MADRID
(proceso.com.mx).- En un escenario totalmente controlado y bajo el
cobijo del expresidente español José María Aznar, Felipe Calderón
ofreció hoy aquí su primera conferencia fuera de Estados Unidos, en la
que destacó que “el gran reto de México es ser un país de leyes” para
que se consolide el Estado de derecho.
En su larga intervención,
Calderón resaltó que medios de comunicación que llegaron a hablar de
“Estado fallido” durante su gobierno, hoy se refieren al “milagro
mexicano”.
El expresidente de México aprovechó el rígido modelo en
su comparecencia en el campus de verano de la Fundación para el
Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que encabeza Aznar, para evitar
responder a las preguntas de la prensa, argumentando que está en su año
de “voto de silencio”.
“No quisiera hacer declaraciones. Estoy en
año de voto de silencio. Quiero ser cuidadoso y por lo menos un tiempo
estar así, una disculpa”, se justificó ante los reporteros al finalizar
su conferencia celebrada en la localidad de Guadarrama, al norte de
Madrid.
En su intervención ante un público conformado básicamente
por estudiantes, el exmandatario mexicano afirmó que “el gran reto de
México es ser un país de leyes” para que se consolide el Estado de
derecho, porque “para que haya comercio tiene que creerse en la libertad
humana y para que haya inversión tiene que haber estado de derecho”.
Asimismo,
en este ambiente a modo, se dedicó a defender durante 45 minutos las
reformas económicas y políticas que puso en marcha su gobierno frente a
la crisis económica de 2009 y destacó el papel de apertura de México en
el comercio internacional durante su gestión.
Calderón no
pronunció una sola palabra sobre el país que dejó como consecuencia de
su guerra contra el narcotráfico, ni de los alrededor de 70 mil
asesinados reconocidos oficialmente, más de 24 mil desaparecidos y
decenas de miles de desplazados como consecuencia de esa estrategia.
No
dijo una palabra sobre la denuncia que se formuló en su contra en la
Corte Penal Internacional de La Haya, por violaciones “sistemáticas y
generalizadas contra los derechos humanos”.
Tampoco habló de la pelea al
interior de su partido en México, Acción Nacional, donde el grupo de su
discípulo Ernesto Cordero pelea contra el dirigente nacional, Gustavo
Madero.
Solo se dedicó a presumir supuestos logros en materia económica.
“Las
claves estuvieron no sólo en enfrentar con fuerza y firmeza la crisis
expandiendo y luego contrayendo, aportando competitividad y eso radica
en la inversión en capital humano y físico, así como en el comercio,
allí veo la potencialidad de la relación atlántica”, dijo.
Propugnó que América, Europa y África deben aprovechar su capacidad para expandirse mediante el comercio y la inversión.
Tras
criticar las medidas proteccionistas de algunos países del G-20 o
incluso de Brasil, Calderón resaltó la decisión de su gobierno de seguir
abriendo a México a los tratados internacionales, hasta llegar a 44
acuerdos que abarcan a más de mil millones de consumidores en el mundo,
que permitió reducir las tarifas arancelarias del 11 al 4 por ciento.
Repasó
las medidas contracíclicas que adoptó su gobierno en plena crisis,
primero para ayudar a la expansión y luego el ajuste en el déficit
público.
En un mensaje que en España es motivo de gran debate
sobre el déficit público, Calderón explicó que en el caso de México la
clave fue que se tuvo claridad que esas medidas debían ser temporales,
porque hacerlas permanentes tiene consecuencias muy negativas, justo
esto es lo que le está pasando a Europa.
Asimismo, defendió su
decisión de cerrar la compañía eléctrica Luz y Fuerza del Centro, cuyo
operación calificó de “caótica” y “brutal”, con “un sindicato capaz de
movilizar a miles y con amenazas de retirar la luz en toda la ciudad de
México y zona metropolitana” y que “se negaba a la instalación de
computadoras”.
Aseguró que pese a que está previsto en la ley, “ningún presidente había podido con la encomienda de cerrarla (LyFC)”.
El
expresidente presumió que México tiene una deuda del 32% del Producto
Interno Bruto (PIB) frente al 65% que es la media de los países de la
OCDE.
Apabulló con más datos, al señalar que dejó las reservas del
Banco de México dos veces y media del total de la deuda externa
mexicana, y que el déficit público en México será cero.
Tras la participación de Calderón estuvo presente la bloguera cubana Yoani Sánchez.
Por
su parte, durante la introducción a la conferencia, José María Aznar
destacó la presidencia de Calderón, “que es digna de ser reseñada”, y
“su coraje y determinación” de combatir a la criminalidad organizada,
cuyos “valores” dijo compartir.
El exmandatario y aún consejero de
Endesa, de cuya empresa eléctrica es broker y que es una firma con
amplia presencia en México, bromeó diciendo que en Guadarrama sí podía
decir lo que quisiera (a favor de Calderón) y no como le sucedió en 2006
“por desconocer parte de la realidad mexicana, cuando en la sede de tu
partido, Acción Nacional, expresé mi deseo que ganaras la presidencia de
México y casi me cuesta que me arresten”, dijo entre risas.
Fue
notoria la ausencia del embajador de México en España, Francisco Ramírez
Acuña, y de personal de la embajada en el evento, la cual es habitual
en estos actos. Sin embargo, el portavoz de la embajada, Bernardo Graüe,
sí confirmó que Ramírez Acuña recibió a Calderón a su llegada a España,
en el aeropuerto de Barajas, de la capital española.
Quien sí
estuvo en la conferencia fue Luis del Rivero, el destituido presidente
de Sacyr ValleHermoso, la constructora con la que PEMEX sindicó sus
votos en el consejo de administración de la petrolera Repsol.
Por
la tarde, Calderón participó en un encuentro en la Fundación
Internacional para la Libertad, que preside el premio Nóbel Mario Vargas
Llosa. Está previsto que esta misma noche abandone España.
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