miércoles, 3 de julio de 2013

EL ARTE DE LLORAR EN PÚBLICO

Agueda Barojas Ontiveros

¿Qué se le puede decir a un presidente municipal que durante nueve meses se la ha pasado llorando en público por la situación económica en la que encontró el municipio? Pare de sufrir, que ya sabía a lo que venía.

Ya resulta cansado escuchar al alcalde Otto Claussen Iberri, en todos los discursos, en todas las entrevistas y en los pocos actos públicos a los que asiste, que encontró un desmadre.

Otto Claussen ofende la inteligencia de algunos, porque no de todos, y si encontró un desmadre como dice, él protagoniza “Que desmadre” parte ll.

Resulta patético escucharlo siempre decir que no sabe nada.  Él nunca se entera de nada que le incomode, de alguna denuncia que afecta la buena imagen, el buen gobierno y el buen rumbo que lleva la ciudad en sus manos.

No hay mucha diferencia entre los que se fueron y los que están. Ejemplos hay muchos, pero por conveniencia no los quiere ver.

¿Actos de corrupción en este gobierno? Jajajaja esa pregunta resulta ociosa hacerla porque la respuesta ya la conozco. Él no sabe nada y el Contralor menos.

Es verdad que la administración panista dejó el municipio en una situación económica desastroza,  muy similar a la que la recibió de manos de Susana Corella.

Haber recibido en números rojos la administración, no justifica a los panistas, pero tampoco a Otto Claussen.

Ya pasaron 9 meses y el alcalde no ha entendido que la gente en Guaymas quiere atención, obras, promesas cumplidas, no lloriqueos, ni falsas poses.

El recurso del lloriqueo ya se está agotando, su bono democrático se acabó y ya no sabe de dónde agarrarse.

Creemos que tiene razón, le dejaron una administración en ruinas, pero él ya lo sabía y aun así prometió un Centro de Convenciones, un teleférico, un mercado de mariscos, una central de Bomberos, apoyo a jefas de familia y largo etcecetera.

¿Por qué no debemos de creer en el lamento de Otto Claussen? Porque solo es un pretexto para justificarse.

El mejor ejemplo de que cuando se quiere se puede es Empalme.  Todos recordamos cómo dejó Samuel Rodríguez Sánchez el gobierno en el 2009 y muchos fuimos testigos de cómo el ex alcalde panista Javier Caraveo Rincón, enderezó el barco.

¿Por qué Otto Claussen no ha podido enderezar el barco? ¿Por qué el alcalde que nació en Guaymas, más no el alcalde guaymense,  no ha dado muestras de ser el político que se  nos vendió en campaña?

Por qué si el gobierno federal es del PRI, si los sus amigos son senadores y diputados federales, no se refleja aún el apoyo.

Si es por estrategia y piensan dejarlo para el año electoral,  están en su derecho, pero que ya no chille, pues.

Creo que su personalidad no le ayuda, no tiene la imagen de ser un político serio. Aun cuando los políticos están desprestigiados, no da la talla.

Su personalidad relajada y valemadrista son el sello de su gobierno. Sus ausencias constantes han generado dentro de su administración un caos, un desmadre y muchos actos de corrupción, que quién sabe si esté enterado. O quizá sí y le vale madre.

Que no se asuste porque corrupción es lo que sucede en Ingresos, corrupción es lo que sucede en Servicios Públicos con la chatarra y carros que tiene arrumbados, entre ellos la patrulla “inteligente, corrupción es lo que ocurre en Oficialía Mayor donde se consiguen facturas para justificar gastos, donde se hacen gastos sin soporte de algún evento, si no que le pregunten a Ramón Leyva y Oralia Sánchez.

Acaso no es una acto de corrupción que en Oficialía Mayor se repartan vales de gasolina a personas que no trabajan en el Ayuntamiento a cambio de protección, de cuidar la imagen, de no cuestionar lo cuestionable.

Acaso corrupción no es,  tener en el Ayuntamiento cinco fotógrafos y que los cinco cubran un mismo evento.

Corrupción no es pagar con recursos públicos compromisos de campaña.

Será corrupción tener empleados y funcionarios ineptos que no trabajan, que su estancia en la administración no está justificada y que cobran muy bien.

No será corrupción pagar con dinero público a Antorchistas que durante el trienio pasado hicieron plantones para protestar por las necesidades de las colonias, las cuales por cierto, por arte de magia desaparecieron.

Raúl Compean, que de Barzonista pasó a ser Antorchista, que de la izquierda se brincó a la derecha, ayer presumió  ante un lleno total en el Auditorio Cívico "Fray Ivo Toneck" no  Torres, alcalde, que trabaja en Control Urbano.

Hay más ejemplos alcalde. Enrique Sánchez instalado en el departamento de Cobranza y quien para no agotarse tanto pide al Conalep le envíen jovencitas para el servicio social, Gerardo Mass y otros más que ya conoce.

Que la mayoría de los funcionarios sean de Ciudad Obregón y Hermosillo y que además de pagarles sueldo se les pague renta en  fraccionamientos "nice" de Guaymas y San Carlos, no es corrupción.

Corrupción no es que Jesús Aguirre Armendariz, mejor conocido como “ El Juanito”, tenga un pié en Seguridad Pública para que opere recursos del Subsemun y con ello pagarle el favor que le hizo al alcalde al registrarse en la interna para darle legitimidad a su candidatura.

Corrupción no es que él, el secretario del Ayuntamiento, el secretario particular, la mayoría de los regidores, los  comandantes, la directora de Recursos Humanos y demás funcionarios tengan a sus primos, hijos y hermanos dentro de la nómina.

¿Si todo esto no es corrupción entonces qué es? No respondan, ya lo sé….Un desmadre.

En la pasada administración hubo mucha fuga de dinero. Aquí ya casi los alcanzan, pero aún están a tiempo de corregir.

Con razón Otto Claussen no ha podido enderezar el barco. Pare de sufrir que ya no le creemos.

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Agueda Barojas Ontiveros / Martes, 02 de Julio de 2013 22:11)

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