Periodistas locales, periodistas y
medios nacionales, así como organismos internacionales se unen a la petición de
ZETA ante la liberación de los dos asesinos de Héctor Félix Miranda, cofundador
de este semanario: que se esclarezca la autoría intelectual del asesinato
cometido por dos escoltas de seguridad de Jorge Hank Rhon, quien no fue
investigado propiamente
Los dos sentenciados asesinos
de Héctor “El Gato” Félix Miranda, recuperaron con diferencia de un día, su
libertad.
A 27 años del crimen contra
el hombre y la libertad de expresión, su asesino intelectual conserva la impunidad.
Nunca fue siquiera investigado.
Victoriano Medina y Antonio
Vera Palestina concluyeron con la pena de 27 y 25 años respectivamente, que les
fue impuesta por los jueces Braulio Gómez Verónica y Miguel Ángel Barud
Martínez, por el asesinato del periodista y Codirector Fundador de ZETA.
Los dos jueces emitieron
primero órdenes de aprehensión para la captura de los cercanos colaboradores de
Jorge Hank Rhon, y posteriormente dictaron sentencia, conforme a los periciales
y las investigaciones aportadas por la Procuraduría de Justicia del Estado, por
la culpabilidad de los dos como autores materiales del asesinato de “El Gato”.
Habían emboscado la mañana
del miércoles 20 de abril de 1988 al periodista cuando se dirigía a las
oficinas de ZETA. Le cerraron el paso y le dispararon con una escopeta
recortada hasta matarlo y prácticamente desprenderle un brazo.
Las investigaciones de la
Procuraduría dieron con los culpables. Los encontraron en el Hipódromo Agua
Caliente, entonces concesionado a Jorge Hank Rhon. Vera era el jefe de
seguridad de Hank, y Medina subordinado de éste, escolta al igual que Emigdio
Nevarez, un tercer hombre que fue asesinado cuando se encontraba libre.
También las armas con que
asesinaron a Héctor Félix, como los vehículos que se utilizaron en la
emboscada, salieron del Hipódromo Agua Caliente.
En 1989 las investigaciones
de Gustavo Romero Meza, Comandante de la Policía Judicial en Tijuana,
determinaron que los asesinos del periodista habían sido el Jefe de seguridad y
el escolta de Jorge Hank.
En las indagaciones se
llegaría también a la conclusión que de la armería del Hipódromo habían salido
aquella mañana las armas de fuego y los asesinos, y que después de cometido el
homicidio, habían regresado al centro hípico a ocultar el carro Trans-am y la
escopeta calibre 12 doble cero que utilizaron para ultimar al periodista.
De hecho, se reveló que
prófugo, Antonio Vera Palestina se había refugiado en las instalaciones del
Hipódromo antes de huir a los Estados Unidos.
Tales revelaciones llevarían
al después Gobernador del Estado, Licenciado Ernesto Ruffo Appel, a declarar
que “Todos los caminos conducen al Hipódromo” en referencia al origen del
crimen y la orden de matar al periodista.
Pero Jorge Hank Rhon, el jefe
director de Vera Palestina y escoltado por Victoriano Medina nunca fue
investigado por este crimen. No a pesar que declararía años después que había
estado al pendiente de sus subordinados encarcelados, y hace unos días declaró
a los reporteros y ante la liberación de los suyos, que los esperaba para
platicar con ellos, que a Vera lo pondría a estudiar hasta concluir la escuela
de derecho, y en el caso de Medina revisaría la Ley para ver si puede un ex
presidiario andar armado, para darle trabajo.
En el colmo de su
egocentrismo en relación al caso del asesino de Héctor Félix y la afrenta a
semanario ZETA, hizo ante la prensa declaraciones falsas. Dijo, y así lo
reprodujo el portal noticioso AFN: “…que trató de restablecer la relación con
Blancornelas y ZETA ‘y después con Adela (Navarro Bello), pero no quisieron’.
Entonces, respondió tajante: ‘ni los leo, ni los oigo, ni los veo, ni opino”.
Jorge Hank no se acercó a
esta codirección que encabezan César René Blanco Villalón y Adela Navarro
Bello. Nunca pidió “restablecer una relación”. De hecho, en 2004 cuando
Francisco Javier Ortiz Franco no había sido asesinado, escribió a nombre del
Consejo Editorial, una columna donde ZETA hacía pública la decisión de no
aceptar publicidad ni de la campaña ni de la presidencia municipal de Hank, por
ser sospechoso de la autoría intelectual en el crimen contra Héctor Félix.
El miércoles 29 de abril por
la tarde, ante la comunicación de solidarios compañeros periodistas para
conocer una postura de ZETA ante la liberación de los asesinos de Félix
Miranda, el Consejo Editorial de este semanario redactó un posicionamiento al
respecto que hizo púbico:
DE HÉCTOR FÉLIX MIRANDA, SE CONSUMA IMPUNIDAD CON
LIBERACIÓN DE ASESINOS
Con la liberación de los dos
asesinos sentenciados de Héctor Félix Miranda se consuman 27 años de impunidad
respecto al homicidio cometido por Antonio Vera Palestina y Victoriano Medina
el 20 de abril de 1988.
Los hombres, ambos
colaboradores cercanos de Jorge Hank Rhon cuando, de acuerdo al juzgador,
cometieron a sangre fría el asesinato del periodista en Tijuana, saldrán de
prisión el 30 de abril en el caso de Medina, y el 1 de mayo en el caso de Vera,
fecha en que concluyen las sentencias de 25 años de prisión que les fueron
impuestas, sin que el autor intelectual haya sido nombrado, aprehendido y
juzgado por el atentado a la libertad de expresión.
Quienes trabajamos en ZETA
lamentamos tantos años de represión sin castigo a quien ordenó el atropello al
libre ejercicio de la prensa que culminó en la muerte del entonces Codirector
de este Semanario. Da pena saber que a la fecha quien mandó matar a nuestro
Cofundador sigue impune.
El expediente del asesinato
de Héctor Félix fue cerrado sin llegar hasta las últimas consecuencias; a 27
años de su muerte y ante la liberación de sus asesinos, dado que en la fecha de
la comisión del crimen la justicia marcaba 25 años como pena máxima para
homicidas –hoy día son 50 años–, exigimos se retome el compromiso que asumió el
Gobierno del Estado, en ese entonces encabezado por Eugenio Elorduy, cuando
autorizó a la Sociedad Interamericana de Prensa la revisión del expediente de
Félix, para en caso de encontrar un elemento no investigado correctamente que
vinculara al autor intelectual, el expediente fuera reabierto para juzgarlo.
Por eso, en Semanario ZETA
lamentamos que el caso de Héctor Félix Miranda siga siendo uno de los
pendientes de la justicia mexicana y un atentado cuyo verdadero responsable aún
no paga por el crimen que cometió.
Hasta ahí lo expresado en el
comunicado.
De igual manera, la Sociedad
Interamericana de Prensa, se solidarizó con la petición de ZETA de reabrir el
caso hasta dar con el asesino intelectual. En un comunicado de prensa mostraron
su posición:
“La Sociedad Interamericana
de Prensa (SIP) expresó solidaridad con el semanario Zeta de México que volvió
a reclamar por el caso impune de su codirector, el periodista Héctor Félix
Miranda, sin que todavía se haya esclarecido la autoría intelectual de ese
asesinato.
“El reclamo de Zeta se
produce en momentos que los dos asesinos materiales, Victoriano Medina Moreno y
Antonio Vera Palestina, serán liberados esta semana, por cumplimiento de
condena. Al momento que mataron al periodista en 1988, eran agentes de
seguridad del hipódromo Aguas Calientes de Tijuana, una entidad sobre la que
Félix Miranda venía denunciando graves irregularidades”.
En el Semanario también
recibimos comunicación del Comité para la Protección de los Periodistas con
sede en Nueva York, Estados Unidos. Además la solidaridad de medios nacionales
y locales respecto la comunicación del Consejo Editorial, así como de la
Asociación de Periodistas de Tijuana, quienes hicieron un llamado:
“Con la libertad de los dos
asesinos materiales de Héctor Félix no puede concluir el episodio, pues falta
castigar a quien ordenó su crimen y de acuerdo con la jurisprudencia firmada
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 18 de julio de 1954, en la que
se establece claramente que “mientras el sujeto se sustraiga de la acción de la
justicia y si no se realizan las diligencias, en un plazo mayor o menor de
tiempo no significa que corra el lapso prescriptorio”.
