Las primeras investigaciones de la PGJE señalan que las
víctimas seguían órdenes de Simón Guillermo Hernández Peña “El Simón”,
asesino a sueldo de las desmembradas organizaciones criminales de
Adelaido Soto Aguilar o Eduardo Salas Martínez “El Güero Layo” y Héctor
Antonio Salazar Monzón “El Oaxaco” o “El H”. El presunto homicida
confesó y esto llevó a las autoridades a localizar el paradero 5 hombres
y 2 mujeres que habían desaparecido
Investigaciones ZETA
Según investigadores, en el hallazgo registrado el 10 y 11 de junio de
7 cadáveres enterrados en 3 fosas clandestinas en la colonia Tabachines de La Paz, tres son las líneas que sigue la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Baja California Sur:
1.- La orden de asesinar y enterrar a quienes habían estado participando directa o indirectamente –entre abril del
2010 y marzo del 2013– en la privación de la libertad y muerte de
presuntos narcomenudistas en La Paz, Comondú y Los Cabos, cuya detención
podría poner en riesgo la identificación del autor intelectual, porque
la mayoría se había involucrado en delitos contra la salud, robos, asaltos, riñas y lesiones y ya eran investigados por la Policía Ministerial del estado.
2.- La disputa interna entre integrantes de la banda
delictiva de Simón Guillermo Hernández Peña “El Simón”, lo que derivó en
el homicidio múltiple, primero porque podrían delatar al cabecilla, y
segundo porque ya estaban fuera del control del jefe, por lo que se
anticipaba el surgimiento de otra banda delictiva.
3.- La desfragmentación de células o la operación
limpieza de aquellos delincuentes que por su cuenta perpetraron robos,
asaltos, levantaron y asesinaron sin previa autorización del Cártel de
Sinaloa, que es el operador y controlador de la plaza de narcomenudistas
de La Paz.
La pregonada versión del gobernador Marcos Covarrubias
Villaseñor y de la alcaldesa de La Paz, Esthela Ponce Beltrán de que “La
Paz era el tercer municipio más seguro de México”, así como de la
supuesta inexistencia e inoperatividad del crimen organizado en el
estado, quedó evidenciada como una falsedad, porque aunque la
delincuencia se esté atacando entre sí, la zozobra y el miedo envuelven
en este momento a la sociedad sudcaliforniana.
Los 7 cadáveres enterrados en las fosas clandestinas son
la prueba de que la seguridad está siendo vulnerada. Además, de acuerdo
a las primeras indagatorias de la PGJE quedó expuesto que podrían
estar involucrados policías, porque a pesar del anunciado patrullaje de
la municipal y estatal preventiva, ninguno pudo prevenir o detectar
sospechosamente el fuerte tráfico vehicular en la zona del hallazgo muy
por encima de que se utilizaron armas de fuego para asesinar a las
víctimas en la parte posterior de una populosa colonia.
Las primeras indagatorias de la PGJE indican que las
víctimas seguían órdenes de Simón Guillermo Hernández Peña “El Simón”,
asesino a sueldo de las desmembradas organizaciones criminales de
Adelaido Soto Aguilar o Eduardo Salas Martínez “El Güero Layo” y Héctor
Antonio Salazar Monzón “El Oaxaco” o “El H”.
Los crímenes
Los 5 hombres y 2 mujeres enterrados en fosas de tres
metros de largo por un metro de ancho y dos de profundidad, llegaron, a
bordo de vehículos, hasta el terreno donde se dio el macabro hallazgo.
Acorde a rastros de llamadas telefónicas en poder de la
PGJE bajo engaño se presentaron por voluntad propia en el predio, y
después de ser sometidos, fueron asesinados cruelmente.
Simón Guillermo Hernández Peña –conocido hoy como “El
Sepultero”— fue el responsable de detallar los asesinatos y dar santo y
seña del cementerio clandestino donde los cuerpos estaban enterrados
tras haber sido detenido finalmente en un operativo por la Policía
Estatal Preventiva (PEP), como responsable de “homicidio en grado de
tentativa” en agravio del narcomenudista Christian Enrique Romero
Altamirano “El Kike”, registrado el 28 de mayo en las calles Rubíes y
Universidad del Fraccionamiento Las Américas de La Paz.
El delincuente reconoció en sus primeras declaraciones
haber intentado matar a “El Kike” y haber privado de su libertad y
pretender asesinar a Leydy Isabel Álvarez Amador, Arturo Ernesto Gómez
Espinoza “El Sonrics”, Jesús Loreto Chávez Ortega “El Kicho” y Roberto
Hirales Avilés “El Comix”.
Los
agentes investigadores entonces decidieron someterlo a un
interrogatorio más profundo, sobre todo porque tenían referencia de que
“El Simón” aparecía entre la lista de amigos de un grupo de personas
desaparecidas desde marzo.
El detenido primero se negó a cooperar, pero
conforme pasaron las horas, después de una serie de contradicciones,
develó lo que nadie atinaba a creer. “Los iba matar y enterrar en un
sitio donde tengo unas fosas”, dijo el homicida.
Al final el sospechoso confesó la existencia de más
cuerpos sepultados en el lugar y de inmediato fue arraigado en el Centro
de Ejecución y Medidas Cautelares de la PGJE.
Los investigadores
recabaron el nombre de las víctimas, así como su ubicación exacta, y
fueron hasta el lugar acompañados por el Agente del Ministerio Público,
peritos de la Dirección de Servicios Periciales y agentes de la
Comandancia contra Homicidios de la Policía Ministerial del Estado.
La zona fue acordonada en un perímetro de más de mil
metros a la redonda en un operativo donde participaron policías
municipales, estatales, ministeriales y fuerzas armadas. Dentro del
terreno, los peritos iniciaron la búsqueda con un radar de análisis
químicos y del aire en el suelo. Entonces comenzaron a detectar los
cuerpos enterrados en tres fosas clandestinas rociadas con cal y una
capa de cemento de aproximadamente 3 centímetros. Luego marcaron las
fosas clandestinas e iniciaron las excavaciones para localizar los
restos humanos.
En la primera fosa localizaron los cuerpos de Damaris
Karina Márquez Moreno “La Damaris” o “La Karo”, Abel Leal González “El
Buena Onda” y Carlos Antonio Cota Cervantes “El Charly” o “El Sharlie”.
La tumba clandestina estaba segmentada en tres secciones, en cada una
había un cuerpo.
En la segunda fosa solo estaba el cadáver de Jesús Iván
Ramos Jiménez, y en la tercera, los de Juan Javier Medina Corral, Marcos
Joel González Robles y Érika Rosales González, unos arriba de otros, lo
que retardó la operación del rescate de los restos porque estaban
literalmente pegados.
Los
cadáveres todavía tenían la ropa y conservaban objetos personales como
pulseras, relojes y bolsas, los cuales sirvieron como referencia para
determinar preliminarmente que se trataba de las personas que habían
sido reportadas desaparecidas del 14 de marzo al 1 de mayo.
Ya extraídos de las tumbas clandestinas, la PGJE
trasladó los restos fúnebres al anfiteatro para elaborar las necropsias
de Ley correspondientes y determinó que todos los cuerpos presentaban el
“tiro de gracia en la cabeza”.
Por el estado avanzado de descomposición –y en virtud de
que el responsable de los crímenes se negó a dar detalles– no se pudo
determinar si fueron torturados antes de morir. Lo que sí se confirmó es
que las fosas estaban a 50 metros aproximadamente entre una a otra.
Los familiares de la víctimas ya acudieron a la PGJE y
algunos identificaron las pertenecías. No obstante, de acuerdo al
Subprocurador de Investigaciones Especiales, Isaí Arias Famanía, los
restos humanos fueron enviados a la Procuraduría del Estado de Sonora
para la elaboración del estudio de genética y confirmar en base a la
herencia biológica si efectivamente se trata de las personas señaladas.
El resultado de los estudios estará listo en entre 15 y 30 días.
La confesión
Al momento de ser interrogado, Simón Guillermo Hernández
Peña “El Simón”, declaró que “el móvil de asesinar a esos integrantes
de su banda, era silenciarlos, porque estaban completamente enterados de
sus actividades delictivas desde robos, asaltos, levantones y hasta
asesinatos, y además –comentó— porque ya se estaban saliendo de su
control y podrían delatarlo”.
Como parte del expediente de este caso, la PGJE tiene
una serie de llamadas elaboradas desde el celular de “El Simón” y de
otros dos de sus cómplices. En estas conversaciones se escucha cómo se
ponían de acuerdo para verse en el terreno de las fosas y hablar sobre supuestas órdenes de aprehensión por algunos delitos cometidos.
El detenido detalló que la estrategia “era meter miedo a
sus aliados, porque ya no se querían ver con él, y una vez que llegaban
hasta el punto acordado, eran sorprendidos y asesinados”.
Según sus propias afirmaciones, “primero encañonaba a
sus víctimas, después las abrazaba y apretándolas fuertemente del
cuello, eran ejecutadas con una pistola 9 mm en la cabeza”.
Acompañado siempre de dos personas ordenaba cavar un
hoyo y después sepultarlos en un terrero que era utilizado como basurero
y repleto de cactus, ramas y espinas, localizado en la parte trasera de
la populosa colonia de “Los Tabachines”.
El presunto delincuente también relató que “pretendía
limpiar su banda”, por lo cual primero los utilizó para asesinarse unos a
otros y luego terminó por matar a los que quedaban vivos.
Por ejemplo, expuso que primero asesinó a Érika Rosales
González, Marcos Joel González Robles y Juan Javier Medina Corral, con
la ayuda directa o indirecta de Jesús Iván Ramos Jiménez, “La Damaris”,
“El Buena Onda” y “El Charly”, y después, y en diferentes tiempos, luego
los llamó y los asesinó a todos.
Además aceptó que el día que baleó al narcomenudista
Christian Enrique Romero Altamirano “El Kike” en el fraccionamiento “Las
Américas” ya tenía planeado matarlo junto con Leydy Isabel Álvarez
Amador, Arturo Ernesto Gómez Espinoza “El Sonrics”, Jesús Loreto Chávez
Ortega “El Kicho” y Roberto Hirales Avilés “El Comix”.
Las víctimas “ya estaba amarradas con cinchos de pies y
manos, y en espera de ser trasladadas a otro lugar, aunque no sabían que
era al cementerio clandestino de ‘El Sepultero’, y donde iban a
matarlos”.
Sin embargo, el plan salió mal, porque “El Simón”
teniendo ya privadas de su libertad y amarradas a las víctimas, les
solicitó sus tarjetas del banco y sus respectivos Números de
Identificación Personal (Nip), salió un momento y retiró dinero de todas
las cuentas que van de 300 a más de mil pesos.
Cuando regresó y se
estaba acomodando, llegó “El Kike” y lo tomó de sorpresa tratando de
recuperar el control; después de un jaloneo, disparó el arma y junto con
un cómplice, tuvo que salir huyendo de la vivienda identificada como
“picadero”.
En su confesión, el autor material del crimen dijo que
las dos mujeres asesinadas tenían la función de “enganchadoras”, es
decir, eran quienes seducían y se metían con jóvenes sobre todo de
preparatoria para luego invitarlos a integrarse a la banda.
Adelantó que
esto fue lo que sucedió en el caso del estudiante del Centro de
Bachillerato Tecnológico y de Servicios (Cbtis) No. 62, Carlos Antonio
Cota Cervantes “El Charly” o “El Sharlie”, quien era el responsable de
vender drogas en la escuela a sus compañeros.
Una de las hoy occisas, Damaris Karina Márquez Morena
“La Damaris” o “La Karo”, por su juventud y belleza fue enviada a
trabajar a la zona de tolerancia donde rápidamente contactó a mujeres
que quisieran participar en sus actividades delictivas.
En más de una
ocasión tuvo riñas y problemas en el área. Tal es el caso del 3 de
abril, es decir, 20 días antes de desaparecer, cuando fue detenida por
golpear a un cliente junto con un sujeto de nombre Eduardo Magaña Garate
en el estacionamiento del centro nocturno denominado “Valle Verde” en
La Paz.
La mujer y su acompañante fueron puestos a disposición del
Agente del Ministerio Público del Fuero Común. Posteriormente Damaris
pagó una multa y salió libre.
En la PGJE, Simón Guillermo Hernández Peña, “El
Sepultero”, dijo “haber actuado solo para que no lo delataran y solo
tuvo dos cómplices”. Sin embargo, los investigadores consideran que
“detrás de ‘El Simón’ hay mucho más personas involucradas en el
asesinato y sepultura de las víctimas”.
El subprocurador Arias Famanía comentó a ZETA que
“El Simón” no actuó solo. “Tenemos evidencias de más personas
relacionadas en el caso y cuyos datos no podemos revelar por el sigilo
de las investigaciones”, precisó.
No obstante, un reporte de inteligencia federal y
militar cita que “desde la captura y liberación de Adelaido Soto Aguilar
‘El Güero Layo’ y el asesinato de Héctor Antonio Salazar Monzón ‘El
Oaxaco’, los narcomenudistas quedaron a la deriva. Sin cabeza y sin
alguien que pudiera controlar a la delincuencia organizada, comenzaron a
robar, asaltar, levantar y asesinar adversarios por su cuenta en una
lucha por tratar de ganar el poder.
