Fotos :Agustín Reyes
Un grupo de alrededor de 70
refugiados de diversos países de Centroamérica arribó a Tijuana con la
intención de pedir asilo en Estados Unidos. Emprendieron el llamado “Viacrucis
de Refugiados” desde Tapachula, Chiapas – punto de entrada a México desde Guatemala
– el 9 de abril, cruzaron en tren y en diversos vehículos el territorio
mexicano hasta llegar a la frontera. Hombres, mujeres y niños forman parte de
la caravana.
El Viacrucis lo organizó la
asociación denominada Pueblos sin Fronteras, que entre otras cosas coordinó el
viaje y pugnó porque los migrantes se mantuvieran juntos con fines de
seguridad, al llegar a Baja California comenzaron las asesorías legales en
materia migratoria con fin de facilitar que el gobierno estadounidense los
asile.
Los migrantes ofrecieron
declaraciones en a la prensa local en las instalaciones de un hostal en la Zona
Norte de la ciudad. En ella todos estuvieron de acuerdo en que huían de la
violencia de las pandillas y las organizaciones delincuenciales de sus propios países,
principalmente del grupo conocido como “Los Maras”, que en algunas comunidades
de países como El Salvador y Honduras literalmente secuestran, amenazan y
asesinan a residentes, a quienes cobran piso por dejarlos vivir en sus
viviendas. El hostigamiento los obligó inclusive a tener que huir del país.
Alex Mensing, representante
de Pueblos sin Frontera, declaró que que será hoy domingo 7 de mayo cuando se
acerquen al cruce fronterizo de El Chaparral para manifestar el miedo que
tienen a los elementos migratorios y estos realicen las labores conducentes
para iniciar con los trámites en los que se determinará si estas personas – la
mayoría con familia – tienen derecho a ser asilados por el país gobernado por
el magnate, Donald John Trump. Mensing expresó que otro de los objetivos de
Viacrucis es visibilizar la problemática migrante.
“El proceso es que las
personas van a llegar caminando – al cruce peatonal fronterizo – las personas
que van a cruzar, se presentan a los oficiales a ellos les van a decir que
tienen miedo, en ese momento los oficiales tienen la obligación – de acuerdo a
la Ley – de pedirles una entrevista con un oficial de asilo o con un juez de
migración que será el que decida si esa persona califica”, explicó el activista
de origen estadounidense. Los trámites de asilo pueden durar de meses a años,
mientras tanto permanecerían en centros de detención administrador
Otra de las organizaciones
que participó en el Viacrucis es Ángeles sin Fronteras, cuya representante,
Gabriela Cortés, denunció que de acuerdo al testimonio de los refugiados
centroamericanos autoridades de la Comisión Nacional de Refugiados (COMAR) y
del propio Instituto Nacional de Migración (INM) les han negado el asilo
humanitario en México, e incluso les han cobrado el trámite por miles de pesos,
que dichas personas – frecuentemente despojados por los criminales de su país –
no tienen. Según los activistas del lado mexicano, quienes deseen permanecer en
México recibirán apoyo para regularizar su situación migratoria en el país.
“En 2016, México deportó dos
veces más centroamericanos que Estados Unidos. Obviamente se corre peligro. Las
asesorías que les hemos podido dar no les garantiza que no los vayan a
deportar, pero nosotros los acompañamos y les damos información para que ellos
puedan pelear con sus derechos”, agregó.
(SEMANARIO ZETA/ DESTACADOS / DANIEL
GASTÉLUM /DOMINGO, 7 MAYO, 2017 02:33 PM)
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