Ayudarse
entre familiares para obtener un puesto de elección popular es un práctica que
rara vez se castiga, sin embargo el costo político que trae consigo suele ser
muy elevado, resultando, muchas veces, en el fracaso del candidato impuesto.
En
México la idea de que algunas personas nacieron para mandar y otras para ser
mandadas se ha vuelto un común denominador entre la clase política.
Los
méritos, las capacidades, la experiencia y la trayectoria de quienes buscan un
cargo de elección popular son características que se han visto eclipsadas por
los favoritismos entre familiares y amigos que consideran que la continuidad de
un cargo o un proyecto se lleva en el apellido y no en la preparación.
En
medio de las elecciones más grandes y complejas de la historia reciente del
país no sorprende que estén saliendo a la luz decenas de personajes con la
intención de inmiscuirse en el mundo de la política mexicana y cuyos lazos
familiares con funcionarios ya consagrados les han abierto las puertas para
lograr su objetivo.
La
Constitución establece de manera muy clara que el sistema político bajo el cual
se rige México es el democrático, sin embargo, la costumbre de heredar puestos
de elección popular o facilitar la obtención de los mismos entre familiares
remite más a la idea de una monarquía que a la de un sistema donde la tarea de
elegir a los gobernantes recae en la ciudadanía.
A
pesar de que estas prácticas no son sancionadas por ninguna autoridad electoral
el costo político que traen consigo suele ser muy elevado, resultando, muchas
veces, en el fracaso del candidato impuesto.
Es
difícil saber si los abanderados a los diversos puestos de elección popular que
provienen de familias de políticos lograrán seguir con éxito los pasos de sus
promotores, sin embargo, la ciudadanía no suele favorecer las prácticas
antidemocráticas y suelen dejarlo en claro a la hora de votar.
La
costumbre de heredar puestos de elección popular entre familiares remite más a
la idea de una monarquía que a la de un sistema democrático como el de México
En
el 2015, en Yucatán, se dio un boom de hijos de funcionarios públicos que
buscaron un puesto político en la región. Uno de los más mencionados fue el
hijo del ahora expresidente de la Cámara de Diputados Jorge Carlos Ramírez Marín,
quien lleva el mismo nombre de su padre, y a quien su progenitor hizo debutar
como candidato a una regiduría en el estado la cual no obtuvo.
Ese
mismo año, en la Ciudad de México, la exsenadora perredista Dolores Padierna
intentó hacer que su hermano, Antonio Padierna, se convirtiera en el jefe
delegacional de Azcapotzalco, puesto que perdió ante el candidato de Morena
Pablo Moctezuma Barragán.
Por
aquellos tiempos el escándalo de corrupción de René Bejarano, esposo de
Padierna, en donde se le ve empacando fajos de billetes envueltos en ligas en
una mochila, permanecía fresco entre los mexicanos, hecho que influyó en la
derrota del cuñado del ‘Señor de las ligas’ (René Bejarano).
Otro
caso similar fue el de la hermana del expresidente Felipe Calderón: Luisa María
Calderón, quien gracias al poder político de su hermano logró obtener por
segunda ocasión una candidatura a la gubernatura de Michoacán.
La
guerra contra el narcotráfico iniciada por Felipe Calderón y los elevados
niveles de violencia que el país registraba en ese entonces y los cuales no han
logrado disminuir a pesar del cambio de gobierno no favorecieron la campaña de
Luisa María, cuya popularidad se vio mermada entre el electorado por las
deplorables condiciones en las que su hermano mantenía al país, factor que
finalmente la llevó a la derrota frente al priista y actual gobernador del
estado Fausto Vallejo.
La
historia de Maricela Velázquez Sánchez, hija de la dirigente priista en el
estado de Morelos y quien fuera nominada a una candidatura por la presidencia
Municipal de Cuernavaca en 2015, es otra de las que ejemplifica el fracaso y el
costo político de quienes buscaron un cargo de elección popular simplemente por
provenir de una familia de políticos.
Quien
fuera diputada federal ese mismo año perdió contra el actual contendiente a la
gubernatura de Morelos por parte de Morena: Cuauhtémoc Blanco.
(DOSSIER POLITICO/ TOMADO DE: ERNESTO SANTILLÁN /
REPORTE ÍNDIGO/ 2018-02-07)
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