China, uno de los principales socios
comerciales de México, se encuentra entre la espada y la pared. Sus esfuerzos
por estimular el crecimiento económico podrían estar alimentando los riesgos de
una burbuja financiera y una posible crisis similar a la del 2008
En
el último año, los principales indicadores accionarios del país han doblado su
valor, aún y cuando el desempeño de sus empresas no parece justificar este
comportamiento
7.4
por ciento el crecimiento económico de China durante el 2014, siendo éste su
nivel más bajo desde 1990
210,000
millones de dólares la cantidad aproximada de capital que fue liberada para
realizar nuevos préstamos con el recorte de los requisitos de reservas impuesto
por China en abril
282
por ciento la proporción aproximada de la deuda total de China (pública y
privada) contra el PIB del país, según un estimado de McKinsey & Co.
El
Banco Popular de China (BPC) y su gobernador, Zhou Xiaochuan, se enfrentan a
una difícil decisión en lo referente a la política monetaria en la segunda
mayor economía del mundo: escoger entre el crecimiento económico y la
estabilidad financiera del país.
Por
un lado, China registró su nivel más bajo de crecimiento económico en 24 años,
una tasa de 7.4 por ciento, durante el 2014. Y aunque una desaceleración es
normal como parte del desarrollo de un país emergente, el desempeño de su
sector industrial e inmobiliario preocupa a los expertos.
Esto
justificaría la aplicación de una política expansiva por parte del banco
central chino; por ejemplo, mediante un recorte en su tasa de interés de
referencia o en los requisitos de reservas de capital que impone a los bancos
de su país.
Pero
por otro lado, estas mismas políticas liberarían dinero que podría incrementar
los riesgos de una burbuja en los mercados financieros en China. Éstos ya
muestran señas preocupantes que tienen a algunos expertos advirtiendo sobre una
burbuja que podría desacelerar aún más la economía del gigante asiático al
reventarse.
En
el último año, los principales índices accionarios del país han doblado su
valor, aún cuando el desempeño de sus empresas no parece justificar este
comportamiento. Y a medida que la carga de deuda china aumenta y se vuelve más
difícil de pagar para algunas empresas, expertos advierten sobre posibles
incumplimientos de pagos.
Dado
el tamaño de la economía china y su peso sobre el crecimiento de otros mercados
emergentes, la decisión de las autoridades chinas podría tener repercusiones
mucho más allá de sus fronteras.
La
revista The Economist reporta que ante este escenario, el gobierno chino
debería regular más estrictamente sus mercados para evitar la especulación con
dinero prestado. El banco central del país, mientras tanto, debería
concentrarse en perseguir su doble mandato: la estabilidad de precios y el
estímulo al crecimiento.
CUIDAR EL CRECIMIENTO...
Tras
un año con su menor nivel de crecimiento en casi un cuarto de siglo, parece que
el 2015 no traerá un repunte para la economía china.
Al
igual que en Estados Unidos, el primer trimestre del año trajo un desempeño
decepcionante en China, con su menor nivel de crecimiento trimestral en seis
años. A una tasa interanual de 7 por ciento, el crecimiento durante es periodo
apenas se alineó con el objetivo oficial fijado para este año.
Y
si en los próximos trimestres el crecimiento sigue desacelerándose, incluso
este menor objetivo de crecimiento podría ser difícil de lograr.
Es
por esto que en abril el BPC decidió recortar un punto porcentual al requisito
de reservas de capital que impone a los bancos chinos, colocando éste en 18.5
por ciento. Se estima que esto haya liberado el equivalente a 210 mil millones
de dólares en reservas para realizar nuevos préstamos que estimulen el
crecimiento.
Éste
es el segundo recorte en el año, después de una reducción de medio punto porcentual
en febrero que representó el primer cambio a estos requisitos desde el 2012. Y
con el crecimiento viéndose en peligro, se esperan más recortes en el futuro.
... O LA ESTABILIDAD
El
problema con inyectar aún más dinero a la economía china es que ésta parece
estar rebosando en él, sobre todo si se toma el desempeño de sus mercados
accionarios como guía.
En
el último año el índice accionario chino de referencia, el CSI 300, creció 120
por ciento. Esto a pesar de que el desempeño de los ingresos de las empresas
que lo componen no han seguido la misma trayectoria. Además, la cantidad de
préstamos otorgados con el propósito de invertir el dinero en el mercado
accionario se ha triplicado en el último año, con el monto total aproximándose
a los 270 mil millones de dólares.
Esto
en un contexto en el cual la deuda privada de China equivale a más del 228 por
ciento de su Producto Interno Bruto (PIB). Si se agrega a esto a la deuda
pública del país, la proporción rebasa el 282 por ciento, colocándose por
encima de lo que se ve en economías avanzadas como Estados Unidos y Alemania.
Si
repentinamente se pierde la confianza en los mercados accionarios y de bonos,
China podría enfrentarse a una crisis financiera similar a la del 2008 justo
cuando su economía se encuentra en un ciclo de desaceleración: una combinación
catastrófica.
(REPORTE
INDIGO/ ROLANDO HINOJOSA/ Lunes 4 de mayo de 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario