Todo indica que el frente unido contra René Bejarano
conseguirá mañana su último objetivo. Tras apoderarse de la ALDF, los
manceristas podrían quedarse con la dirección del PRD en la capital y el líder
perredista quedaría fuera de combate
Jonathan Villanueva
La poderosa
corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN) de René Bejarano está herida de
muerte y a punto de ser vapuleada por las tribus perredistas y el gobierno
capitalino.
En la víspera de que
se lleve a cabo la elección de la nueva dirigencia del PRD-DF, los bejaranistas
están disminuidos y con grandes posibilidades de perder el control de la
ciudad.
Y es que el TUCOB
(Todos Unidos Contra Bejarano) comienza a dar frutos. Ayer lograron salvar la
cabeza del presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal (ALDF), Manuel Granados, y ahora van por la presidencia del
partido del sol azteca.
Por esa razón, se
prendieron los focos rojos dentro de la tribu más influyente de los últimos
años, pues ya hay voces que advierten una desbandada a favor del mandatario
capitalino, Miguel Ángel Mancera.
La lucha de poder
entre el titular del Ejecutivo local y René Bejarano comenzó el pasado 5 de
diciembre, justo cuando el GDF anunció que no sería rehén de las huestes
perredistas.
Desde ese entonces,
la historia de la ciudad capital se ha llenado de amagos, traiciones y nuevas
alianzas entre los principales actores de todas las fuerzas políticas.
EL PUNTO DE QUIEBRA
En el cierre del
segundo periodo ordinario de sesiones de la ALDF, comenzó a visualizarse la
operación política del GDF y la formación de un bloque sólido alrededor de
Miguel Ángel Mancera.
El pasado 12 de
diciembre de 2012, Reporte Indigo publicó las intenciones de los bejaranistas
de quitar de la presidencia de la asamblea a Manuel Granados en represalia por
las políticas del nuevo gobierno.
Tras no conseguir
espacios dentro de la administración capitalina, los amagos fueron subiendo de
tono. Una sola secretaría para la tribu más influyente de la ciudad era
insuficiente.
Las presiones no
cesaron y el bloque mancerista construyó una alianza con los líderes de las
demás tribus para forzar a renovar la dirigencia del PRD en la ciudad.
El bloque se consolidó
y acordaron –por mayoría– que la elección de la dirigencia del partido se
realice mañana, viernes.
En respuesta, los
bejaranistas consideraron que la única forma de presionar al GDF y convertirse
en un contrapeso sería concretando uno de sus amagos: quitar a Manuel Granados
de la ALDF.
En días anteriores
se pusieron de acuerdo con algunos diputados perredistas, hasta llegar a 19,
los mismos que firmaron una carta de apoyo a las pretensiones de René Bejarano.
Pero la operación
del GDF, a través de la Secretaría de Gobierno, comandada por Héctor Serrano,
logró menguar la fuerza de IDN. Tanto así que consiguió el apoyo de 20
diputados contra 14 bejaranistas.
La prueba de fuego
estuvo en la discusión de un dictamen en la sesión del martes pasado. Ahí los grupos
de poder se midieron y marcaron la tendencia de las fuerzas políticas.
Hasta antes de esta
votación –la abrogación de la Ley Contra la Delincuencia Organizada para el
Distrito Federal– ambos bloques aseguraban tener 20 diputados contra 14 (en
total, son 34 perredistas).
Por esa razón, IDN
convocó a una reunión del grupo parlamentario para la mañana de ayer. El tema
central era la cabeza de Manuel Granados que, para ese entonces, había
construido una mayoría en la ALDF.
Se votó y discutió
el dictamen y los afines al jefe de gobierno se impusieron. A partir de ahí quedó claro quién tiene el
control de la Asamblea Legislativa.
Fue entonces cuando
los bejaranistas, comandados en ese órgano colegiado por Ariadna Montiel,
decidieron cancelar la reunión y posponerla para mejor ocasión.
Los números
mostraron que Miguel Ángel Mancera tenía el apoyo de 19 diputados contra 15
bejaranistas, de modo que sería imposible remover del cargo a Manuel Granados,
al menos, por ahora.
La reunión, de todas
formas, se llevó a cabo, pero con la ausencia de los bejaranistas, que
argumentaron que tenían otros compromisos que atender a lo largo de esta
semana.
En el
desayuno-reunión, celebrado en un restaurante del centro histórico, los progresistas
o afines a Miguel Ángel Mancera cerraron filas y acordaron revisar la
proporcionalidad dentro de la ALDF.
Esto significa que
habrá cambios en las áreas estratégicas de la Asamblea, hasta ahora en manos de
la corriente de René Bejarano, y para eso habrá una reunión el próximo martes.
BLOQUES ENFRENTADOS
En el grupo del jefe
de Gobierno están Manuel Granados, Dione Anguiano, Polimnia Romana, Ernestina
Godoy, Adrián Michel, Vidal Llerenas, Víctor Hugo Lobo, Roberto Candia,
Alejandro Piña, Diego Raúl Martínez, Alejandro Robles, Carmen Antuna, Rocío
Sánchez, Albert Martínez Urincho, Carlos Hernández, Claudia Cortés, Esthela
Damián, Daniel Ordóñez, Efraín Morales y Arturo Santana.
En este grupo se
encuentran dos personajes que estaban dentro de las filas de René Bejarano: Carlos Hernández y Claudia Cortés, que, a
última hora, se sumaron al bloque mancerista.
Al término de la
reunión de ayer, trascendió que otros dos bejaranistas se unirán al bloque de
Mancera: Ana Julia Hernández y Rubén
Escamilla, que pertenecen a ADN y Runi, respectivamente, pero formaban parte
del bloque bejaranista por acuerdos previos.
En cambio, como
partidarios de Bejarano quedan Ariadna
Montiel, Héctor Hugo Hernández, Eduardo Santillán, Lucía Hernández, Dinora
Pizano, Gabriel Godínez, Angelina Hernández,
Alejandro Ojeda, Antonio Padierna, Jorge Zepeda, Yuriri Ayala y Agustín
Torres.
Estos números son los que jugarán en la elección de la próxima dirigencia estatal del PRD, y
con ello la IDN está a punto de quedarse sin espacios en el GDF, sin el control
de la ALDF y sin la dirigencia del sol azteca.
Por eso, uno de los
escenarios que busca René Bejarano es aplazar la elección nuevamente hasta que
tenga una mayoría en la ALDF y en el PRD.
(REPORTE ÍNDIGO/ Jonathan Villanueva / Jueves 2 de
mayo de 2013)
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