“…La Asociación de
Periodistas de Tijuana alzamos la voz para exigir que el hecho que Antonio Vera
Palestina y Victoriano Medina hayan cumplido con su sentencia carcelaria, no
debe ni puede ser motivo para dejar sin que la justicia alcance a quien ordenó
el crimen y que según el ex gobernador Ernesto Ruffo Appel está en el
Hipódromo de Agua Caliente que dirige Jorge Hank Rhon”.
LA PÁGINA NEGRA SE MANTIENE
En honor de la columna de
Héctor Félix, titulada “Un Poco de Algo”, se mantiene su página, la misma que
pretendieron silenciar con el asesinato del periodista, fue utilizada para
redactar un mensaje de denuncia en un fondo negro.
Un Poco de Algo, en la página
2B, dice así:
“Jorge Hank Rhon: ¿Por qué me
asesinó tu guardaespaldas Antonio Vera Palestina?
“Lic. Francisco Arturo Vega
de Lamadrid: Los ex Gobernadores Lic. Xicoténcatl Leyva Mortera, Ing. Óscar
Baylón Chacón, Lic. Héctor Terán Terán, Lic. Alejandro González Alcocer, Lic.
Eugenio Elorduy Walther y Lic. José Guadalupe Osuna Millán no quisieron ordenar
la captura de los que planearon asesinarme.
“¿Podrá su gobierno capturar
a los que ordenaron mi crimen? El Lic. Ernesto Ruffo Appel sí pudo encarcelar
al que me mató, y dijo que en este caso “todos los caminos conducen al
Hipódromo Agua Caliente”.
Con el asesino intelectual
libre, impune, y ahora los asesinos materiales libres luego de compurgar la
pena, la página negra, la columna Un Poco de Algo en la página 2B, seguirá
publicándose cada semana, hasta que se haga justicia.
LLORANDO, MEDINA SE DICE INOCENTE
Arrogante, siniestro, su
actitud no mostraba el mínimo arrepentimiento.
Era una noche de noviembre de
1992 cuando trasladaron a Victoriano Medina al Cereso de Mexicali, y el
Codirector de ZETA, Jesús Blancornelas, me asignó la cobertura fotográfica. Ésa
fue la impresión que se quedó grabada en mi mente del asesino de Héctor Félix
Miranda, El Gato.
Casi 23 años después, a las
12:08 de este jueves 30 de abril –exactamente 27 años después que fue detenido–
Victoriano Medina cruzó la puerta metálica del penal El Hongo II. Había
concluido la pena que le fue impuesta por el asesinato del periodista, y por un
cargo federal. Un guardia de la prisión estatal le hizo las preguntas de
protocolo, sus generales; el hombre caminó unos pasos más para cruzar la puerta
de la malla ciclónica y recuperar su libertad.
“Que le vaya bien”, alcanzó a
decir el guardia a modo de despedida.
Vistiendo aún el uniforme del
penal, pants gris y la camiseta blanca, Victoriano Medina enfiló por la acera
norte y caminó hacia el oeste.
Su porte ahora es otro, los
64 años le cayeron encima; pelo completamente blanco, lentes, caminar lento y
medio encorvado, su actitud parece a la defensiva. Así lo abordaron la media
docena de periodistas que cubrían su liberación:
-¿Cómo se siente?
“Feliz, porque allá esta mi
familia…”.
-¿Qué planes tiene para lo
inmediato?
“Pues yo no tengo ninguno,
pero Dios sí los tiene para mí…”.
-¿Cómo se sintió durante
todos estos años?
“Fueron varias etapas de mi
vida, no puedo generalizarlas, fue un proceso muy largo, tuve la suerte de
salir con vida y bien...”.
-¿Qué piensa del caso por lo
cual estuvo en prisión?
“Pues nunca me la creyeron y
ni creo que me la crean, pero yo sigo siendo inocente, perdonen pero me embarga
el sentimiento”, dice al tiempo que empieza a llorar y amplía:
“Yo sigo siendo inocente,
pero pues como dijo nuestro Señor, el que esté libre de pecado que tire la
primera piedra…”.
-¿Se considera víctima del
sistema?
“Pues en realidad sí. Era
otro tipo de sistema que había antes, ahora creo que ya ha cambiado mucho el
sistema judicial y pues para bien de los demás...”.
-¿Espera recibir algún apoyo
de Hank?
“Pues no nomás de Hank sino
de toda mi familia, yo doy gracias a él también, es una persona que la
involucraron en algo que no tenían por qué haberlo involucrado...así lo digo yo
por mi parte”.
-¿Lo apoyó durante el tiempo
que estuvo detenido?
“Nunca ha dejado de ayudarme,
de apoyarme, tanto mi familia como él, amigos, iglesias que me enseñaron el
buen camino aquí, siempre me han estado apoyando, yo tengo apoyo de mucha
gente, gracias a Dios”.
-¿De qué manera lo apoyo
Hank?
“Pues viendo, una vez que me
operaron, estuvo pendiente con los doctores, de muchas maneras, realmente no
necesité mucho estar hablando con él, nunca hablé con él, nunca he hablado con
él, yo no era muy allegado a él, yo era un simple un guardia de seguridad, pero
doy gracias a toda la gente que se ha portado muy linda conmigo mientras estuve
detenido, tanto a mis compañeros internos que siempre me respetaron en todo mi
proceso que estuve interno…”.
-¿De qué se arrepiente?
“Me arrepiento de no haber
aceptado a Jesucristo allá afuera y haberme evitado toda esta…”
-¿Qué ha cambiado en usted?
“Es un proceso de toda la
vida de cambio, no podemos decir ya estás cambiado, es un proceso, hasta que el
Señor nos lleve nos vamos a seguir transformando, la renovación de nuestras
metas, los pensamientos diferentes…vamos avanzando en la vida, vamos tomando
nuevos criterios”.
-¿Qué les diría a los
familiares de Héctor Félix Miranda?
“Que soy inocente, pero de
todos modos yo siempre he orado por ellos, porque es una vida de un ser
querido, así como ahora me han enseñado mi pastor, mis guías espirituales, a
orar por todos…”.
-¿Piensa reunirse con Vera
Palestina?
“Yo no tengo nada en contra
de él, claro que sí, no sé cómo estará su caso…”
-Lo van a liberar mañana; se
le comenta y responde:
“Ah sí, pues que Dios me lo
bendiga mucho también…y ruego a Dios que estén ahí también ustedes para
recibirlo. Yo no salgo peleado con nadie…”.
-¿Se convirtió en alguna
religión?
“Sí, soy de la Iglesia
Apostólica Cristiana, llevo 12 años y ya tengo hijos espirituales, ya tengo
hijos afuera predicando, no es una religión, es un cambio como nos han
enseñado, a mirar diferente las cosas…”
-¿Le va a pedir trabajo a
Hank?
“Ya estoy viejo, tengo muchos
nietos que atender, ya trabajé mucho en los penales...”
-¿Cree que pagó la culpa de
otra persona?
“Mire, eso de paga culpas no
sé, porque allá afuera no tomé esto que ahora conozco, es una nueva vida, en el
señor espiritual, ahora sé lo que es la vida, pero yo agradezco el haber
encontrado aquí a quien me presentaron, al Señor…”.
-¿Qué va a hacer?
“Pregunté al Señor que si
venía conmigo y me dijo que sí…Lo importante es que yo no conozco mis planes,
pero él si los conoce. Dios me los bendiga…”, dice a manera de despedida.
Metros adelante, después de
la “pluma” de acceso al penal una veintena de agentes del Grupo Antimotines
fueron colocados estratégicamente para evitar el paso; hasta ellos se acercó la
camioneta negra Ford Excursión –con la
leyenda “No mames Carita”– de donde bajo uno de sus hijos, lo saludó, lo abrazó
y emprendieron la veloz salida”.
EL NEGRO EXPEDIENTE DE VERA PALESTINA
Durante 15 años el reo
Antonio Vera Palestina buscó, solicitó, exigió –y finalmente suplicó– se le
concediera un beneficio penitenciario para abandonar la prisión antes de
cumplir los 25 años de condena. Jamás fue candidato para que la ley se rindiera
ante su capricho.
El ex Jefe de seguridad y
compadre de Jorge Hank Rhon, tramitó en múltiples ocasiones la libertad
anticipada ante las autoridades carcelarias y otros tantos juicios de amparo
que solo alentaron sus esperanzas. El resultado siempre fue el mismo. Una
negativa.
