Staff/Diario
Chihuahua, Chih.- La
Fiscalía General del Estado mantiene en secreto el número de restos humanos
calcinados que fueron localizados hace poco más de un año, en un arroyo ubicado
a unos 40 kilómetros al Noroeste de Ciudad Cuauhtémoc.
Fuentes
extraoficiales al interior de la Fiscalía indican que en los laboratorios de
Servicios Periciales hay aproximadamente 200 sobres, o más, grandes, color
amarillo, que contienen evidencias al parecer humanas, principalmente, que fueron aseguradas en el mes de octubre del año
2011.
Los restos óseos se
encontraban en montículos entre cenizas y, pese a los estudios que han realizado expertos en
medicina forense, locales y de otros países, la autoridad no ha dado a conocer
el número total de las víctimas y menos, establecer sus identidades.
El mes de octubre
del año 2011, la Fiscalía dio a conocer que recibió una supuesta llamada anónima en la que les informaron
del hallazgo de restos humanos calcinados, por lo que se montó un aparatoso
operativo, incluso se solicitó apoyo del Ejército Mexicano, para ir a un arroyo
ubicado en las cercanías del llamado Rancho Dolores.
Peritos y
antropólogos forenses durante varios días y resguardados por los soldados,
hicieron rastreos y excavaciones en un área de unos 200 metros en el arroyo.
También se apoyaron del equipo canino de la Fiscalía.
Jesús Chávez Sáenz,
quien fuera Fiscal Zona Occidente cuando ocurrió el hallazgo, hizo
declaraciones a los medios de comunicación en el sentido que no se habían
localizado ni osamentas completas, ni fosas clandestinas, únicamente fragmentos
de huesos calcinados sin determinar la cantidad de los mismos, según consta en
archivos periodísticos.
Asimismo dio conocer
el funcionario que los restos localizados eran susceptibles de pruebas
periciales para determinar el ADN y mediante esos estudios se podría determinar
la cantidad de cadáveres.
En la zona del
hallazgo también se ubicaron 32 casquillos calibre nueve milímetros, restos de
combustible y de cinta color canela, indicador de que posiblemente las personas
que fueron asesinadas y calcinadas pudieran ser inicialmente víctimas de
privaciones ilegales de su libertad.
La autoridad había
informado que los restos se ubicaron cerca del Rancho
Dolores, que se
localiza en una brecha del kilometro 22 del corredor comercial
Cuauhtémoc-Álvaro Obregón, a unos 12 kilómetros de la carretera.
Ayer, El Diario
acudió a la zona donde fue el hallazgo y se pudo saber que los restos estaban
dentro de un rancho con nombre no determinado, el cual, aparentemente se
encuentra abandonado, pues al menos así luce.
La entrada a dicho
rancho se ubica en el kilómetro 24, de la carretera citada, en el camino que
conduce al campo siete.
Esa propiedad está a
unos 500 metros del arroyo donde estaban los restos.
De ese rancho, sale
un camino que conduce hasta la orilla del arroyo donde fue el hallazgo y en el
lugar, totalmente apartado de las escasas viviendas, aún se encuentran restos
de las cintas de acordonamiento que puso la Fiscalía cuando hizo el
levantamiento de los fragmentos.
Los pocos vecinos
que viven en la zona del hallazgo se niegan a hablar del hecho; “a mí me
contaron que encontraron unos restos en un arroyo que se ubica allá para
aquella sierrita”, comentó un ranchero que labora en una propiedad a unos tres
kilómetros donde fueron ubicados los restos humanos.
Otro trabajador dijo
que sabe del hallazgo, pero desconoce el nombre del rancho donde estaban los
restos.
“En las noticias
pusieron que había sido en el Rancho Dolores y eso no es cierto, fue en otra
propiedad pero no sé cómo se llama”, comentó uno de los entrevistados.
(DIARIO DE CHIHUAHUA/ Staff | 12 de Febrero del 2013 |
08:36 hrs)
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