En sus respuestas para
declararse inocente frente a la demanda por fraude que interpuso Paula Cusi -la
última esposa de Emilio Azcárraga Milmo-, por la venta del 16.6 por ciento de
sus acciones de Televisa, Ernesto Canales busca confundir. La señora no ha probado
la acusación, dijo el zar anticorrupción de Nuevo León -lo que no es correcto-,
y añadió que hay dos juicios paralelos, civil y mercantil, pendientes de
resolución. En el pantano en el que se hunde, precisamente el tema de esos
juicios paralelos son los que permitieron descubrir los elementos para que lo
demandaran: un cobro de cinco millones de dólares que exigió a la señora Cusi
por los servicios que él y su entonces socio, César Francisco García Méndez,
devengaron en el litigio de la sucesión testamentaria de “El Tigre” Azcárraga.
La transmisión de acciones y
propiedades se dio en mayo de 2011, en un acuerdo que la señora Cusi creía era
para que Televisa dejara de perseguirla judicialmente y encarcelarla, además de
un finiquito de 50 mil pesos, negociado por Canales y García Méndez con los
representantes de la televisora. Pero según los expedientes del caso, el pago
por cinco millones de dólares, era algo que no entendía. ¿Por qué si el
finiquito había sido por 50 mil pesos querían ese monto? La señora Cusi
contrató otros abogados para que le ayudaran en este nuevo litigio.
Los detalles de cómo se
enteró la señora Cusi de lo que Canales y García Méndez habían hecho a sus
espaldas, aparece contenido en los autos del juicio civil de este último en contra
de la viuda de Azcárraga Milmo. En el proceso, los nuevos abogados de la señora
Cusi pidieron los detalles del convenio sobre la transmisión de las acciones a
Canales y García Méndez, quienes se negaron a entregarlos bajo el alegato de
que existía un acuerdo de confidencialidad, por lo que interpelaron a Televisa.
Como resultado, la empresa entregó al juzgado copias de las escrituras públicas
66219, 66284 y 66285.
Las dos primeras fueron
firmadas el 28 de abril, tras la cesión que hizo la señora Cusi de “todos y
cada uno de sus derechos” de la sucesión de “El Tigre” a Emilio Azcárraga Jean,
mediante el finiquito de 50 mil pesos. La tercera fue firmada un día después de
que se suscribiera la “Carta de Instrucción” del 17 de mayo, donde Canales y
García Méndez indicaban a Televisa la forma como debía pagar seis millones de
dólares en dos entregas, una el mismo día, y la otra 10 después, a Summer
Stream, C.V., la empresa de Canales registrada en Holanda, como
contraprestación para Cusi. Igualmente, los abogados de la señora Cusi pidieron
al juzgado que los notificara de cualquier acción que pudieran emprender sus
antiguos representantes.
Así encontraron otro conejo
en la chistera. Los nuevos abogados de la señora Cusi recibieron en el Sexto
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito un sobre cerrado donde
Canales, en una carta a la señora Cusi fechada el 21 de octubre de 2011, hacía
una rendición de cuentas sobre todo el proceso de sucesión testamentaria en
donde reconocía el pago de los seis millones de dólares y subrayaba que, a
petición de ella, se haría ese pago a los abogados por concepto de honorarios,
y se realizarían depósitos que no la vincularan a ellos. Es decir, detallaban
lo que contenía la “Carta de Instrucción”. Esta carta, como se señaló en la
entrega anterior de esta columna, nunca le fue entregada a la señora Cusi,
quien tampoco dio las órdenes de proceder como las mencionó Canales. El
descubrimiento de esa carta se dio meses después de haberse escrito.
Cuando la encontraron los abogados
de la señora Cusi, lo denunciaron. En una notificación al juez Sexto de lo
Civil de Primera Instancia del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, el abogado Jacinto Guillén expuso: “Vengo a inconformarme
categóricamente con la rendición de cuentas supuestamente realizada por el C.
Ernesto Canales Santos... toda vez que es contraria a derecho por estar
sustentada en hechos falsos, toda vez que mi mandante no le instruyó para que
dispusiera dicho señor de la cantidad de seis millones de dólares en ninguna
forma, ni que retuviera dicha cantidad de dinero por ningún concepto, mucho
menos como dicho señor lo manifiesta en su espuria rendición de cuentas”.
La documentación en actas
contradice todo lo expuesto por Canales en los últimos días a través de los
medios de comunicación, y muestra que varias de sus declaraciones son opuestas
entre sí. Canales fue llamado a comparecer este lunes por el Congreso de Nuevo
León, a donde aceptó ir, en palabras del secretario general de Gobierno del
estado, Manuel González, pero para hablar de su actuar público, no de su vida
privada. Está equivocado. La demanda de un fraude, contra el zar anticorrupción
o contra cualquier persona en el servicio público, no es un tema privado al
afectar directamente al Gobierno que representa.
En este caso, el
cuestionamiento de su probidad en una demanda por fraude, afecta al Gobernador
Jaime Rodríguez, “El Bronco”, quien hizo de la lucha contra la corrupción su
principal bandera electoral. ¿Cómo cumplir cabalmente con lo prometido cuando
el responsable está acusado por los delitos que dice combatir? Le estorba
Canales a “El Bronco” en su cruzada contra la corrupción. Es decir, es un
lastre que hay que descargar para salvar el barco.
twitter: @rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE
PERSONAL/Raymundo Riva Palacio/ 05/04/2016 | 04:00 AM)
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