lunes, 4 de mayo de 2015

LIBRES ASESINOS DE “EL GATO”; IMPUNE EL AUTOR INTELECTUAL


Periodistas locales, periodistas y medios nacionales, así como organismos internacionales se unen a la petición de ZETA ante la liberación de los dos asesinos de Héctor Félix Miranda, cofundador de este semanario: que se esclarezca la autoría intelectual del asesinato cometido por dos escoltas de seguridad de Jorge Hank Rhon, quien no fue investigado propiamente

Los dos sentenciados asesinos de Héctor “El Gato” Félix Miranda, recuperaron con diferencia de un día, su libertad.

A 27 años del crimen contra el hombre y la libertad de expresión, su asesino intelectual conserva la impunidad. Nunca fue siquiera investigado.

Victoriano Medina y Antonio Vera Palestina concluyeron con la pena de 27 y 25 años respectivamente, que les fue impuesta por los jueces Braulio Gómez Verónica y Miguel Ángel Barud Martínez, por el asesinato del periodista y Codirector Fundador de ZETA.

Los dos jueces emitieron primero órdenes de aprehensión para la captura de los cercanos colaboradores de Jorge Hank Rhon, y posteriormente dictaron sentencia, conforme a los periciales y las investigaciones aportadas por la Procuraduría de Justicia del Estado, por la culpabilidad de los dos como autores materiales del asesinato de “El Gato”.

Habían emboscado la mañana del miércoles 20 de abril de 1988 al periodista cuando se dirigía a las oficinas de ZETA. Le cerraron el paso y le dispararon con una escopeta recortada hasta matarlo y prácticamente desprenderle un brazo.

Las investigaciones de la Procuraduría dieron con los culpables. Los encontraron en el Hipódromo Agua Caliente, entonces concesionado a Jorge Hank Rhon. Vera era el jefe de seguridad de Hank, y Medina subordinado de éste, escolta al igual que Emigdio Nevarez, un tercer hombre que fue asesinado cuando se encontraba libre.

También las armas con que asesinaron a Héctor Félix, como los vehículos que se utilizaron en la emboscada, salieron del Hipódromo Agua Caliente.

En 1989 las investigaciones de Gustavo Romero Meza, Comandante de la Policía Judicial en Tijuana, determinaron que los asesinos del periodista habían sido el Jefe de seguridad y el escolta de Jorge Hank.

En las indagaciones se llegaría también a la conclusión que de la armería del Hipódromo habían salido aquella mañana las armas de fuego y los asesinos, y que después de cometido el homicidio, habían regresado al centro hípico a ocultar el carro Trans-am y la escopeta calibre 12 doble cero que utilizaron para ultimar al periodista.

De hecho, se reveló que prófugo, Antonio Vera Palestina se había refugiado en las instalaciones del Hipódromo antes de huir a los Estados Unidos.

Tales revelaciones llevarían al después Gobernador del Estado, Licenciado Ernesto Ruffo Appel, a declarar que “Todos los caminos conducen al Hipódromo” en referencia al origen del crimen y la orden de matar al periodista.

Pero Jorge Hank Rhon, el jefe director de Vera Palestina y escoltado por Victoriano Medina nunca fue investigado por este crimen. No a pesar que declararía años después que había estado al pendiente de sus subordinados encarcelados, y hace unos días declaró a los reporteros y ante la liberación de los suyos, que los esperaba para platicar con ellos, que a Vera lo pondría a estudiar hasta concluir la escuela de derecho, y en el caso de Medina revisaría la Ley para ver si puede un ex presidiario andar armado, para darle trabajo.

En el colmo de su egocentrismo en relación al caso del asesino de Héctor Félix y la afrenta a semanario ZETA, hizo ante la prensa declaraciones falsas. Dijo, y así lo reprodujo el portal noticioso AFN: “…que trató de restablecer la relación con Blancornelas y ZETA ‘y después con Adela (Navarro Bello), pero no quisieron’. Entonces, respondió tajante: ‘ni los leo, ni los oigo, ni los veo, ni opino”.

Jorge Hank no se acercó a esta codirección que encabezan César René Blanco Villalón y Adela Navarro Bello. Nunca pidió “restablecer una relación”. De hecho, en 2004 cuando Francisco Javier Ortiz Franco no había sido asesinado, escribió a nombre del Consejo Editorial, una columna donde ZETA hacía pública la decisión de no aceptar publicidad ni de la campaña ni de la presidencia municipal de Hank, por ser sospechoso de la autoría intelectual en el crimen contra Héctor Félix.

El miércoles 29 de abril por la tarde, ante la comunicación de solidarios compañeros periodistas para conocer una postura de ZETA ante la liberación de los asesinos de Félix Miranda, el Consejo Editorial de este semanario redactó un posicionamiento al respecto que hizo púbico:

DE HÉCTOR FÉLIX MIRANDA, SE CONSUMA IMPUNIDAD CON LIBERACIÓN DE ASESINOS

Con la liberación de los dos asesinos sentenciados de Héctor Félix Miranda se consuman 27 años de impunidad respecto al homicidio cometido por Antonio Vera Palestina y Victoriano Medina el 20 de abril de 1988.

Los hombres, ambos colaboradores cercanos de Jorge Hank Rhon cuando, de acuerdo al juzgador, cometieron a sangre fría el asesinato del periodista en Tijuana, saldrán de prisión el 30 de abril en el caso de Medina, y el 1 de mayo en el caso de Vera, fecha en que concluyen las sentencias de 25 años de prisión que les fueron impuestas, sin que el autor intelectual haya sido nombrado, aprehendido y juzgado por el atentado a la libertad de expresión.

Quienes trabajamos en ZETA lamentamos tantos años de represión sin castigo a quien ordenó el atropello al libre ejercicio de la prensa que culminó en la muerte del entonces Codirector de este Semanario. Da pena saber que a la fecha quien mandó matar a nuestro Cofundador sigue impune.

El expediente del asesinato de Héctor Félix fue cerrado sin llegar hasta las últimas consecuencias; a 27 años de su muerte y ante la liberación de sus asesinos, dado que en la fecha de la comisión del crimen la justicia marcaba 25 años como pena máxima para homicidas –hoy día son 50 años–, exigimos se retome el compromiso que asumió el Gobierno del Estado, en ese entonces encabezado por Eugenio Elorduy, cuando autorizó a la Sociedad Interamericana de Prensa la revisión del expediente de Félix, para en caso de encontrar un elemento no investigado correctamente que vinculara al autor intelectual, el expediente fuera reabierto para juzgarlo.

Por eso, en Semanario ZETA lamentamos que el caso de Héctor Félix Miranda siga siendo uno de los pendientes de la justicia mexicana y un atentado cuyo verdadero responsable aún no paga por el crimen que cometió.

Hasta ahí lo expresado en el comunicado.

De igual manera, la Sociedad Interamericana de Prensa, se solidarizó con la petición de ZETA de reabrir el caso hasta dar con el asesino intelectual. En un comunicado de prensa mostraron su posición:

“La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó solidaridad con el semanario Zeta de México que volvió a reclamar por el caso impune de su codirector, el periodista Héctor Félix Miranda, sin que todavía se haya esclarecido la autoría intelectual de ese asesinato.

“El reclamo de Zeta se produce en momentos que los dos asesinos materiales, Victoriano Medina Moreno y Antonio Vera Palestina, serán liberados esta semana, por cumplimiento de condena. Al momento que mataron al periodista en 1988, eran agentes de seguridad del hipódromo Aguas Calientes de Tijuana, una entidad sobre la que Félix Miranda venía denunciando graves irregularidades”.

En el Semanario también recibimos comunicación del Comité para la Protección de los Periodistas con sede en Nueva York, Estados Unidos. Además la solidaridad de medios nacionales y locales respecto la comunicación del Consejo Editorial, así como de la Asociación de Periodistas de Tijuana, quienes hicieron un llamado:

“Con la libertad de los dos asesinos materiales de Héctor Félix no puede concluir el episodio, pues falta castigar a quien ordenó su crimen y de acuerdo con la jurispru­dencia firmada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 18 de julio de 1954, en la que se establece claramente que “mientras el sujeto se sustraiga de la acción de la justicia y si no se realizan las diligencias, en un plazo mayor o menor de tiempo no significa que corra el lapso prescriptorio”.

“…La Asociación de Periodistas de Tijuana alzamos la voz para exigir que el hecho que Antonio Vera Palestina y Victoriano Medina hayan cumplido con su sentencia carcelaria, no debe ni puede ser motivo para dejar sin que la justicia alcance a quien ordenó el crimen y que según el ex gobernador Ernesto Ruffo Appel está en el Hi­pódromo de Agua Caliente que dirige Jorge Hank Rhon”.

LA PÁGINA NEGRA SE MANTIENE

En honor de la columna de Héctor Félix, titulada “Un Poco de Algo”, se mantiene su página, la misma que pretendieron silenciar con el asesinato del periodista, fue utilizada para redactar un mensaje de denuncia en un fondo negro.

Un Poco de Algo, en la página 2B, dice así:

“Jorge Hank Rhon: ¿Por qué me asesinó tu guardaespaldas Antonio Vera Palestina?

“Lic. Francisco Arturo Vega de Lamadrid: Los ex Gobernadores Lic. Xicoténcatl Leyva Mortera, Ing. Óscar Baylón Chacón, Lic. Héctor Terán Terán, Lic. Alejandro González Alcocer, Lic. Eugenio Elorduy Walther y Lic. José Guadalupe Osuna Millán no quisieron ordenar la captura de los que planearon asesinarme.

“¿Podrá su gobierno capturar a los que ordenaron mi crimen? El Lic. Ernesto Ruffo Appel sí pudo encarcelar al que me mató, y dijo que en este caso “todos los caminos conducen al Hipódromo Agua Caliente”.

Con el asesino intelectual libre, impune, y ahora los asesinos materiales libres luego de compurgar la pena, la página negra, la columna Un Poco de Algo en la página 2B, seguirá publicándose cada semana, hasta que se haga justicia.

LLORANDO, MEDINA SE DICE INOCENTE

Arrogante, siniestro, su actitud no mostraba el mínimo arrepentimiento.

Era una noche de noviembre de 1992 cuando trasladaron a Victoriano Medina al Cereso de Mexicali, y el Codirector de ZETA, Jesús Blancornelas, me asignó la cobertura fotográfica. Ésa fue la impresión que se quedó grabada en mi mente del asesino de Héctor Félix Miranda, El Gato.

Casi 23 años después, a las 12:08 de este jueves 30 de abril –exactamente 27 años después que fue detenido– Victoriano Medina cruzó la puerta metálica del penal El Hongo II. Había concluido la pena que le fue impuesta por el asesinato del periodista, y por un cargo federal. Un guardia de la prisión estatal le hizo las preguntas de protocolo, sus generales; el hombre caminó unos pasos más para cruzar la puerta de la malla ciclónica y recuperar su libertad.

“Que le vaya bien”, alcanzó a decir el guardia a modo de despedida.

Vistiendo aún el uniforme del penal, pants gris y la camiseta blanca, Victoriano Medina enfiló por la acera norte  y caminó hacia el oeste.

Su porte ahora es otro, los 64 años le cayeron encima; pelo completamente blanco, lentes, caminar lento y medio encorvado, su actitud parece a la defensiva. Así lo abordaron la media docena de periodistas que cubrían su liberación:

-¿Cómo se siente?

“Feliz, porque allá esta mi familia…”.

-¿Qué planes tiene para lo inmediato?

“Pues yo no tengo ninguno, pero Dios sí los tiene para mí…”.

-¿Cómo se sintió durante todos estos años?

“Fueron varias etapas de mi vida, no puedo generalizarlas, fue un proceso muy largo, tuve la suerte de salir con vida y bien...”.

-¿Qué piensa del caso por lo cual estuvo en prisión?

“Pues nunca me la creyeron y ni creo que me la crean, pero yo sigo siendo inocente, perdonen pero me embarga el sentimiento”, dice al tiempo que empieza a llorar y amplía:

“Yo sigo siendo inocente, pero pues como dijo nuestro Señor, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra…”.

-¿Se considera víctima del sistema?

