MÉXICO, D.F.
(Proceso).- Las crisis en la Selección nacional son cíclicas. Sin
importar el nombre del entrenador en turno o jugadores que la integran,
el historial de incidencias desfavorables crece en cada proceso
mundialista.
A un año del inicio del Mundial 2014 el equipo
tricolor está sufriendo más que nunca para calificar a esa competencia;
el primer objetivo para 2013 –disputar la final de la Copa
Confederaciones– se diluyó luego de las derrotas ante Italia y Brasil en
la fase de grupos, y la imagen de seleccionados y cuerpo técnico quedó
en entredicho otra vez cuando se reveló que visitaron en tres ocasiones
un exclusivo antro de Río de Janeiro.
El miércoles 19 el
columnista Ancelmo Gois, del diario O Globo, desnudó en apenas dos
líneas la indisciplina cometida por nueve seleccionados nacionales,
quienes se divirtieron en el antro-SPA Termas Centaurus, tras la derrota
2-1 ante Italia, el primer partido de México en la Confederaciones.
Por
la noche, después del partido que los verdes perdieron con Brasil 2-0,
en conferencia de prensa el entrenador José Manuel de la Torre explicó
que los jugadores ni siquiera salieron del hotel, que todos cenaron y se
fueron a dormir.
“Después del partido contra Italia llegamos al
hotel, tuvimos la cena con todo el grupo y pasamos la ronda normal con
el doctor que checa a todos (en sus cuartos) y todo mundo a descansar.
Al siguiente día salimos muy temprano, porque las maletas hay que
entregarlas antes.
“No sé a qué hora se pueda salir; se tiene
vigilancia todo el día por la misma seguridad que ofrece la gente en
Brasil para que estén protegidas todas las delegaciones. La verdad es
que ni siquiera hay tiempo. Salimos a las siete de la mañana, la gente
se levantó para desayunar e irse al aeropuerto. No sé quién lo habrá
sacado, pero luego del partido con Italia todo el mundo estuvo en
calma”, aclaró De la Torre.
Al ser abordado por un grupo de
reporteros, el zaguero Jorge Torres Nilo ofreció una versión diferente a
la de su entrenador. “Nos dieron permiso para ir a cenar, fuimos y
listo. La gente empieza a decir cosas. Siempre que pasan cosas difíciles
quieren manchar y quieren sacar, pero estamos concentrados”.
Los
reporteros mexicanos enviados para cubrir las actividades de la escuadra
nacional también hablaron con Carlos Salcido y Andrés Guardado.
“Que
nos digan dónde es para ir, necesitamos una distracción”, dijo
sarcástico el primero. “La verdad que salen inventos, hay que tener
fundamentos para respaldar las notas. No salimos. Viajamos al siguiente
día a las siete. No sé de dónde salen esas cosas”, añadió.
“No me enteré, me hubieran invitado”, soltó Guardado, también incómodo por la pregunta.
Un
día después, el jueves 20, el diario Reforma publicó en su primera
plana detalles que proporcionaron empleados del Termas Centaurus y cinco
de las mujeres con las que se divirtieron los jugadores.
Dio a conocer
que fueron tres y no una las visitas (jueves, viernes y domingo) al
centro nocturno, y que también acudieron integrantes del cuerpo técnico
que encabeza De la Torre.
Ese día, la selección viajó de Río de
Janeiro a Belo Horizonte para encarar su último partido de fase de
grupos contra Japón. Aunque los nipones quedaron eliminados, perdieron
con decoro ante Italia 4-3 un partido que comenzaron ganando 2-0.
Tuvieron
que pasar más de 12 horas para que el director de Selecciones
Nacionales, Héctor González Iñárritu, emitiera una declaración en torno a
la información publicada. Reconoció que no cuenta con elementos para
desmentir a los diarios.
“Yo no te puedo comprobar porque no tengo
una cámara para seguir a todos los jugadores todo el día las 24 horas.
Te puedo decir que no tengo ningún reporte y confío en ellos” señaló con
tibieza.
El directivo confirmó que los jugadores han tenido ratos
de esparcimiento. Uno de ellos en un restaurante donde todo el equipo
convivió con el exjugador Fernando Hierro. Luego, precisó que en los
otros ratos libres los seleccionados tuvieron libertad de elegir a qué
lugares iban, pero aseguró que ninguno llegó después de la hora
indicada.
“No tengo ningún reporte de nada fuera de lo normal, de
un acto de indisciplina, de una salida sin permiso. Cuando salen en las
horas libres tienen una hora y nadie ha llegado tarde en ningún momento.
Ni aquí ni en Jamaica ni en Panamá ni en Houston ni en Belo Horizonte
ni en Río de Janeiro ni en Fortaleza”.
–Entonces, ¿lo publicado es mentira? –inquirió un reportero.
–Estoy
diciendo de la semana que yo tuve. No me voy a meter a especular. Al
día de hoy no tengo ningún reporte. Cuando hay algo, siempre doy la cara
y digo ‘está esto y hay una sanción, hay una indisciplina’. Lo he
demostrado en varias ocasiones. Yo no me voy a tentar el corazón.
–¿Pero puede afirmar que ningún jugador fue a un table?– le insistieron.
–Ahorita
no tengo nada de información. Respeto mucho el trabajo de ustedes, pero
molesta un poco porque hablan de fines de semana completos, incluyeron
al cuerpo técnico también. Son gente que tiene familia, esposas y
obviamente hay una inquietud.
Balconeo
El
diario Reforma, en su sección de deportes Cancha, refirió que el cajero,
cinco de las 60 chicas que trabajan en el Termas Centaurus, dos meseros
y un afanador confirmaron que los jugadores estuvieron en el lugar; el
sábado acudieron integrantes del cuerpo técnico y el domingo regresaron
todos juntos.
También presentó el testimonio de un turista
regiomontano, quien detalló que el jueves 13 pasó junto con unos amigos
por fuera del Termas Centaurus y que los empleados del lugar los
invitaron a entrar. Cuando se percataron de que eran mexicanos les
dijeron que estaban los jugadores de la selección, a quienes vieron ahí
hasta las cuatro de la mañana.
“Aquino se subió con una muchacha
de pelo negro y piel blanca. Ellos ya se conocían desde antes. Ella
presumía que lo conoció cuando tenía 17 años. Chicharito no hizo nada,
estaba sentado en una esquina.
Maza se subió con tres chicas a un cuarto
y otro jugador de pelo largo se fue con tres mujeres. Andrés Guardado y
Giovani andaban dándoles nalgadas y agarrándoles el pecho a cuanta
vieja podían. Los demás sólo fueron a pasar un rato, aunque no descarto
que algunos otros se hayan subido”, contó el sujeto, cuyo nombre se
omitió.
El antro-SPA Termas Centaurus es un exclusivo centro de
diversión para hombres que presume tener a las “garotas mais gostosas”,
es decir, las chicas más calientes. Está ubicado en la Rua Canning
número 44 en Ipanema, una de las zonas de mayor poder adquisitivo en Río
de Janeiro. El lugar se encuentra a cinco kilómetros (10 minutos en
automóvil) del hotel Sheraton Río, donde se alojó la delegación
mexicana.
Esta es la enésima ocasión que los integrantes del
representativo nacional se ven inmiscuidos en un escándalo por
indisciplina. Desde el vergonzoso caso de los cachirules que ocurrió
hace 25 años –y por el cual la selección mayor no asistió al Mundial de
Italia 90– hasta la fiesta de Río de Janeiro que se dio a conocer el
mismo día en que México fue eliminado de la Copa Confederaciones.
Entre
los seleccionados nacionales hay algunos que no han podido quitarse la
etiqueta de fiesteros, como Giovani dos Santos, Javier Hernández, Andrés
Guardado y el capitán Francisco Javier Maza Rodríguez.
Todos
ellos estuvieron entre los 13 jugadores participantes en el convite
nocturno, donde hubo alcohol, mujeres y hasta un travesti en el hotel de
concentración del equipo nacional en Monterrey, luego del partido
amistoso ante Colombia, el 7 de septiembre de 2010.
