Pese a la gran cantidad de homicidios
con los que inició el año, pocos son los delitos que se encuentran relacionados
entre sí, las variantes van desde robos, riñas, enfrentamientos familiares,
narcomenudeo y hasta balas perdidas. Aun así, pocos se encuentran solucionados
A diferencia de Tijuana,
donde la gran mayoría de los homicidios son producto de la guerra entre
cárteles de la droga, en Mexicali la mayor disputa violenta es entre
narcomenudistas, por riñas y robos.
Según datos de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), solo el homicidio de
Librado Gurrola Quintero, de 50 años de edad, podría tener relación con otros
dos, incluyendo el de una mujer ejecutada y lanzada a un lote baldío en la
colonia Independencia. El resto de los homicidios se encuentran sin conexión y
las causas varían. Pese a que hasta el momento no se ha resuelto alguno de los
crímenes, en varios de estos la PGJE cuenta con una sólida línea de
investigación.
TRÁFICO DE DROGAS
El martes 16 de enero
ejecutaron a Librado Gurrola Quintero en su taller mecánico ubicado en la
colonia Flores Magón, la noticia pasó casi desapercibida debido a que en otro
lado de la ciudad manifestantes de los contingentes de resistencia en Mexicali
libraban una batalla campal con policías municipales, estatales y ministeriales
en el Ejido Choropo.
Gurrola era un viejo conocido
de las autoridades norteamericanas, ya que en el vecino país se hacía llamar
Alfonso Aispuro y contaba con registro delictivo por narcotráfico; tenía una
orden de aprensión activa por tráfico de droga desde 1994, además de una
restricción para viajar a Estados Unidos, debido a que en 2001 sentó
antecedentes por tráfico de personas.
La víctima se encontraba con un
revólver calibre .38 al momento en que una persona del sexo masculino vestido
de sudadera con capucha se acercó
directamente a Librado, ahí le disparó en dos ocasiones, logrando herirlo en
abdomen y el pecho; posteriormente comenzó a disparar hacia las otras dos
personas que se encontraban en el lugar, hiriéndolas, pero no de gravedad.
En ese momento el arma se le
cayó o la dejó intencionalmente para salir del lugar, según datos de la PGJE,
el arma utilizada fue una Glock, contaba con el cartucho recorrido, por lo que
suponen descargó entre 10 y 14 balas. En el taller había cámaras de vigilancia,
por lo que se logró apreciar que el ataque fue directo contra Gurrola Quintero.
Según la procuraduría, la
familia del occiso no quiso cooperar y finalmente el cuerpo fue recuperado por
un hermano de la víctima.
Las otras dos personas
lesionadas no contaban con antecedentes penales y al parecer se juntaban solo a
jugar baraja con el dueño del taller.
El viernes 19 de enero se
presentó otro homicidio a una cuadra del taller en la colonia Alianza para la
Producción. Pese a que no ha podido ser identificada por su nombre, se conoce
-según investigaciones de la misma PGJE- que la persona limpiaba carros en el
taller de Gurrola Quintero.
Conforme a las indagatorias,
al parecer fue torturado, ya que presentaba gran cantidad de golpes en la cara
y pecho, finalmente la causa de muerte fue traumatismo torácico por objeto
contuso, por lo que se especula pudieron atacarlo con un tubo de metal o un
arma similar.
La víctima, de alrededor de
50 años de edad, tenía una bolsa de plástico en la cabeza, por lo que se puede
referir que era golpeado y ahogado con la bolsa con el fin de conseguir alguna
información de él. Aunque los hechos no ocurrieron en el lugar donde fue
encontrado el cadáver, investigadores cercanos al caso suponen que fue lanzado
en ese sitio como un mensaje o intimidación.
Durante la misma semana, el
20 de enero a las 5:45 am se localizó el cuerpo de una mujer en el Bulevar
Macristy de la colonia Independencia. Se encontraba envuelta en una cobija,
semidesnuda de la parte de abajo, solo tenía puesta una pantaleta color azul y
una sudadera color negra; tenía entre 30 y 35 años de edad.
Según peritos de la PGJE,
presentaba dos impactos de bala, uno en la región frontal y otro en la nuca,
sin embargo, el Servicio Médico Forense difiere de esta versión, ya que
afirman, que se trata del mismo impacto de bala con entrada y salida.
Investigadores de la
procuraduría estatal indican que la mujer presentaba los pies llenos de tierra,
por lo que la principal teoría, por la vestimenta y la hora es que fue sacada
de su domicilio a la fuerza, es que pudo ser hincada y ejecutada.
Hasta el cierre de edición,
no había sido identificada y no se tienen mayores datos de la agresión, sin
embargo, una versión que no ha podido ser confirmada por la autoridad señala
que pudiera existir un nexo entre ella y Librado Gurrola Quintero, pues
extraoficialmente la ubican como novia del occiso.
CÁNCER TERMINAL
Paul Aguilar Quiñónez, de 34
años de edad, tenía sentencia de muerte, había sido diagnosticado con cáncer
terminal al momento en que tomó un revólver, abordó un taxi y lo asaltó, para
después morir en un enfrentamiento con policías municipales.
Fue a las 6:40 am del viernes
19 de enero cuando abordó el vehículo de la empresa Taxicom, con número
económico 494, para ir a la colonia Villas de Alarcón.
Una vez que llegaron a las
afueras de la colonia Jazmines en un terreno baldío, Aguilar le colocó el arma
en el pecho al taxista que lo trasladaba, le pidió el celular, dinero y el
vehículo.
Al bajarlo, el taxista logró
contactar con una mujer que pasaba por el lugar y le pidió su teléfono celular
para hablar al 911, al tiempo, una patrulla de la Dirección de Seguridad
Pública Municipal pasaba por el sitio. El taxista hizo una señal a la patrulla
informando que le habían robado e inició la persecución. Cuando los agentes
lograron darle alcance a Aguilar Quiñónez, este sacó el arma y les apuntó,
aunque no disparó.
La reacción de los agentes
fue repeler la agresión y lograron herirlo en el cuello y al costado,
inmediatamente detuvo el vehículo, avanzó un par de pasos y se desplomó en el
suelo. Recuperaron 150 pesos, el teléfono
y el taxi que había hurtado.
Paul Aguilar era originario
de Culiacán, Sinaloa, trabajaba en el rastro ubicado en la colonia Progreso y
no contaba con antecedentes penales; en su pistola tenía cinco balas, pero no
había huellas de haber sido accionada recientemente.
UNA BALA PERDIDA
El mismo viernes 19, a las
diez de la noche, Jaime Araiza Moraila, de 21 años de edad, falleció en la Cruz
Roja tras recibir un impacto de bala en el abdomen, en hechos ocurridos en la
colonia San Martín Caballero, al poniente de la ciudad.
Jaime acudió a esta colonia
para visitar a una mujer, cuando llegó a su domicilio se percató que a un
costado se encontraban varias personas riñendo, en eso se escucharon
detonaciones, pero no le dio importancia.
De repente -según el
testimonio de la mujer- se empezó a sentir mal, por lo que se dirigió a su
casa, donde al verlo su madre lo llevó inmediatamente a la clínica de la Cruz
Roja. Ahí le encontraron una bala en el abdomen.
La mujer refiere que Jaime
nunca estuvo en la riña, por lo que se especula que una bala perdida alcanzó al
joven, incluso al llegar a la Cruz Roja solo presentaba una pequeña huella de
sangre.
TRES MUJERES
En Mexicali, hasta el momento
han sido asesinadas tres mujeres en lo que va de enero.
Una fémina de nombre Roció
Morales León murió el 15 de enero producto de 31 lesiones, las cuales fueron
producidas puestamente por su pareja sentimental. La segunda fue relacionada al
homicidio de Librado Gurrola. Y la tercera fue localizada a las 4:31 pm del
domingo 21 de enero en Valle de Puebla sección Quinta, al suroriente de la
ciudad; se trata de Olga Paola Estrada Díaz, de 43 años, quien presentaba
desgarre en la ropa, golpes en el pecho y cara, pero la causa determinante de
muerte fueron dos heridas con un cuchillo en el pecho.
