El amanecer del 20 de abril
de 2016 en las minas subterráneas tronó el malestar de los obreros dedicados a
la extracción de cobre en la empresa conocida como el Boleo con sede en Santa
Rosalía, municipio de Mulegé Baja California Sur. El malestar venía creciendo
desde el derrumbe del día 2 de abril cuando hubo tres heridos y de ellos uno
fue despedido. Los mineros denunciaron
mal trato al estilo de los tiempos de don Porfirio Díaz que recibían del
personal de confianza con cargo de jefes, quienes se comportan como sirvientes
de los dueños de nacionalidad Coreana.
El cinco de mayo terminó el
paro de labores que sostuvieron 300 obreros, informando que el resto de los
compañeros no paró labores; pero sí se ha logrado cuantificar que más de 750
mineros se pronuncian por dejar el sindicato patronal de Monterrey que actualmente
existe en la empresa y pasar a formar filas a la sección 295 del sindicato al
que forma parte ROFOMEX.
Por ello han pedido a la
empresa y a la autoridad federal en materia laboral se reconozca y agilice la
demanda de titularidad del contrato colectivo de trabajo desde el día 25 de
abril de 2016. En tanto al gobernador le piden públicamente, que no apoye a los
dueños Coreanos; sino que apoye a Sudcalifornianos.
Con este antecedente los
mineros del Boleo marcan un antes y un después en la defensa de sus derechos
sin demerito de sus obligaciones; pero no con jornadas arbitrarias de trabajo
diario, sin pago de tiempos extras, no pago completo los domingos y días de
descaso obligatorio, despidos arbitrarios, coacción para firmar renuncias y
liquidaciones impidiendo la salida de los obreros, no registrando nunca los
accidentes, …
Es entonces que se vinieron a
ciudad de La Paz.
Llegaron durante el tiempo de
las once de la mañana del día 19 de mayo, un contingente de trabajadores con
camisetas y camisas rojas. Eran miembros de la sección 295 del sindicato
nacional de trabajadores mineros, metalúrgicos, siderúrgicos y similares de la
República Mexicana que gritaban consignas: “El sindicato blanco es puro
disimulo, que lo hagan rollito y duro, duro, duro”; “No somos uno, no somos
cien, pinche gobierno, cuéntenos bien”; “De norte a sur de este a oeste,
ganaremos esta lucha cueste lo que cueste”; “Minero callado, jamás será
escuchado”.
Acompañaban a Víctor Cerecer
y Mario Eduardo Cañedo, voceros de los obreros mineros que entraron en
conflicto con la empresa Servicios y Desarrollos Meseta Central, S.A. de C.V.
más conocida como el Boleo, con sede en Santa Rosalía, municipio de Mulegé,
Baja California Sur, para hacer notoriamente pública su demanda principal: Que
el gobernador sea garante defensor de los sudcalifornianos y solicite con la
fuerza de su investidura, se agilice lo conducente a nivel federal, para
pertenecer al sindicato que lidera Napoleón Domínguez desde su exilio en
Canadá, ya que el actual sindicato que los debe ayudar está al servicio del
patrón.
La mano dura se hablando.
Contrario a lo que sucede cada vez que un grupo social, ciudadano, estudiantil,
político, laboral se hace presente para manifestarse a las puertas o en la
explanada del edificio de cantera donde despacha el Poder Ejecutivo Estatal y
parte de su gabinete, con todo y su personal. Esta vez, no aparecieron los
elementos de la policía estatal para resguardar las instalaciones. Únicamente
se apersonaron como debe ser,
funcionarios que despachan a las órdenes del gobernador y en su
ausencia: El secretario de trabajo y el subsecretario de trabajo; El secretario
de economía; y el departamento de asesoría jurídica al mando en ese momento de
Esteban Beltrán subsecretario del gobierno del Estado de Baja California Sur.
Tras ser atendidos del lado
exterior de la puerta principal de entrada al edificio gubernamental por el
subsecretario de gobierno y ser escuchados, luego se recomendó se formara una
comisión para entrar a la sala de juntas para dialogar en forma y dar
respuestas a los planteamientos de los mineros de extracción de cobre que
querían saber si contaban con el respaldo de Carlos Mendoza Davis, gobernador para que el conflicto termine.
Así ocurrió. Entraron los dos
voceros de los 800 trabajadores que piden separarse del sindicato actual que
obedece órdenes de la empresa, acompañados por representantes formales del
sindicato de ROFOMEX: Demetrio Aguiñiga García, secretario general; Gildardo
Higuera, secretario de asuntos políticos; Tomás Hernández, delegado del CEN;
entre otros.
En la mesa de trabajo, los
representantes y voceros de los mineros del Boleo entregaron un documento de
nueve hojas donde concluyen, tras dar pormenores del conflicto con la empresa
de dueños Coreanos: La Lucha no ha terminado, hay ánimo y organización hasta
lograr el triunfo de que el sindicato patronal y Fulgencio Santiago salgan de
la empresa porque los sindicatos deben ser de los trabajadores; no de los
patrones.
El sindicato patronal es
ilegal, ya que los obreros no los eligieron ni los representa. Ese sindicato;
Los mineros exigen justicia, por eso sigue la lucha; Al gobierno de Corea se
debe exigir cumplir con las leyes mexicanas, que deje amenazar con despidos y
no obliguen a los trabajadores a firmar renuncias por su papel de autoridad y
empleador; El patrón de Corea no cumple con las leyes de seguridad e higiene en
las minas, que son prevenciones para evitar derrumbes y heridos.
Los mineros gritamos en las
calles: “no somos esclavos de Corea; somos mexicanos con dignidad”; La empresa
intentó con varias provocaciones a la violencia y confrontar a los mismos
trabajadores para justificar la intervención de la fuerza pública. Como no pudo
lograr su malsano propósito pidió al gobernador apoyo de la policía.
Exijamos desde los gobiernos
federal, estatal y municipal que respeten y cumplan con la constitución y los
tratados internacionales en el tema laboral, ya que los mineros no son
ciudadanos de segunda, tienen derecho a la igualdad de todos, al trabajo
humano, decente y digno, terminaron escribiendo.
En el encuentro entre mineros
y autoridades del gobierno estatal, se sumaron el licenciado Ernesto Álvarez
Gámez, delegado federal de la secretaría del trabajo y previsión social quien
mostró capacidad para encauzar la reunión y lograr la objetividad de reconocer
que será el 20de mayo de 2016 la primera junta en la ciudad de México con las
instancias pertinentes para poner en la mesa la petición de agilizar tiempos
para el conteo que les permita pertenecer a otro sindicato distinto al que se
inconforman.
También se hizo presente José
Ricardo Millán Bueno, delegado de la secretaría de gobernación en Baja
California Sur, quien profesionalmente se puso a la orden de la legalidad y con
la mejor de las voluntades para coadyuvar en el término del conflicto laboral.
Por su parte Esteban Beltrán Cota, Subsecretario de gobierno, moderó
talentosamente la mesa de trabajo, en representación de Carlos Mendoza Davis,
gobernador constitucional de la entidad sudcaliforniana.
Vale comentar que tras la
bravura de los manifestantes mineros para que se les atendiera sin mediar cita
previa, todo pasó a ser una reunión civilizada ya que una vez más se demuestra
que los trabajadores del país mexicano saben movilizarse pacíficamente.
De hecho, al llegar y antes
de bajar los funcionarios a recibirlos una de sus consignas cantadas fue: “Que
no se asusten culebras / que no las vengo a matar” y la insistencia gritada:
“Que salga el gobernador, que salga el gobernador”.
Y también el Peña Nieto
estuvo en sus dichos cantados: “En una
jaula de oro/ pendiente de un balcón/ se encuentra un presidente / chingando a
la nación.
(COLECTIVO PERICU/ ARMANDO LEÓN
LEZAMA/19 DE MAYO 2016)
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