Un análisis reciente del colombiano Centro de Estudios
sobre Seguridad y Drogas ofrece una explicación sobre el desmedido aumento de
la violencia en México en el sexenio pasado: No todo, afirma el reporte, es
culpa de la guerra que Calderón le declaró a los cárteles del narcotráfico… una
parte de esa fiebre homicida vino de Colombia gracias a lo que el texto llama
“efecto globo”. Las estrategias de combate al narco en el país sudamericano
fueron exitosas, por lo que los capos mafiosos desplazaron sus centros
operativos a territorio mexicano.
Rafael Croda/ Proceso
BOGOTÁ (Proceso).-
La violencia desbordada que asoló a México en el sexenio pasado se explica
sobre todo por la cuestionada guerra que Felipe Calderón le declaró a los
cárteles del narcotráfico; pero alrededor de la cuarta parte de esa violencia
es producto del “efecto globo” que causó el éxito relativo de la política
antidrogas que Colombia desarrolló en años recientes, según una investigación
del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la colombiana
Universidad de Los Andes.
De acuerdo con el
trabajo elaborado por el director del Ceses, Daniel Mejía, la llegada de
Calderón a la Presidencia de México, en diciembre de 2006, coincidió con un
replanteamiento de la estrategia colombiana contra las drogas que privilegió la
confiscación de cargamentos de cocaína y la destrucción de laboratorios para el
procesamiento de esa droga por sobre la fumigación de cultivos ilícitos.
“Los laboratorios de
procesamiento (de cocaína) se trasladaron desde Colombia a Venezuela, Ecuador y
Perú, y las bases de operación de los cárteles de la droga se trasladaron desde
Colombia a México y Centroamérica. Se produjo un efecto globo, en el que el
éxito de las autoridades en una nación productora hace menos rentable el
tráfico de drogas en ese país y esto, a su vez, lleva a la aparición de
cárteles de las drogas más fuertes en otras naciones, como México, que pueden
tomar las ganancias del comercio”, indica una versión preliminar del estudio
que está por publicarse y al cual tuvo acceso este semanario.
En entrevista con
Proceso Mejía señaló que la principal conclusión de su investigación “es
básicamente que las políticas aplicadas en Colombia, el éxito que empezó a
tener Colombia en sus políticas antidrogas, han tenido un efecto
estadísticamente significativo y cuantitativamente importante en el
narcotráfico y la violencia en México”.
“Nosotros”, agrega
el economista, “cuantificamos en este estudio el efecto globo, que es cuando se
aprieta el globo en una zona y el aire se va para otra, y esto nos dice que la
culpa de la violencia en México no es ciento por ciento de Calderón. Lo que
nosotros estamos estimando es que más o menos 25% del aumento de la violencia
en México puede explicarse por la contracción brutal de la oferta de cocaína
que hubo en Colombia, producto del replanteamiento de la estrategia
antidrogas”.
EL PLAN DE SANTOS
En julio de 2006 el
hoy presidente colombiano Juan Manuel Santos asumió el Ministerio de Defensa y
priorizó las políticas de reducción de oferta de drogas, poniendo más énfasis
en los eslabones de la cadena del narcotráfico con mayor valor agregado (confiscación
de envíos de cocaína y detección y destrucción de los laboratorios para su
producción) y menos en los eslabones poco importantes (campañas de aspersión
aérea y erradicación manual de los cultivos de hoja de coca).
Uno de los
operadores de esta reorientación de la lucha antidrogas fue el general de la
Policía Nacional de Colombia, Óscar Naranjo, quien dirigió esa institución
entre mayo de 2007 y junio de 2012 y hoy es asesor externo en materia de
seguridad del presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
Mejía, doctor en
economía por la estadunidense Universidad de Brown, explicó que como resultado
del cambio de la estrategia colombiana hubo un aumento significativo de las
incautaciones de cocaína, que pasaron de 127 toneladas en 2006 a 203 en 2009.
Un incremento de 60%. El número de laboratorios de procesamiento de cocaína
destruidos creció 67% en dos años: Pasó de 2 mil 198 a 3 mil 675 entre 2006 y
2008.
En cambio la
política de fumigaciones aéreas de cultivos de coca –a la cual se había volcado
el gobierno colombiano desde principios de la década pasada– perdió intensidad:
en 2006 fueron asperjadas 172 mil 20 hectáreas, mientras que el año pasado la
cifra cayó a 100 mil 678, una disminución de 41.5%.
Según el estudio
“este cambio en la estrategia de Colombia en la guerra contra las drogas indujo
una caída del abastecimiento en los mercados de la cocaína que se hizo notar en
toda la región e incluso en los precios de la cocaína en las calles de Estados
Unidos. El precio por gramo puro en las calles de Estados Unidos aumentó de
alrededor de 135 dólares en 2006 a cerca de 185 en 2009, para la compra de dos
gramos o menos, y de 40 a 68 dólares para compras entre 10 y 50 gramos durante
el mismo periodo. A nivel regional, esta reducción de la oferta en los mercados
de cocaína significó un reacomodo del negocio del tráfico de esa droga a través
de los diferentes países”.
LOS MEXICANOS
El director del
Cesed dice que los cárteles colombianos de la droga “se dieron cuenta que tener
la base de operaciones en Colombia ya no era tan rentable, porque los estaban
atacando muy eficientemente. ¿Qué hicieron? Buscaron nuevos sitios donde
operar. Entonces los cristalizaderos (donde la pasta base es transformada en
clorhidrato de cocaína) los pasaron a la frontera con Ecuador y a la frontera
con Venezuela, y las bases de operación del narcotráfico se fueron para México
y Centroamérica.
“En otras palabras,
el cambio de énfasis en las políticas antidroga en Colombia golpeó la
rentabilidad del negocio del narcotráfico en Colombia y fue a partir de 2007
(durante los primeros meses del gobierno de Calderón) cuando estas actividades
empezaron a trasladarse a México.”
–¿Eso fortaleció a
los cárteles mexicanos y debilitó a los colombianos? –se le pregunta.
–¡Claro! Les dio a
los cárteles mexicanos un negocio grandísimo. Se apoderaron del negocio y esto
explica parte de la escalada de violencia en México.
–Entonces,
¿desplazaron a los cárteles colombianos?
–Sí, porque la base
operativa del narcotráfico se trasladó de Colombia a México. El tráfico de
drogas, antes de 2006, de 2007, era un negocio colombiano. Los mexicanos eran
intermediarios y hoy los mexicanos están viniendo a comprar la droga acá.
–¿Y ellos mismos se
encargan de organizar los embarques?
–Sí. Están haciendo
lo mismo que hacía el Cártel de Medellín a principios de los noventa.
VIOLENCIA
Mejía –cuyo estudio
se titula Mercado de drogas ilegales y violencia en México: las causas más allá
de Calderón– señala que la estrategia antidrogas del expresidente panista fue
“una intervención no inteligente contra los capos del narcotráfico, que
combinada con el efecto globo recrudeció en forma dramática” el fenómeno
criminal en México.
“Los efectos son
especialmente importantes en la violencia generada por los enfrentamientos
entre los cárteles, en comparación con los efectos de la violencia generada por
las luchas entre narcotraficantes y autoridades gubernamentales. También
encontramos que ese efecto se produce principalmente en los municipios
(mexicanos) con presencia de dos o más cárteles”, señala el trabajo.
Según éste la tasa
de homicidios en México en 2010 llegó a 23 por cada 100 mil habitantes y
duplicó la de 2005. Los homicidios relacionados con las drogas han tenido un
aumento drástico en los últimos años, mientras que otros tipos de homicidio han
aumentado mucho menos. En 2010, señala el documento, hubo 25 mil 329
homicidios, de los cuales 15 mil 258 estuvieron relacionados con las drogas, lo
que representó un aumento de 453% respecto de 2007.
El texto indica que
muchos analistas de seguridad, mexicanos y no mexicanos, culpan al gobierno de
Calderón por el repentino cambio en las tendencias de violencia y ante “el
hecho evidente de que su estrategia no ha tenido éxito”. Muchos cárteles fueron
descabezados por la muerte o captura de sus líderes y eso llevó a disputas
internas o con cárteles rivales por el control del negocio, lo que exacerbó la
violencia. Para el académico estos son argumentos convincentes, como lo son las
alteraciones del mercado debido al gran aumento de las incautaciones de cocaína
en Colombia.
“Nos gustaría hacer
hincapié en que las dos causas de la creciente violencia en México no se
excluyen mutuamente: Los esfuerzos realizados por el gobierno mexicano y los
éxitos de Colombia, ambos podrían haber empujado hacia arriba los niveles de
homicidios en México. Simplemente creemos que la segunda razón ha sido
mayoritariamente ignorada en el debate mexicano. Por lo tanto, es de gran
interés comprobar empíricamente que la interdicción de drogas colombiana ha
tenido un efecto en México en actividades de narcotráfico y violencia y medir
cuán importante este efecto ha sido”, señala la investigación.
El trabajo académico
del director del Cesed plantea que al menos en el transcurso de este siglo
México ha sido el principal punto de entrada de drogas hacia Estados Unidos, en
especial de la cocaína que se produce en los países andinos. Este enervante
solía ser enviado a través del Caribe, pero con la instalación de potentes
radares que bloquearon esa ruta durante la segunda mitad de los noventa, los
narcotraficantes colombianos y mexicanos comenzaron a utilizar en mayor medida
la ruta mexicana para el contrabando de drogas.
“Las luchas entre
las organizaciones de tráfico de drogas por el control de las rutas ha sido
siempre una de las principales causas de la violencia, especialmente en lugares
clave que tienen una ventaja geográfica comparativa para el tráfico de drogas.
Sin embargo, con el aumento de la interdicción en Colombia desde 2006, los
cárteles mexicanos y las rutas adquirieron una importancia aún mayor. Este
último punto es el corazón de nuestra estrategia empírica para identificar y
cuantificar el efecto que tiene el tamaño de los mercados de drogas ilegales en
la violencia”, explica la investigación.
Agrega que si los
mercados ilegales de drogas al por mayor causan violencia en una situación de
“normalidad”, con mayor razón lo hacen cuando se produce un “efecto globo desproporcional”
como el que trasladó Colombia a México, en especial a los municipios mexicanos
que por su ubicación geográfica tienen una ventaja comparativa para el
contrabando de drogas, como las ciudades fronterizas con Estados Unidos, los
puertos y las poblaciones del Pacífico.
“Los efectos de las
incautaciones en Colombia siempre han sido significativos sobre la intensidad
del narcotráfico en México, pero sólo durante el periodo de Calderón el tamaño
del negocio del narcotráfico tiene un efecto significativo sobre los niveles de
violencia por esta fuerza subyacente y exógena que nada tiene que ver con las
políticas implementadas en México: Los éxitos relativos en la lucha contra el
narcotráfico en Colombia”, puntualiza Mejía.
(PROCESO/ Rafael Croda/ 29 de abril de 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario