PLAGIARIOS ADICTOS
En tres meses,
secuestraron a un puestero de sobre
ruedas, el dueño de un lote de autos y al hijo de un yonquero. Cada
secuestrador tuvo como mínimo ganancias de 50 mil pesos por crimen. No se trata
de una célula delictiva nueva. “Tengo tiempo dedicándome al tráfico de ilegales
y al secuestro, no recordando exactamente cuánto”, declaró uno de los tres
detenidos. La mayoría de los integrantes de esta banda continúan en libertad
Investigaciones
ZETA
Sin control policiaco ni criminal, adictos y vendedores
de droga al menudeo continúan aterrorizando a los tijuanenses. Para ellos el
secuestro volvió a ser negocio.secuestradores mxli 15
De acuerdo a
declaraciones de plagiarios recientemente detenidos, incluso organizan
reuniones para invitar a sus amigos consumidores de droga a unirse a bandas
dedicadas al secuestro.
Los grupos se están
dedicando lo mismo al secuestro de personas de bien o comerciantes -visitan los
negocios como clientes para obtener la mayor información posible-, que al
plagio de otros criminales. No solo atacan a sus competidores, también están
“levantando” a conocidos y amigos delincuentes para solicitar rescate a las
familias.
Bajo este esquema de
inseguridad, dueños de una cadena de abarrotes locales que iniciaron su negocio
en las colonias viejas de Tijuana fueron victimados; ésta una familia de
comerciantes con arraigo que en los años de mayor violencia en esta frontera,
padeció el secuestro y posterior asesinato de uno de los jóvenes miembros del
linaje.
En junio de 2013,
vivieron otra vez la pesadilla. Esta vez el muchacho, que padeció el terror de
la privación, tuvo más suerte, al ser liberado con vida a principios de este
mes. Costearon un alto precio económico y continúan pagando el costo emocional
de saberse a merced de los criminales. No quieren hablar, no quieren denunciar
oficialmente.
Como parte de este
abanico criminal, está también el asesinato de Manuel Gordoa González. Su
secuestro fue públicamente relevante porque se le privó de la libertad a plena
luz del día, el 26 de junio de 2013, frente a comensales y trabajadores de
Mariscos Popotla Jr., en la comunidad del mismo nombre ubicada en el municipio
de Rosarito.
El mismo día, pero
horas más tarde, fue asesinado. Se le encontró torturado, con las manos
cercenadas en un camino de la colonia Leandro Valle de Tijuana.
Este zacatecano de
39 años tenía su residencia desde hacía tiempo en Playas de Tijuana, y de
inicio, su expediente fue considerado como “levantón”, por el hecho de que la información localizada
en los aparatos electrónicos de la víctima les reveló actividad y nexos con
muchas personas en Culiacán.
A dos semanas de los
crímenes, no hay reporte de los avances del caso.
OTRA BANDA: RESIDUOS DE “EL INGENIERO”
Horas después del
homicidio de Gordoa, la mañana del 27 de junio de 2013, fue secuestrado el hijo
del propietario del Yonque Mexican. Seis
días más tarde, la noche del 2 de julio, la Policía Municipal de Tijuana
respondió de manera inmediata a una
denuncia ciudadana -que la Ministerial no atendió- y lo rescató en una casa de la colonia 3 de
Octubre. En el operativo capturaron a tres delincuentes.
secuestradores31Alfonso
Guzmán, adicto al cristal, originario de Guanajuato y de oficio “ayudante de
herrero y secuestrador, con un ingreso semanal de mil 200 pesos”, declaró que
lo invitaron a secuestrar al muchacho en una reunión realizada el 25 de junio,
dos días antes del operativo criminal.
“A cambio me iba a
tocar parte del dinero que cobraran por el rescate de la misma, ya que Israel
pertenece a una banda de delincuentes dedicados a secuestrar personas, por lo
que yo acepté…”, indicó “El Ponchito”.
A Alfonso lo convidó su amigo Israel Salas, quien
también fue apresado, lo mismo que Juan de Dios Rosas Ventura “El Jhony” y/o
“El Cubano”.
Los hombres
delataron a sus cómplices, quienes siguen en libertad.
