La escena del crimen en la casa de los
padres del ex funcionario de la PGJE del Estado.
La PGJE tiene cuatro líneas de
investigación sobre la ejecución del ex subprocurador de Investigaciones
Especiales, Samgar Salvador Gómez Reyes, ocurrida la mañana del 29 de junio en
la colonia Guaycura de La Paz
La Paz, Baja California Sur.
Cuando el ex subprocurador de Investigaciones Especiales de la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE) de Baja California Sur, Samgar Salvador
Gómez Reyes, fue atacado alrededor de las 7:50 am del miércoles 29 de junio,
había llegado de ejercitarse.
Los tres sicarios que, según
una grabación de una cámara de seguridad en poder de la PGJE-, participaron en
su homicidio, ya lo estaban esperando a bordo de un automóvil sedán Nissan,
polarizado, cuatro puertas y rines deportivos.
Los matones aguardaban
pacientemente estacionados justo afuera de la casa de los padres del ex
funcionario, localizada en la esquina de Airapí y Puesta del Sol en la colonia
Guaycura.
El primero estaba en el
volante, el segundo de copiloto, y el tercero viajaba en el asiento trasero de
la unidad automotriz.
El ex funcionario estatal
todavía vestía ropa deportiva: playera, shorts y tenis negros, y de acuerdo con
las primeras fotografías de su complexión física, lucía descuidado, subido de
peso y había dejado crecer su barba.
Al momento de ser atacado,
según testigos, el ex subprocurador llegó a bordo de su automóvil Dodge Charger
color gris para estacionarse en doble fila sobre la calle Airapí, enseguida
bajó y volteó su mirada hacia una persona de complexión delgada, vestida de
tenis negros con blanco, pantalón gris y camisa rosa, quien hablaba por
teléfono sobre la acera.
Fue entonces que, contra
esquina de la vivienda de sus padres, y donde dicho sea de paso, tenía a un
costado su despacho jurídico Xamgar & Asociados, apareció un sujeto
robusto, bien vestido, con playera negra tipo polo, el cual desenfundó una
pistola del lado izquierdo y comenzó a disparar en su contra.
El despacho de “Xamgar &
Asociados”, dentro del area perimetral que hicieron peritos de la PGJE.
Tras sentir el primer
impacto, Samgar intentó correr, y sólo alcanzó a dar un par de pasos porque por
la herida en el rostro, tropezó y cayó al suelo, quedando boca arriba, hasta
donde llegó el sicario y disparó en tres ocasiones más.
Entonces el sicario corrió y
se subió al automóvil, y enseguida su acompañante, el cual hoy se sabe sólo
simulaba la llamada, cruzó del lado derecho al izquierdo del carro para
abordarlo y huir con rumbo desconocido.
En la escena del crimen, la
PGJE levantó cuatro cartuchos percutidos calibre 9 milímetros, y en su dictamen
medico, decretó que la muerte de Samgar Gómez fue por traumatismo
craneoencefálico.
Al cierre de esta edición y
gracias a una cámara de seguridad, la PGJE pudo obtener el rostro de los dos
sicarios y del vehículo en que viajaban, para lo cual envió un exhorto a medios
de comunicación para que fueran difundidas las imágenes con los rostros de los
criminales.
Durante un operativo
realizado la noche del 29 de junio, la Procuraduría encontró el carro
abandonado en una cochera de una vivienda de Calle Estrella en la colonia La
Esperanza I, el cual fue levantado y llevado para su análisis por peritos de la
corporación.
LA TRAGEDIA
De acuerdo con
videograbaciones de reporteros en la escena del crimen, el padre y la madre del
ex servidor público de la PGJE, salieron casi de inmediato tras el percance y
vieron a su hijo yacer en el piso, por
lo que el padre se agachó y trató de ayudarlo, pero no pudo. Los signos vitales
del ex subprocurador eran muy débiles.
Aunque los vecinos salieron
tras escuchar los disparos y solicitaron auxilio a la Cruz Roja, fue demasiado
tarde. El ex funcionario había muerto, lo que desató una tragedia en su
familia. Los familiares de Samgar rompieron en llanto.
Primero el padre comenzó a
pegar puñetazos a una camioneta de su propiedad tipo vagoneta, color gris, y
vidrios polarizados; en tanto su madre caminaba de un lado a otro, llorando,
completamente desolada y mirando a todos lados.
La mujer observó que en la
parte frontal, un reportero urbano grababa con su teléfono celular la escena
del crimen y hacía una transmisión streaming desde el lugar de los hechos, por
lo que se dirigió hacía el y gritó:
“¡Es lo que quería la prensa, ¿verdad?!”.
Cuando el papá escuchó el
reclamo, caminó hacia el reportero, atrás de su esposa, y al verse en riesgo-,
éste rápidamente se desplazó hacia el lado derecho, mientras un policía hacía
señas de que saliera del sitio.
