Ventura Cota Borbón
Existen,
para desgracia de la sociedad, ciertos medios de comunicación que hacen de la
calumnia, de la defenestración, el chantaje y otros semejantes adjetivos, su modus vivendi y con ello pretenden
conseguir canonjías y favores que no merecen, o a veces, simplemente con el afán
de estar jodiendo la vida.
Viene
al caso lo anterior porque de unos cinco días a la fecha, en la estación de
radio propiedad de los señores Padilla,
la autodenominada “La madre de todas las
radios FM-105”
han estado mencionando de modo insistente e insidioso al encargado de
comunicación social del DIF de la localidad, al joven Manuel Rábago Parra a quien la locutora Karla Montaño Berrelleza no lo baja de mitómano y cleptómano [sic],
entre otras linduras.
Debo
pensar que la señora Montaño tiene alguna especialidad en psiquiatría o
psicología para erigirse como una autoridad que diagnostica de modo férreo al
joven periodista Rábago, puesto que sin un ápice de duda, con argumentos
inconclusos –claro según ella-, la novel locutora endilga dichos epítetos al
encargado de la imagen en el Desarrollo Integral de la Familia.
Debo
pensar que la empleada de los señores Padilla motu proprio no emprendió la
campaña que se antoja difamatoria, puesto que en esa empresa no se mueve una “rama”
sin la autorización de la cabeza principal.
De
acuerdo de fuentes dignas de crédito, todo empezó porque de esa radio –FM-105-,
solicitaron una entrevista a cierto personaje del Centro Integral Familiar
(CIF) con motivo de los recorridos nocturnos que a través de una patrulla hace
este centro para tratar de frenar un poco la vagancia de los menores. Como la
respuesta no fue expedita y a beneplácito de los peticionarios, se desató la
andanada contra quien podría pensarse que es el eslabón más débil. Pero hasta
hoy no ha habido quien los pare. O quién pare a Karla Montaño.
Los
medios de comunicación independientemente del tamaño que seamos, no debemos
alzarnos como jueces, jurados y verdugos –sobre todo, esto último-, contra
aquellos que no se “someten” o “doblegan” a nuestros caprichos.
Los
medios de comunicación, independientemente del tamaño que seamos, en el papel
debemos ser servidores sociales. Prestar un servicio que es muy necesario para
la sociedad y sobre todo convertirnos en una balanza que medie entre el poder
inconmensurable del político, del poderoso y el pueblo o sociedad en su
conjunto.
Concluyo
por tanto que si Manuel Rábago Parra
es mitómano o cleptómano a mí o a miles de gentes de Guaymas, Empalme o la región
qué nos interesa. Su vida privada es muy independiente de su vida pública. Karlita
no te voy a decir cómo hagas tu trabajo, pero sé más profesional y sobre todo
objetiva. Mejor critica su desempeño como funcionario, o acaso, ¿es mucho pedir?
(SIN LÍMITE AVANTE/ Ventura Cota Borbón/ 24 de Junio 2013)
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