La lista la
completaron Guillermo Ochoa, Carlos Salcido, Gerardo Torrado, Pablo
Barrera, Rafael Márquez, Héctor Moreno y Enrique Esqueda. Los jugadores
fueron multados con 50 mil pesos, pero además a Carlos Vela y Efraín
Juárez los inhabilitaron durante seis meses.
Al cabo de un mes,
las presiones de los jugadores motivaron la renuncia del director de
Selecciones Nacionales, Néstor de la Torre.
Un segundo escándalo
se suscitó el 25 de junio de 2011, previo a la Copa América, cuando ocho
jugadores metieron sexoservidoras a sus habitaciones en la
concentración del equipo que se encontraba en Quito, Ecuador. Sus
nombres: David Cabrera, Néstor Calderón, Javier Cortés, Jonathan dos
Santos, Israel Jiménez, Jorge Hernández, Marco Fabián y Néstor Vidrio.
Por
esta conducta quedaron fuera de la Selección Nacional que tenía bajo su
responsabilidad Luis Fernando Tena, uno de los tres auxiliares técnicos
con los que cuenta José Manuel de la Torre.
Salpicado por el
escándalo, el juvenil Jonathan dos Santos asumió su responsabilidad a la
semana siguiente a través del canal oficial de su club, Barça TV y su
sitio de internet.
“Estoy aquí para dar la cara. He cometido una
indisciplina. Estoy muy arrepentido por lo que hice y quiero pedir
disculpas a la selección, a mis compañeros, a todo el cuerpo técnico y a
la afición de México. Estoy aquí y asumiré toda mi responsabilidad”. El
hermano menor de Giovani también se disculpó con su equipo, su familia,
“que es a quien le duele más todo esto”.
Por su parte, Giovani
dos Santos, campeón del mundo Sub-17 en Perú 2005, fue sorprendido por
la prensa inglesa el 11 de diciembre de 2008 cuando era retirado en vilo
en completo estado de ebriedad por dos elementos de seguridad de un bar
después de la fiesta navideña del Tottenham, de la Liga Premier. El
periódico sensacionalista Mirror publicó fotografías de este suceso.
El
8 de junio de 2008 al portero y entonces capitán de la Selección
Nacional Oswaldo Sánchez lo aprehendió la Policía de Chicago por
escandalizar y resistirse al arresto en el hotel donde estaba el
tricolor.
En la víspera, México había vencido 4-0 a la selección de Perú
en un juego amistoso. La victoria fue celebrada a lo grande, con una
fiesta nocturna que subió de tono hasta que otros huéspedes se quejaron
con la gerencia del hotel, que pidió mesura a los jugadores.
Como la
petición fue ignorada, la policía llegó para desalojar a los ruidosos,
pero Sánchez se opuso y fue detenido por espacio de dos horas. El
guardameta fue liberado tras pagar una fianza de mil dólares, confirmó
el portavoz de la policía de Chicago, el oficial John Mirabelli.
Mediocridad
Las
penurias que atravesó el equipo mexicano en esta Copa Confederaciones
son el colofón del pésimo desempeño que tuvieron los pupilos del Chepo
en los partidos oficiales disputados.
De la Torre se convirtió en
el director técnico de la Selección Nacional con la racha más larga de
partidos oficiales sin perder, con 18 (13 triunfos y 5 empates)
encuentros disputados entre la Copa Oro 2011, la fase clasificatoria de
la Concacaf y el hexagonal final, que otorga tres boletos y medio para
la Copa del Mundo 2014.
La frialdad de los números no alcanza a
reflejar las apuraciones de la escuadra que después de seis partidos
disputados en el hexagonal final apenas sumó ocho puntos de 18 posibles,
con tres goles a favor y dos en contra. La selección no ha ganado en el
estadio Azteca y tampoco ha marcado ni un solo gol como local.