“En esta lucha –de acuerdo al parte informativo—
comenzaron a sobresalir bandas como la de ‘El Gordo’ o ‘El Pepillo’, la
del ‘Rayo’, la del ‘Pelón’ y la de ‘El Simón’, y quienes partieron la
ciudad en cuatro partes, y se distribuyeron cada quien su territorio.
Los cuatro comenzaron a reclutar células criminales en sus bandas y
comenzaron a operar de manera independiente, y luchando entre sí”, se
puntualiza en el documento.
Pero más allá de los delitos de robo, asalto, lesiones y
levantones, la hipótesis más fuerte que tiene en este momento la PGJE
es que tienen la certeza de que la banda de “El Sepultero” podría estar
detrás de otras desapariciones, las cuales fueron publicadas por ZETA en su edición 2034.
Casualmente desde esa fecha, comenzó a registrarse la
desaparición de integrantes de su banda. A continuación se detallan
fechas y nombres de desaparecidos:
1.- El 14 de marzo fue reportada Érika Rosales González.
2.- El 16 de marzo fue reportado Marcos Joel González Robles.
3.- El 17 de marzo fue reportado Juan Javier Medina Corral.
4.- El 11 de abril fue reportado Jesús Iván Ramos Jiménez.
5.- El 23 de abril fue reportada Damaris Karina Márquez Moreno.
6.- El 23 de abril fue reportado Carlos Antonio Cota Cervantes.
7.- El 1 de mayo fue reportado Abel Leal González.
En la investigación –de acuerdo a testigos y evidencias
obtenidas por la PGJE– no se descarta que las 7 personas sepultadas,
pudieran haber participado en la privación ilegal de la libertad de
cuando menos 5 personas, sobre todo cuando, por ejemplo, Omar Cabrera
Valencia “El Chino”, actualmente desaparecido, fue pareja sentimental de
Damaris Karina Márquez Moreno “La Damaris” o “La Karo”.
Los otros desaparecidos, que se presume podrían estar enterrados en otras fosas clandestinas, son:
1.- Roberto Romero Espinoza, desaparecido el 22 de noviembre de 2010.
2.- Víctor Hugo Soto Ortiz, desaparecido el 10 de julio de 2012.
3.- Héctor Manuel Aguilar Diarte “El Cleto”, desparecido el 10 de septiembre de 2012.
4.- Félix Beltrán Beltrán, desaparecido el 15 de julio de 2012.
5.- Ingin Joel Bautista Hamburgo, desaparecido el 24 de diciembre de 2012.
5.- Luis Eduardo Higuera Peralta, desaparecido el 5 de febrero del 2013.
Una investigación de la PGJE señala que la banda de “El
Simón” tenía su zona de influencia precisamente en los puntos donde cada
uno de los citados se esfumó sin dejar rastro en diferentes condiciones
y fechas.
Quién es “El Sepultero”
Nombre: Simón Guillermo Hernández Peña
Apodos: “El Simón” o “El Sepultero”
Edad: 19 años
Fecha de Nacimiento: 3 de diciembre de 1993
Origen: Tijuana, Baja California
CURP: HEPS931203HBCRXM02
Padres: Guillermo Hernández Antillán y Dolores Peña López
Abuelos paternos: Manuel Hernández y Bertha Antillán
Abuelos maternos: José Peña Lizárraga y Petra López
Domicilio: Ingeniería número 56, entre Geología y Administración
Colonia: Solidaridad
Ciudad: La Paz, Baja California Sur
Nombre: Simón Guillermo Hernández Peña
Apodos: “El Simón” o “El Sepultero”
Edad: 19 años
Fecha de Nacimiento: 3 de diciembre de 1993
Origen: Tijuana, Baja California
CURP: HEPS931203HBCRXM02
Padres: Guillermo Hernández Antillán y Dolores Peña López
Abuelos paternos: Manuel Hernández y Bertha Antillán
Abuelos maternos: José Peña Lizárraga y Petra López
