Tras
disfrutar un periodo de alto crecimiento, e incluso realizar reformas
económicas, los mercados emergentes se enfrentan ahora al estancamiento
económico y a fuertes fugas de capital, como las que ha sufrido el peso
mexicano en los últimos días
Por
lo menos un indicador, el índice EMCI de JPMorgan, ya muestra que el valor de
las divisas de algunas economías emergentes ha caído por debajo del nivel
observado en los peores momentos de la crisis del 2008
"El hecho de que estemos
proyectando una recuperación en el crecimiento de las economías avanzadas y una
reducción en el de las economías emergentes sugiere que (el problema) es algo
interno en los mercados emergentes"
Hamid Faruqee
Jefe de división en el departamento de
investigación del Fondo Monetario Internacional
3.6 billones de dólares es el monto
aproximado que se invirtió en economías emergentes entre el 2010 y el 2012 en
búsqueda de altos rendimientos
3.9 por ciento es el valor que perdió el
peso mexicano en relación con el dólar en el último trimestre del año
Para
los mercados emergentes, después de la calma viene la tempestad.
Los
mercados de valores y divisas ahora están castigando pesadamente a estos
países, después de haber invertido 3.6 billones de dólares en ellos entre el
2010 y el 2012 en búsqueda de altos rendimientos.
Incluso
aquellos países, como México, que no presentan riesgos políticos y que
aprovecharon la calma para reformar sus economías, no han podido librarse del
estancamiento económico y de fuertes fugas de capital.
Expertos
y analistas concuerdan en que esto se ha debido principalmente a factores
externos, como los cambios en la política monetaria estadounidense y al menor
crecimiento en China. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI)
indica que la falta de mejora en la productividad de estas economías también ha
sido un factor contribuyente.
La
situación se ha deteriorado tanto que el Financial Times reporta que por lo
menos un indicador, el índice EMCI de JPMorgan, ya muestra que el valor de las
divisas de estas economías ha caído por debajo del nivel observado en los
peores momentos de la crisis del 2008.
Algunos
de los bancos centrales de estos países, como en Rusia e Indonesia, ya se han
visto presionados a intervenir para limitar la depreciación de sus monedas.
Y
por si los problemas en los mercados financieros no fueran suficientes, los mercados
emergentes además se enfrentan al estancamiento económico.
A
pesar de haber visto tasas de crecimiento económico promedio del 7 por ciento
antes de la crisis del 2008, estos países ahora son afortunados si alcanzan un
crecimiento del 5 por ciento, con muchos (incluyendo a México) cayendo por
debajo de esta meta.
PRESIONAN FUGAS DE CAPITAL
Después
de que en el 2013 la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense,
indicó que comenzaría a reducir su programa de compra de activos, los mercados
emergentes comenzaron verse presionados por fugas de capital y la depreciación
de sus monedas.
Pero
ahora esta presión se ha intensificado, a medida que los inversionistas
consideran cada vez más probable que la Fed comience a alzar sus tasas de interés
el próximo año, volviendo nuevamente atractivo el mercado estadounidense,
después de un periodo extendido de tasas cercanas al cero por ciento.
Además
de esto, los mercados emergentes se han visto afectados por menor demanda en
uno de sus principales socios comerciales: China.
A
pesar de haber crecido a un ritmo superior al 10 por ciento durante la mayor
parte de la última década, en el 2013 y 2014 China ha mostrado una
desaceleración progresiva, y ahora su crecimiento se encuentra por debajo del 8
por ciento.
Debido
al bajo crecimiento económico en otros socios comerciales, como Estados Unidos
y los países de la Unión Europea, la desaceleración en China representa un
problema particularmente grave para el resto de los mercados emergentes,
especialmente para aquellos cuyas economías dependen principalmente de la
exportación de commodities para crecer.
LA GRAN DESACELERACIÓN
Aunque
los recientes factores externos son señalados como los que más pesan en los
actuales problemas de los mercados emergentes, el FMI señala que es probable
que esto también se trate de una tendencia amplia y a largo plazo en estos
países por causa de factores internos.
Esto
debido a que, a diferencia del caso de los países desarrollados, el FMI no
prevé que los mercados emergentes recuperen el nivel de crecimiento que
observaban previo a la crisis del 2008, aún mientras sus socios comerciales
continúan recuperándose.
En
su reporte al respecto, el FMI indica que esto se debe a factores domésticos
como cambios demográficos debido al envejecimiento poblacional, los riesgos de
los desbalances financieros acumulados en los últimos años, y la falta de incrementos
de productividad en estas economías.
Y
aunque el FMI reconoce que las reformas estructurales en estos países han
impulsado la productividad, ésta sigue manteniéndose baja en comparación con
las economías desarrolladas.
La
organización recomienda a estos países “deshacerse de los cuellos de botella en
la oferta, incrementar la productividad, y ascender en la cadena de valor” para
sostener el crecimiento.
Sin
embargo, aunque el FMI apunta que el fenómeno no es temporal y subraya que éste
no se corregirá por sí mismo sin intervención gubernamental, reconoce que en
algunos países quizá sería deseable pasar a una fase con menores tasas de
crecimiento económico, mientras éstas se mantengan estables y balanceadas.
(REPORTE
INDIGO/ ROLANDO HINOJOSA / Miércoles 1 de octubre de 2014)
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