En
casa, en el primer juego rumbo a Brasil 2014, sacó un vergonzoso empate
a cero ante Jamaica el 6 de febrero. El 26 de marzo, en el mismo
escenario obtuvo el mismo resultado ante Estados Unidos. El martes 11
ante Costa Rica se repitió la historia.
Nunca en una eliminatoria
mundialista México había cosechado resultados tan pobres. El estadio
Azteca dejó de ser una ventaja para los tricolores. En lo que va del año
simplemente no han podido ganar en este coso.
Como visitantes su
desempeño fue similar. El 22 de marzo ante Honduras se consiguió un 2-2
(con dos goles de Chicharito), el 4 de junio superó al moribundo Jamaica
1-0 (marcó el tanto Aldo de Nigris) y el viernes 7 empató a ceros con
Panamá.
En la tabla, México se ubica en el tercer lugar detrás de
Estados Unidos, que tiene 13 puntos, y Costa Rica, con 11. Honduras es
cuarto, con 7 unidades, y Panamá quinto, con 6.
La buena estrella
de José Manuel de la Torre se apagó por completo el martes 11, cuando
escuchó por primera ocasión el rechazo generalizado de los aficionados.
“¡Fuera Chepo..!”, le gritaron lastimados por el deplorable desempeño de
la selección frente a Costa Rica cuando “el gigante de la Concacaf”
hilvanó su tercer empate a cero goles en el Azteca; fue su quinta
igualada en el hexagonal final.
Pese a todo, tanto el presidente
de la Federación Mexicana de Futbol, Justino Compeán, como Héctor
González Iñárritu, ratificaron a De la Torre como director técnico hasta
el final del proceso mundialista de Brasil 2014.
“Es la primera
vez que no logramos un objetivo. Confío en el trabajo del Chepo. Estamos
unidos y no hay pláticas con ningún entrenador; no he visto a nadie y
tenemos todo el apoyo de la Federación. Es un gran grupo que nos ha dado
muchas satisfacciones, pero estamos en un bache. Se va a trabajar
fuerte para salir de esto. Hay una molestia grandísima por los
resultados, hay una pena para nosotros mismos y para la afición.
Obviamente no es lo que nos gusta”, aseveró González Iñárritu.
Desde
que el 18 de octubre de 2010 De la Torre se hizo cargo de la selección,
todo había marchado muy bien entre jugadores y federativos. El Chepo
tomó un equipo confrontado con los dueños del balón, sobre todo con su
hermano, Néstor de la Torre, quien fungió como director de Selecciones
Nacionales hasta que por intentar imponer disciplina su cabeza rodó a
los pies de los futbolistas.
“Me hago a un lado de la dirección de
Selecciones Nacionales. No he buscado la disciplina como capricho, sino
como un cambio de hábitos. Si se siguen haciendo las mismas cosas se
obtendrán los mismos resultados. Se requiere un cambio de fondo para que
los resultados lleguen. (Los jugadores) querían que pidiera una
disculpa pública por aplicar un reglamento, lo cual no estuve dispuesto a
llevar a cabo”, dijo en la conferencia de prensa donde renunció el 11
de octubre de 2010.
En entrevista con el periodista Rafael Ramos,
del programa Raza Deportiva, que se transmite por ESPN Radio desde Los
Ángeles, Néstor de la Torre aseguró: “No meto las manos al fuego por
nadie”.
Más tarde, declaró al diario Reforma que este nuevo
escándalo es consecuencia del poder que los federativos les dieron en el
pasado a los jugadores, cuando él tuvo que salir de la selección por
haberlos castigado.
“Si se comprueba (que fueron al antro), que
los saquen totalmente. Hace algunos años le dieron la fuerza a los
jugadores y son consecuencias de una cultura problemática que tenemos en
México, unos hábitos desarrollados no nada más en el medio del futbol,
sino también en los demás medios en los cuales el profesionalismo o el
respeto a un proyecto no es prioridad. Tan no lo logré (hacer un
cambio), que tuve que salir de la selección. Al no tener el apoyo para
generar un cambio preferí hacerme a un lado que ser comparsa”, remató.
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