Domicilio: Ingeniería número 56, entre Geología y Administración
Colonia: Solidaridad
Ciudad: La Paz, Baja California Sur
Los sepultados
Nombre: Damaris Karina Márquez Moreno
Apodo: “La Damaris” o “La Karo”
Edad: 22 años
Estatura: 1.63
Tez: Morena
Complexión: Delgada
Cabello: Castaño obscuro
Fecha de Nacimiento: 28 de noviembre de 1991
Originaria: Los Mochis, Sinaloa
Desaparición: 23 de abril
A.P: LPZ/310/AMP7/2013
Nombre: Carlos Antonio Cota Cervantes
Apodo: “El Sharlie” o El Charly”
Edad: 19 años
Estatura: 1.60
Tez: Morena clara
Complexión: Delgada
Cabello: Castaño obscuro
Fecha de Nacimiento: 13 de septiembre de 1994
Originario: La Paz, BCS
Desaparición: 23 de abril
A.P:LPZ/236/AMP3/2013
Nombre: Abel Leal González
Apodo: “El Buena Onda”
Edad: 30 años
Estatura: 1.70
Tez: Morena clara
Complexión: Delgada
Cabello: Castaño obscuro
Fecha de Nacimiento: 11 de febrero 1983
Originario: Ciudad Constitución, BCS
Desaparición: 1 de mayo
A.P:LPZ/324/AMP1/2013
Nombre: Juan Javier Medina Corral
Apodo:
Edad: 33
Estatura: 1.70
Tez: Morena clara
Complexión: Robusta
Cabello: Negro
Fecha de Nacimiento: 1980
Originario: Sonora
Desaparición: 17 de marzo
A.P:
Nombre: Érika Rosales González
Apodo:
Edad: 32
Estatura: 1.60
Tez: Morena
Complexión: Delgada
Cabello: Negro ondulado
Fecha de Nacimiento: 1981
Originaria:
Desaparición: 14 de marzo
A.P:
Nombre: Marcos Joel González Robles
Apodo:
Edad: 40
Estatura:
Tez:
Complexión:
Cabello:
Fecha de Nacimiento: 1973
Originario:
Desaparición: 16 de marzo
A.P:
Nombre: Jesús Iván Ramos Jiménez
Apodo:
Edad: 30
Estatura:
Tez:
Complexión:
Cabello:
Fecha de Nacimiento: 1983
Originario:
Desaparición: 11 de abril
A.P:
Nombre: Damaris Karina Márquez Moreno
Apodo: “La Damaris” o “La Karo”
Edad: 22 años
Estatura: 1.63
Tez: Morena
Complexión: Delgada
Cabello: Castaño obscuro
Fecha de Nacimiento: 28 de noviembre de 1991
Originaria: Los Mochis, Sinaloa
Desaparición: 23 de abril
A.P: LPZ/310/AMP7/2013
Nombre: Carlos Antonio Cota Cervantes
Apodo: “El Sharlie” o El Charly”
Edad: 19 años
Estatura: 1.60
Tez: Morena clara
Complexión: Delgada
Cabello: Castaño obscuro
Fecha de Nacimiento: 13 de septiembre de 1994
Originario: La Paz, BCS
Desaparición: 23 de abril
A.P:LPZ/236/AMP3/2013
Nombre: Abel Leal González
Apodo: “El Buena Onda”
Edad: 30 años
Estatura: 1.70
Tez: Morena clara
Complexión: Delgada
Cabello: Castaño obscuro
Fecha de Nacimiento: 11 de febrero 1983
Originario: Ciudad Constitución, BCS
Desaparición: 1 de mayo
A.P:LPZ/324/AMP1/2013
Nombre: Juan Javier Medina Corral
Apodo:
Edad: 33
Estatura: 1.70
Tez: Morena clara
Complexión: Robusta
Cabello: Negro
Fecha de Nacimiento: 1980
Originario: Sonora
Desaparición: 17 de marzo
A.P:
Nombre: Érika Rosales González
Apodo:
Edad: 32
Estatura: 1.60
Tez: Morena
Complexión: Delgada
Cabello: Negro ondulado
Fecha de Nacimiento: 1981
Originaria:
Desaparición: 14 de marzo
A.P:
Nombre: Marcos Joel González Robles
Apodo:
Edad: 40
Estatura:
Tez:
Complexión:
Cabello:
Fecha de Nacimiento: 1973
Originario:
Desaparición: 16 de marzo
A.P:
Nombre: Jesús Iván Ramos Jiménez
Apodo:
Edad: 30
Estatura:
Tez:
Complexión:
Cabello:
Fecha de Nacimiento: 1983
Originario:
Desaparición: 11 de abril
A.P:
(SEMANARIO ZETA BCS/ ZETA Investigaciones/
junio 17, 2013)
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