Ciudad
de México, 15 de julio (SinEmbargo).– Horas después de que Joaquín “El Chapo”
Guzmán Loera escapara de la prisión de seguridad máxima de El Altiplano, el
gobierno de Estados Unidos ofreció todo lo que tenían para ayudar a capturarlo:
desde jefes de policía hasta drones y un grupo de trabajo especial.
Sin
embargo, las autoridades mexicanas “mantuvieron a raya” a sus homologas
estadounidenses. Simplemente no respondieron al ofrecimiento de esa ayuda
adicional, publica The New York Times.
“Funcionarios
mexicanos y estadounidenses dijeron que el retraso confundió a los organismos
policiales de ambos lados de la frontera y socavó los esfuerzos para encontrar
al señor Guzmán, el jefe multimillonario del Cártel de Sinaloa conocido como
‘El Chapo’, antes que su riqueza y sus conexiones en todo el mundo lo ayudaran
a desaparecer”, dice el reporte publicado por Azam Ahmed y Damien Cave.
“No
podemos entender realmente por qué se niegan a dar una respuesta”, dijo un
funcionario mexicano a The New York Times, el cual trabaja en el aparato de
seguridad del país, pero que no estaba autorizado a hablar públicamente sobre
las deliberaciones de su gobierno.
El
día de ayer, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el
Embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, acordaron fortalecer la
coordinación y la colaboración entre ambos países para lograr la recaptura de
Guzmán Loera.
Mediante
un comunicado de prensa, la Secretaría de Gobernación informó que el acuerdo
fue alcanzado la tarde del martes durante una reunión de Osorio con Wayne. ”De
igual manera, acordaron mantener una comunicación constante y un intercambio de
información institucional que coadyuven en el cumplimiento de este propósito”,
indicó la institución.
La
misma información indica que “Wayne reiteró la confianza y el respaldo del
Gobierno de Estados Unidos a México en esta tarea”, y ratificó “el apoyo de las
instituciones estadounidenses” a México, “siempre en el marco de respeto a la
ley y la soberanía”.
En
tanto, diversos medios mexicanos publican que agentes de la Administración
Antidrogas (DEA) y el Buró Federal de Investigación (FBI) se reunieron ayer en
las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) para acodar
los términos de su cooperación en la recaptura de “El Chapo”. En la reunión participaron Tomás Zerón de
Lucio, jefe de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y Gilberto Higuera
Bernal, subprocurador de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo.
Pero
The New York Times recordó hoy que en la conferencia de prensa del día lunes,
Miguel Ángel Osorio Chong “dejó en claro que ninguna ayuda adicional
estadounidense se debía esperar”.
“Bienvenidas
estas expresiones [el ofrecimiento de ayuda por parte de EU], pero quiero
decirle que por supuesto estamos nosotros en este momento trabajando y que así
se lo hemos dicho. Ellos también traen esta preocupación y ya hemos quedado en
seguir adelante la colaboración, no vamos a hacer algo nuevo respecto a lo que
hemos venido haciendo con ellos”, fueron las palabras del encargado de la
política interna del país al cuestionado sobre un acercamiento con las autoridades
de EU.
Es
decir: ni jefes de policía norteamericanos, ni drones, ni grupo de trabajo
especial.
Para
el medio norteamericano, las “vacilaciones de México por la oferta
estadounidense refleja años de tensión entre los países desde la disminución de
su esfuerzo conjunto contra los carteles, hasta la caída en las extradiciones a
Estados Unidos y las prioridades divididas en México”.
Funcionarios
mexicanos y estadounidenses dijeron a Azam Ahmed y Damien Cave, periodistas de
The New York Times, que la persecución estaba marcada por las mismas luchas por
la urgencia, el control y la soberanía que llevaron México a resistir la
extradición de Guzmán Loera a los Estados Unidos después de ser detenido en una
operación conjunta a principios de 2014.
“Las
sospechas e inquietudes que han afectado la relación de seguridad entre las
naciones desde que Estados Unidos
aumentó su participación en la guerra del narcotráfico en México hace casi una
década están empañando lo que había sido su arresto más glorificado”, dice el
medio.
Carl
Pike, un ex agente especial a cargo de la División de Operaciones Especiales de
la Administración de Control de Drogas para las Américas, dijo al Times que la
situación “es frustrante”.
“Fue
mucho trabajo de un montón de gente realmente buena para ponerlo [a Joaquín
Guzmán Loera] allí [en la cárcel]. ¿Para que luego se encontrará en una
situación en la que puede subir en un túnel y escapar?”, lamentó Pike.
El
ex agente de la DEA vio como “una especie de broma” el que Guzmán, conocido por
el uso de túneles en la frontera y en sus casas de seguridad, utilizará uno
para salir de una cárcel de máxima seguridad. “Un túnel. ¿Quién lo habría
pensado? Es una especie de una obviedad”, dijo.
“En
un país en el que el escape de la prisión del señor Guzmán en 2001 sigue siendo
legendario [...] los intentos de un escape fueron ampliamente vistos como
inevitables. Pero México y Estados Unidos han insistido durante mucho tiempo
que México es fuerte y menos vulnerable a la manipulación cártel debido a su
responsabilidad compartida para la seguridad”, dice The New York Times.
El
diario recuerda que con el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, “la
participación estadounidense para enfrentar a los carteles aumentó enormemente,
hasta el punto que los drones de vigilancia estadounidenses volaron
profundamente en México y aviones estadounidenses tripulados volaron sobre el
país para espiar a sospechosos”.
No
obstante, menciona que “en los últimos años, sobre todo después que el
Presidente Enrique Peña Nieto y su Partido Revolucionario Institucional, o PRI,
tomaran el poder en 2012, la amargura dibujada de cómo México y Estados Unidos
interactuaron en el pasado ha vuelto a resurgir”.
“El
gobierno de Peña Nieto, puso a los estadounidenses fuera de alcance desde que
asumió el cargo, cuestionando el derecho de los funcionarios de EU para hacer
pruebas de polígrafo a funcionarios de seguridad de élite para erradicar la
corrupción”, dice el medio.
The
New York Times dice para diferentes sectores del gobierno estadounidense había
otros signos tempranos de un desacuerdo.
El
reporte dice que la parte operativa estadounidense contra las drogas “empezó a
preocuparse cuando el gobierno de Peña Nieto centralizó la comunicación a
través de la Secretaría de Gobernación, en lugar de dejar que las fuerzas del
orden en ambos países trabajaran juntas y por su cuenta como lo venían haciendo
con el señor Calderón”.
“La
‘ventanilla única’, estaba destinada a agilizar la cooperación, dijeron las
autoridades mexicanas. Pero ralentizó redadas y proyectos tan pronto como la
nueva administración se vio abrumado por la entrada de Estados Unidos”, dice
The New York Times.
Carl
Pike dijo al medio que Osorio Chong “no se dio cuenta de lo involucrado que el
gobierno de los Estados Unidos estaba en México [...]. No era sólo la DEA. Era
Aduanas y el Departamento de Defensa de Estados Unidos y el Departamento de
Estado”.
La
publicación dice que los responsables de la política estadounidenses tenían sus
propias dudas acerca de la administración de Peña Nieto. “Para muchos, la
operación de seguridad era demasiado similar al PRI de la antigüedad, que
gobernó México desde 1929 hasta 2000”.
“No
hubo ningún enfoque sistemático para abordar el problema que tenían en sus
manos”, dijo un ex funcionario estadounidense. “Los grandes actores de la
política estaban enfocados en la agenda económica, y no se centraron en la
seguridad. Habían dejado este tema en manos de los chicos tradicionales del
PRI, en lugar de chicos modernos del PRI”.
Pero
la cooperación mejoró un poco con el tiempo, dijeron funcionarios
estadounidenses y mexicanos al Times, que refiere cómo la información sobre
sospechosos fluyó de ida y vuelta todos los días entre funcionarios de y sus
contrapartes mexicanas. Dice que incluso drones de EU se centraron en la trata
de personas y continuaron a volar cerca de la frontera.
Destaca
otros episodios de esta colaboración como en su momento fue la captura del
líder de los zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, ocurrida en julio de 2013 y
el “punto culminante” que representó la captura de “El Chapo”, la cual si bien
demostró la cooperación entre ambos países también arrojó anomalías.
“En
el momento en que la persecución [de ‘El Chapo’] comenzó a hacer progresos
serios, con incursiones que lo dejaron escapar en su estado natal de Sinaloa
(incluyendo otra instancia cuando escapó por un túnel debajo de un cuarto de
baño), los procesamientos conjuntos entre Estados Unidos y México se
ralentizaron”, dice el medio.
The
New York Times asegura que el arresto de Guzmán Loera “o más bien, cómo fue
descrito por funcionarios mexicanos, no necesariamente fortaleció la relación.
Muchos funcionarios policiales estadounidenses dijeron que estaban frustrados
por el intento de México de acreditar a todas las agencias posibles, desde el
Ejército y la Marina hasta la Policía Federal, y mencionar sólo de pasada el
papel de Estados Unidos en el seguimiento de él durante años y finalmente
capturarlo”.
El
reporte dice que muchos funcionarios y expertos ahora cuestionan cómo los
Estados Unidos y México se moverán hacia adelante. Algunos argumentan que las
relaciones podrían mejorar, sobre todo si los países se combinan de nuevo sus
fuerzas para perseguir a Guzmán.
(SIN
EMBARGO.MX/ Redacción / julio 15, 2015 -
09:14h)
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