Agencia AFP
Brasil.- '¡Mataron a
mi hijo, mataron a mi hijo!', grita desesperada una madre antes de desmayarse,
tras recibir la noticia de que su hijo ha muerto junto a otras 232 personas en
el incendio de una discoteca repleta de estudiantes universitarios en Santa
Maria, en el sur de Brasil.
La angustia es casi
tangible en el Centro Deportivo Municipal de Santa Maria, donde esta mujer que
no quiere identificarse ni hablar con la prensa aguarda desde hace horas la
identificación de cadáveres que han sido trasladados desde la discoteca hasta aquí.
Muchos de los casi
mil familiares y sobrevivientes se abrazan y lloran a la espera de noticias de
las autoridades.
El último balance de
la policía da cuenta de 233 muertos y 116 heridos en la tragedia ocurrida en la
ciudad de Santa Maria, en el estado de Rio Grande do Sul.
Horas antes, frente
a la discoteca Kiss la escena era de gritos, caos e intentos desesperados de
rescate.
En el lugar se
celebraba una fiesta universitaria que terminó en tragedia cuando fuegos
artificiales lanzados desde la tarima por uno de los músicos prendieron fuego
al local, según testimonios.
El analista de
sistemas Max Müller, de 33 años, dice que no puede olvidarse de lo que vio al
pasar frente a la discoteca hacia las 03h15 (05h15 GMT) de este domingo, y
cuyas escenas registró con su filmadora.
'Lo que vemos en el
video es 10% de lo que vi. Y la situación empeoraba a medida que la noche
pasaba. Los padres, amigos de aquellos que estaban en la discoteca Kiss,
comenzaban a llegar', contó Müller a la AFP, 'aún en estado de choque'.
'Estoy traumatizado.
Es difícil olvidar lo que vi. Vi víctimas con un lado de la cara derretido,
personas que intentaban ayudar haciendo masajes cardíacos sin saber cómo
hacerlo y que quebraban huesos', agregó.
'Es horrible ver
tantos muertos, chiquillos, en el piso, personas que lloran, otros que vomitan,
que no consiguen respirar. Algunos arrancaban vestimentas para hacer masajes
pero no todos estaban aptos para hacerlo', contó Müller.
En el Centro
Deportivo Municipal, Diego Godói ha perdido la esperanza de hallar con vida a
su amigo y vecino Juan Callegari, un estudiante de veterinaria de 19 años.
'Recorrimos todos
los hospitales y su nombre no está allí, entonces sólo estamos esperando que
salga la lista de los cuerpos aquí, del centro deportivo', dijo Godói a la AFP.
Daiane Jacques da
Silva y sus familiares buscan noticias de su prima Natana Pereira Campos,
estudiante de derecho de 20 años que trabajaba en un bufete de abogados en
Santa Maria. Ya han recorrido todos los hospitales sin éxito y siguen
atentamente cada reporte que sale en la prensa.
'Estamos esperando
la confirmación porque hay bastante gente en los hospitales y algunos están sin
identificación, entonces resulta bastante difícil (saber quiénes son),
cualquier noticia que tengamos ya es algo', dice da Silva.
Tatiane de Jesus
Lopes, de 31 años, está a la espera de alguna información sobre su hermana
Pamela, de 20 años, que trabajaba como mesera en la discoteca Kiss.
'Estamos esperando
para ver si ella está aquí, y si no está, precisamos ver dónde vamos a
buscarla', dijo.
Bruno Marques Vack,
de 28 años, se despertó a las 07h00 de este domingo con la llamada de uno de
sus primos que no consiguió entrar a la discoteca, y que le informó que otros
tres primos estaban dentro.
'Ya reconocimos a mi
prima Maria Mariana y a David. Walter está desaparecido, dicen que está en el
hospital, pero no lo encontramos', contó Vack a la AFP, tras quejarse de la
desinformación de fiscales y funcionarios judiciales.
(ZOCALO /AFP/ 27/01/2013 - 09:48 PM)
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