Yee Trujillo
El arzobispo de
Acapulco, Carlos Garfias Merlos, aprobó las movilizaciones armadas de
ciudadanos para responder a la amenaza de la delincuencia organizada, pero
opinó que cuando la “emergencia extrema” haya concluido y las autoridades se
hayan presentado para asumir “su responsabilidad de dar seguridad”, como en los
casos de Ayutla y Tecoanapa, los ciudadanos deben deponer las armas.
“Resulta inédito
este hecho en el que los pueblos se han movilizado para protegerse a sí mismos
y para erradicar a los grupos criminales de sus demarcaciones”, señaló en
conferencia de prensa en un hotel de la Costera, y consideró como positiva la
corresponsabilidad de la sociedad para “construir la paz y generar respuestas
que contribuyan a la seguridad pública”.
Durante la lectura
del comunicado, Garfias Merlos dijo que ha seguido con atención las
movilizaciones en los pueblos de las jurisdicciones parroquiales de Ayutla y
Tecoanapa, donde se han levando en armas para responder a las amenazas “que
pesan sobre las familias y sobre los mismos pueblos”, así como en Tixtla,
Iguala y Teloloapan.
“Es legítimo que los
pueblos participen de acuerdo a sus posibilidades, pues la paz no es sólo
responsabilidad de las autoridades, pero, por otra parte, es necesario reparar
en los riesgos que entraña el uso de armas”, dijo, e insistió en que una vez
que el momento de emergencia extrema termine y las autoridades asuman su
responsabilidad de dar seguridad, se precisa deponer las armas para no crear un
“caos social”.
En los casos de
Ayutla y Tecoanapa, donde ya hay presencia de autoridades y militares, dijo que
“es muy importante que ya la población deponga las armas y que dejen que la
autoridad competente sea quien ofrezca la seguridad a la sociedad”, y agregó
que el diálogo debe prevalecer entre ambas partes para restablecer “la vida
normal de estas comunidades”.
A pregunta expresa
de cuál es su opinión sobre el hecho de que el Ejército esté tomando el control
en los lugares donde ha habido movilizaciones, Garfias Merlos consideró que “no
es tanto que el Ejército esté tomando control”, sino parte de la colaboración
que ha ofrecido dentro del operativo Guerrero Seguro para garantizar la
seguridad.
“El riesgo está
presente donde quiera que hay personas humanas, se supone que los militares
tienen una preparación especial y estamos siempre en ese cuidado de los
derechos humanos que les corresponde a los militares y a toda la sociedad, yo
creo que hasta este momento ha significado un signo de protección y de
seguridad, en el momento en que ya no se necesite habrá que también reconocerlo
o pedirlo, pero yo creo que en este momento sí es importante”, dijo al
insistírsele en si considera que es un riesgo que el estado se militarice o que
el Ejército viole los derechos humanos como se ha denunciado en diferentes
ocasiones.
En relación a las
más de 40 personas que han sido detenidas por policías comunitarios y los
movimientos en Ayutla y Tecoanapa, Garfias Merlos hizo un llamado a los
pobladores para respetar los derechos humanos de todas las personas, “es
importante que se haga el juicio correspondiente, que se haga el proceso
judicial y siempre con el respeto de los derechos humanos, desde el principio
de ellos mismos que están siendo detenidos”, dijo.
A pregunta de
reporteros sobre si se corre el riesgo de que gente inocente muera, porque han
ocurrido dos muertes, en Ayutla y Atliaca (Tixtla), de personas detenidas por
los grupos de autodefensa, y que sus familias alegan que no estaban
relacionados con la delincuencia, el arzobispo señaló que las instituciones
deben proceder a hacer las investigaciones pertinentes para saber exactamente
lo que sucedió, pues “no podemos desde acá, a estas alturas, estar diciendo
opiniones que lo único que pueden hacer es confundir a la población y generar
mayor desasosiego”.
Después de destacar
que la experiencia de unos 18 años de la Policía Comunitaria “ha mostrado eficacia
en la reducción de la delincuencia común”, afirmó que es necesario que el
aporte de los pueblos y ciudadanos que “han tenido logros dignos de
consideración deteniendo a grupos criminales y restaurando la tranquilidad de
los pueblos” sea incorporado en la estrategia de seguridad pública para
enriquecerla con la contribución ciudadana.
“Las situaciones de
conflicto, cuando surgen, hay que buscarles solución, y hay que tratar de
aprender de las situaciones que se generan para evitar que sucedan en el futuro,
yo creo que ahí es donde se tiene que establecer un diálogo, una colaboración y
una participación de todos, toda la ciudadanía, la sociedad, las instituciones,
las organizaciones, con la autoridad competente para resolver las situaciones
de conflicto, y si logramos generar una experiencia de soluciones de conflicto,
naturalmente que tendremos elementos para evitar que se genere y tendremos
elementos para resolver el conflicto que pueda suscitarse, yo pienso que eso es
lo que tenemos que estar ahorita procurando, para que esta situación se
resuelva y evitar que pueda seguirse propagando”, respondió en relación a si
existe el riesgo de que estos movimientos puedan expandirse.
Al arzobispo también
se le preguntó si ha recibido información de los clérigos sobre movimientos
similares en otras regiones del estado o en la zona conurbada de Acapulco,
donde han ocurrido hechos violentos, pero Garfias Merlos se limitó a decir que
los sacerdotes sólo hablaron sobre los temas del encuentro pastoral.
Finalmente, sobre el
encuentro pastoral de Bioética, desafíos actuales, que se realizó en un salón
del hotel previo a la conferencia con la participación de unos 190 sacerdotes
de las cuatro diócesis de Ciudad Altamirano, Chilpancingo-Chilapa, Tlapa y
Acapulco, y de Ecatepec, Morelos, Garfias Merlos dijo que la formación
permanente es una de las líneas estratégicas para el Plan Diocesano de Pastoral
y que el fortalecimiento de las capacidades es un requerimiento ante las nuevas
exigencias de la realidad socio-religiosa, y destacó que este curso contribuyó
al estudio, la reflexión y análisis sobre el respeto a la vida “desde la
concepción hasta su muerte natural”.
(EL SUR DE ACAPULCO/Yee Trujillo/ ene 25, 2013)
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