Ernesto de Lucas
Hopkins quiso volar muy alto y tuvo una estrepitosa caída en picada que lo está
llevando a cavar, a su corta edad de 36 años, la tumba de su incipiente carrera
política.
El joven político
sonorense, apodado “El Pato” y ahijado político del ex gobernador de ese
estado, Eduardo Bours Castelo, nunca entendió que una de las principales
virtudes que exige Enrique Peña Nieto a sus colaboradores de confianza, es la
discreción y el trabajo eficiente sin llamar la atención ni levantar ningún
tipo de sospechas, hasta que ya el golpe ha sido asestado de manera
contundente, tal como sucedió con la caída de Elba Esther Gordillo y su retiro
fulminante como lideresa vitalicia del SNTE, a menos de 6 meses de haber
llegado a la Presidencia de la República.
Para quienes lo
conocen, Ernesto “El Pato” de Lucas fue víctima de su propia lengua y de su
inmadurez política. Sus allegados reconocen que se sintió con los arrojos
suficientes para conducirse por la libre dentro de la política sonorense y
desestimó las voces de alerta, alegando que ya “era un jugador de grandes
ligas”.
Y conservando el
símil con el beisbol, que al igual que el Peje es el deporte que más le apasiona,
fue precisamente la falta de conocimiento para interpretar las señales y el mal
corrido de bases, lo que lo metió en un brete que ocasionó su renuncia forzada
de ProMéxico, a tan solo 4 meses de haber asumido esa responsabilidad, y que le
ganó la enemistad del senador sonorense, Ernesto Gándara, quien se menciona
como uno de los posibles candidatos del PRI a la gubernatura de Sonora para el
2015.
LOS ANTECEDENTES
El primer
desencuentro que tuvo Ernesto de Lucas con la Presidencia de la República se
dio luego de que el ex funcionario sonorense, envalentonado y echado
“pa´delante” como su ex jefe Eduardo Bours, alardeó y gritó a los cuatro
vientos en Hermosillo que él se encargaría de todos los gastos para llevar una
comitiva de más de 100 sonorenses, a la Asamblea Nacional del PRI que se
celebró en marzo pasado aquí en la Ciudad de México.
Esta acción le
ocasionó una severa llamada de atención del secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, quien lo obligó a enmendar este error y a partir de ese momento
ordenó un marcaje personal en contra de Ernesto de Lucas, para evitar una mala
utilización de recursos públicos de parte de ProMéxico, en beneficio del
político sonorense.
Esta lectura fue
rápidamente interpretada por el senador sonorense Ernesto Gándara, quien tejió
fino y con ayuda de priístas de su tierra natal y con sus contactos en la
Ciudad de México, le fue documentando una a una algunas de las presuntas
irregularidades cometidas por de Lucas Hopkins mientras seguía al frente de
ProMéxico.
El expediente fue
cobrando tal fuerza que decidieron no esperar más y el senador Gándara le hizo
llegar el expediente al escritorio de Luis Videgaray, a través de un emisario
que es cercano a ambos políticos, con el cúmulo de irregularidades muy bien
documentadas, las cuales se fraguaron con la autorización del todavía director
de ProMéxico, Ernesto de Lucas.
A este expediente se
sumaron algunas otras irregularidades que por su parte le pudo acreditar el
equipo de Luis Videgaray, quien le venía también le venía haciendo un trabajo
fiscalizador arduo y a marchas forzadas.
Ernesto de Lucas
acusó recibo y desde un principio supo que quien lo puso en este predicamento,
que ahora lo mantiene fuera del cargo que le fue conferido hace apenas cuatro
meses, es Ernesto Gándara Camou, quien le cobró una vieja factura porque fue
uno de los operadores políticos de Eduardo Bours que se esmeraron para echar
por la borda las intenciones de Ernesto Gándara de ser el candidato del PRI a
la gubernatura de Sonora en 2009, donde en la elección interna perdió de manera
abrumadora frente a Alfonso Elías Serrano, quien terminó perdiendo las
elecciones frente a su primo, el panista Guillermo Padrés.
Ahora el panorama es
francamente adverso y oscuro para Ernesto de Lucas Hopkins. En el breve lapso
de tiempo al frente de ProMéxico, se enemistó con la clase política sonorense y
nunca buscó un verdadero acercamiento con Ernesto Gándara; luego comenzó a
malgastar los recursos de la institución a su cargo y perdió la confianza de
uno de los hombres de todas las confianzas de Enrique Peña Nieto, Luis
Videgaray, que fue quien terminó por exigirle su renuncia y le advirtió que le
caerá todo el peso de la ley si se empecina en jugar con las “señales
equivocadas”.
Y para evitar
cualquier duda, y como una prueba de que Peña Nieto busca no dejar ningún cabo
suelto en su administración, la PGR ya tiene una copia de este expediente y
mantiene abierta una investigación en contra de Ernesto de Lucas por
corrupción, mal manejo de recursos públicos por un monto de 77 millones de
pesos y probable asociación delictuosa, bajo el expediente PGR/0549/2013. Al
interior de esta dependencia confieren que la orden de aprehensión en contra
del funcionario sonorense podría salir en cuestión de horas, aunque no se sabe
si se haría efectiva de inmediato o se reserve por más tiempo para seguir
integrando al expediente, porque aparentemente hay indicios de más
irregularidades.
En tan solo cuatro
meses, Ernesto de Lucas pasó a ser de una joven promesa a una pesada carga que
el Gobierno Federal no estuvo dispuesta a soportar por mucho tiempo, y en su
natal Sonora ya le mandaron decir que no tiene cabida en el equipo de Ernesto
Gándara, quien se mantiene trabajando en su posicionamiento y lo que menos
buscan es un pasivo político con una carga negativa, quien ya en una ocasión le
jugó las contras.
Lo dicho, Ernesto de
Lucas cavó su propia tumba política y las alas artificiales que en un principio
lo elevaron a las nubes en poco tiempo, hoy lo llevan de regreso a una
estrepitosa caída libre y en picada.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Martes, 23 de Abril de 2013
08:55)
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