“Pues en realidad sí. Era otro tipo de sistema que había antes, ahora creo que ya ha cambiado mucho el sistema judicial y pues para bien de los demás...”.

-¿Espera recibir algún apoyo de Hank?

“Pues no nomás de Hank sino de toda mi familia, yo doy gracias a él también, es una persona que la involucraron en algo que no tenían por qué haberlo involucrado...así lo digo yo por mi parte”.

-¿Lo apoyó durante el tiempo que estuvo detenido?

“Nunca ha dejado de ayudarme, de apoyarme, tanto mi familia como él, amigos, iglesias que me enseñaron el buen camino aquí, siempre me han estado apoyando, yo tengo apoyo de mucha gente, gracias a Dios”.

-¿De qué manera lo apoyo Hank?

“Pues viendo, una vez que me operaron, estuvo pendiente con los doctores, de muchas maneras, realmente no necesité mucho estar hablando con él, nunca hablé con él, nunca he hablado con él, yo no era muy allegado a él, yo era un simple un guardia de seguridad, pero doy gracias a toda la gente que se ha portado muy linda conmigo mientras estuve detenido, tanto a mis compañeros internos que siempre me respetaron en todo mi proceso que estuve interno…”.

-¿De qué se arrepiente?

“Me arrepiento de no haber aceptado a Jesucristo allá afuera y haberme evitado toda esta…”

-¿Qué ha cambiado en usted?

“Es un proceso de toda la vida de cambio, no podemos decir ya estás cambiado, es un proceso, hasta que el Señor nos lleve nos vamos a seguir transformando, la renovación de nuestras metas, los pensamientos diferentes…vamos avanzando en la vida, vamos tomando nuevos criterios”.

-¿Qué les diría a los familiares de Héctor Félix Miranda?

“Que soy inocente, pero de todos modos yo siempre he orado por ellos, porque es una vida de un ser querido, así como ahora me han enseñado mi pastor, mis guías espirituales, a orar por todos…”.

-¿Piensa reunirse con Vera Palestina?

“Yo no tengo nada en contra de él, claro que sí, no sé cómo estará su caso…”

-Lo van a liberar mañana; se le comenta y responde:

“Ah sí, pues que Dios me lo bendiga mucho también…y ruego a Dios que estén ahí también ustedes para recibirlo. Yo no salgo peleado con nadie…”.

-¿Se convirtió en alguna religión?

“Sí, soy de la Iglesia Apostólica Cristiana, llevo 12 años y ya tengo hijos espirituales, ya tengo hijos afuera predicando, no es una religión, es un cambio como nos han enseñado, a mirar diferente las cosas…”

-¿Le va a pedir trabajo a Hank?

“Ya estoy viejo, tengo muchos nietos que atender, ya trabajé mucho en los penales...”

-¿Cree que pagó la culpa de otra persona?

“Mire, eso de paga culpas no sé, porque allá afuera no tomé esto que ahora conozco, es una nueva vida, en el señor espiritual, ahora sé lo que es la vida, pero yo agradezco el haber encontrado aquí a quien me presentaron, al Señor…”.

-¿Qué va  a hacer?

“Pregunté al Señor que si venía conmigo y me dijo que sí…Lo importante es que yo no conozco mis planes, pero él si los conoce. Dios me los bendiga…”, dice a manera de despedida.

Metros adelante, después de la “pluma” de acceso al penal una veintena de agentes del Grupo Antimotines fueron colocados estratégicamente para evitar el paso; hasta ellos se acercó la camioneta negra  Ford Excursión –con la leyenda “No mames Carita”– de donde bajo uno de sus hijos, lo saludó, lo abrazó y emprendieron la veloz salida”.

EL NEGRO EXPEDIENTE DE VERA PALESTINA

Durante 15 años el reo Antonio Vera Palestina buscó, solicitó, exigió –y finalmente suplicó– se le concediera un beneficio penitenciario para abandonar la prisión antes de cumplir los 25 años de condena. Jamás fue candidato para que la ley se rindiera ante su capricho.

El ex Jefe de seguridad y compadre de Jorge Hank Rhon, tramitó en múltiples ocasiones la libertad anticipada ante las autoridades carcelarias y otros tantos juicios de amparo que solo alentaron sus esperanzas. El resultado siempre fue el mismo. Una negativa.

