Traiciones, disputas y alianzas
La violencia entre los
cárteles de la droga en México va a continuar por muchos años más porque en
este país las autoridades no tienen una estrategia clara para abordar el
conflicto en todas sus vertientes, afirma el investigador del Instituto
Nacional de Ciencias Penales, INACIPE, Martín Gabriel Barrón Cruz.
Es importante que el Gobierno
entienda que cada uno de los cárteles que operan en Sinaloa tiene una forma y
lógica propia de operar y eso tiene que entenderlo la inteligencia militar,
porque el gran problema que tienen las autoridades derivado de la lucha contra
el narcotráfico desde el 2000 al 2012 es que había siete grandes cárteles y a
raíz de la lucha contra el crimen organizado, orquestada por Calderón, se
generaron más de 80 nuevos sub grupos y hoy en día hay más de 130 células.
Y esto ya se les salió de
control, afirma.
Esto de aplicar la teoría del
descabezamiento o matar a algún líder de los grandes cárteles no ha resuelto
nada porque abajo siempre habrá quien dispute
el relevo en el cargo. Lo único que genera es más violencia y más
problemas.
En el gobierno de Felipe
Calderón jamás hubo estrategia. Se combatió por combatir, no hubo rumbo,
pensando en que el combate al narco sería similar a combate a la guerrilla, y
ese fue un grave error. Si se quiere resolver el problema de la violencia del narcotráfico,
el especialista recomienda analizar la forma de operar de cada grupo.
Se requiere una visión
antropológica para entender cómo operan
los cárteles y que hay detrás. Se requiere observar ese criterio familiar que tenían grandes
capos como los Carrillo Fuentes, Ismael Zambada, Juan José Esparragoza, Ignacio
Coronel, y las relaciones y ligas familiares de unas familias y otras.
Confirmamos que es una gran familia, muy extensa.
Falta analizar estos
elementos de la antropología cultural que están detrás de esto que llamamos
Sinaloa. Si no hacemos una explicación de esta naturaleza seguiremos sin
entender el porqué de estos grandes cárteles.
El investigador del INACIPE
sostiene que la ruptura de alianzas entre uno y otros cárteles y las pugnas internas entre familiares dentro
del Cártel de Sinaloa, más la disputa por los mercados que tradicionalmente
controlaba el narcotraficante Joaquín Guzmán,
está agudizando los enfrentamientos y asesinatos no solo en Sinaloa sino
en la mayor parte del país.
El autor de por lo menos 16
libros, entre los que están Violencia y seguridad en México en el umbral del
Siglo XXI, y Gobernar con el miedo; la lucha contra el narcotráfico
(2006-2012), explica que más allá de esa
lucha frontal que ha sostenido con los cárteles enfrentando a las fuerzas de
seguridad nacional con las células de
estos cárteles y que ha sido muy costoso para la sociedad mexicana, el gobierno
carece de inteligencia para actuar
yestados como Sinaloa que son escenarios
marcadamente violentos, lamentablemente seguirán aportando más muertos a la lucha contra las drogas.
El doctor en criminología
dice que Sinaloa vive uno de sus peores momentos porque la extradición de
Joaquín Guzmán Loera, ha desencadenado una lucha abierta por la dirección del Cártel
de Sinaloa, que siendo una estructura
con lazos y códigos familiares muy fuertes, ha entrado en disputa con otros
miembros del Cártel que al fracturarse generó brazos que ahora intentan
desplazar a Joaquín Guzmán y su descendencia.
Dijo que en Sinaloa hay
cuatro grandes problemas: el primero de estos son todos los conflictos internos
del propio Cártel de Sinaloa, es decir, el enfrentamiento entre Alfredo Beltrán
Guzmán —hijo de Alfredo Beltrán Leyva— y las disputas que hay contra los hijos
de Joaquín Guzmán Loera y su hermano Aureliano.
En su opinión ese es un gran
problema que hay que resolver sobre todo
por la muerte del abuelo de Beltrán Guzmán, que se asume que quien lo priva de la vida es Aureliano, el hermano de Joaquín Guzmán.
La disputa entre Dámaso López
Núñez, el Licenciado, con los hijos de
Guzmán Loera, después de su extradición y la incertidumbre de saber quién sería
el o los sucesores en el poder, es otro de los puntos que siguen provocando caos
en las zonas donde operan el negocio de la siembra, trasiego y venta de las
drogas.
Al respecto dice que está
pendiente el conflicto de negocios que el Cártel de Sinaloa sostiene con Isidro
Meza, conocido como el Chapo Isidro, en toda la franja de Guerrero y parte de
Michoacán, considerada un punto de entrada para las metanfetaminas y para los
precursores de las drogas sintéticas, y que era controlada por el Cártel de
Sinaloa y controlada a través de los
Beltrán Leyva.
Pero el conflicto mayor será
con el Cártel Jalisco Nueva Generación, porque si bienfueron aliados entre 2010
y 2013, esta unidad se rompió en el
2013, y ahora el CJNG ha crecido a tal magnitud que trata de recuperar los
territorios que tradicionalmente controlaba el Cártel de Sinaloa sobre todo en
Jalisco, Colima, Michoacán y toda la franja hasta el triángulo dorado.
Es importante considerar que
la inestabilidad que vive el país derivada de la violencia entre cárteles incluye también que el Cártel Jalisco Nueva
Generación está haciendo frente a los
pequeños cárteles en Guerrero y contra los cárteles del Golfo y Zetas.
ZETAS, LA MAYOR AMENAZA
En opinión Barrón Cruz, los
cárteles de Sinaloa han sido más familiares
y a diferencia de los Zetas son más violentos. Cuando los cárteles de
Sinaloa eran copados y sometidos por las
fuerzas armadas, entregaban las armas y se acababa la reyerta.
En cambio con los Zetas la
situación es distinta porque esos últimos son desertores del Ejército y las
fuerzas armadas se están enfrentando a militares. Aquí el enfrentamiento dura
más y la violencia es más exacerbada. Son los zetas los que empezaron con la cultura
de la tortura y demás formas que ahora son esa violencia cruda que vive el
país.
(RIODOCE/ Francisco Sarabia/Ciudad de
México / 15 mayo, 2017)
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