se encuentra inmediatamente al otro lado
del Río Bravo. Ahí, terminamos en el asiento trasero de un coche con dos
mexicanos desconocidos que nos llevaban a “conocer a algunas personas.” A
medida que el coche viajaba a una remota zona industrial, nos comenzamos a
mirar el uno al otro con cierto nerviosismo. Terminamos en un oscuro parque
industrial y nos pareció que habíamos sido levantados. El conductor y su
compañero nos llevaron hasta un almacén y nos pidieron que saliéramos. Así lo
hicimos y caminos adentro. Ambos pensamos que podríamos estar en problemas.
En lugar de secuestradores,
encontramos un grupo de empresarios mexicanos que tenían miedo de reunirse con
nosotros en público y arriesgar sus vidas y las de sus familias. Ellos asaron
carne y nos calentaron tortillas. Fumamos cigarrillos y disfrutamos cervezas
hasta que los hombres empezaron a contar sus historias. Oímos de buenas
personas que simplemente desaparecieron. De las ciudades donde se han producido
“desapariciones” en masa y nadie sabía por qué. Más tarde, estuvimos en
condiciones de verificar cada historia y encontrar las respuestas que los
hombres y sus comunidades han buscado durante años.
Algunos aspectos de la
matanza en Coahuila han salido la luz a través de algunos medios de noticias
nacionales, a pesar de que el caso ha sido ampliamente ignorado por los
principales medios de comunicación de México, así como medios de los
principales medios de los Estados Unidos y de otros lugares del mundo. Algunos
medios como Al Jazeera América y San Antonio Express News han informado sobre
las desapariciones; sin embargo, el control completo que Los Zetas tienen de la
prisión de Piedras Negras, la cual han convertido en un crematorio, ha sido en
gran parte ignorada.
Breitbart Texas comenzó a
hacer preguntas y recibió duras respuestas acerca de la impunidad con la que
Los Zetas operan y los horrores que tuvieron lugar en esa prisión a finales de
octubre. A finales de enero, El Diario de Coahuila dio algunas respuestas en
cuanto a lo que realmente sucedió dentro de la prisión de Piedras Negras. Según
la información proporcionada por las autoridades mexicanas, Los Zetas tenían
pleno control operativo de la prisión hasta el punto de que llevaron a más de
150 personas a la prisión para torturarlas, asesinarlas e incinerarlas. A pesar
de la brutalidad del caso, los principales medios de televisión y la prensa de
Estados Unidos han ignorado el secuestro y asesinato de cientos de personas de
Allende, Coahuila.
Durante la masacre
desconocida de México, Los Zetas llevaron a cabo un exterminio sistemático al matar
e incinerar más de 400 personas en Allende y los pueblos de los alrededores.
Aunque los detalles sobre lo que realmente ocurrió apenas han empezado a ver la
luz del día, la matanza tiene sus raíces en marzo de 2011.
Fue antes de que Los Zetas
usaran tácticas de mano dura y el soborno para gobernar con impunidad en el
estado de Coahuila. Para marzo de 2011, Los Zetas movían alrededor de una
tonelada de cocaína por mes a través de la parte norte de Coahuila hacia Eagle
Pass, en Texas. Después de pagar por las drogas y de cubrir los gastos del
tráfico, Los Zetas obtenían ganancias de alrededor de 6 y 12 millones de
dólares mensuales solo en el pasillo entre Piedras Negras y Eagle Pass, según
confesó un testigo en un juicio de EU sobre el lavado de dinero de Los Zetas.
A principios de 2010, Los
Zetas declararon la guerra a sus antiguos jefes del cártel del Golfo. El brutal
conflicto armado disparó la demanda de efectivo por parte de los Zetas,
mientras que la organización criminal se vio necesitada de conseguir fondos
para comprar armas y hombres armados que lucharan por los territorios en el
estado de Tamaulipas y en los estados de Veracruz y Nuevo León.
De acuerdo con la
investigación llevada a cabo por el periodista de Proceso Juan Alberto Cedillo,
quien ha pasado años investigando la matanza, fue en marzo de 2011 que el capo
local, Mario Alfonso Cuéllar y sus asociados, Héctor “El Negro” Moreno
Villanueva y José Luis “La Guiche “Garza Gaytan fueron culpados por la
jerarquía superior de los Zetas sobre el faltante de dinero por el tráfico de
cocaína.
Aún no está claro si los
ingresos por el tráfico de la droga fueron, de hecho, robados por capos locales
o si las cargas se perdieron durante los decomisos de las autoridades. Lo que
se sabe es que Moreno Villanueva y Garza Gaytan huyeron a América donde buscaron
la protección del gobierno de EU como informantes y testigos federales
“Un montón de muertes”, dijo
Moreno Villanueva a una corte federal en un caso contra Los Zetas. “Incluso
empezaron a matar las familias de Allende y Piedras Negras, y en Muzquiz y en
Sabinas. También querían matarme”.