Los tres
identificaron como líder de la célula criminal a Martin Zamora González “El
Moreno” y/o “El Lima”, quien lleva mucho tiempo en el tráfico de droga y
secuestro, y se inició en el crimen de la mano de Daniel Valenzuela González “El Germán” y/o
“El Dany” (muerto). Ambos “trabajaban directamente para el Ingeniero”,
aseguraron los compinches, quienes identificaron al resto de la banda:
Santiago Díaz
Rosales “El Chino” y/o “El Stoner”; Christian Armando Rosas Manzo “El Chapo”;
Manuel Salvador Green Centeno “El Zorro”; Reynold Junior Monroy Arciga “Junior
Monroy”; José Miguel Gutiérrez Nava “El Choko”; Juan Pedro Pérez Velázquez “El
Kanky”; y un hombre identificado con el
apodo de “El Javi”
Los detenidos
también mencionaron a Silvia Iliana Valencia Velázquez, esposa del
capturado Juan de Dios Rosas Ventura “El
Jhony” y/o “El Cubano”. De la mujer declararon: “Su función es visitar los
negocios, haciéndose pasar por cliente de las personas que van a secuestrar con
varios días de anticipación, para estudiar todos sus movimientos y comunicarle
todo esto a su esposo…”.
RESCATES PAGADOS Y HOMICIDIOS
Los detenidos
confesaron más delitos: dos asesinatos y un secuestro cometidos contra miembros
de la familia Cárcamo García. A
Rigoberto, quien tenía un puesto de venta de verduras en un sobre ruedas, lo
privaron de la libertad y de la vida en abril de 2013. Lo mantuvieron
secuestrado en una casa de Urbi Villas del Prado.
De acuerdo a los
delincuentes, “…ese jale lo puso ‘El Javi’”, amigo y vecino de Rigoberto,
además a la víctima. También la conocía otro de los integrantes del grupo
criminal, José Miguel Gutiérrez Nava “El Choko”, quien lo asesinó.secuestros6
A mediados de junio,
este mismo equipo delictivo asesinó a “El Lovin” Cárcamo García, hermano de
Rigoberto. Este joven, junto al resto de la familia Cárcamo, se trasladaron a
Puebla en abril, después de pagar medio millón de pesos -les habían solicitado
millón y medio- por la vida de “Rigo”.
Negociaron una semana, entregaron el dinero en el Panteón Los Olivos, solo para
encontrar a su familiar muerto en las instalaciones del Servicio Médico
Forense.
“El Lovin” investigó
y averiguó que “El Javi” y Miguel Gutiérrez lo habían asesinado, pidió apoyo de
un joven de la colonia para localizarlos, pero no sabía que su contacto era
parte del grupo de secuestradores.
Cuando le llamaron
la atención a Gutiérrez Nava por haber asesinado Rigoberto y “El Lovin” sin que
nadie le diera “permiso”, sobre el primero dijo que lo mató porque “tenían
problemas por la venta de drogas” y porque lo “había reconocido”; y del hermano, “porque sabía que lo andaba
buscando para matarlo”, y después afirmó: “Porque se había puesto broncudo”
Por el secuestro de
Rigoberto, los participantes recibieron 50 mil pesos. En el caso de “El Lovin”
no hubo dinero, a él, lo atrajeron fingiendo que no sabían sus intenciones,
bebieron cervezas y consumieron cristal con él, iniciaban la juerga cuando
Gutiérrez lo asfixió, después sus cómplices trasladaron el cuerpo por la zona
del Cañón del Sainz, lo tiraron en un camino vecinal y lo quemaron.
MÁS SECUESTROS
Otro de los
secuestradores arrestados, Israel Salas González, empleado de fábrica y adicto
a la cocaína, previamente preso por lesiones, detalló que fue invitado “hace
tiempo” por el guerrerense Juan de Dios
Rosas Ventura “El Cuba”, quien además de plagiario, “es propietario de uno o
dos taxis libres”.
“Me invitó a
trabajar con él, ya que se dedica a secuestrar personas, que por cada jale, o
sea, por cada participación en un secuestro, me iba a pagar una cantidad de
dinero, dependiendo de cómo saliera o cobraran por cada jale o secuestro, y que
mi función iba hacer que yo cuidaría o custodiaba a las personas”, y aceptó.
Salas González dio
información del secuestro del dueño de un lote de autos en Tijuana de apellido
Hernández, y del hijo del yonkero de apellido García.
“Martín nos ordena a
‘El Zorro’, ‘El Poncho’ y otros dos integrantes del grupo delictivo que
‘levantaran’, esto es, que privaran de la libertad al hijo del dueño de un
yonke, y yo me encargué de puntear en un carro Honda color gris, de dos
puertas…al igual yo lo custodié o cuidé en la casa de seguridad que se ubica
por la calle 8 de Mayo de la colonia Tres de Octubre”.
El tercer detenido,
Rosas Ventura, fue más abierto en cuanto a sus ocupaciones, “taxista,
secuestrador y pollero, con un ingreso semanal de 4 mil 500.00 pesos”. No es
adicto y en el año 2012 fue detenido y consignado en la Procuraduría General de
la República por portación de arma de fuego y liberado bajo fianza.
“Tengo tiempo
dedicándome al tráfico de ilegales y al secuestro, no recordando exactamente
cuánto, pero actualmente soy jefe de una de las células, trabajando bajo las
órdenes directas de mi jefe Martín Zamora…”.
Jefe criminal que,
por ciento, continúa libre. Lo mismo que otros ocho secuestradores
pertenecientes a esta vieja célula criminal.
De policías,
armas y homicidio
La Procuraduría de
Justicia del estado investiga para ubicar al homicida de José Antonio Elizondo
Guzmán, asesinato cometido el 30 de mayo de 2013 en la calle Magnolias y
Ferrocarril del Fraccionamiento del Prado de Tijuana; también a quien mató a
José Israel Cruz Castañeda el 7 de Junio del 2013 en el interior del
estacionamiento del mini mercado OXXO ubicado en Paseo de los Literatos y
Miguel de Cervantes de la Colonia Reforma.
El Ministerio
Público del Fuero Común recibió el 4 de julio de parte de elementos de la
Policía Federal a “los nayaritas Jorge Eduardo Palacios Ramírez, de 34 años, y
Jesús Alonso Acevedo Rentería, de 25”, las primeras versiones que fundamentaron
estas detenciones fueron que los federales recibieron una denuncia ciudadana de
un auto circulando con personas armadas a bordo; y la segunda, que los hombres
en la camioneta fotografiaban a los agentes federales mientras trabajaban.
Conforme al parte
policiaco, al momento de hacer la revisión precautoria del vehículo encontraron
dentro dos armas, que tras análisis, resultaron implicadas en el asesinato de
Elizondo y el de Cruz Castañeda.
En la declaración
ministerial de los dos detenidos –amabas coincidentes– niegan haber sido
aprehendidos como los federales indican; explican que estaban dentro del carro
estacionado en una estética ubicada a un costado del hotel Real del Mar en la
delegación de Playas, que estaban ahí porque pretendían sorprender a “Jésica”,
novia de Acevedo Rentería, mientras le era infiel con otro hombre en el hotel.
“…nos bajaron de la
camioneta y nos llevaron hacia el interior del hotel subiéndonos en la caja del
pick up patrulla, asimismo metieron mi camioneta al estacionamiento del hotel,
en donde revisaron los policías federales mi camioneta diciéndome que en la
camioneta que el declarante conducía habían encontrado dos armas”.
Los federales
aseguraron que los detenidos aceptaron estar en el crimen organizado como
“punteros y halcones”, pero los capturados lo negaron: “…me preguntaron si
trabajaba para una célula del crimen organizado, a lo que les dije que no pertenezco a ninguna célula criminal, que
solo estaba en ese lugar plantoneando a mi novia, que me estaba siendo infiel…”
En el deslinde de
responsabilidades y búsqueda de sospechosos de los homicidios, los acusados
dejaron abierta la posibilidad de que:
1.- Los agentes
federales les hubieran sembrado las armas.
2.- O las pistolas
fueran propiedad del hombre que le vendió el auto a Acevedo siete días antes de
su captura, frente al Swap Meet que está en el Boulevard Fundadores José
Alberto Gutiérrez.
(SEMANARIO
ZETA/ ZETA Investigaciones/julio 15,
2013 12:00 PM)
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