Ya sabía que son los
ayuntamientos los que fijan las tarifas para el consumo de agua potable. Ya
sabía, también, que en Empalme no hay oficina dependiente de Conagua para el
control de este negocio que debería de llamarse Agua de Empalme, de lo que se
está encargando el vecino puerto, nada justo para medir este líquido, que si
bien no cobra 83 mil pesos y pico en los consumos, si carga la mano a la gente
humilde, con pensiones de 1,200 pesos, con el cobro de mil 400 mensuales, lo
que les impide hacer el pago. Semejante suma está por encima del salario
mínimo, lo que mata de sed a las familias y, por consecuencia, de hambre del
mismo modo.
Una pregunta: ¿Serán
los habitantes de Hermosillo los que pagarán el costo del acueducto, en un
criminal sacrificio de los pobladores de esa ciudad, como se está viendo con
los consumos de agua de 54 y 83 mil pesos mensuales?
Nunca se ha sabido
en Empalme cuál es la tarifa fijada por ayuntamiento del alcalde panista
Laguna, pero sí informan los empleados de la sucursal de Agua de Guaymas que
los responsables de las altas cobranzas son los señores regidores que fijan las
tarifas y para reclamar un buen cobro, se tiene que ir al puerto a alegarle al
ampáyer, quien el igual que el recordado Viejo Leal llamaba a su compañero de
arbitraje de las bases para consultarle su decisión, y al regresar a su
posición en el home, se quitaba la responsabilidad cargando a su compañero la
decisión, lo que dejó varias veces al Chile López en la estaca.
Total que así son
los descorteses y autoritarios empleados de Agua de Guaymas, descargando su
culpa en los trabajadores de la sucursal Empalme y asunto que se termina.
Permanece el alto consumo, la multa y el recargo por la demora en el pago.
Se entiende que, con
el agua abundante que llega del Novillo, los cobros deben ser bajos, es decir,
congruentes con los salarios y las pensiones de los jubilados, lo que no es así
y se deja a los consumidores chiflando la Valentina en la Loma de Guamúchil,
donde los yaquis rumian su amargura ante la negativa del “gober” de obedecer
los fallos de la Suprema Corte de Justicia, aplicando aquel principio de “que
eso y un vaso de agua no se le puede negar a nadie”.
Y todavía los
señores de la administración del agua, se van por el corte del servicio, algo
que está prohibido pero los succionadores de los dineros públicos se lo pasan
por el arco del triunfo y lanzan un maderazo de desprecio a los sufridos
usuarios que se lo regresan multiplicados y juran venganza en las urnas el
2015, de lo que hace caso omiso el diputado panista Luis Ernesto Nieve de la
Comisión del Agua, cuya comisión preside. ¿Y tu nieve de que la quieres?,
pregunta a sus críticos.
La situación sigue
igual o peor en el caso de la Comisión Federal de Electricidad, que también
está en el plan de aumentar las tarifas, con ese desglose imaginario que
presentan en el recibo, dando por hecho que la CFE ha colaborado con más del 70
por ciento del importe del pago. Su teléfono 071 es el único medio de los
inconformes para pedirle perdón a la Virgen del Cerrito y de la Curva de San
Judas, por las mentadas de madre que les han dedicado a los autoritarios y
simpáticos empleados, que esperamos sean relevados de los cargos ahora que con
la reforma energética, pasan a ser las víctimas de su incompetencia. Pues, los
que vienen, vienen a competir en trato, precio y consumo. ¡Qué Dios los
encuentre confesados! Por el lado del consumidor no habrá misericordia.
Y mientras, el Gober
engordando el bolsillo, sin darse cuenta que la nueva administración panista
está en contra de la obesidad.
Y en cuanto al
alcalde de Hermosillo, Alejandro López Caballero, frustrado aspirante a
Gobernador del Estado, no tiene perdón de Dios cuando invoca a Samuel Moreno
Terán, para escudarse en la excusa de que éste no reporta las fallas en los
recibos del agua, cuando basta y sobra que reciba 300 quejas diarias el
ayuntamiento y 30 en su celular, para proceder en consecuencia. Que atienda su
negocio y no se concrete a cargar culpas a terceras personas. Eso es
inhabilidad para el cargo.
El pan no existe. Se
acabó en la distribución del poder entre sus hambrientos miembros, avorazados e
ineptos. No les alcanzó la docena del rastacuerismo y piden pan y no les dan,
como los maderos de San Juan... pero sí reciben el hueso que les dan por el pescuezo...
(DOSSIER
POLITICO/ ESTEBAN MARTÍNEZ DÍAZ / 2014-07-13)
No hay comentarios:
Publicar un comentario