Ciudad
de México.- La noche tricolor se transforma pronto y ya no hay reversa. Apenas
son las diez y la multitud ya grita. Pero ni de los corazones, ni del ronco
pecho sale:
“¡Viva
México! Aquí, en Venustiano Carranza y Cinco de Febrero rebota un “¡ay, ay,
ay!” diferente, opuesto a la celebración, más cercano a la rabia, más entonado
en la rechifla que mienta la madre.
-¡Es la hija de La Gaviota! –comunica un
hombre que se ha puesto enfrente de la Suburban que transporta a la actriz
Sofía Castro, la hija biológica de Angélica Rivera de Peña y José Alberto “El
Güero” Castro.
Sofía,
una de las inquilinas de la Residencia Oficial de Los Pinos y reconocida como
“hija” por el Presidente Enrique Peña Nieto. Cientos de personas se interponen.
Forman su valla. No dejan de gritar, de aventarle espuma al vehículo. En pocos
minutos, están de acuerdo: “Por aquí, no pasará”. Y los gritos son como
remolinos: “Que camine como todos”. “Que no entre”. “No hay paso”.
“Culeeeeros”. “Putooos”. Y un golpeteo de tras, tras, trás agobia a esa
camioneta negra. Tras el cristal, Sofía Castro manda mensajes de texto y habla
por el celular.
Está
en vestido de gala con aplicaciones en plata. Y, juegos del destino, su
vehículo ha quedado justo a un costado de la leyenda “Soy totalmente Palacio”
del emblemático almacén que El Palacio de Hierro mantiene en el Centro
Histórico.
Un
miembro del Estado Mayor Presidencial viene a montar guardia en su puerta.
La
gritería continúa campante. La Suburban y otra con cristales polarizados que la
custodia, reviran.
Tienen
ayuda de ambulancias de la Cruz Roja desplegadas para atender a los asistentes
a la Fiesta Patria.
Doblan
por Cinco de Febrero. Pero ya es tarde. Los hijos de la pareja de Los Pinos no
aparecen a cuadro a esa hora que el Presidente arenga:
-¡Vivan los héroes que nos dieron Patria y
Libertad!” -¡Viva Hidalgo! -¡Viva Morelos! -¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
-¡Viva Allende! -¡Viva Aldama! - ¡Viva Galeana! -¡Viva Matamoros! -¡Viva
México!”.
(ZOCALO
/Sin Embargo /16/09/2014 - 07:45 AM)
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