Los
problemas por el agua en México no son solo de escasez. El tema se desborda y
va más allá de la contaminación, el acaparamiento y las deudas históricas.
Reporte Indigo te presenta cuatro casos en los que el vital líquido es el
protagonista principal
“Pasamos años sin que caiga una gota de agua, y ahora que se vino una buena temporada, resulta que no podemos usar esa agua porque toda valió madre con los químicos esos que la pinche minera tiró al río”
Miguel, damnificado del río Sonora
"No hay indicios de que el
Gobernador quiera resolver por la vía legal los problemas por el agua"
Alberto Solís Castro
Misión Civil de Observación por la
Consulta de la Tribu Yaqui
La SCJN determinó que las autoridades
violaron el derecho de los indígenas a manifestar su parecer sobre el proyecto
10 millones de litros cúbicos de agua
tendría detenidos la presa del gobernador Guillermo Padrés
+468,000 litros de agua le debe México a
Estados Unidos por el tratado Truman
2,000 millones de pesos será el fideicomiso
que Grupo México creará para los damnificados
Día
34. Los ojos de Miguel siguen fijos en el pequeño charco que las lluvias de los
recientes días dejaron afuera de su casa. Mira el agua como si esperara que de
ahí saliera una respuesta.
“¿Qué
vamos a hacer ahora?”, pregunta un poco para él mismo y un poco para quien lo
escucha.
El
hombre es uno de los miles de rancheros que están sufriendo aún los efectos que
dejó el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido en el río Sonora.
Ha
vivido en el Ejido de Baviácora desde hace tanto que no se acuerda. Y hasta
hace poco su problema más grande era no saber si llovería o no.
Desde
hace cuatro años está con esa angustia a causa de falta de agua. En el 2011, la
Conagua declaró zona de desastre natural por “sequía severa” a 11 municipios de
Sonora. El año siguiente, el estado registró las peores captaciones pluviales
en los últimos 30 años.
Pero
de eso ya llovió. Llovió como hace mucho no llovía. Llovió tanto que a
principios de septiembre de este año el Sistema Nacional de Protección Civil y
el gobierno de Sonora activaron alerta amarilla y verde por la llegada del
huracán “Norbert”.
Y
eso hubiera sido una buena noticia, si un mes antes la minera Buenavista
–filial de Grupo México- no hubiera derramado un químico que contaminó el agua
de la región.
Pero
no solo don Miguel tiene problemas con el agua a causa de ese desastre
ecológico. Hay otro señor, Padrés, Guillermo Padrés que también enfrenta su
propia tormenta a causa del vital líquido.
Es
el gobernador de Sonora, quien fue acusado de acaparar en una presa privada que
se ubica en el rancho 'El Pozo Nuevo' -propiedad de su familia- cerca de 10
millones de metros cúbicos de agua.
Con
esa cantidad, se podría abastecer durante dos meses y medio a Hermosillo. Con
esa cantidad, Miguel podría haberle dado agua a sus vacas y sus vacas no se
habrían muerto.
Y
es que Miguel no sabe qué fue lo que echaron al río Sonora. Lo único que sabe es
que el agua se pintó de naranja y mató a 8 de sus reses. Él no sabía que no
podían beber del río. Ahora lo sabe. Pero ahora ya es tarde. Ahora que no tiene
sus vacas, Miguel siente que no tiene nada.
Pero
el problema no es solo de Miguel o del gobernador. El problema de la falta de
agua va más allá. Más allá incluso de las fronteras del país.
México
debe a Estados Unidos 468 mil 723 millones 105 mil 010 litros del líquido. Se
los debe, porque en 1945 ambos países firmaron un tratado en el que se comprometieron
a proporcionar más de 431 mil millones de litros de agua cada año, pero México
no ha cumplido con su obligación.
Y
no por que no quiera.
Según
Ignacio Peña Treviño, responsable de la sección México de la Comisión
Internacional de Límites y Aguas, el país ha enfrentado una sequía prolongada
desde 1994 hasta ahora.
“Ha
sido difícil para México dar esta agua”, dijo.
Como
ha sido difícil para Miguel decidir qué hacer. Lleva días acomodando en cajas
sus pocas cosas. Haciéndose a la idea de que se tiene que ir, y resistiéndose
también a esa idea.
Empaca
y desempaca.
Mete
sus tiliches en el día y para cuando se pone el sol ya están de nuevo
acomodados en su lugar. Porque no quiere irse, pero no sabe a qué quedarse.
Los
de las casas cercanas le dicen que ya el gobierno va a resolver el asunto. Que
les van a dar dinero para que compren más vacas y para que vuelvan a empezar.
Pero a este viejo de casi 70 años, el gobierno no le da confianza.
Ha
escuchado muchas cosas. Como las historias de los Yaquis y su resistencia a la
construcción del Acueducto Independencia.
Ese
que se le ocurrió precisamente a Padrés, el gobernador del estado. Ese para el
que, dicen los de la tribu, nadie les consultó y por lo que se han mantenido el
pie de guerra en contra de que avance.
Así
que Miguel no le cree mucho al gobierno.
“De
verdad no sé qué hacer”, replica mientras moja su huarache en ese charco lodoso
que permanece afuera de su casa.
El
hombre tiene los ojos grises, pero jura que cuando era joven estaban azules.
Los surcos en su cara son la prueba viviente de que, aunque estos días han sido
de lluvia, aquí todo es seco como las promesas.
“Pasamos
años sin que caiga una gota de agua, y ahora que se vino una buena temporada,
resulta que no podemos usar esa agua porque toda valió madre con los químicos
esos que la pinche minera tiró al río”, reclama el hombre con una voz más
fuerte que el aguacero que cayó apenas anoche.
Entonces
recuerda a sus vacas otra vez.
Y
ese aguacero se le atora en el pescuezo y le sube de alguna forma hasta llegar
a sus ojos grises, que antes fueron azules.
“¿Qué
vamos a hacer ahora?”, vuelve a preguntar, ahora sí solo para él.
LA RESISTENCIA DE LOS YAQUIS
La
mañana del jueves 11 de septiembre, el vocero del pueblo Yaqui, Mario Luna
Romero, fue detenido en Ciudad Obregón, por hombres armados vestidos de civil.
El
procurador de Justicia del Estado de Sonora, Carlos Navarro Sugich, informó que
Luna Romero está acusado de privación ilegal de la libertad y robo de vehículo.
Alberto
Solís Castro, miembro de la Misión Civil de Observación por la Consulta de la
Tribu Yaqui dijo a SinEmbargo que la detención del vocero yaqui en el conflicto
del Acueducto Independencia y el gobierno de Sonora, forma parte de la
naturaleza persecutoria que el mandatario Guillermo Padrés emprendió en contra
de sus opositores.
“Parece
que todo está relacionado: la expulsión de los delegados federales de la
Conagua y ambientales, y ahora la detención del principal vocero de la Tribu
Yaqui, esto con el objetivo de reventar todas las vías de negociación en el
proceso de diálogo de la tribu con el Gobierno Federal. Padrés se está yendo
contra todos sus opositores”, dijo el activista de derechos humanos y
coordinador de Procesos de Transformación Positiva de Conflictos de Servicios y
Asesoría para la Paz (Serapaz).
Desde
hace más de 4 años, los Yaquis enfrentan una batalla en contra de la
construcción y operación del Acueducto Independencia, un mega proyecto
encabezado por el Gobierno del Estado de Sonora.
La
obra, con un costo de 3 mil 860 millones de pesos, pretende llevar -a través de
172 kilómetros de tubería de acero- 75 millones de metros cúbicos de agua
anuales del Río Yaqui, en la presa El Novillo, hasta la ciudad de Hermosillo.
El
gobernador del estado propuso la construcción de ese acueducto, pero a los
Yaquis nadie los consultó.
El
párrafo IX del artículo 2 de la Constitución señala que se obliga a “consultar
a los pueblos indígenas en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo y de
los estatales y municipales y, en su caso, incorporar las recomendaciones y
propuestas que realicen”.
Solís
Castro señaló que la detención de Luna Romero es la consumación de la
criminalización de la protesta en Sonora y una señal alarmante de la crisis de
derechos humanos por el agua que se vive en la entidad.
“No
hay indicios de que el Gobernador quiera resolver por la vía legal los
problemas por el agua y hace esta detención en medio del escándalo por la
contaminación del Río Sonora, donde no ha hecho nada en contra de la minera que
contaminó el río y donde además él tiene una presa privada”, detalló al portal.
La
tribu se mantiene firme en la lucha para defender lo que por decreto les
corresponde, pues en 1940 el presidente Lázaro Cárdenas les otorgó expresamente
el derecho al 50 por ciento del agua existente en el caudal del Río Yaqui.
Además,
en diciembre de 2013 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó
que las autoridades de Sonora violaron el derecho de los indígenas a manifestar
su parecer sobre el proyecto y ordenó suspender todos los trabajos relacionados
con el Acueducto Independencia, hasta que la consulta al pueblo yaqui fuera
concretada.
Luna
Romero acusó al gobierno de Padrés de alentar el encono hacia la tribu yaqui a
través de una campaña de desinformación.
“Se
difunden mensajes falsos, engañosos y de mala fe, cuyo objetivo es crear un
ánimo hostil de los pobladores de Hermosillo hacia nuestro pueblo”, dijo a
Proceso el 8 de agosto.
Mientras
la consulta fuera realizada, el Acueducto debería permanecer cerrado. Sin
embargo, eso no pasó.
Entonces,
los Yaquis recabaron firmas. Juntaron más de 9 mil y exigieron a las
autoridades que suspendieran las actividades del acueducto. Tampoco se
suspendió.
El
6 de agosto de este año, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
solicitó al Gobierno Federal una explicación por el incumplimiento de la
sentencia de la SCJN.
“Se
está ocasionando un daño irreversible a nuestro pueblo, pues están extrayendo
el agua que requerimos para nuestra sobrevivencia”, dijo Luna Beltrán a Proceso
hace poco más de un mes.
Pero
ahora el vocero yaqui está detenido y sobre el tema del Acueducto, aún no hay
respuesta.
EL TRATADO INCÓMODO
Dos
monumentales águilas en franco abrazo coronan la cortina de la gigantesca
presa. Es el símbolo de estrecha relación entre dos buenos vecinos. Se llama Amistad,
pero es epicentro de un conflicto que
está lejos de ser amistoso.
Construida
entre 1963 y 1969, la presa es el último proyecto del Tratado internacional de
Aguas de 1945 y es administrada conjuntamente por México y Estados Unidos.
En
ese convenio, el presidente norteamericano Harry S. Truman y su homólogo
mexicano, Manuel Ávila Camacho, acordaron proveer agua en los desiertos áridos
de la zona fronteriza entre ambas naciones.
Estados
Unidos daría a México agua del río Colorado, mientras que México proporcionaría
afluentes del Río Grande.
El
pacto era proporcionar más de 431 mil millones de litros de agua cada año, pero
México no ha cumplido con su obligación.
De
acuerdo a The Washington Post, actualmente México le debe a Estados Unidos 468
mil 723 millones 105 mil 010 litros de agua. Esto equivale a más que toda el
agua que consumen en un año, los 1.5 millones de residentes del Valle del Río
Grande.
Desde
1997, las autoridades mexicanas reconocieron un retraso en los pagos debido a
las sequías que afectaron la zona norte del país, pero hicieron mención a una
cláusula del tratado que prevé la sequía como un factor para postergar el
adeudo al siguiente ciclo.
El
tratado estipula que en caso de avería o “sequía extraordinaria”, cualquiera de
los dos países podría compensar en el siguiente ciclo de cinco años.
“Hemos
tenido una sequía prolongada desde 1994 hasta ahora. Ha sido difícil para
México para dar esta agua”, dijo Ignacio Peña Treviño, representante de México
en la Comisión Internacional de Límites y Aguas.
un
estudio de la Universidad Texas A & M estimó que el fracaso de México para
compartir el agua ha generado una pérdida de cerca de 5 mil puestos de trabajo
y 229 millones de dólares a los productores de la región en los ingresos de los
cultivos como algodón, maíz, sorgo y cítricos, refirió The Washington Post.
Y
de acuerdo a The Wire, la sequía que sufre Texas, considerada una de las más
severas de los últimos cinco siglos, está a punto de dejar sin agua corriente a
algunas localidades del segundo estado más extenso de Estados Unidos.
“Este
tema es de vida o muerte para algunos de nuestros agricultores, su capacidad
para mantener a sus familias y ganarse la vida”, dijo al diario el demócrata
Eddie Lucio.
El
representante estatal de Texas ha estado liderando una campaña para que México
entregue la parte de agua que le corresponde.
“Hemos
sido buenos vecinos. Solo queremos compartir y compartir por igual”, indicó.
También
el gobernador de Texas, Rick Perry, ha entrado a la disputa.
En
1997 envió una carta al entonces presidente George W. Bush en la que le
solicitaba emitir "una nota diplomática" a México por incumplir los
términos del Tratado.
El
año pasado le pidió lo mismo al presidente Barack Obama.
"Esta
situación representa una crisis estatal de agua que sólo el gobierno federal
puede atender debido a las reglas estipuladas bajo el Tratado", escribió
Perry.
Las
autoridades mexicanas argumentan que en tiempo de sequía, la necesidad de beber
y regar los cultivos supera al tratado de Truman.
LO QUE EL RÍO AÚN ARRASTRA
“No
nos abandonen, estamos desesperados por la crisis”, se lee en un cartel.
Es
el mensaje los integrantes del Movimiento Pro Defensa del Río Sonora mandan a
los demás pobladores del estado.
Y
es que el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico al cauce del río
ha dejado más que solo químicos a su paso. Los habitantes de la región aseguran
que ya nadie quiere comprar sus productos por miedo a que estén contaminados.
“Nadie
quiere comprar, nos afecta mucho a nosotros porque ya teníamos nuestras rutas,
nuestros clientes que llegaban aquí por los quesos que ahora nadie quiere
consumir”, dijo a Excélsior Christian Coker, productor de la región.
Comentó
que en un fin de semana normal se vendían en promedio 600 quesos, pero ahora
con esta situación únicamente se comercializaron 16 en dos días.
Como
él, cientos de productores de la zona aseguran que el desastre generará severas
pérdidas económicas.
De
acuerdo con Héctor Ortiz, secretario de Agricultura en Sonora, los productores
de leche son los más afectados por la contaminación del río Sonora.
“No
se trata solo de un municipio, todos los municipios de la zona son una cuenca
lechera. Lo que está haciendo el gobierno del estado es dar la seguridad a
todos los consumidores de que esa producción está limpia”, indicó el
funcionario en entrevista para Radio Fórmula.
A
principios de este mes, el titular de la Secretaría de Economía estatal, Moisés
Gómez Reyna, anunció la instalación de tres centros de acopio de sus diversos
productos -excepto los lácteos y sus derivados- para comercializarlos en
tiendas de la capital sonorense.
Por
su parte, el Gobierno Federal informó el fin de semana que la minera Grupo
México se comprometió a crear un
fideicomiso de 2 mil millones de pesos para apoyar a los damnificados por el
desastre ambiental.
La
creación del fideicomiso deriva de la obligación de la empresa de reparar los
daños causados al ambiente, explicó el consejero jurídico de la Presidencia de
la República, Humberto Castillejos.
En
conferencia de prensa, el secretario de Medio Ambiente, Juan José Guerra Abud,
señaló que esperan que este fondo quede constituido con cuatro aportaciones que
hará Grupo México, cada una por 500 millones de pesos.
LA TURBIA RELACIÓN DE PADRÉS Y SEGOB
El
día que el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, acusó a los delegados de
Profepa, Conagua y Semarnat de negligencia en el caso del derrame de desechos
tóxico de Grupo México al río Sonora estaba convencido de que le habían armado
una conspiración política.
César
Lagarda Lagarda, de Conagua; Jorge Andrés Suilo Orozco, de Semarnat, y Jorge
Carlos Flores Monge, de Profepa lo habían acusado de violar la ley al construir
un represo en el rancho Pozo Nuevo, en la comunidad de Bacanuchi, municipio de
Arizpe. A Padrés eso no le gustó y reviró.
Dijo
que todos esos funcionarios sabían de las irregularidades en el manejo de
contaminantes en la mina Buenavista del Cobre, desde antes del desastre
ambiental y, por “omisión o encubrimiento”, no actuaron para evitar el desastre
ecológico en el río Sonora.
No
se detuvo ahí.
Decidido,
el panista exigió la renuncia del titular federal de la Profepa y expulsó del
Comité Estatal de Operación de Emergencias a todos los federativos.
“El
gobernador del estado es el presidente de este comité, y estos delegados
federales ya no serán bien recibidos”, señaló tajante el mandatario, quien
además condicionó el regreso de los delegados a la entrevista que había pactado
con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
“No
les gustó que alzara la voz, me piden una investigación en mis propiedades,
pues yo no tengo ningún problema (…) Ya lo platicaré con el secretario porque
aparte de ser gobernador, de ser la autoridad en Sonora electa por los
sonorenses, merezco respeto”, dijo determinado.
Pero
en política, como en la vida, es prácticamente imposible detener las
consecuencias de cada paso que se da.
Quizá
ahora Padrés lo tiene claro.
Quizá
la negativa de Osorio Chong para recibirlo le haya enviado una señal de por dónde
van esas consecuencias.
“(La
reunión no se dará) mientras no existan las condiciones necesarias para un
diálogo respetuoso y constructivo”, indicó el secretario de Gobernación,
también determinado.
Tras
esa declaración, el mandatario sonorense bajó un poco la voz y lamentó mucho
que no se dieran las condiciones para poder platicar, pero aseguró que hará
todo lo posible para la reunión con Gobernación se realice.
(REPORTE INDIGO/ CAROLINA HERNÁNDEZ/
Lunes 15 de septiembre de 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario