La
fortuna de Germán Larrea se fundamenta en algunos de los episodios más ominosos
de la historia reciente mexicana. La fiebre privatizadora del salinismo lo
bendijo, el oligopolio mediático lo enriqueció, el desastre de Pasta de Conchos
lo hizo más poderoso, la corrupción del panismo lo apuntaló y la destrucción
ambiental fue el precio por su emporio… Este es el perfil de uno de los hombres
de negocios más esquivos del panorama nacional.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- Durante los regímenes priistas del siglo XX, Jorge Larrea fue
contratista, concesionario minero e influyente personaje del mundo de los
negocios al amparo del poder público. Esa fortuna, grande hasta entonces, se
multiplicaría después. Durante los gobiernos surgidos del PAN, con Vicente Fox
y Felipe Calderón, el heredero del emporio, Germán Larrea Mota-Velasco, elevó a
su máximo ese patrimonio, hasta figurar entre los 50 hombres más ricos del
mundo.
En
2001, el primer año de la alternancia, Germán Larrea se ubicaba en el lugar 490
de la lista de billonarios de la revista Forbes, con un caudal estimado en mil
millones de dólares.
Para
2011, Larrea había dejado atrás a 450 millonarios del mundo, al colocarse en el
lugar 39 del catálogo, con una riqueza estimada en 16 mil millones de dólares.
Posteriormente sus haberes decrecieron hasta colocarse en 15 mil 700 millones
de dólares, lo que le valió el lugar 64 del ranking global…
Fragmento
del reportaje que se publica en la edición 1977 de la revista Proceso,
actualmente en circulación.
(PROCESO/
REPORTAJE ESPECIAL/ ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA/23 DE SEPTIEMBRE DE 2014)
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