Aseguraba que el narco ha salpicado
todos los aspectos de la vida en Sinaloa
México.- El pasado lunes 15
de mayo, en punto de las 12 del día, se registró el asesinato del escritor y
periodista Jesús Javier Valdez Cárdenas en el centro de Culiacán.
El ahora occiso practicaba su
labor periodística para el diario local Rio Doce, mismo del que era fundador,
así como también se desempeñaba como corresponsal para La Jornada.
Valdez es el autor del libro
Narcoperiodismo, mismo donde narra historias de periodistas que han sido
víctimas de la delincuencia.
Valdez gracias a tu labor
obtuvo el Premio Sinaloa de Periodismo por trabajos en la sección cultural de
este noticiero. Trabajó en el periódico Noroeste y desde 1998 es corresponsal
del periódico nacional La Jornada.
Javier Valdez. Foto: Internet
Ante esto, el columnista de
El Universal Ricardo Rocha planteó lo siguiente:
Cuando veo la foto que nos
tomaron sonrientes y abrazados después de la entrevista, me niego a aceptar que
sea suyo el cuerpo tendido a mitad de una calle en Culiacán. Salvo por su
infaltable sombrero.
En esa ocasión hablamos de
Huérfanos del Narco, que con Malayerba, Miss Narco, Narcoperiodismo y Con una
granada en la boca, conforman su herencia periodístico-literaria.
“Yo sostengo que ahora en
muchas regiones del país, no sólo en Sinaloa, el narco dejó de ser un fenómeno
policiaco y ahora es una forma de vida. Ya no es un asunto de buenos y malos,
de policías y sicarios, de militares y capos.
Ahora el narco ha salpicado todos los aspectos de la vida en estas
regiones” mencionó antes de morir.
Pero igual pasaba de la
contundencia a la ternura: “en Huérfanos del Narco quiero contar la historia de
miles de niños, hijos de desaparecidos y ejecutados; hijos de policías, hijos
de secuestrados, hijos de periodistas y también hijos de narcos; porque en
todos se repite una tristeza sin fondo, un duelo íntimo. En ninguno de mis
libros había tenido un tema tan espinoso y sensible como el de estos niños.
Por eso, más que hablar de la
muerte, quise hacer un canto a la vida de los que se quedan a seguir viviendo”.
En contraste, el crimen de
Javier Valdez culmina un ciclo de violencia y ataques directos a periodistas
que en tan sólo cinco años ha cobrado ya más de cien vidas.
Aunque en las semanas
recientes se ha recrudecido brutalmente: Cecilio Pineda, director de La Voz de
Tierra Caliente, en Guerrero (2 de marzo); Ricardo Monlui, director del portal
El Político de Córdoba (19 de marzo); Miroslava Breach, del Norte de Ciudad
Juárez y corresponsal de La Jornada (23 de marzo); Maximino Rodríguez del
portal de noticias Colectivo Pericú en Baja California Sur (14 de abril); y
Filiberto Alvarez, locutor de radio en Tlaquiltenango, Morelos (29 de abril).
Sin embargo, y con el debido
respeto a la memoria y la labor de todos ellos, este crimen tiene una especial
relevancia: Javier Valdez y su columna Malayerba fueron un baluarte del
periodismo en Sinaloa, donde por décadas su cártel y otros más han manchado de
sangre y violencia ciudades y pueblos.
Foto: EL DEBATE
Su revista RíoDoce —porque en
Sinaloa hay once ríos— ganó prestigio regional, nacional e internacional. Por
sí mismo, Javier era el referente obligado de quienes íbamos a reportear lo que
ahí pasaba.
Además, nadie como él
sintetizó todo ese conocimiento profundo del fenómeno del narco y su cultura en
espléndidos trabajos de investigación plasmados en sus libros.
Por cierto, me dicen que
estaba terminando uno nuevo sobre las relaciones entre narcotraficantes y
gobernantes. Yo creo que por eso lo mataron. No sólo por lo que ya había dicho,
sino por lo que estaba dispuesto al revelar sobre esa simbiosis del poder
político con los grandes cárteles de la droga, que definen el concepto de
crimen organizado. Ojalá, algo pueda rescatarse de ese trabajo.
Por lo pronto, me quedo con
lo que me dijo sobre los mexicanos que viven en zonas del narco, sin participar
en él y por el simple amor a su tierra: “a ellos no les gana ni la desolación,
ni la desesperanza, a pesar del dolor y la tragedia.
Esta gente está luchando,
está sobreviviendo y nos dan todos los días una lección de civismo, de
ciudadanía, de heroicidad y de dignidad, que a este país tanta falta le hacen”.
(El Debate/ REDACCION/ 17/05/2017 -
10:48 HS)
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