Contundentemente los estudios
de personalidad revelaron que Vera “no presenta muestras reales de
readaptación, no identifica la conflictiva relacionada con el delito, presenta
un pronóstico desfavorable de reintegración social efectiva, por lo que no se
recomienda para el otorgamiento de algún beneficio de libertad anticipada”.
Esos 25 años de encierro
–pena insuficiente para aliviar el dolor que aún aqueja a una familia y a la
sociedad que perdió a un periodista valiente como Héctor Félix Miranda,
asesinado cobardemente por el hoy liberado– bastaron para conocer su conducta
antisocial y que “chango viejo no echa maromas nuevas”.
Durante la estancia de
Antonio Vera Palestina en la Penitenciaría del Estado, se advirtieron sus
dificultades para respetar a la autoridad y convivir pacíficamente con otros
reclusos. En su expediente administrativo en Baja California se documentaron
diversas indisciplinas y amenazas hacia el personal de seguridad, médico de
guardia y de relaciones públicas, entre 1993 y 1995.
El 7 de abril de 1995 –en una
inspección a la celda del ahora liberado– personal penitenciario localizó un
arma de fuego, cargadores, cartuchos útiles, dos teléfonos celulares y un
aparato para recibir mensajes. Eran días aciagos para la penitenciaría estatal
cuyo titular, Alberto Duarte, fue asesinado y el principal sospecho de la
autoría intelectual fue precisamente, Vera Palestina. Pero la autoridad
ministerial no pudo –o no quiso– probar la sospecha.
Por esta conducta fue
trasladado al penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco. Fue interno
de 1995 hasta mediados de abril de 2012, cuando fue cambiado sigilosamente a
una cárcel de mediana seguridad en Ciudad Juárez. Ahí apenas duró unos días; la
Secretaría de Seguridad Pública de Baja California no había sido –como
corresponde– notificada del traslado. Entonces fue enviado al Cereso de “El
Hongo II”.
Su estancia no fue tan grata
como el entonces recluso pensaba y se le mantuvo muy vigilado hasta que la
autoridad estatal se deshizo de él y lo reubicaron la madrugada del 28 de
octubre de 2012 en Centro Federal de Reinserción Social 1 “Altiplano”, en
Almoloya de Juárez, Estado de México, su última estancia.
En ese 2012, en menos de un
año, Vera Palestina estuvo recluido en cuatro prisiones del país, dos de ellas
federales y dos estatales. En Almoloya los amparos para salir antes de tiempo
continuaron. El fallo se repetía. El reo “presenta un comportamiento antisocial
en el adulto y rasgos de un trastorno narcisista de la personalidad, con rasgos
de un trastorno paranoide de la personalidad y rasgos de un trastorno
conversivo”.
De acuerdo con los dictámenes
que multidisciplinariamente formularon las áreas del penal federal y
autoridades penitenciarias de Puente Grande, el asesino del “Gato” Félix “tiene
una tendencia marcada por una gran necesidad de admiración con sentimientos de
grandiosidad y una falta de empatía con las personas que lo rodean”.
La clasificación
criminológica de Antonio siempre correspondió a la de “Autor intelectual de
alto riesgo y que por su perfil clínico reúne las características de los
internos albergados en los centros federales de máxima seguridad”.
El sentenciado tendía a
liderar a otros. “Inicialmente de forma seductora, esto es regalándoles cosas a
otros internos, por lo que ya ha recibido un ingreso al área de tratamientos
especiales. Que una vez formado el grupo y establecido su status de líder lo
hace respetar muy probablemente por medio de la fuerza y la intimidación”.
Destacaba el dictamen.
A través de sus acciones y
actitudes pretenciosas, el reo buscaba de las autoridades del penal un trato
especial y preferencial sobre los demás. Al no recibirlo, “lo manifiesta con
agresiones verbales, que lo han llevado a tener varios ingresos al área de
tratamientos especiales”, insistían los documentos de su expediente en prisión.
El viernes 1 de mayo de 2015,
finalmente por conclusión de pena, Vera Palestina dejó la prisión.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ Adela
Navarro Bello / Sergio Haro Cordero / 04 de Mayo del 2015 a las 13:00:00)
No hay comentarios:
Publicar un comentario