El polvo que rodea a dicho cuerpo es repelido en forma de vientos
fríos, lo que revela cómo estas regiones evolucionan e interactúan con
su entorno.
México
• El Observatorio Austral Europeo (ESO) anunció hoy el descubrimiento
de un agujero negro en el que parte del polvo circundante es repelido en
forma de vientos fríos, lo que pone en jaque las actuales teorías y revela cómo estas regiones evolucionan e interactúan con su entorno.
Con la ayuda
del telescopio VLT de ESO, situado en el desierto de Atacama, Chile, un
equipo de científicos pudo observar que el polvo que rodea al
gigantesco agujero negro del centro de una galaxia activa no se
encuentra sólo en esa zona circundante parecida a un rosco (llamada
torus o toro) como era de esperar, sino que parte del mismo es repelido y
se encuentra encima y debajo.
A lo largo de los últimos veinte años, los astrónomos de ESO han
descubierto que casi todas las galaxias tienen un enorme agujero negro
en su centro, algunos de los cuales crecen atrayendo materia de su
entorno y crean, durante el proceso, el objeto más energético del
universo: los núcleos de galaxias activos o AGN (Active Galactic
Nucleus).
Las regiones interiores de estas brillantes zonas están rodeadas por
un anillo en forma de rosco compuesto de polvo cósmico arrastrado del
espacio circundante, algo similar a lo que ocurre cuando el agua forma
un pequeño remolino alrededor del desagüe de un lavabo.
Hasta ahora, los científicos creían que la mayor parte de la fuerte
radiación infrarroja que provenía de los AGN se originaba en esos
roscos.
Tal y como explica el autor principal del artículo
que presenta estos nuevos resultados, Sebastian Hönig, se trata de la
primera vez que se han podido combinar observaciones detalladas en el
infrarrojo medio del polvo frío que rodea a un AGN, con observaciones de
casi la misma precisión del polvo muy caliente.
El polvo recientemente descubierto forma una corriente de viento frío
que sale del agujero negro y que, suponen, debe jugar un importante
papel en la compleja relación existente entre el agujero negro y su
entorno.
El agujero negro satisface su insaciable apetito alimentándose del
material circundante, pero la intensa radiación que produce este proceso
también parece estar expulsando material, aunque no está muy clara la
forma en que estos dos procesos se alían para permitir que los agujeros
negros supermasivos crezcan y evolucionen en el interior de las
galaxias.
El siguiente paso, dijo Hönig, es la puesta en funcionamiento de
MATISSE, un instrumento de segunda generación que permitirá combinar los
Telescopios Unitarios del VLT de una sola vez y observar
simultáneamente en el infrarrojo cercano y el infrarrojo medio
proporcionando datos mucho más detallados.
(MILENIO/ EFE/ 20 Junio 2013 - 4:39pm)
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