La
captura de Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, confirmada el jueves 9, pone
en entredicho al Cártel de Juárez. Según informes de la PGR, dos cabecillas
emergentes podrían disputarse la jefatura: Jesús Salas Aguayo, El Chuyín, y
Socorro Vázquez Barragán, El Cachorro. Pero ninguno pertenece al clan Carrillo
Fuentes ni tiene el perfil para mantener unida a la que fuera una de las
organizaciones delictivas más poderosas del país.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- Con la detención de Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, jefe
del Cártel de Juárez, la organización delictiva enfrenta una crisis de
liderazgo que puede acabar en una división o atomización del grupo, como ha
ocurrido con otras bandas del narcotráfico.
Las
autoridades no identifican a nadie que de manera natural asuma el liderazgo y
mantenga la hegemonía entre los dos líderes regionales de más peso que hay en
el estado de Chihuahua. Sólo señalan que son previsibles dos escenarios que
pueden llevar a una lucha a muerte por el poder: el primero, una disputa
interna entre los cabecillas locales por quedarse con el mando; el segundo, que
alguno intente obtener su autonomía para crear una nueva organización, señalan
informes de la Procuraduría General de la República (PGR).
Con
la caída de El Viceroy, Ismael El Mayo Zambada es el último de los capos
históricos del narcotráfico en México que sigue libre. Por casi tres décadas
sus nombres han sido sinónimos de los cárteles de Juárez y de Sinaloa,
respectivamente.
Aunque
El Mayo es mayor por 15 años, ambos quedaron como los jefes sobrevivientes de
esas organizaciones delictivas que comenzaron trabajando juntas y terminaron
como protagonistas de una de las confrontaciones más violentas por el control
del mercado de la droga en la frontera con Estados Unidos, haciendo de Ciudad
Juárez la ciudad más violenta del mundo durante la “guerra al narcotráfico”
emprendida el sexenio pasado por Felipe Calderón.
Aunque
se ha puesto énfasis en su carácter violento, El Viceroy desarrolló al cártel
de Juárez como una empresa a partir de las nuevas tecnologías de comunicación,
según Guillermo Valdés Castellanos, quien fue director del Centro de
Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en el sexenio de Calderón. Tras la
muerte de su hermano, Amado Carrillo, Vicente consolidó la relación con los
cárteles colombianos, que en no pocas ocasiones le pidieron apoyo para
refugiarse en México o en otros países.
(Fragmento
del reportaje que se publica en la revista Proceso 1980, ya en circulación)
(RIODOCE/
REDACCION/ OCTUBRE 11, 2014)
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