MÉXICO, D.F. (apro).- Ante la inminente posibilidad de que el
gobierno federal abra Petróleos Mexicanos (Pemex) a la inversión
privada, el exjefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard,
retó al presidente Enrique Peña Nieto a debatir el tema “cara a cara” y
pronto.
Al mismo tiempo, defendió la postura de la izquierda en la materia y
lamentó que el líder nacional del PRD, Jesús Zambrano, haya cedido a la
posibilidad de modificar el artículo 27 constitucional, cuando ni
siquiera conoce la iniciativa de reforma energética de Peña Nieto.
Es más, sostuvo que el PRD debe reunirse de emergencia para despejar
las dudas sembradas por Peña Nieto durante su asistencia a la cumbre del
G-8 celebrada en Reino Unido. El PRD vive “una crisis de confianza”,
dijo en una larga entrevista con el diario español El País.
El exmandatario sostuvo que la reforma no puede ser superficial y subrayó que la discusión sobre la misma tiene que ser ahora.
“El señor (Peña) va a tener que explicar y debatir en México lo que
fue a proponer allá (en Londres). Creo que es una demanda razonable. Si
el señor trae una línea estratégica que nos diga por qué y hasta dónde
va a llegar y cuánto vamos a pagar de la renta per cápita y por qué no
se puede hacer de la manera que nosotros decimos”, señaló.
- ¿Le pediría un debate directo sobre este tema al presidente Peña Nieto?, se le preguntó.
–Sería indispensable— respondió
– ¿Se lo exige?
“Sí, un debate público, informado, vis a vis (cara a cara) y a la
brevedad, porque él dice que electoralmente no le conviene discutir esto
antes de 7 de julio, pero al país sí le conviene”.
Resumió así la estrategia de Peña Nieto:
“El señor (Peña Nieto) tiene una iniciativa de reforma ya resuelta,
ya eligió la ruta que va a seguir su gobierno, se la plantea al G-8 que
son los países más poderosos y mejor informados del mundo, por lo que no
puede ser algo superficial, tiene que estar avanzado. Y dice, ‘no
quiero discutirlo ahora, lo discutimos dentro de dos meses’. No, lo
discutimos ahora. El señor va a tener que explicar y debatir en México
lo que fue a proponer allá. Creo que es una demanda razonable.
“Si el señor trae una línea estratégica que nos diga por qué y hasta
dónde va a llegar y cuánto vamos a pagar de la renta per cápita y por
qué no se puede hacer de la manera que nosotros decimos. Puedes cambiar
el artículo 27, invitar a la inversión de empresas norteamericanas o
europeas, y que se quede todo como está porque no tocas a Romero
Deschamps (líder del sindicato de Pemex). No estoy en una posición
conservadora”, advirtió Ebrard.
El País cuestionó cómo es que quien fuera considerado un “alcalde de
vanguardia” no está dispuesto a discutir otro modelo para Pemex, sobre
todo cuando necesita modernizarse.
–¿No se equivoca al rechazar la reforma del artículo 27 de la Constitución?
–No. Creo que el error es plantear que se cambie el artículo 27
porque México no tiene recursos o conocimientos para desarrollar la
exploración en aguas profundas. Yo no estaría de acuerdo… entonces la
pregunta sería ¿para qué expropiamos?
–La expropiación fue en 1938— reviró el periodista.
–No importa. En esencia es la misma discusión. ¿Pemex necesita
cambios? Sí. ¿Pemex es una empresa que tiene una contribución fiscal
enorme? Sí.
“Durante muchos años se ha pospuesto la inversión en Pemex porque no
se ha querido hacer una reforma fiscal, pero cambiar el régimen de
propiedad de nuestra nación sobre el petróleo no me parece que sea la
solución.
“Puede haber otras razones, pero las que se están aduciendo son muy
malas, poco creíbles. ¿Con qué vamos a pagar el capital de riesgo?, esa
es la pregunta. ¿Con las reservas petroleras? Bueno, es un
planteamiento. Yo no estoy de acuerdo”, sostuvo Ebrard.
Si bien reconoció que Pemex no tiene la tecnología necesaria para
explotar más sus reservas, Ebrard afirmó que se pueden hacer inversiones
en tecnología y para ello no es necesario cambiar el artículo 27
constitucional.
Abundó:
“Pemex tiene que tener autonomía y hay que reducir su contribución fiscal para poder aumentar su tasa de inversión.
Es una empresa que se está manejando con una subordinación extrema a Hacienda. Se puede manejar mucho mejor, es una empresa muy rentable.
“El problema es que no se ha querido hacer una reforma fiscal que
toque el ingreso sobre la renta en México durante 30 años. Pemex ha sido
una coartada para posponer la reforma fiscal. A mí no me parece que el
camino sea: ‘como no quiero hacer una reforma fiscal y necesito
recursos, entonces voy a cambiar el artículo 27 de la Constitución’,
porque eso es lo que están planteando”, sostuvo.
