Tan
pronto terminen las diligencias de la PGR, anunció el secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la prensa podrá recorrer el túnel por
donde se escabulló Joaquín “El Chapo” Guzmán. El túnel es el símbolo de la gran
fuga y en donde se concentra el imaginario colectivo. Pero en la PGR no fue esa
la primera hipótesis, sino que el jefe del Cártel del Pacífico había salido por
la puerta. No había evidencia de nada aún, pero la versión sacudió. La
instrucción a la procuradora Arely Gómez fue que la mantuviera en secreto y se
concentrara la averiguación en el túnel. El tema es muy relevante. Si la
averiguación concluye que fue por el túnel, podría contenerse la
responsabilidad en los encargados de las cárceles. Pero si fue por la puerta,
podría escalar en la cadena de mando dentro de la Comisión Nacional de
Seguridad por omisión o comisión.
Los
detalles sobre la fuga de “El Chapo” Guzmán siguen fragmentados, porque
continúan las diligencias y los peritajes. Sin embargo, Osorio Chong dio a
conocer algunos de los tramos de responsabilidad que se están investigando,
enfocados en los cinco círculos de seguridad que se abordaron en este espacio
el lunes. El secretario fue profuso, pero la información que le entregaron sus
colaboradores en la Comisión Nacional de Seguridad parece estar incompleta:
1.-
El secretario afirmó en su mensaje a los medios el lunes que El Altiplano
“opera bajo estricto cumplimiento de los protocolos de seguridad y los
estándares internacionales requeridos en los penales de máxima seguridad”.
Osorio Chong añadió que están a la espera de la nueva certificación. La última
certificación al penal del Altiplano se entregó en 2011, y se tiene que renovar
cada cuatro años. El plazo para que esto sucediera, ya venció. Es decir, esa
cárcel no tiene la certificación.
2.-
El secretario dijo que las medidas de seguridad en el penal incluyen un sistema
de videovigilancia y monitoreo permanente conformado por más de 750 cámaras,
puntos de revisión y módulos de aislamiento para internos de alta peligrosidad.
La investigación determinará qué sucedió con esos videos. Lo que no dijo Osorio
Chong, quizás porque no le informaron, es que desde que se fugó “El Chapo” de
Puente Grande en 2001 se añadió un sistema redundante en la Ciudad de México,
que se llama videovigilancia y monitoreo remoto, que además de ver parcialmente
las regaderas –donde dice la autoridad empezaba el túnel–, tenía un sistema de
audio. Este sistema remoto fue desconectado por órdenes de Manuel Mondragón y
Kalb, comisionado Nacional de Seguridad hasta marzo de 2014.
3.-
El secretario dijo que Guzmán Loera tenía un brazalete preventivo para su
localización dentro del penal. El Gobierno tenía 400 brazaletes electrónicos
con GPS, que se contrataron a una empresa canadiense que monitoreaba
permanentemente los movimientos del interno y alertaban cuando veían anomalías,
como sucedió con la fuga de presos en el penal de las Islas Marías –que tomaron
el control de la cárcel–, en febrero de 2013. De acuerdo con fuentes federales,
el contrato venció en 2013, y Mondragón y Kalb no lo renovó.
4.-
El secretario dijo que por razones de derechos humanos y de respeto a la
intimidad la videovigilancia tiene dos puntos ciegos, y que la Comisión
Nacional de Derechos Humanos no permitía que portaran brazaletes dentro de la
celda. No obstante, el reglamento interno de las cárceles mexicanas establece
que los internos carecen de privacidad. Por lo que respecta a la CNDH, nunca
hicieron tal petición, sino que el costo del brazalete lo asumiera el Gobierno
y no el reo.
5.-
El secretario dijo que dentro de la celda de Guzmán Loera había un sistema de
vigilancia de circuito cerrado que siempre estuvo funcionando y monitoreado en
tres turnos durante las 24 horas del día, desde el interior del penal y desde
el centro de control de la Policía Federal. Los videos del interior del penal
permitirán establecer qué es lo que vieron los encargados de monitorear, y si
el sistema redundante en la Policía Federal seguía en operación, determinar
quién fue el responsable de no informar que “El Chapo” se estaba fugando.
Los
problemas en El Altiplano sí fueron registrados en su momento. Un informe que
elaboró en agosto de 2013 la Dirección General de Inspección y Evaluación para
la Operación, donde había nueve observaciones sobre las fallas de seguridad,
fue entregado al doctor Mondragón y Kalb, sin que corrigiera las deficiencias
encontradas. Entre las fallas encontradas incluía que las cámaras de vigilancia
interna no daban las fechas o las horas correctas. No se sabe si el
excomisionado informó a sus superiores de ello.
Guzmán
Loera, dijo Osorio Chong, logró fugarse a partir de una estrategia que le
permitió evadir todos los sistemas internos de seguridad diseñados conforme a
estándares internacionales. No hay forma de que pudiera haberse fugado sin
comprar a custodios e incluso autoridades carcelarias. También pudo recurrir a
las amenazas si no cooperaban.
El
sistema redundante servía para contrarrestar estas variables y fortalecer los
controles de seguridad, pero su desmantelamiento contribuyó a facilitar la
fuga. De ahí la importancia del túnel y la manera como proceda la
investigación. La cadena de mando responsable no puede quedarse en las
autoridades carcelarias. Hubo fallas que deberían de ser, como bien dijo el
Presidente desde hace año y medio, imperdonables. Sea por omisión, o comisión.
(ZOCALO/
COLUMNA “ESTRICTAMENTE PERSONAL” DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 15 DE JULIO 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario