Una
nueva generación de la familia Carrillo Fuentes tiene el control del cártel que
lleva sus apellidos, al que refundaron como el “Nuevo Cártel de Juárez” (NCJ),
por lo que la captura de “El Viceroy” no repercutirá en la estructura y
funcionamiento de la organización, aseguró la periodista mexicana Anabel
Hernández.
Julio
César y Juan Carrillo Leyva, dos de los cuatro hijos de Amado Carrillo
–fundador del cártel y quien murió en 1997–, asumieron el mando de la
organización junto con su tío Alberto, el menor de los hermanos Carrillo
Fuentes.
La
autora del libro “Los Señores del Narco” dijo que los dos hijos de Amado
ascendieron en la organización a través de “La Línea”, el brazo operativo del
cártel en el estado de Chihuahua.
Lo
anterior de acuerdo con un documento de inteligencia del Centro Nacional de
Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi)
de la PGR, al que tuvo acceso el año pasado.
Descartó
que el cártel vaya a sufrir una crisis interna, grandes movimientos o brotes de
violencia derivados de la detención de “El Viceroy”, quien de acuerdo con el
mismo documento de la Cenapi ya había sido relegado en la toma de decisiones
porque tenía serios problemas de salud.
Luego
de algunos problemas de salud que había presentado Carrillo Fuentes, éste ya no
era considerado en las toma de decisiones fuertes.
“De
acuerdo con este documento Vicente ya no era el líder del cártel”, afirmó
Hernández en entrevista telefónica con El Diario.
“El
año pasado el líder era Alberto Carrillo Fuentes, alias ‘Betty La Fea’, hermano
menor de los Carrillo Fuentes, junto con sus dos sobrinos Julio César y Juan
Carrillo Leyva, hijos de Amado”, agregó.
La
periodista explicó que en dicho documento ya no se menciona la organización
como Cártel de los Carrillo Fuentes, sino como Nuevo Cártel de Juárez, porque
es una nueva generación la que se encuentra a la cabeza del grupo.
Sin
embargo agregó que el año pasado que difundió la existencia de este documento
en un reportaje publicado en mayo en la revista Proceso, cuando ni siquiera las
autoridades federales habían difundido la nueva estructura, la Policía Federal
detuvo en septiembre a Alberto Carrillo.
“Es
importante decir que Vicente, ‘El Viceroy’ ya no era el líder real, operativo,
era un líder emblemático. Suena contraproducente, pero era el líder moral, el
líder decano de la organización, pero por su estado de salud delicado, de
acuerdo con lo que dice el documento, ya lo habían relegado en la toma de
decisiones importantes su hermano menor y sus sobrinos”, dijo Hernández.
Detalló
que desde hace unos años, Julio César y Juan, dos de los cuatro hijos que Amado
tuvo con Candelaria Leyva y hermanos menores de Vicente Carrillo Leyva –quien
fue detenido en abril de 2009–, tomaron el control del “NCJ” a través de “La
Línea”.
“Ascendieron
en el poder de la organización a través de La Línea y de su gente, en ese
documento viene cómo se empieza a relegar a Vicente y La Línea empieza a tomar
mucho el brazo armado violento del cártel, empieza a tener más hegemonía en la
organización. Eso viene ocurriendo desde hace tiempo, no es que vaya a ser un
cambio justo a raíz de la captura de Vicente”, detalló.
De
acuerdo con el documento de inteligencia, “La Línea” fue fundamental para el
Cártel de los Carrillo Fuentes en la defensa de la plaza en Ciudad Juárez
durante largo tiempo y fue el brazo duro de la organización, por lo que los
hijos de Amado subieron al poder y refundaron la organización.
De
acuerdo con archivos periodísticos, el Nuevo Cártel de Juárez empezó a figurar
en el escenario local y estatal después de la detención de José Antonio Acosta
Hernández, alias “El Diego”, capturado en julio de 2011 en la ciudad de
Chihuahua.
La
aparición de la nueva organización se dio en mensajes en mantas y cartulinas
firmadas con las siglas “NCJ”, que colocaron en distintos lugares y hechos
ocurridos en Ciudad Juárez y Chihuahua.
Uno
de los primeros mensajes de este tipo se observó en septiembre de 2011, cuando
un hombre y dos adolescentes fueron detenidos por agentes de la Policía Federal
mientras colocaban una manta en el exterior de una escuela en la colonia
Independencia II.
Además,
investigaciones realizadas por la Secretaría de Seguridad Pública Municipal
(SSPM), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y autoridades
estadounidenses le atribuyeron al “NCJ” el asesinato de ocho policías
municipales en el segundo semestre de 2011, aunque en ese tiempo imputaron
erróneamente el liderazgo a un hombre apodado “Tin Tan”.
Ante
esa reestructura interna del Cártel de los Carrillo Fuentes, la periodista que
también escribió el libro “México en Llamas: el legado de Calderón” consideró
que la captura de Vicente Carrillo ocurre en el momento en el que ya no impacta
en la operación de la organización ni en la violencia entre los cárteles.
“El
gobierno captura ahora a Vicente Carrillo cuando ya no era una pieza clave para
el funcionamiento del Nuevo Cártel de Juárez, era una pieza emblemática, pero
ya no era el que hacía grandes negociaciones, los grandes cargamentos para
compra de drogas, el gran operador para el trasiego de drogas hacia Estados
Unidos, ya no tenía ese papel, porque de acuerdo con este documento su salud
estaba muy menguada, ya no es una figura importante”, sostuvo Hernández.
De
modo que ahora cree que el reto será para la nueva generación de líderes, Julio
César y Juan, quienes deberán definir si mantienen la alianza con Los Zetas y
los Beltrán Leyva, éstos últimos que, luego de la detención de Héctor Beltrán
Leyva, ahora estarán bajo el control operativo de Fausto Isidro Meza Flores,
conocido como “El Chapo Isidro”.
Anabel
Hernández comentó que aun cuando este año trascendió que Vicente Carrillo
estuvo en una reunión de narcos para tratar de hacer alianzas contra el Cártel
de Sinaloa, su participación ya no fue como un líder operativo, sino como un
líder moral, que puede sentarse a la mesa a hacer negociaciones, pero no
operativas.
“Estamos
hablando que hoy el Gobierno está capturando a los líderes, que hubiera sido
genial que capturara entre 2006 y 2012, pero ahora, por desgracia, aunque
siempre es importante que haya un criminal en la cárcel, no cambia el juego ni
la violencia de los cárteles”, afirmó.
(Staff/El
Diario)
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