El
matrimonio por conveniencia entre Televisa y TV Azteca en el caso de Iusacell
sólo duró tres años y terminó el miércoles 10 en un divorcio simulado, aseguran
analistas consultados por Proceso, tras conocer que la empresa de Emilio
Azcárraga Jean vendió sus acciones a Ricardo Salinas. Para Ramiro Tovar Landa,
investigador del ITAM, el rompimiento de la sociedad “no es un fracaso privado,
sino un fracaso de política pública en el manejo del espectro radioeléctrico”.
Y arguye: a pesar de la colusión de mercado entre ambas televisoras, del apoyo
de las autoridades, Iusacell simplemente no creció.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- Polémica desde el principio, la sociedad de Televisa y TV Azteca
en Grupo Iusacell –la compañía de telefonía móvil que pretendía competir con
América Móvil– se deshizo el miércoles 10, según un escueto comunicado
difundido por la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
La
noticia provocó gran escepticismo de los observadores y analistas que
consideran esa operación como un “divorcio simulado”.
Tres
años después de anunciarla y a dos de ser autorizada por la Comisión Federal de
Competencia (CFC) y por la entonces Comisión Federal de Telecomunicaciones,
Emilio Azcárraga Jean vendió 50% de sus acciones en 717 millones de dólares,
asumiendo una “pérdida en libros” de 320 millones de dólares…
Fragmento
del reportaje que se publica en la edición 1976 de la revista Proceso,
actualmente en circulación.
(PROCESO/
REPORTAJE ESPECIAL/ JENARO VILLAMIL/ 16 DE SEPTIEMBRE DE 2014)
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