Ayer
fue hecho llegar a este columnista el documento con las imágenes de lo que
parece ser esa nueva presa, misma que de confirmarse desataría un nuevo
escándalo al ya de por sí escandaloso asunto de las propiedades del gobernador.
Ese documento lo puede usted consultar en
http://www.flashearth.com/?lat=30.699046&lon=-110.25551&z=16.9&r=0&src=msa
Para
los simples mortales, incluso para los más avezados periodistas que suelen
presumir información privilegiada, será un misterio lo que se negoció en el
encuentro que sostuvieron el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías y el
secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Lo
que sí sabemos todos, porque fue público y notorio, es que el responsable de la
política interna en el país le canceló hasta en dos ocasiones la cita al de
Cananea, que tuvo que recurrir a los legisladores federales de su partido, y al
dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, para que Osorio Chong le abriera
las puertas de su oficina.
Hay
indicadores, sin embargo, de que al gobernador sonorense no le fue del todo
bien. De unas semanas a la fecha, el semblante del gobernador se ha
ensombrecido. La imagen que le inventaron y con la que pretendieron vender la
imagen exitosa, de un tipo que en lugar de políticas públicas anunciaba pasta
dental, ha desaparecido junto con su sonrisa. El gobernador se nota seriamente
preocupado.
Y
no es para menos. Un día después del encuentro con Osorio Chong, “las inusuales
avenidas de agua” en el arroyo Manzanales destruyeron la cortina de su presa en
el Río Bacanuchi, lo cual suena increíble considerando que durante toda la
semana pasada esa presa fue desfogada, reduciendo notablemente su embalse, como
si estuvieran preparando el terreno para volar la cortina. Y uso la palabra
“volar”, porque los primeros reportes de los vecinos de Bacanuchi fueron en el
sentido de que la madrugada del sábado 20 de septiembre, se escuchó una fuerte
explosión por esos rumbos. Luego aparecieron las fotos de la presa con la
cortina hecha polvo.
¿Es
posible que al gobernador le hayan presionado para destruir su presa
particular, antes de que le cayera encima la conclusión de las investigaciones
que sobre la misma están realizando peritos de la Comisión Nacional del Agua?
Puede ser.
En
la víspera, el titular de la Unidad Estatal de Protección Civil, Carlos Jesús
Arias, salió a ofrecer una rueda de prensa denunciando un nuevo derrame tóxico
en otro de los represos de la minera Buenavista del Cobre, filial del Grupo
México. El funcionario se quejó de que personal de esa empresa no los dejó
entrar para hacer las inspecciones del caso, y amenazó con usar la fuerza
pública para hacerlo. Anunció también el “rompimiento de toda relación del
gobierno del estado con Grupo México”, cualquier cosa que eso signifique.
Pero
ayer, tras la reunión de la Comisión de Trabajo Río Sonora, presidida por
Alfonso Navarrete Prida (secretario del Trabajo del gobierno federal), con
presidentes municipales de la zona afectada, y en la que estuvo presente el
gobernador, el funcionario federal desechó la versión de nuevos derrames.
Y
Guillermo Padrés tuvo que dar otro reversazo en sus algaradas de rompimiento de
relaciones con Grupo México.
“Por
supuesto, tanto de Grupo México que se integra en esta mesa de trabajo, y se
buscan todas las medidas posibles en conjunto, por un lado buscar la reparación
del daño y por el otro que esto no vuelva a suceder, por supuesto que vamos a
seguir trabajando de la mano, cuando estemos en el mismo canal de buscar
soluciones, sin poner obstrucciones, el gobierno del estado va mantener
relaciones con cualquier institución, y en este caso con la empresa”, declaró.
En
esa reunión de la Comisión Río Sonora, Padrés tuvo que verse las caras con los
delegados federales, mismos a quienes hace un par de semanas “expulsó” del
Consejo Estatal de Protección Civil, instancia que no ha vuelto a reunirse
desde entonces y que por cierto, jamás de los jamases ha contado con la
presencia del gobernador, que es su presidente.
Ayer
Padrés lució especialmente tenso. Molesto. Quizá ya sepa que a todo lo que le
ha pasado últimamente, se sume lo que parece ser el descubrimiento de una nueva
presa en su rancho.
Para
remachar el clavo, este martes estará en Hermosillo el titular de Semarnat,
Juan José Guerra Abud para realizar una gira de trabajo por los pueblos del Río
Sonora. En Baviácora pondrá en operación un pozo que ya fue reubicado,
entregará cheques a productores de la región y sostendrá un encuentro con la
sociedad civil.
Pero
la nota que levantará polvo tiene que ver con las investigaciones que esa
dependencia realiza sobre los desmontes realizados en amplias zonas de terreno
en las inmediaciones de su rancho en Bacanuchi, y lo más grave, los presuntos
trabajos de preparación para la construcción de otra presa en esa zona.
No
las trae, pues, todas consigo el gobernador de Sonora. De hecho, este mismo
martes, en el Congreso federal, el diputado guaymense Antonio Astiazarán
presentará una solicitud de juicio político contra Guillermo Padrés, en el que
se investigue todo lo relacionado con el origen de los recursos para la
construcción de la presa hoy destruida, así como otras obras como el acueducto
que existía allí mismo, los permisos para seis pozos que dejaron sin agua al
pueblo de Bacanuchi, para regar cientos de hectáreas de nogal propiedad del
gobernador, entre otras cosas.
La
solicitud está firmada por 150 diputados federales, así que no es para desestimarse.
Eso
por un lado. Por el otro, el abogado David Zubía ha comenzado una campaña de
recolecta de firmas, mediante un formato bien elaborado, en el que se solicita
también el juicio político al gobernador de Sonora.
La
cosa viene en serio, en breve se instalarán módulos en los principales
municipios del estado, y se lanzará una página de internet.
Pero
sobre esto último, abundaremos en la columna de mañana. Por ahora aquí la
dejamos. Gracias.
(DOSSIER
POLITICO/ Arturo Soto Munguía / 2014-09-23)
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