Miguel Ángel Treviño Morales,
“El 40”, uno de los principales líderes de Los Zetas, ordenó un exterminio
sistemático en la zona de Allende, en los pueblos cercanos llamados Cinco
Manantiales, y también en Piedras Negras.
La orden era simple: matar a
cualquiera relacionado, asociado o que, de cualquier forma, tuviera contacto
con Villanueva o Garza Gaytán.
Según la información recogida
a por Breitbart, que autoridades aún no han hecho públicas o reconocido, Los
Zetas comenzaron a reunir a familias enteras, amigos, parientes lejanos y
personas inocentes que tuvieran alguno de esos apellidos, incluso si no estaban
relacionados.
De acuerdo a la información
recogida por Breitbart en Allende, Los Zetas torturarían y ejecutarían a las
víctimas usando una variedad de métodos crueles. Los cuerpos fueron llevados a
un rancho cerca de Allende o q la prisión de Piedras Negras para hacer
desaparecer los cadáveres.
Dentro de la cárcel,
carniceros de Los Zetas desmembraron los cuerpos de los hombres, mujeres y
niños que habían sido secuestrados.
Las partes humanas fueron
colocadas en tambos de 200 litros llenos de diesel y luego se les prendió
fuego. Después de varias horas, la mayor parte de los restos humanos
desaparecieron, dejando a cientos de familias sin respuestas. Las cenizas
fueron arrojadas luego dentro de arroyos locales que conducen al Río Bravo.
Mientras que la mayoría de tambos siguen en casilleros de una instalación de
almacenamiento utilizada por la oficina del Procurador General en Coahuila,
algunos de ellos han sido reutilizados como contenedores de basura en la
ciudad.
Recientemente, las
autoridades llevaron a cabo una búsqueda masiva a lo largo de algunos de los
arroyos para buscar restos de un número indeterminado de personas
desaparecidas. No encontraron a ninguna. Sólo un tambo que Los Zetas habían
estado utilizando para incinerar partes de cuerpos de sus víctimas, dentro de
la prisión de Piedras Negras.
El tambo estaba siendo
trasladado fuera del almacén de evidencias por parte de las autoridades, como
parte de su investigación en curso. Los agentes lo dejaron fuera del edificio,
en la parte posterior de una camioneta de la policía, permitiendo que los
periodistas de Breitbart Texas lo fotografiaran y proporcionaran una imagen del
crematorio improvisado donde varias víctimas fueron “desaparecidas”.
Los primeros reportes
públicos de la matanza se produjo en septiembre de 2012, cuando más de 130
miembros del cártel de Los Zetas salieron de la prisión estatal en Piedras
Negras; una fuga masiva dirigida a reforzar las filas para así continuar su
lucha contra el Cártel del Golfo. La investigación federal sobre esta fuga
resultó en el descubrimiento de docenas de barriles de 200 litros quemados, que
habían sido utilizados para hacer desaparecer a sus víctimas.
En un rancho cerca de la
ciudad de Allende, Los Zetas usaron hornos para incinerar los restos humanos,
no tambos. El rancho fue allanada por las autoridades de Coahuila en 2013,
cuando el gobierno comenzó a examinar el caso. Las autoridades encontraron no
sólo los hornos, sino también a cenizas y fragmentos de huesos de las víctimas.
Hemos sido capaces de obtener
fotos oficiales nunca antes vistas desde los archivos del caso, del horno que
se mantiene en el rancho, cerca de Allende.
Como lo ha informado
Breitbart Texas, Los Zetas fueron capaces de actuar con total impunidad en
Coahuila, gracias a la ayuda del ex Gobernador Humberto Moreira, quien fue
investigado en España por lavado dinero. Esta semana la causa contra el ex
mandatario fue archivada al considerar que no está debidamente justificada la
perpetración de los delitos que motivaron su detención. En el marco de este
caso, él fue llamado como un subordinado del cártel Los Zetas por los fiscales.
Moreira pasó una semana en la cárcel antes de ser liberado bajo fianza en
relación con el caso y después viajó a México.
La noticia de la detención
provocó una ola de especulación acerca de que los funcionarios públicos serían
los siguientes en ser nombrados. El ex gobernador Moreira ha sido implicado en
el saqueo de fondos públicos de Coahuila y la canalización de ellos a los EU.
Aunque el ex Gobernador no ha sido acusado penalmente, ha sido señalado en una
serie de acciones civiles en la oficina del Fiscal de Estados Unidos, la cual está
trabajando para apoderarse de ciertos activos.
Los Zetas tuvo un pelea con
el ex Gobernador Moreira y terminaron asesinando a su hijo en venganza por la
muerte de un pariente cercano de Treviño Morales. Eso sucedió cuando el actual
Gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdez, quien también es el hermano de
Humberto Moreira, decidió encarar a Los Zetas. La nueva postura de Coahuila
contra Los Zetas consistió en la creación de una unidad especial de la policía
conocida como Los GATES. Ese grupo fue creados para erradicar a Los Zetas.
El nuevo Gobernador Moreira
ordenó la creación de una fuerza especial para la Oficina del Procurador
General de Coahuila (PGJE) con el fin de investigar y resolver los cientos de
casos sobre “personas desaparecidas”, que es la calificación jurídica en la que
se encuentran las víctimas en Allende. Con el Subprocurador General Juan José
Yáñez Arreola, la PGJE comenzó a documentar los casos, ya que muchas de las
familias nunca informaron que su ser querido había desaparecido.
Yáñez también ha sido el
encargado de investigar y sacar a la luz los horrores desconocidos que Los
Zetas trajeron a Coahuila. Con el tiempo, los investigadores de Yanez
comenzaron a dar respuesta a algunas de las familias y comenzaron a ganar la
confianza de la comunidad a medida que más y más personas comenzaron a
presentarse con el fin de notificar a las autoridades que ellos también tenían
un ser querido que había sido plagiado.
Legalmente se trata de casos
de personas desaparecidas debido a que los cuerpos de la víctima no han sido
recuperados; sin embargo, los investigadores siguen tratando de cuantificar el
número de casos y tratar de dar respuestas a las familias. El número de
reportes continúa creciendo a medida que más personas han comenzado a dejar sus
miedos a lado para añadir el nombre de sus seres queridos a la lista de
personas desaparecidas.
Mientras que Los Gates han
sido capaces de suprimir la mayor parte de la violencia causada por Los Zetas,
hacia el final de 2015, la organización criminal reavivó su presencia al
decapitar a cuatro informantes y esparciendo sus restos por la ciudad
fronteriza de Piedras Negras, según informó Breitbart de Texas. La serie de
asesinatos se ha vinculado a los investigaciones de un grupo de ex agentes de
policía que fueron liberados abruptamente por un panel de jueces en Coahuila, a
pesar de que fueron condenados por haber trabajado para Los Zetas.
La liberación de los
asociados del cártel dejó claro que Los Zetas todavía conservan un control
sobre la sociedad de Coahuila. Muchos de los que hablaron con nosotros
sintieron que Los Zetas podrían atraparlos a pesar de que el cártel ya no
retiene el control físico del territorio en Coahuila. Otro sugirió que GATES no
siempre están en los alrededores y expresó el temor de que Los Zetas
regresarían a abrir el control de las agencias gubernamentales y luego matar a
cualquiera a quien consideren que ha trabajado en contra de ellos o que ha
ayudado al Fiscal General de Coahuila.
En una visita a Allende, una
mujer valiente cuya hija fue secuestrada y desaparecida por Los Zetas nos habló
y acordó accede a una entrevista en video. Al igual que otros vecinos de
Coahuila, insistió en que nos abstuviéramos de nombrar al cártel. Ella estaba
dispuesta a hablar de lo que hizo el cartel y sobre las víctimas, pero tenía
miedo de decir su nombre.
La madre, Olga Lidia Saucedo,
dirige una organización no lucrativa en Allende llamada Alas de Esperanza, que
ayuda a las familias de los desaparecidos. Los niños que se escuchan en el
fondo del video tienen padres que fueron desaparecidos y Saucedo se preocupa
por ellos. En un momento del video, los espectadores pueden ver que casi
dijimos “Los Zetas”, pero nos interrumpieron antes de completar su nombre. La
madre se dirigió a los cientos de víctimas y dijo que nadie sabe realmente
cuántos faltan porque la gente tiene miedo de que las cosas vuelvan a ser como
eran el periodo 2011-2013; una época en la que acudir a la policía era lo mismo
que ir con Los Zetas.
Incluso si los GATES pudieran
quedarse y mantener el territorio que han quitado a Los Zetas, el cartel
todavía opera en el estado. Todavía tienen sus halcones y espías. Ellos todavía
tienen la posibilidad de enviar a sus escuadrones de la muerte tras sus
enemigos. La única diferencia es que ellos no tienen el territorio físico que
una vez controlaron en Coahuila donde podrían retirarse y vivir abiertamente.
Ahora, los Los Zetas tienen que ocultarse. Son un grupo criminal y clandestina
en el estado; ya no operan abiertamente como antes.
A la entrada de la ciudad, el
Gobierno de Coahuila erigió un monumento en honor a las víctimas de Allende. El
monumento no sólo ayuda a mantener la memoria de la matanza, sino que también
ayuda a algunos de los ciudadanos iniciar el largo y difícil proceso de
curación. Algunos, como la señora Saucedo, se aferran a la esperanza de que
algún día volver a reunirse con sus seres queridos. Tienen la esperanza de que,
en el más improbable de todos los escenarios, sus seres queridos hayan evitado
los tambos y los hornos.
Nota de los editores de
Breitbart: Olga Saucedo, la mujer entrevistada para esta historia no mencionó a
la organización criminal por su nombre durante las entrevistas realizadas. El
nombre de la organización criminal se obtuvo a través de una investigación
independiente.
ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO
POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE BREITBART. Ver ORIGINAL aquí.
Prohibida su reproducción.
(SIN EMBARGO.MX/ REDACCIÓN / FEBRERO 11, 2016 - 16:34H)
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