Chetumal.- Alrededor de 300 internos del penal estatal de
Chetumal se amotinaron durante dos horas, luego de que custodios
revisaran la celda de Heriberto Campos Martínez, El Diablo, en busca de
droga.
Este sujeto, de 27 años y originario de Oaxaca, es señalado como el jefe del cártel del Golfo en Quintana Roo y se encuentra bajo proceso por el asesinato de siete personas (entre ellas tres líderes taxistas) en la cantina La Sirenita, de Cancún, perpetrado en marzo de 2013.
Apenas el pasado 10 de marzo, las autoridades lo trasladaron del penal de Cancún al Centro de Reinserción Social de Chetumal debido a su “alta peligrosidad”.
Funcionarios federales informaron que El Diablo está ligado al menos a otras 20 ejecuciones y se le investiga por tráfico ilegal de personas.
De acuerdo con las primeras versiones, alrededor de las 17:30 horas comenzó el motín. Agentes estatales arribaron al penal, mientras unos 300 elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal establecieron un cerco de vigilancia.
A las afueras de la cárcel permanecieron personal de emergencia y ambulancias, mientras elementos de tránsito cerraron la circulación de la carretera federal Chetumal-Cancún.
En un comunicado, el gobierno del estado informó que al parecer todo se originó “por un malentendido” con Campos Martínez, “de quien se dijo que tenía droga y se le retuvo”.
Sin embargo, agregó, “después de una revisión (los custodios) no le encontraron nada, lo que provocó que la gente se enardeciera”.
Abundó que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, “Carlos Bibiano Villa Castillo, confirmó que la trifulca se generó porque se envió al área de castigo a Campos Martínez”.
Frente a esta situación, se ordenó la inmediata implementación de un operativo “en forma coordinada con la Policía Judicial del estado y los cuerpos de seguridad municipal, federal y fuerzas armadas”.
De acuerdo con la versión oficial, al momento de los disturbios se encontraba en sus oficinas el director del penal, Joel Cardozo (quien, según algunas versiones, estuvo retenido por los presos).
Cardozo, abundaron las autoridades, encabezó el diálogo con los reos inconformes junto con Villa Castillo y Gaspar Armando García Torres, procurador de la entidad.
Alrededor de las 20 horas Gabriel Mendicuti, secretario general de Gobierno, declaró que se había restablecido por completo el orden en el penal, con saldo de cuatro presos y tres policías lesionados, ninguno de gravedad.
Explicó que “la lesión más seria, no grave, fue recibida por un reo al cortarse en una mano. No requirió ser hospitalizado”.
Manifestó que en la gresca participaron “alrededor de 300 internos que agredieron a custodios con piedras y palos, por un malentendido con el preso Heriberto Campos, quien fue acusado de tener droga en su celda”.
Puntualizó que los policías repelieron la agresión con gas lacrimógeno, pero no hubo disparos, afirmó.
Aseguró que “el orden y control del penal fueron completamente restablecidos en la prisión, tanto que mañana (hoy) la visita dominical será normal”.
En este sentido, el procurador García Torres afirmó en entrevista que al momento del motín había visitas, pero en ningún momento corrieron riesgo.
Respecto a los heridos, el gobierno del estado indicó que “recibieron atención médica oportuna y fueron trasladados al Hospital General”.
El penal de Chetumal tiene mil 300 internos y hasta antes del sábado no se había registrado ningún amotinamiento.
Tras una serie de conflictos en la cárcel de Cancún, varios de los más peligrosos internos, miembros de cárteles que operan en la entidad, fueron trasladados a Chetumal.
En este penal opera un grupo conocido como La Comitiva, integrado por reos miembros del cártel del Golfo y sus aliados Los Sureños, que hasta ahora encabeza El Diablo.
Otros cabecillas del grupo del Golfo son conocidos por sus apodos: El Humo, El Mojón y El Liro. Los Sureños son liderados por El Makako y El Chaquiro.
De acuerdo con funcionarios consultados por MILENIO, los primeros están señalados de haber instigado el motín por órdenes de El Diablo, quien busca manejar el penal.
Este sujeto, de 27 años y originario de Oaxaca, es señalado como el jefe del cártel del Golfo en Quintana Roo y se encuentra bajo proceso por el asesinato de siete personas (entre ellas tres líderes taxistas) en la cantina La Sirenita, de Cancún, perpetrado en marzo de 2013.
Apenas el pasado 10 de marzo, las autoridades lo trasladaron del penal de Cancún al Centro de Reinserción Social de Chetumal debido a su “alta peligrosidad”.
Funcionarios federales informaron que El Diablo está ligado al menos a otras 20 ejecuciones y se le investiga por tráfico ilegal de personas.
De acuerdo con las primeras versiones, alrededor de las 17:30 horas comenzó el motín. Agentes estatales arribaron al penal, mientras unos 300 elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal establecieron un cerco de vigilancia.
A las afueras de la cárcel permanecieron personal de emergencia y ambulancias, mientras elementos de tránsito cerraron la circulación de la carretera federal Chetumal-Cancún.
En un comunicado, el gobierno del estado informó que al parecer todo se originó “por un malentendido” con Campos Martínez, “de quien se dijo que tenía droga y se le retuvo”.
Sin embargo, agregó, “después de una revisión (los custodios) no le encontraron nada, lo que provocó que la gente se enardeciera”.
Abundó que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, “Carlos Bibiano Villa Castillo, confirmó que la trifulca se generó porque se envió al área de castigo a Campos Martínez”.
Frente a esta situación, se ordenó la inmediata implementación de un operativo “en forma coordinada con la Policía Judicial del estado y los cuerpos de seguridad municipal, federal y fuerzas armadas”.
De acuerdo con la versión oficial, al momento de los disturbios se encontraba en sus oficinas el director del penal, Joel Cardozo (quien, según algunas versiones, estuvo retenido por los presos).
Cardozo, abundaron las autoridades, encabezó el diálogo con los reos inconformes junto con Villa Castillo y Gaspar Armando García Torres, procurador de la entidad.
Alrededor de las 20 horas Gabriel Mendicuti, secretario general de Gobierno, declaró que se había restablecido por completo el orden en el penal, con saldo de cuatro presos y tres policías lesionados, ninguno de gravedad.
Explicó que “la lesión más seria, no grave, fue recibida por un reo al cortarse en una mano. No requirió ser hospitalizado”.
Manifestó que en la gresca participaron “alrededor de 300 internos que agredieron a custodios con piedras y palos, por un malentendido con el preso Heriberto Campos, quien fue acusado de tener droga en su celda”.
Puntualizó que los policías repelieron la agresión con gas lacrimógeno, pero no hubo disparos, afirmó.
Aseguró que “el orden y control del penal fueron completamente restablecidos en la prisión, tanto que mañana (hoy) la visita dominical será normal”.
En este sentido, el procurador García Torres afirmó en entrevista que al momento del motín había visitas, pero en ningún momento corrieron riesgo.
Respecto a los heridos, el gobierno del estado indicó que “recibieron atención médica oportuna y fueron trasladados al Hospital General”.
El penal de Chetumal tiene mil 300 internos y hasta antes del sábado no se había registrado ningún amotinamiento.
Tras una serie de conflictos en la cárcel de Cancún, varios de los más peligrosos internos, miembros de cárteles que operan en la entidad, fueron trasladados a Chetumal.
En este penal opera un grupo conocido como La Comitiva, integrado por reos miembros del cártel del Golfo y sus aliados Los Sureños, que hasta ahora encabeza El Diablo.
Otros cabecillas del grupo del Golfo son conocidos por sus apodos: El Humo, El Mojón y El Liro. Los Sureños son liderados por El Makako y El Chaquiro.
De acuerdo con funcionarios consultados por MILENIO, los primeros están señalados de haber instigado el motín por órdenes de El Diablo, quien busca manejar el penal.
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