Amenazas y droga en líneas de investigación
Alrededor de las
10:23 pm del miércoles 17 de abril, fue asesinado Manuel de Jesús Zamora
Rodríguez, de 36 años, quien se desempeñaba como agente de la Policía Municipal
en San Luis Río Colorado, Sonora.
Lo acribillaron en
Avenida Madero, entre las calles 29 y 30, donde se encontraba asignado como
guardia nocturno del Centro Cultural “Héctor Chávez”.
La versión entre sus
compañeros, es que estaba en ese punto fijo como castigo porque lo habían
vinculado a un supuesto baje de droga, ni investigado, ni comprobado
judicialmente, y que estaba amenazado de muerte.
En contraposición,
el director de Policía y Tránsito Municipal de SLRC, Francisco Vázquez
Bustamante, declaró que lo habían asignado a esa labor porque tenía problemas
de espalda, y que ni el joven caído ni su familia, le refirieron que estuviera
amenazado.
Según reportes
policiacos, el asesinato fue perpetrado por dos individuos encapuchados que
llegaron en una camioneta de color oscuro. La estacionaron, uno de ello bajó,
ingresó al espacio que el occiso tenía asignado como guardia y le disparó por
lo menos cuatro ráfagas de arma larga.
Dejaron en la pared 35 marcas de bala 7.62. Zamora Rodríguez no pudo ni
desenfundar su arma de cargo.
Los homicidas
escaparon por la calle Revolución hacia el Oriente, los persiguieron hasta la
carretera de terracería, donde, según la versión policiaca, se detuvieron y
dispararon hacia la patrulla sedán que los seguía. Los oficiales alegaron que
no pudieron continuar la persecución por la zona arenosa, y mientras esperaban
refuerzos, los delincuentes se dieron a la fuga.
El policía victimado
es hijo del ex comandante Jesús Zamora, quien representa una de las familias
más fuertes dentro de la corporación policiaca en San Luis Río Colorado.
Al momento de su
ejecución, el agente contaba con el grado de primer oficial.
Previo al ataque, a
mediados de marzo trascendió públicamente información corroborada por ZETA con
las autoridades de San Luis. En la habitación de un hotel de la ciudad se
localizaron dos cargadores para armas largas y un par de fotos, la primera del
director de la Policía Municipal, Francisco Vázquez Bustamante, con el alcalde
Leonardo Guillén y Jesús Zamora Orozco, padre del policía recién asesinado; la
segunda con la imagen del subdirector operativo, Rafael Vázquez Hernández.
El titular de la
Municipal ofreció una conferencia hasta el medio día del 18 de abril, en la
cual condenó: “Es por demás lamentable, es una situación que reprochamos
totalmente, no se permitirán este tipo de actos, estos atentados en contra de
la corporación. Hemos mantenido operativos para tratar de dar seguimiento y
poder coadyuvar con el Agente del Ministerio Público, a aportar información
importante para esclarecer este hecho”.
(SEMANARIO ZETA/ ZETA Investigaciones/ abril 22, 2013)
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