Científicos del Laboratorio de Investigación Naval demostraron la
viabilidad del proyecto al emplear el queroseno producido para volar un
avión a escala.
Washington.- La Marina de Estados Unidos cree que finalmente encontró la
solución a un problema que ha ocupado a los científicos militares
durante décadas: cómo hacer para utilizar el agua de mar como
combustible y reducir así la dependencia del petróleo.
El
principio en el que se basaron para este logro es simple: los
hidrocarburos —como el petróleo o la gasolina— están compuestos de
carbono e hidrógeno, dos elementos presentes en grandes cantidades en el
agua de mar.
Por ello, el dióxido de carbono (CO2) y el hidrógeno
contenidos en el océano pueden procesarse con el objetivo de producir
un queroseno sintético utilizable en los motores de barcos y aviones.
Los
científicos del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos
(NRL, por su sigla en inglés) demostraron la viabilidad de este concepto
al hacer volar un avión a escala con el combustible producido a partir
del agua de mar.
El avión de radiocontrol, detalló el organismo militar en un boletín de prensa, es una réplica del legendario P-51 Mustang
que utilizaba el Red Tail Squadron (Escuadrón de Cola Roja) de EU en la
Segunda Guerra Mundial y funciona con un motor de combustión de dos
tiempos.
“Es un hito gigante para nosotros”, dijo Philip Cullom,
vicealmirante, ya que la Marina estadunidense busca reducir su
dependencia del petróleo, con sus variaciones de precios, al ser una
gran consumidora de energía: en 2011 utilizó cerca de 2 millones de
toneladas de combustible.
Tras nueve años de trabajo en esta
investigación, Heather Willauer, química del NRL, expresó con alegría:
“Por primera vez fuimos capaces de desarrollar una tecnología para
obtener CO2 e hidrógeno del agua de mar simultáneamente, eso es un gran
avance”.
El proceso
Para fabricar el
queroseno sintético, el dióxido de carbono —que está 140 veces más
concentrado en el océano que en el aire— y el hidrógeno del agua de mar
son capturados mediante un proceso de electrólisis (aplicar electricidad
en un líquido para separar sus compuestos) y luego licuados y
transformados en el hidrocarburo.
El combustible resultante tiene una apariencia y un olor similares a las del queroseno convencional, detalló Willauer.
La
gran ventaja, de acuerdo con el vicealmirante, es que este compuesto es
directamente utilizable en los motores de los barcos y aviones
actuales. Esto significa que, a diferencia de lo que ocurre con la
gasolina, no requiere de un proceso de refinación para funcionar.
Actualmente
la producción de este combustible se realiza en pequeñas cantidades en
el Laboratorio de Investigación Naval, pero ahora que han demostrado que
puede funcionar, el siguiente paso de los especialistas militares será
producir el queroseno en cantidades industriales.
Para lograr ese
objetivo los militares se han asociado con algunas universidades, ya que
los expertos quieren mejorar el proceso de electrólisis para obtener
una mayor cantidad de CO2 e hidrógeno del agua de mar.
Esto es
necesario para obtener compuestos más complejos (en rangos de
concentración de carbono entre C9 y C16), para su posible uso en los
aviones militares, acotó la Marina en su comunicado.
El costo
previsto del combustible para aviones usando esta tecnología está en el
rango de 3 a 6 dólares por galón, y con la financiación y las alianzas
suficientes, este enfoque puede ser comercialmente viable en los
próximos siete a 10 años, detallaron.
Autosuficientes
Esta
innovación es importante en el plano estratégico, porque permitiría
acortar significativamente la cadena de suministro, un eslabón débil de
cualquier armada que la vuelve más susceptible.
En la Marina “no
necesariamente vamos a una estación de gas para obtener nuestro
combustible, nuestras estaciones de gas llegan a nosotros en la forma de
un petrolero, un buque de reabastecimiento”, explicó Cullom.
Estados Unidos dispone de 15 petroleros para abastecer sus buques militares.
Solo
los portaaviones están dotados de propulsión nuclear. Todos los otros
navíos frecuentemente tienen que abandonar su misión durante algunas
horas para navegar en paralelo con los petroleros hasta llenarse
completamente de combustible, una operación delicada.
Los
investigadores, no obstante, advirtieron que se necesitará al menos una
década para que los navíos puedan producir su propio combustible a
bordo.
(MILENIO/ AFP /
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