Contundentemente los estudios de personalidad revelaron que Vera “no presenta muestras reales de readaptación, no identifica la conflictiva relacionada con el delito, presenta un pronóstico desfavorable de reintegración social efectiva, por lo que no se recomienda para el otorgamiento de algún beneficio de libertad anticipada”.

Esos 25 años de encierro –pena insuficiente para aliviar el dolor que aún aqueja a una familia y a la sociedad que perdió a un periodista valiente como Héctor Félix Miranda, asesinado cobardemente por el hoy liberado– bastaron para conocer su conducta antisocial y que “chango viejo no echa maromas nuevas”.

Durante la estancia de Antonio Vera Palestina en la Penitenciaría del Estado, se advirtieron sus dificultades para respetar a la autoridad y convivir pacíficamente con otros reclusos. En su expediente administrativo en Baja California se documentaron diversas indisciplinas y amenazas hacia el personal de seguridad, médico de guardia y de relaciones públicas, entre 1993 y 1995.

El 7 de abril de 1995 –en una inspección a la celda del ahora liberado– personal penitenciario localizó un arma de fuego, cargadores, cartuchos útiles, dos teléfonos celulares y un aparato para recibir mensajes. Eran días aciagos para la penitenciaría estatal cuyo titular, Alberto Duarte, fue asesinado y el principal sospecho de la autoría intelectual fue precisamente, Vera Palestina. Pero la autoridad ministerial no pudo –o no quiso– probar la sospecha.

Por esta conducta fue trasladado al penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco. Fue interno de 1995 hasta mediados de abril de 2012, cuando fue cambiado sigilosamente a una cárcel de mediana seguridad en Ciudad Juárez. Ahí apenas duró unos días; la Secretaría de Seguridad Pública de Baja California no había sido –como corresponde– notificada del traslado. Entonces fue enviado al Cereso de “El Hongo II”.

Su estancia no fue tan grata como el entonces recluso pensaba y se le mantuvo muy vigilado hasta que la autoridad estatal se deshizo de él y lo reubicaron la madrugada del 28 de octubre de 2012 en Centro Federal de Reinserción Social 1 “Altiplano”, en Almoloya de Juárez, Estado de México, su última estancia.

En ese 2012, en menos de un año, Vera Palestina estuvo recluido en cuatro prisiones del país, dos de ellas federales y dos estatales. En Almoloya los amparos para salir antes de tiempo continuaron. El fallo se repetía. El reo “presenta un comportamiento antisocial en el adulto y rasgos de un trastorno narcisista de la personalidad, con rasgos de un trastorno paranoide de la personalidad y rasgos de un trastorno conversivo”.

De acuerdo con los dictámenes que multidisciplinariamente formularon las áreas del penal federal y autoridades penitenciarias de Puente Grande, el asesino del “Gato” Félix “tiene una tendencia marcada por una gran necesidad de admiración con sentimientos de grandiosidad y una falta de empatía con las personas que lo rodean”.

La clasificación criminológica de Antonio siempre correspondió a la de “Autor intelectual de alto riesgo y que por su perfil clínico reúne las características de los internos albergados en los centros federales de máxima seguridad”.

El sentenciado tendía a liderar a otros. “Inicialmente de forma seductora, esto es regalándoles cosas a otros internos, por lo que ya ha recibido un ingreso al área de tratamientos especiales. Que una vez formado el grupo y establecido su status de líder lo hace respetar muy probablemente por medio de la fuerza y la intimidación”. Destacaba el dictamen.

A través de sus acciones y actitudes pretenciosas, el reo buscaba de las autoridades del penal un trato especial y preferencial sobre los demás. Al no recibirlo, “lo manifiesta con agresiones verbales, que lo han llevado a tener varios ingresos al área de tratamientos especiales”, insistían los documentos de su expediente en prisión.

El viernes 1 de mayo de 2015, finalmente por conclusión de pena, Vera Palestina dejó la prisión.


(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ Adela Navarro Bello / Sergio Haro Cordero /   04 de Mayo del 2015 a las 13:00:00)

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