Familiares y amigos de Marco Antonio lo
encuentran irreconocible. No habla ni sabe dónde está; a momentos se muestra
frenético y a veces permanece quieto, en silencio. No es el joven al que
conocían hasta hace una semana, expresaron.
La desaparición de Marco Antonio
movilizó a ciudadanos, estudiantes, organizaciones civiles, activistas y
periodistas, que ahora exigen al Gobierno de la Ciudad de México que castigue a
los responsables que causaron el actual estado del joven.
Ciudad de México, 30 de enero
(SinEmbargo).- Marco Antonio Sánchez Flores apareció con vida cinco días
después de ser detenido y golpeado por policías de la Ciudad de México, pero él
no está bien: padece delirium mixto, que le ha impedido incluso recodar a sus
padres.
De acuerdo con un informe
médico difundido este día por medios nacionales, el joven de 17 años presenta
alteraciones en su conducta, pensamiento desorganizado, incapacidad para
mantener la atención y deterioro de memoria, condiciones que pudieron ser
originadas por un traumatismo.
“Se ha observado con
soliloquios, irritabilidad, discurso desorganizado, presentando descontrol
conductual, agrediendo físicamente, con la mano, en una ocasión, por lo que se
acude a valoración de esta unidad.
“Paciente adolescente, quien
cursa (sic) probable cuadro de delirium mixto, fluctuaciones en el estado de
alerta, así como lenguaje desorganizado; tiene múltiples contusiones y esguince
en el tobillo derecho”, se lee en el informe médico al que Reforma tuvo acceso.
Familiares y amigos de Marco
Antonio lo encuentran irreconocible. No habla ni sabe dónde está; a momentos se
muestra frenético y a veces permanece quieto, en silencio. No es el joven al
que conocían hasta hace una semana, expresaron.
El padre de Marco Antonio, familiares y
estudiantes encabezaron manifestación para exigir a las autoridades que se
hagan responsables por los daños ocasionadas al menor. Foto: Andrea Murcia,
Cuartoscuro
La noche de ayer, el papá del
joven, Marco Antonio Sánchez Chávez, encabezó una marcha en Paseo de la
Reforma, que concluyó en el Antimonumento a los 43 normalistas de Ayotzinapa,
donde exigió al Jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa,
justicia por la situación que atravesó su hijo después de ser detenido por
elementos de su Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Marco Antonio no está bien;
está sedado en un hospital psquiátrico, y aún no ha podido hablar sobre lo que
ocurrido, dijo Sánchez Chávez ante familiares y amigos que lo acompañaron.
“Es ilógico que después de cinco días sin
comer, sin dormir, llegue a esta situación. Ahora ya lo andan criminalizando,
que drogadicto”, lamentó.
Los manifestantes lamentaron que se
sigan cometiendo abusos, desapariciones y asesinatos de ciudadanos inocentes en
el país. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro
Estudiantes realizaron un
paro total de labores a las afueras de la Escuela Nacional Preparatoria No. 8
Miguel E. Shultz, para exigir justicia por los abusos cometidos con su
compañero Marco Antonio Sánchez. Foto: Adriana Álvarez, Cuartoscuro
La desaparición de Marco
Antonio movilizó a ciudadanos, estudiantes, organizaciones civiles, activistas
y periodistas, que ahora exigen al Gobierno de la Ciudad de México que se
castigue a los responsables que causaron el actual estado del joven.
A través de la plataforma
Change.org, más de 80 mil personas piden a las autoridades que esclarezcan las
circunstancias en las que se llevó a cabo la detención del joven, que derivó en
su desaparición durante cinco días.
“Marco fue encontrado herido
y desorientado en el Estado de México en circunstancias que aún nos tienen que
explicar a todos, por lo que les pedimos seguir pendientes de las acciones a
seguir para que se esclarezca la detención y se castiguen a los responsables”.
El pasado 23 de enero, Marco
Antonio caminaba cerca de la estación del Metrobús El Rosario, delegación
Azcapotzalco, donde intentaba tomar fotografías a un grafiti que le llamó la
atención, de acuerdo con lo narrado por el amigo del joven, que lo acompaña.
En ese momento, un sujeto
habría solicitado el auxilio de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública
capitalina (SSP) acusando a Marco Antonio de intento de robo. El menor fue
perseguido por los uniformados hasta dentro de la estación.
Allí, según la declaración de
los dos policías, se suscitó el altercado con el joven: lo sometieron para
intentar calmarlo, pero nunca lo golpearon.
Usuarios del Metrobús
presenciaron el momento en que los elementos de la SSP subieron al estudiante
de preparatoria a la patrulla. Sin embargo, dicen ellos, lo soltaron cinco
minutos después al percatarse que la persona que lo acusó había desaparecido.
Durante cinco días, Marco
Antonio transitó desorientado por calles del Estado de México. Primero fue
visto en Tlalnepantla, donde policías lo llevaron a unos juzgados y luego lo
pusieron en libertad; después apareció en Melchor Ocampo, desde donde llamaron
a sus padres para que pudieran identificarlo.
De acuerdo con los policías
que resguardaron al joven en Melchor Ocampo, él no recordaba ni su nombre.
Imágenes difundidas la noche
en que hallaron a Marco Antonio– domingo 28 de enero– muestran a un joven
totalmente diferente al que fue detenido cinco días atrás: tenía golpes en la
cara y parecía perturbado.
Ayer, Mancera Espinosa señaló
que no hay una “certificación” de que los elementos de la SSP capitalina hayan
golpeado al estudiante aquel día, antes de que lo subieran a la patrulla.
Sin embargo, de acuerdo con
el testigo que tomó la foto de Marco Antonio tirado en el suelo, con gesto de
dolor, el menor sí fue golpeado por la policía. En el video en un juzgado, el
joven renguea. Y en las fotos de su localización se le muestra herido.
Asimismo, el Jefe de Gobierno
rechazó que el caso de Sánchez Flores sea considerado como desaparición
forzada, pues esto significa “ocultamiento, retención” y “no una persona que
deambula libre, como lo observamos en las cámaras”.
(SIN EMBARGO/ REDACCIÓN / ENERO 30, 2018, 10:00 AM)
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