Fuentes de la PGJE señalan
que el ex novio localizó el cuerpo de la mujer, luego de marcarle al celular en
varias ocasiones, por lo que en su desesperación decidió acudir a su domicilio,
encontrando el cuerpo en estado de descomposición.
Un vecino del lugar señaló
que el viernes 19 de enero (dos días antes), llegó un taxi del cual se bajó
Olga Paola y su actual pareja, sosteniendo una fuerte discusión fuera del
domicilio, ingresaron a la casa y al tiempo solo vio salir al hombre, lo cual lo
convierte en el principal sospechoso del homicidio.
Según datos del Servicio
Médico Forense, el cuerpo localizado el domingo 21 de enero no tenía vida desde 48 horas antes, por lo que cuadraría
con esta versión, además de que la pareja de la occisa se encuentra en calidad
de desaparecido.
OTROS HOMICIDIOS
El domingo 21 de enero, a las
7:30 pm, en la Cruz Roja del Ejido 43 en el Valle de Mexicali, se recibió a una
persona de nombre Antonio Ramírez Solórzano, de 34 años. Presentaba un impacto
de bala en la tetilla izquierda. Le dispararon con un calibre .380 en hechos
ocurridos en la colonia Pescadores, también llamado “Campo 14”, a un costado
del Ejido Chiapas II.
Esta persona sostuvo una riña
con la familia de la esposa, principalmente con un cuñado que supuestamente
regresó con un grupo de personas en un vehículo y le dispararon desde el carro,
logrando huir.
La propia familia llevó a
Antonio a la Cruz Roja, en este caso se tiene identificado al agresor, pero
hasta el momento no ha sido detenido.
A las 8:30 am del martes 23
de enero se presentó el homicidio de Gumersindo Alonso Aviña Segura, de 69
años, en la vivienda marcada con el número 988 de Avenida Lago de los Osos,
Fraccionamiento Jardines del Lago.
La víctima fue localizada en
el interior de un cuarto, con una cuerda al cuello sujetada a la perilla de la
puerta. Aunque no se tienen más datos del ataque, según vecinos la persona era
homosexual.
EX MILITAR, UNO DE LOS ASESINOS DE ESTUDIANTE DE
COBACH
El presunto asesino del joven
Raúl Valderreín Quijada fue capturado en la Zona Río de Tijuana. Se trata de un
ex militar que se trasladó hasta Mexicali con la única intención de terminar
con la vida del bachiller.
Dos personas más cuentan con
orden de aprehensión por este crimen y un tercer individuo podría también estar
involucrado, pero las autoridades ministeriales continúan recabando evidencia y
testimonios.
David Lozano Blancas,
coordinador de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales (SIE), confirmó
en conferencia de prensa que Carlos Alberto, ex cabo del Ejército Mexicano, es
uno de los involucrados en el homicidio
ocurrido en octubre de 2017 en los alrededores del fraccionamiento
Toledo Residencial, conmocionando a la sociedad mexicalense.
Aunque no estableció el móvil
del crimen, argumentando que sería hasta la audiencia de vinculación a proceso
cuando proporcionarían detalles, fuentes allegadas al caso afirman que parece
estar relacionado con el narcotráfico.
Autoridades de Estados Unidos
proporcionaron evidencia a la procuraduría, con la que lograron ubicar a los
presuntos responsables, pues aparentemente existe información que los vincula
con el tráfico de drogas.
El funcionario declaró que
fue un ataque directo, por lo que se descarta el pleito de tránsito como
inicialmente consideró la Policía Ministerial.
Referente al vehículo con el
que se perpetró el homicidio, Lozano Blancas dijo que fue localizado días
después del hecho, donde encontraron pasamontañas, guantes y una serie de
objetos relacionados con el asesinato; la unidad fue reportada como robada
minutos después de cometido el crimen.
Será dentro de las próximas
horas cuando Carlos Alberto sea presentado ante el Juez de Garantías para la
audiencia de vinculación a proceso. Eduardo Villa Lugo
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ CRISTIAN TORRES/ LUNES, 29 ENERO, 2018 12:00
PM)
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