Leopoldo Santos Ramírez / Dossier Politico
Quizá algún día se
pueda escribir un manual de cómo entrampar un movimiento en ascenso a partir de
la experiencia de los líderes del Movimiento No Más Impuestos denominados
también voceros de los malnacidos.
No es una mala idea
porque aún de las malas experiencias pueden aprenderse lecciones que sirvan
para no cometer los mismos errores en el futuro.
En efecto, por una
conducción planeada sin mucho arte, el
movimiento ha perdido presencia entre el grueso de automovilistas que se
resisten a pagar el COMUN por considerarlo una tenencia disfrazada.
Es decir, la gente,
sobre todo la perteneciente a la clase media más numerosa está a la espera de
hacer presencia y dar un jalón que vuelva a accionar la energía social por
ahora contenida.
Pero alejándose de
ellos con paso firme, los voceros de No Más Impuestos cayeron en la trampa del
Congreso de Sonora y su actividad ha quedado reducida a los límites que
encierran las paredes del edificio que alberga a los diputados.
Es decir, por propia
voluntad los voceros se fueron adentrando en la trampa ideal por excelencia y
allí se han convertido en una especie de porra que a través de sus gritos deturpa
principalmente al PAN y se mantiene en la línea que le va marcando el PRI.
A la distancia lo
que puede observarse es que los voceros y el reducido grupo que los acompaña le
entran al circo de los diputados, se desesperan y sus embestidas contra la parte
diputadil oficialista se quedan en gritos y sombrerazos que poco abonan a su
causa.
No quiero decir que
lo que pasa en el Congreso carezca de importancia; al contrario, el movimiento
No Más Impuestos debe ir al Congreso pero con una política propia, que le
apueste a una salida independiente, no subordinada a la fracción priísta que
por lo que se ve tiene que negociar cosas más importantes para ellos que el
denominado COMUN.
La única manera de
ir y presionar con verdadero impacto es recuperando la fuerza social del
movimiento, dándole forma de una verdadera protesta social a la indignación de
la gente que aún les es fiel a los voceros a pesar de que éstos han hecho todo
lo posible por sembrar la desconfianza entre sus seguidores.
Por eso creo que
llegó el momento de sincerarse y hablarle a la gente con franqueza de qué
tratos están haciendo verdaderamente en el Congreso y sobre todo, qué fue lo
que acordaron en su viaje a la ciudad de México en la entrevista con el
secretario de Gobernación.
Aquí es muy importante
que Luis Miguel Vargas y Rebeca Villanueva aclaren los entretelones de ese
viaje que ha quedado como suspendido en el aire, como una nube de duda que no
ha podido disiparse.
Sobre todo ellos
deberían ser los más interesados en aclarar porque en sus antecedentes aparecen
como partidarios del PAN y el PRI en diferentes momentos y en la campaña pasada
cercanos al Maloro.
No cuestiono el
derecho que tienen de profesar la simpatía política que decidan, sino que
planteo la necesidad de que las esas cuestiones sean transparentes y queden
suficientemente claras para los ciudadanos.
Otra duda que
personalmente me ha quedado está referida a por qué no han impulsado con fuerza
la investigación del domingo 10 de febrero cuando los manifestantes fueron
agredidos por grupos porriles contratados ex profeso para golpearlos.
Eso no conviene a
nadie que quede impune, y yo diría que a quien menos conviene es a los
malnacidos e inclusive al PRI o cualquier otro partido diferente al PAN, porque
quienes movieron a los golpeadores casi imberbes lo volverán a hacer durante el
período electoral.
Así que lograr
determinar jurídicamente quién es el responsable de esos grupos es una cuestión
que no solamente atañe a los del movimiento, sino a partidos y organizaciones
sociales de un espectro más amplio.
ENFERMEDAD Y POLÍTICA
Como si faltara algo
para enredar más el sainete del Congreso, en la pasada sesión de la huida
panista, el diputado Carlos Navarro sufrió lo que los médicos diagnosticaron
como un preinfarto.
A pesar de que el
diputado Navarro no estaba bien de salud, responsablemente se presentó a
cumplir con su obligación, interesado sobre todo por votar la derogación del
COMUN.
El diputado del PRD
se ha distinguido por ser el único que ha mostrado ecuanimidad y habilidad
dentro de la maraña truculenta del espectáculo de la Cámara, aún remando contra
corriente de Alcira Chan, su inefable compañera de bancada.
Pero eso no ha sido obstáculo para que las
lenguas viperinas difundan la sospecha y los rumores de que su enfermedad en
realidad es una maniobra.
Aunque Carlos
Navarro no es santo de mi devoción, para mí está claro que hasta ahora ha
representado un papel digno en el Congreso y que un hombre con su capacidad
está lejos de prestarse a una jugada que lo disminuyera.
(DOSSIER POLITICO/Leopoldo Santos Ramírez /
2013-04-23)
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