Al respecto, el periodista le indicó a Ebrard Casaubón que en una
entrevista previa con El País, el líder nacional del PRD se dijo
dispuesto a discutir la modificación al artículo 27, a lo que Ebrard
atajó:
“No. Yo no estaría dispuesto y no coincido con eso. El articulo 27 y
Pemex es un punto de identidad importantísimo para las diferentes
izquierdas mexicanas por razones de convicción. Hasta ahorita no
conocemos la propuesta de Peña Nieto. Para nosotros es muy mala señal
que vaya a Londres a hacer ese anuncio”.
–¿Confía en el presidente del PRD, Jesús Zambrano, para este debate?—le preguntó el periodista.
Ebrard movió la cabeza de un lado a otro y contestó: “A mí me
preocupa mucho que Peña Nieto diga que lo tiene acordado y Zambrano nos
diga que no conoce la propuesta”.
Ebrard descartó que sea el nuevo Andrés Manuel López Obrador en el debate por la defensa de Pemex.
“No aspiro a ser López Obrador. Creo que el debate sobre la reforma
fiscal y energética es de tal importancia para el futuro del PRD, que de
ninguna forma podríamos o deberíamos ir a una negociación corta que
pueda significar el principio del fin para el PRD, y entonces darle la
razón a quienes han pensado primero, que la izquierda se va a dividir y
segundo, que no se puede más que organizar protestas en las calles”,
dijo.
El PRD, abundó, es el principal instrumento de la izquierda mexicana y hay una ambigüedad en su dirección.
“No denuncio a Zambrano, pero cuando menos lo he visto ambiguo, y me parece que para un debate de este tamaño sí debería existir una discusión en el partido y lograr un consenso”, subrayó Ebrad.
¿No es López Obrador el principal instrumento de la izquierda?— insistió El País.
–No, es el PRD que tiene 22 senadores. El partido que va a decidir si
pasa la reforma constitucional es el PRD. Al PRI sí le alcanza para
aprobarla sin el PRD, con los votos del PAN pero ahí se agotaría el
Pacto. No creo que el PRD deba ni pueda ir a un cambio del artículo 27
constitucional— advirtió.
–¿Si el PRD se divide en este tema, se acaba?
–Creo que sí. Aprobar la reforma del artículo 27 es el principio del
fin del PRD, porque ni siquiera te habrían consultado. Hoy hay una
crisis de confianza en el partido. ¿Cómo resolverla? Hagamos un Consejo y
después un Congreso. Precisemos qué podemos apoyar y qué no, cuál es
nuestra postura.
El también director del Comité directivo de la Red Global de Ciudades
Seguras, rechazó que Pemex esté privatizada de hecho, por la hegemonía
que mantiene Carlos Romero Deschamps en el Sindicato de Pemex.
La izquierda, dijo, no defiende a Romero Deschamps, la mala gestión o que todo se quede como está.
El problema es la diferencia de las declaraciones de Peña Nieto en el
extranjero y al interior del país, y su propósito estratégico.
“Vamos a obligarlo a sacar de la mesita del Pacto de México de qué se trata. No hay un debate público sobre esto.
Ha habido muy mala gestión en Pemex, y sí, hay opacidad, pero creo que se puede y se debería manejar de una manera distinta. Si no fuera así, habría que concluir entonces que somos un fracaso como país, un Estado fallido en versión Pemex”, soltó el exmandatario.
–Su oposición a la apertura de Pemex podría costarle el apoyo de las clases medias—le soltó el periodista.
Sin embargo, Ebrard le respondió que lo mismo le dijeron cuando encabezó la legalización del aborto en el DF.
“Creo que hay convicciones que tienes que defender. No puedes
pretender transitar por el mundo sin que te cuesten las cosas. Pero no
estaría tan seguro de perder ese apoyo; en un debate informado va a
haber seguramente posiciones muy distintas.
“Son temas muy polémicos como fue la interrupción del embarazo o los
matrimonios del mismo sexo, seguramente hubo sectores a los que no le
gustó, pero este es un debate mayor para nosotros.
“Si no tenemos razón en este debate habría que definir qué es la
izquierda en México. Si no tenemos razón en esto ni en materia fiscal,
¿en qué tendríamos razón?”, arguyó el exmandatario capitalino, quien
afirmó que el debate en esta materia debe desenvolverse en el congreso,
los medios y las redes sociales, aunque no desdeñó incluir las marchas
de protesta.
“No vamos a ganar este debate a base de marchas. Aunque no las
excluyo ni las condeno. Este debate debe llevarse al Congreso. Si va a
ser una reforma constitucional la que pretende Peña, ahí debe darse la
discusión”, afirmó.
/ 20 de junio de 2013)
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