Entonces, el padre de Samgar
Gómez, corrió y le cerró el paso, y el reportero regresó corriendo hacia atrás
para salir de la zona, con el peligro de ser agredido por los padres de la
víctima.
MAÑANA TRÁGICA EN LA PAZ
Entonces, la mamá gritó: “¡Eres un estúpido!”, y el marido
secundó: “Es lo que querían, ¿verdad,
desgraciados?”. La madre volvió a la cargada:
“¡Por su culpa mataron a gente inocente! ¡A la gente
que sólo quiso hacer el bien!, ¿por qué lo mataron con esa saña y poder?”.
Evidentemente desconcertado,
el reportero urbano no sabía qué o hacer, sólo atinaba a relatar en su
transmisión en vivo:
“Es una señora que se siente agobiada”, y tras escuchar, ésta respondió:
“¿Cuál agobiada? ¡Puras mentiras y malas noticias dicen!”. Y en un afán de
defenderse, el hombre contestó: “¡Puras
buenas pongo yo, señora!”. Mientras el señor gritaba afuera de su casa, y
se lanzaba contra otro grupo de reporteros que estaba en la otra esquina
tomando fotografías, fue controlado por policías que resguardaban la escena del
crimen.
“¿Esas son sus notas, las que ponen puras mentiras?
Diciendo cosas que no son ciertas, y todos los periódicos informaron a toda la
ciudadanía, ¡mi hijo está muerto!, ¡lo mató el gobierno! ¡El gobierno lo
mató!”, exclamaba la madre del ex
subprocurador de Investigaciones Especiales. Y el reportero continuó su relato
en voz alta:
“Vean ustedes, es la importancia de una familia que le
acaban de matar su hijo… pues así se siente la importancia de una madre, la
impotencia de un padre que desgraciadamente le quitaron la vida a su hijo, esa
es la impotencia”.
La mujer insistió:
“¡Sigues… sigues!”, por lo que el reportero dejó de grabar. Apenas había apagado el
celular, cuando el comunicador reinició, y entonces, en la escena apareció el
padre de la víctima, el cual nuevamente se fue en su contra:
“¡Acércate,
acércate a tomar video! Pinche bola de corruptos, ¡acércate!”, por lo que el reportero comenzó a alejarse y se
desplazó hacia el lado izquierdo, exponiendo:
“¡Pues aquí a los medios nos
están culpado que somos los responsables! Nosotros no sacamos nada a la luz
pública (sic) y lo único que hacemos es sacar los sucesos”.
El padre salió
inesperadamente del lado derecho y se lanzó sobre el reportero: “¿Quién te avisó?”, a lo que contestó: “Vivo a tres cuadras”. “¿Por qué la traen
conmigo?”, preguntó el reportero, a lo que el padre de Samgar Gómez
contestó:
“¡Acércate para decirte… grábame! ¡Todo lo que es la
prensa, cómo se portó con mi hijo, ¿eh?!, gritó para regresar al cuerpo de su vástago muerto, haciendo ademanes
de dolor y resignación.
En una tercera y última
transmisión, la madre del ex funcionario reclamaba a un grupo de reporteros:
“¡Ustedes son una prensa vendida y pagada! ¿Con dinero
de dónde? Seguramente mal habido. ¡Él no le debía nada a nadie!, ¿saben por qué
lo quitaron? ¡Porque él sabía todo de Jonathan (Hernández Ascencio) y a él le costó
la vida! ¡Él sabía quién había sido!, ¿y qué le dijeron? (del gobierno)
¡Lárgate!”.
Los reporteros que cubrieron
el asesinato sólo guardaban silencio y observaban la escena de la familia del
ex funcionario.
LAS HIPÓTESIS
Según agentes de
investigación de la PGJE, sobre el homicidio del ex subprocurador de
Investigaciones Especiales existen cuatro líneas de investigación:
LA EJECUCION
Por parte de sicarios del
Cártel de Sinaloa, ya que el ex servidor público no había cumplido el pacto de
entregar la plaza del narcomenudeo al grupo criminal del capo Dámaso López
Serrano “El Mini Lic”, actualmente bajo el dominio de una alianza encabezada
por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quien supuestamente había
recibido 5 millones de pesos por la venta, distribución y trasiego de droga en
territorio sudcaliforniano, y cuyo botín habría sido repartido entre servidores
públicos de la PGJE y SSPE.
Por presuntamente haber
perseguido y encarcelado sicarios y jefes de célula en el cuatrienio del ex
gobernador Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, cuando se había desempeñado
como agente del Ministerio Público de Homicidios Dolosos y Delitos de Alto
Impacto de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales.
Por presuntamente saber el
trasfondo del caso del crimen de Jonathan Hernández Ascencio, ocurrido en 2010
y recientemente reabierto, en cuyo expediente LPZ/028/HOM/2014 aparece un
testimonial del ex funcionario, hablando sobre la forma en que se torció la
investigación desde un principio y el sospechoso silencio del hermano de
Jonathan, Daniel Hernández Ascencio, y cuya verdad histórica evidentemente,
según el ex funcionario, pretende ocultarse a la sociedad.
Porque aparte de ejercer su
profesión de abogado, Samgar elaboraba trabajos de investigación privada en su
despacho Xamgar & Asociados.
Cualquiera que fuera el caso,
y según un experto en el tema de delincuencia organizada consultado por ZETA,
el crimen de Samgar Salvador Gómez Reyes llevó el sello de la mafia.
Las cuatro hipótesis tienen
conexión de una u otra manera con el ex funcionario de la PGJE, por las
siguientes razones:
LA PRIMERA.
El 27 de febrero de 2016,
Samgar Gómez Reyes fue ascendido de titular de la Unidad Antisecuestros a
encargado del despacho de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales, en
una desafortunada decisión del procurador Palemón Alamilla Villeda, y del
secretario general de Gobierno, Álvaro de la Peña Angulo.
Cuando todo estaba en plena
calma en las calles, y en los 20 días que estuvo como responsable de las áreas
del combate al narcomenudeo e investigaciones de homicidios, la violencia
volvió a desatarse entre células criminales.
De tal manera que el 17 de
marzo, Gómez fue señalado públicamente en una narcomanta de ser el responsable
del reinicio de la violencia en La Paz:
“Samgar Reyes tu eres el
culpable de la guerra que estamos viviendo en La Paz por tratos con el CDS
(Cartel de Sinaloa) y Guadalupe Acosta Javieres, todo estaba ya en
tranquilidad, tu ambición desmedida vale más que la vida de las personas y de
la paz de la propia paz”.
El cese del ex servidor
público vino de inmediato por parte del gobernador Carlos Mendoza Davis, quien
con base en sus facultades constitucionales, envió como sustituto al ex
director del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Penales de la PGJE, Ramón
Ulises Contreras Contreras.
El destituido, quien en ese
momento gozaba de todas las confianzas y se había convertido en brazo derecho del
procurador Palemón Villeda Alamilla, no salió de la PGJE, sino que fue
regresado como titular a la Unidad Antisecuestros, en cuya área tenía a su
cuñado Marcos Rentería Meza como comandante del grupo.
EN LA ESCENA DEL CRIMEN
Desde esa posición y con la venia
del procurador, el ahora occiso estuvo controlando y operando a través del
también entonces encargado del despacho de la Policía Ministerial del Estado,
Bibiano Rigoberto Burgoing García, lo que terminó por evidenciarse el 23 de
abril, tras la colocación de una segunda narcomanta con el siguiente mensaje:
“Sangar y Viviano. Tienen 5 días para entregar
los 5 millones por limpiar la plaza traidores hijos de su puta madre contesten
los Blackberry ratas traidoras… CDS”.
La grave acusación pública
obviamente terminó con la salida de Burgoing García y el nombramiento -como
encargado de despacho- de Josué Geovanny Zúñiga Méndez, quien hasta el 29 de
junio era controlado por el ex subprocurador de Investigaciones Especiales,
Samgar Gómez Reyes.
Durante ese tiempo, tanto
Bibiano como Samgar sufrieron atentados en sus propiedades, a manera de
advertencia. En el caso del ex encargado del despacho de la Policía Ministerial
del Estado, el 12 de mayo un comando
armado baleó la casa de Burgoing en la calle Bahía Campeche, Colonia Paraíso
del Sol.
Los disparos hicieron blanco
en cristales, puertas y una camioneta Toyota RAV4 de color blanco; no hubo
heridos ni muertos, porque según vecinos del ex jefe policiaco, tenía escasa
semana que se había cambiado de domicilio.
En el caso del ex
subprocurador de Investigaciones Especiales, Samgar Gómez, sucedió el 6 de
junio, cuando un grupo armado perpetró disparos en contra del despacho jurídico
de su propiedad, impactando en los cristales de la oficina, localizada justo al
lado de la vivienda de sus padres. El hoy occiso no presentó ninguna denuncia
penal, únicamente se limitó a cambiar los vidrios de su negocio.
Cuando fue subida la primera
narcomanta, el procurador Palemón Alamilla Villeda fue omiso y complaciente,
pues de manera engañosa anunció que “había iniciado una carpeta de
investigación en contra de Samgar Salvador Gómez Reyes”, lo que todavía
ratificó en una conferencia de prensa, hablando sobre los hechos ocurridos el
viernes 13 de mayo en el edificio del Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Sin embargo, eso nunca
sucedió, lo cual fue evidenciado en vida por el propio ex subprocurador de
Investigaciones Especiales, durante la única entrevista pública que se conoció
de él.
La entrevista exclusiva fue
publicada por el diario El Independiente el 13 de mayo, es decir, 57 días
después de haber sido cesado, la cual reproducimos íntegramente por el interés
que reviste en este momento:
“… El ex titular de la Unidad Antisecuestros de
la PGJE, Samgar Salvador Gómez Reyes, habló en exclusiva sobre los
señalamientos que pesan en su contra tras un supuesto vínculo con células
delictivas en el estado.
“… Primeramente aseguró que
desde el 30 de abril de 2016 se solicitó su renuncia tras los señalamientos
recibidos sin que hasta el momento haya una denuncia en su contra o
investigación proceso, con tal de no obstaculizar los trabajos correspondientes
de la autoridad aceptó la separación.
“… Asimismo, dijo que como servidor público
cuenta con las acreditaciones del (…) control y confianza ante la Procuraduría
General de la República para desempeñarse en el cargo citado, además que para
ser subprocurador fui a México a hacer un examen de control y confianza, el
cual también aprobé.
“… Lo anterior fue dado a
conocer para deslindarse de las acusaciones en su contra, tanto expresadas por
medios de comunicación como por mantas que han aparecido colgadas en algunos
puentes peatonales de La Paz.
“… No tengo ninguna relación
con la Procuraduría, tampoco tengo ninguna influencia dentro de la Procuraduría.
No hay ninguna carpeta de investigación ni una averiguación previa en mi contra
iniciada por alguna autoridad federal (…) estoy dispuesto acudir a cualquier
cita o investigación que se realizara en la cual yo tuviera que aclarar mi no
(…) participación con ningún grupo de
delincuencia organizada ni en la comisión de ningún delito.
“… Asimismo, Gómez Reyes aseguró que jamás actuó
en contra o a favor de ningún grupo delictivo en el estado o fuera de él, por
lo que pidió no ser relacionado sin pruebas ni sustentos en una actividad que
ha generado inestabilidad en su familia. “…
Finalmente, en relación a las
amenazas que ha recibido, dijo que se siente tranquilo al considerar que se ha
desempeñado en forma correcta.
Las sendas narcomantas que colgaron en puentes
peatonales de La Paz en contra del subprocurador de Investigaciones Especiales
“… Que quede claro no tengo
ningún pendiente, no tengo ninguna preocupación por la cual yo deba dejar de
dormir o dejar de hacer mi trabajo; soy abogado egresado de la UABCS (…) no
tengo ningún rencor con nadie…”.
LA SEGUNDA.
En el segundo caso, el ex
funcionario fungió como agente del Ministerio Público de delitos dolosos o de
alto impacto, cuando estalló la guerra entre narcomenudista el 31 de julio de
2014 en La Paz. En ese lapso investigó, persiguió y encarceló a sicarios y
jefes de células criminales, entre los que se encuentran:
* Simón Guillermo Hernández Peña “El Simón”.
* Víctor Martínez Barraza “El Víctor” o “El Vidal”.
* Juan Antonio Martínez Rosas “El Furby”. * Eduardo
Martín Alvarado “El Cumi”.
* Juan Alberto Meza González “El Diablo”.
* Ariel Bautista López “El Chapo”.
* Gustavo Lozoya Portillo “El Güero” o “El Portillo”.
* Geovanny Núñez Espino “El Loco”.
* Abel Nahúm Quintero Manjarrez “El Grande”. * Pedro
Héctor Gómez Camarena “El Chino”.
* Adrián Medina Velázquez “El Moreno” o “El 5”.
* Melissa Margarita Calderón Ojeda “La China”
LA TERCERA.
El tercer caso es quizá el
más controvertido porque le tocó iniciar la investigación de la ejecución del
joven Jonathan Hernández Ascencio, ocurrida el 4 de marzo de 2010 en el trágico
sexenio del ex gobernador Narciso Agúndez Montaño.
Desde un principio, y según
el testimonio del ex funcionario, el cual obra en el expediente de la
recientemente reabierta investigación, la verdad histórica del caso pretendió
esconderse y evitar que saliera a la luz pública por parte de la familia
Hernández Ascencio.
El secretario general de
gobierno, Alvaro de la Peña, más preocupado en cabalgar que en la seguridad
pública del estado.
Por su interés, trascribimos
íntegro el testimonio de Samgar Salvador Gómez Reyes, cuando fue citado a
declarar en calidad de testigo sobre el caso Jonathan, en el expediente
LPZ/028/HOM/2014.
“… Daniel Hernández Ascencio, en un principio,
cuando llegó a la oficina tenía una actitud fresca, dado los acontecimientos
anteriores, no observé a mi juicio manifestaciones de dolor o perdida. Me
pareció confiado a primera vista, sin embargo, al sentarlo y hacerle saber la
trascendencia de su declaración, ya que el mismo había sido víctima de un
delito en el cual había resultado muerto su hermano Jonathan Hernández
Ascencio, su actitud jovial cambio, y noté en su expresión facial preocupación,
y tal vez miedo. Le pregunté ¿qué era lo que
le incomodaba? inmediatamente después me comentó que no emitiría ninguna
declaración, si no se encontraba su abogado defensor presente, a lo que le
comenté que era necesario en primer lugar, porque el tiempo apremiaba y era muy
importante desarrollar la investigación dentro de nuestras primeras 48 horas,
sin embargo, el insistió en que no
hablaría palabra alguna, si no estaba presente su abogado defensor. De nueva cuenta le hice
hincapié en la importancia de su declaración y le dije que era su derecho, más
sin embargo, que recordara que el era una víctima del delito y no era un
presunto responsable. Que mi obligación primordial
era velar que no se violentara ningún derecho, a lo que me comentó de nueva
cuenta lo mismo. Noté en él demasiado desdén
dado la importancia del asunto, motivo por el cual le dije que lo iba dejar que
pensara unos minutos, pensando que en ese lapso llegara su abogado, sin
embargo, pasó más o menos hora y media, y el cual no se presentó, motivo por el
cual lo invite a que rindiera su declaración, lo cual finalmente aceptó hacer
rindiéndolo más o menos en la forma en que estaba plasmada en la Foja Número 56
del expediente que se me puso a la vista. Me gustaría aclarar que
durante su declaración en varias ocasiones le pregunte si había visto a la
persona que había matado a la persona Jonathan Hernández Ascencio, herido a
Emilio González, Héctor (Hernández Ascencio) y el mismo, contestándome
tajantemente que no había visto nada y, que no sabía quién haya sido, porque el
cuándo escucho las primeras detonaciones, insistentemente dijo que salió
corriendo, lo cual a mi experiencia como Agente del Ministerio Público, y mi
capacitación en cuanto a técnicas de interrogatorio de las conductas humanas,
me pareció que estaba tratando de ocultar algo detrás de sus respuestas. Le hice hincapié si tenía
algo que decir que fuera realmente importante y lo dijera y, que en ese momento
no importaba quien fuera o a qué se dedicara o de quien fuera hijo el presunto
responsable, nuestra obligación era investigar, sin embargo, el me volvió a
contestar que no había visto a nadie ni sabía quién había sido. Debo admitir que a nivel
personal, sentí frustración, ya que mi experiencia me indicaba que había una
verdad que no quería decir, motivo por el cual le dije que honrara la memoria
de su hermano y que diera gracias a Dios porque estaba vivo, ya que estuvo a
centímetros de morir, haciéndole referencia de dos rozones de bala en su
cráneo. Por un momento, sentí que
dudo y estaba a punto de abrir, sin embargo, volvió a recalcar prácticamente lo
mismo, no vi nada y no sé qué fue, dichas manifestaciones quedaron inicialmente
tecleadas en el cuerpo de la declaración, sin embargo, ya que fue impresa y
para firma, me manifestó que no lo firmaría hasta en tanto llegara su abogado,
y el cual se presentó ante mí y dijo llamarse Héctor Ascencio, padre de una de
las víctimas del delito, y me dijo conocer el derecho penal, pues había sido
Agente del Ministerio Público Federal por muchos años de su vida y me recordó
el derecho de su sobrino de tener un abogado, lo cual reconocí, pidiéndome leer
la declaración, pidiéndome una vez que termine de leer, no queremos que está
parte quede asentada en su declaración, haciendo referencia a las partes que
textualmente cita no haber visto ni conocer a su agresor, asesino de su hermano
y agresor de Emilio y Héctor. Yo le pregunte que si cual
era la razón, y él me dijo que no le parecía conveniente, le dije que a mi
juicio Daniel estaba mintiendo y que tenía muchas cosas que decir y me contesto
en un tono prepotente, nosotros somos las víctimas, por lo que le pido que
omita lo que le estoy diciendo, a la cual yo a regañadientes acepté, sin tomar
precauciones y haber hecho constar la presencia del abogado de Daniel y sus
manifestaciones, sin imaginarme nunca que el expediente giraría en una forma
tan radical y tan descompuesta como en la actualidad está…”.
LA CUARTA EXPLICACIÓN.
La cuarta y última hipótesis
es quizá la menos posible, sin embargo, fue considerada por los agentes del
caso, y está relacionada a investigaciones privadas que el abogado hacía en su
despacho Xamgar y Asociados, tras su salida de la PGJE.
De hecho, durante el
levantamiento del cuerpo de Gómez, peritos de la Dirección de Servicios
Periciales extrajeron carpetas de documentación del despacho jurídico, cuyos documentos
están siendo revisados y analizados, en busca de alguna pista que pueda llevar
a los asesinos del ex funcionario.
LAS ESTADÍSTICAS
Después de cumplirse un año y
ocho meses de la guerra entre narcomenudistas del Cártel de Sinaloa y una
alianza de facto encabezada por el Cártel Jalisco Nueva Generación, la ola de
violencia no sólo no se detuvo en La Paz -principalmente-, sino que se expandió
a los municipios de Mulegé, Comondú y Loreto.
Según el último recuento de
ZETA, desde hace 701 días los sudcalifornianos
han vivido en medio de la zozobra, detonaciones de armas de fuego,
persecuciones, levantones, operativos y estrategias fallidas de los tres
niveles de gobierno.
En el cuatrienio del ex
gobernador Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor tuvieron que soportar 455 días
del espiral de violencia, 184 en 2014 y 271 en 2015, y en los primeros ocho
meses del actual gobernador, Carlos Mendoza Davis, 246 días transcurridos de su
período y no se ve para cuándo la vituperada “coordinación de los tres niveles
de gobierno” comience a rendir frutos.
Ni operativos federales ni
patrullajes del Ejército Mexicano y de la Secretaría de Marina, pueden poner
freno a la ola de violencia que incluso alcanzó a las propias autoridades,
cuando una patrulla de la Policía Ministerial del Estado y una de la Dirección
de Servicios Periciales, tras la ejecución del ex jefe de la plaza del
narcomenudeo en La Paz, Luis Antonio Montoya Beltrán “Don Carlos” o “El
Artista”, fueron incendiadas la madrugada del 8 de mayo en las colonias Costa
Azul y Península Sur de la capital sudcaliforniana.
Mientras que el 13 de mayo,
el comandante general de la Policía Estatal Preventiva, Luis Alejandro Osorio
Álvarez, y el agente del Grupo Operativo Especial, Juan Carlos Casanova
Posadas, fueron atacados por un comando armado en el cruce de las calles Himno
Nacional y Unión en la colonia Diana Laura, el cual terminó en tres tiroteos y
la muerte del civil Víctor Manuel Morales Zúñiga.
Vista aérea de la escena del
crimen del ex servidor público captada por el drone de la Agencia Freelance.
Según un recuento elaborado
por este Semanario, y con base a un comparativo del primer semestre de 2015 y
de 2016, febrero, marzo y junio fueron los meses más violentos en el presente
año y superiores al 2015; mientras que enero, abril y mayo fueron más intensos
el año anterior que en 2016.
Las números están de la
siguiente manera:
En enero de 2015 hubo ocho
personas asesinadas, cinco en febrero, tres en marzo, 16 en abril, 21 en mayo y
ocho en junio; en tanto, en enero de 2016, hubo dos, seis en febrero, cuatro en
marzo, 10 en abril, nueve en mayo y 18 en junio.
Las gráficas publicadas en
esta edición hablan por sí solas de la tendencia a la alza en la escalada de la
violencia, donde sólo en junio, subió 100% el número de asesinatos de 2015 a
2016.
En cifras generales, y según
el primer semestre de cada año, hubo 61 homicidios en 2015 y 49 en 2016, lo que
significa una disminución del 21.33 por ciento de un año a otro, lo que echa
para bajo la versión del secretario general de Gobierno, Álvaro de la Peña
Angulo, durante una reunión con el Grupo de Coordinación, respecto a que los
delitos de alto impacto habían bajado hasta en un 65% en la presente
administración.
Lo más grave de todo es que
la PGJE, y según los propios expedientes oficiales, sólo han logrado la captura
de un sicario durante los 49 crímenes registrados en el primer semestre de
2016, cuando la pasada administración cerró con 75 sicarios detenidos, entre
ellos, alrededor de 12 jefes de células.
Después de ser cuestionado
sobre los ataques en contra de unidades automotrices de la PGJE y de oficiales
de la Subsecretaría Estatal de Seguridad Pública, el secretario De la Peña
justificó que la agresión puede tener su origen en la actuación de las
autoridades de los tres niveles de gobierno en contra de la delincuencia,
principalmente en las áreas de seguridad y de justicia.
“Obviamente todo lo que implica la
operatividad trae algunas consecuencias de repente, y es parte del riesgo
asumido”, indicó.
En el caso del ataque armado
en contra del comandante de la Policía Estatal Preventiva, Luis Alejando Osorio
Álvarez, hasta donde el funcionario tiene entendido, los agresores se
dirigieron hacia él y se interpreta como un atentado en contra de las
instituciones y la propia corporación.
“Aquí en La Paz, en todo el
país y en todo el mundo, cuando la Policía actúa, y por supuesto, es lo que no
le gusta a la delincuencia, lo más fácil sería estar coludidos y que no
ocurriera nada”, argumentó para complementar:
“Cuando hay hechos de esta
naturaleza, y una agresión contra una corporación, es porque se está actuando,
si no, esto no sería posible, por eso digo que vamos a continuar con el trabajo
que venimos desempeñando y abatir este tipo de situaciones, sobre todo en la
capital del Estado. La reacción no es extraña, es un riesgo calculado y se
tiene en este trabajo, y sobre todo, cuando se está atacado directamente y
dando un combate frontal a la delincuencia, a partir de que llegamos a la
administración”.
LA ESTRATEGIA FALLIDA
A pesar de que el secretario
general de Gobierno, Álvaro de la Peña Angulo, dijo estar “actuando para
combatir a la delincuencia”, los hechos demuestran lo contrario. Según datos
recabados por ZETA, la Subsecretaría Estatal de Seguridad Pública y la PGJE no
tienen pies ni cabeza desde hace ocho meses, con base en las siguientes causas:
* La Subsecretaría Estatal de
Seguridad Pública permanece acéfala desde abril de 2014, cuando Adonaí Carrón
Estrada presentó su renuncia y tomó protesta como titular de la PGJE.
Desde entonces comenzaron a
desfilar los “encargados de despacho”, como Martha Cecilia Garzón López y Juan Pablo Noriega Rangel en el
cuatrienio de Marcos Alberto Covarrubias
Villaseñor; y ahora Evelin Lezlie Rodríguez de León, en los primeros ocho
meses de gestión de Carlos Mendoza Davis.
* Desde abril de este año, la
PGJE tiene acéfalos los cargos de subprocurador de Investigaciones Especiales y
Dirección de la Policía Ministerial del Estado,
cuando Samgar Salvador Gómez Reyes y Bibiano Rigoberto Burgoing García
fueron asignados “encargados de despacho”, pero posteriormente se les cesó,
tras desatarse un escándalo de presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa.
Desde su salida, Ramón Ulises
Contreras Contreras y Josué Geovanny Zúñiga Méndez, despachan como “encargados”
de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales y de la Policía Ministerial
del Estado, respectivamente, este último, heredado en el cargo por
recomendación de Bibiano Rigoberto Burgoing García.
De acuerdo con un integrante
del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública de Baja California Sur, “el
secretario general de Gobierno tiene un control excesivo sobre la
Subprocuraduría Estatal de Seguridad Pública y la Procuraduría General de
Justicia del Estado, el cual aparte de no dejar trabajar a los encargados de
despacho, carece de un programa o plan estratégico de combate a la
delincuencia”.
Desde el punto de vista del
miembro del grupo interinstitucional, De la Peña “tiene una grave falta de
oficio para atender el tema de seguridad y carece de gente que pueda
asesorarlo, pues la mayoría de gente de la que desafortunadamente se rodea son
jóvenes, algunos no tienen ni carrera profesional y mucho menos el perfil y
experiencia laboral de cómo y de qué manera pueden combatir a la delincuencia.
“Yo veo que está arriesgando
la estabilidad y el prestigio del Estado, y lo más grave, está exponiendo la
seguridad de la población, los resultados están a la vista”, consideró.
Incluso, “el procurador
Palemón Alamilla Villeda está amarrado de manos y no ha podido integrar un
grupo confiable que pueda responderle a la población, y está prácticamente solo
y sin gente de su confianza que bien pudiera ofrecer resultados, aunque tuviera
que traerlos de otros Estados”.
De tal manera que el evidente
descontrol “es aprovechado por un grupo
comandando por el comisario de la Policía Estatal Preventiva, Francisco Javier
Moreno Montaño, quien opera un grupo de policías que actualmente cobran cuotas
de protección a los dos bandos en pugna, es decir, a los del Cártel de Sinaloa
y del Cártel Jalisco Nueva Generación, eso es lo que verdaderamente detonó los
ataques contra la Procuraduría General de Justicia del Estado y la
Subsecretaría Estatal de Seguridad Pública”, confió el integrante del Grupo de
Coordinación, para rematar:
“El gobernador está siendo
engañado con cuentas alegres y traicionado por su propia gente”, por lo que es
urgente que tome medidas y decisiones, “antes de que sea demasiado tarde”.
ZETA solicitó la opinión de
un experto en delincuencia organizada, quien solicitó omitir su nombre, pero en
una especie de radiografía sobre lo que está ocurriendo en Baja California Sur,
analizó el tema y dijo que de lo que se mira desde afuera es lo siguiente:
* La muy fuerte presencia de la delincuencia
organizada en BCS.
* La potencial y evidente corrupción y vínculos de
servidores públicos con organizaciones criminales.
“Así lo estamos mirado desde
afuera, y en el caso del crimen de Samgar Gómez, es muy evidente que tenía
algunos pendientes con los grupos delincuenciales, porque hasta donde tengo
entendido primero le cuelgan algunas mantas y después le balean el despacho de
su propiedad, y él no presentó ninguna denuncia penal en calidad de víctima.
Caso contrario hubiera sido si le cuelgan algunas mantas y le balean el
despacho, y si estuviera limpio, va y presenta denuncia, porque no tenía ningún
pendiente y solicita se esclarezca, porque ya en ese momento su vida estaba en
riesgo”, reflexionó el consultado.
Ante la falta de resultados y
una incapacidad manifiesta, es evidente que “los cuerpos de seguridad están
trabajando al día, y no con un proyecto o programa de gobierno que incluya
misión y visión”. Y remató:
“En teoría, el Gobierno del
Estado debería de tener un proyecto de seguridad, o sea, cuál es tu modelo de
seguridad, porque no puede haber resultados sin un modelo de seguridad, y lo
que está pasado, está poniendo en evidencia que todos los cuerpos de seguridad
están saliendo nomas a sacar el día. Es decir, están saliendo a trabajar, sin
tener a la mano un mapa georreferencial, donde venga qué tipo de delincuencia
se está presentado en todos los municipios, cuáles son las zonas más
peligrosas, dónde están las zonas donde se vende y trafica con droga y dónde se
comete el mayor índice de delitos del fuero común, como robos y asaltos. No
puedes salir a la calle a combatir algo que ni siquiera sabes dónde está”.
Según el número de
esclarecimiento de homicidios, “de pronto ya no hay resultados y todo está para
el lado de la chingada, porque cuando en la administración pasada hubo
alrededor de 75 sicarios detenidos, ahorita únicamente hay uno en ocho meses de
administración.
¿Dónde está la efectividad?
¿Dónde está la capacidad de quien está dirigiendo la estrategia de seguridad?
¿Dónde están los resultados?”, se preguntó para auto responder: “¡Eso es
gravísimo!”, y concluyó que no es posible que a estas alturas ni siquiera se
haya elaborado un programa de política criminal.
LOS PERFILES
El currículo y experiencia de
los responsables de Seguridad Pública en la entidad no abona a nada, por el
contrario, únicamente están calentando un espacio que bien pudieran ocupar
verdaderos conocedores del tema. A
través del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública -expediente
763/2015-, ZETA solicitó los currículos de algunos mandos de la Subsecretaría
Estatal de Seguridad Pública, y detectó que ninguno es especialista en el tema.
* EVELIN LEZLIE RODRÍGUEZ DE LEÓN.
Encargada de despacho de la
Subsecretaría Estatal de Seguridad Pública. Se tituló como licenciada en
Derecho en 2003, por la Universidad Autónoma de Baja California Sur. En su
experiencia laboral destaca haber sido encuestadora de la empresa Berumen de
México, abogada en el área de cobranza de cartera vencida en la compañía Sertec
e INFONAVIT, y gestora de cobranza en Banco Azteca.
De ahí fue contratada como
encargada de la Unidad Jurídica y de Procedimientos de la Subsecretaría Estatal
de Seguridad Pública en el periodo de Lennin Giovani Rodríguez Aguilar y de
Álvaro de la Peña Angulo; y como encargada de Enlace Jurídico en la gestión de
Adonaí Carreón Estrada, hasta quedar
desde el primero de noviembre de 2015 como encargada de despacho de la
Subsecretaría Estatal de Seguridad Pública.
* FRANCISCO JAVIER
MORENO MONTAÑO.
Comisario de la Policía Estatal Preventiva,
sólo tiene escolaridad de preparatoria y experiencia laboral como oficial de la
PEP y como director de la Policía Municipal de Los Cabos.
* JOSÉ LUIS ESQUIVEL SÁNCHEZ.
Subcomisario de Análisis
Táctico, es licenciado en Educación Media Superior con especialidad en Ciencias
Naturales, en 2002 se tituló de la Escuela Normal Superior del Estado.
Entre su experiencia laboral,
sobresale como aprendiz y ayudante de electricidad automotriz, asesor de
telesecundarias, maestro de Ciencias Naturales, agente de ventas en la compañía
Sahuayo y encargado de tienda de autoservicio y venta de tarjetas Telcel.
Desde 2009 ascendió a cadete
de la Policía Estatal Preventiva, después, oficial, supervisor y comandante del
área de Análisis Táctico.
* PAVEL OLIVA COTA.
Subcomisario de
Investigaciones, se tituló en 2005 como ingeniero electricista por el Instituto
Tecnológico de Sonora.
Cuenta con experiencia como
residente de obra de las empresas de electricidad El Nogal y Proinser, y
responsable de mantenimiento de las compañías AMEEI y Factor Sales de México;
así como jefe de departamento en la Secretaria de Seguridad Pública.
* MIGUEL EDUARDO MORGAN BERNAL.
Subcomisario de Operaciones,
a su escolaridad de bachillerato se suma la experiencia laboral como auxiliar administrativo
en el Gobierno del Estado de Sinaloa; de 2001 a 2002 estuvo en la Escuela
Federal de Caminos y después como oficial de la Policía Federal Preventiva en
Texcoco, así como en Los Cabos. Por último, el secretario general de Gobierno,
Álvaro de la Peña Angulo, expuso:
“Hemos estado trabajando
mucho en el tema de Evaluación de Control y Confianza en los aspirantes a
ocupar ciertas áreas, porque no deseamos que esta gente tenga dudas en cuanto a
su actuar”.
No habló siquiera de
reestructurar las áreas de la PGJE y de Seguridad Pública, justificando “… no
quiere decir que esté descuidada, ha estado totalmente cuidada, por todo lo que
implica la certeza, y han estado cuidadas las dos instituciones”.
(SEMANARIO ZETA/ Reportajez BCS
/Investigaciones Zeta /Martes, 5 julio, 2016 12:00 PM)
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