El jefe de la plaza del narcomenudeo en
La Paz, Luis Antonio Montoya Beltrán “Don Carlos”, “El Artista” o “El Montoya”,
habría sido ejecutado la mañana del jueves 5 de mayo en la colonia Arboledas.
Al cierre de edición, la PGJE elaboraba estudios periciales y buscaba a
familiares para confirmar la identidad del jefe criminal
Investigaciones ZETA.- Cuando el presunto delincuente Luis Antonio
Montoya Beltrán “El Artista”, “Don Carlos” o “El Montoya”, jefe de la plaza del
narcomenudeo en La Paz, fue ejecutado la mañana del 5 de mayo, según las
primeras investigaciones, iba acompañado de una persona a bordo de una
camioneta Toyota Sienna color gris.
El cabecilla más visible de
la alianza de las organizaciones criminales de Ismael “El Mayo” Zambada, los
Beltrán Leyva y Los Zetas, pasó por el Bulevar Luis Donaldo Colosio, dobló por la calle Josefa Ortiz de Domínguez
y, casi a mitad de la avenida -a escasas dos cuadras de la Procuraduría General
de Justicia del Estado-, a punto de estacionarse en la esquina de la calle
Chichén en la colonia Arboledas, fue alcanzado y atacado por un comando armado.
Testigos observaron cómo la
unidad automotriz de seis plazas, primero intentó estacionarse atrás de una
camioneta Toyota RAV4 y repentinamente quiso arrancar, cuando el conductor
observó un vehículo sospechoso que le
cerró el paso.
Los sicarios sacaron rifles
de asalto por la ventana y comenzaron a disparar en contra del jefe criminal y
su acompañante.
En la escena del crimen, el
primer respondiente, que en este caso son agentes de Seguridad Pública, Policía
Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz, en virtud de la entrada en vigor del
Nuevo Sistema de Justicia Penal, observaron al conductor de la unidad muerto,
recargado hacia el lado del copiloto con disparos en pecho y cabeza, bañado en
sangre.
Los agentes policiacos
observaron en el piso huellas de sangre,
las cuales podrían ser del acompañante del presunto jefe criminal y
cabecilla de la organización delictiva Los Mayitos.
La media filiación del hombre
muerto es de una persona de piel morena, estatura media, cabello corto y negro;
al momento del deceso vestía camisa tipo polo y shorts color verde olivo.
No obstante, de su
acompañante no se supo nada. Rogelio GarciaPeralta “El Guapo”, Jose Guadalupe
Acosta Lopez “El Javier” o “El Javy”
Aunque al cierre de esta edición, la PGJE
no había hecho oficial el crimen del jefe de la plaza del narcomenudeo en La
Paz, dado a que primero corroborarían la identidad con estudios periciales y
testimonios de los propios familiares, un integrante del Grupo de Coordinación
de Seguridad Pública de Baja California Sur no permitió dar a conocer
oficialmente el nombre de las víctimas en las carpetas de investigación, sólo
confirmó la ejecución de “El Artista” o “Don Carlos” por los rasgos físicos del
jefe criminal y algunas señas particulares en su cuerpo.
LA EJECUCIÓN
El asesinato de Luis Antonio
Montoya Beltrán “El Artista” o “Don Carlos”, ocurre casualmente a doce días de
que fuera colgada una narcomanta en contra del destituido ex subprocurador de
Investigaciones Especiales de la PGJE, Samgar Salvador Gómez Reyes, y el
recientemente renunciado encargado del despacho de la Policía Ministerial del
Estado, Bibiano Rigoberto Burgoing García.
En la narcomanta colgada el
23 de abril en un puente aledaño al supermercado Walmart, se aprecia lo
siguiente: “Sangar y Viviano. Tienen 5 días para entregar los 5 millones por
limpiar la plaza traidores hijos de su puta madre contesten los blackberry
ratas traidoras… CDS”.
Lo anterior -según la
hipótesis de uno de los agentes de investigación del caso- viene a colación
porque podría ser el primer indicio de que los todavía funcionarios de la PGJE
-el primero director de la Unidad Antisecuestros y el segundo, comandante de
Homicidios- hayan puesto al jefe criminal de La Paz y así cumplir con el
compromiso de entregar la plaza del narcomenudeo al grupo criminal del Cártel
de Sinaloa, específicamente al capo Dámaso López Serrano “El Mini-Lic”, y
evitar poner en riesgo su integridad física.
Aunque los agentes de
investigación todavía corroboran la información, tienen datos de que el día de
la ejecución de “El Montoya”, el jefe criminal se iba a encontrar con dos
agentes de la Policía Ministerial del Estado, supuestamente enviado por el
actual encargado de despacho de la Policía Ministerial del Estado, Josué
Geovanny Zúñiga Méndez, quien según
investigaciones, responde a los intereses de Samgar Salvador Gómez Reyes y
Bibiano Rigoberto Burgoing García.
Los investigadores del caso
creen que esos dos supuestos agentes de la Policía Ministerial del Estado
fueron los responsables de poner al jefe criminal y ofrecer la hora y lugar
donde estaría el jefe de la plaza del narcomenudeo en La Paz para asesinarlo,
aprovechando que estaría confiado y andaría desarmado.
EL REGRESO
Previo al homicidio, reportes
de inteligencia militar daban por hecho el posible regreso de Los Dámaso al
mando criminal de La Paz, tras las presuntas negociaciones que Samgar Salvador
Gómez Reyes y Bibiano Burgoing García, sostuvieron a nombre del procurador
general de Justicia del Estado, Palemón Alamilla Villeda, con el Cártel de
Sinaloa.
Controlando la Policía
Ministerial del Estado, Policía Estatal Preventiva y algunas agencias del
Ministerio Público de la Federación de la Procuraduría General de la República,
Los Dámaso, a través del grupo delictivo del ex jefe de la plaza del
narcomenudeo de la Zona Sur de La Paz, José Fernando Torres Montenegro o José
Francisco Ojeda Torres “El Pepillo” y de su lugarteniente, Édgar Amílcar Acosta
Reyes “El Rayo”, semanas atrás habrían comenzado una violenta restructuración
para recuperar el control criminal perdido y expandir sus áreas de influencia
en Baja California Sur.
Damián Villavicencio Arce “El
señor del sombrero”, Eduardo Villavicencio Arce “El Lolo” o “El Lalito”, Luis
Antonio Montoya Beltrán “Don Carlos” o “El Montoya”, Edgar Amílcar Acosta Reyes
“El Rayo”
Un efectivo de inteligencia militar explicó a ZETA:
“Todo parece indicar que la
gente de ‘El Pepillo’ y ‘El Rayo’, comenzaron a operar matando gente de otros
grupos criminales, como Los Adanes y Los Mayitos, y tejiendo alianza con ‘El
Javier’ en Los Cabos y Los Damianes en Mulegé, a fin de fortalecerse y
resurgir”.
— ¿Tienen indicios?, se le
pregunta.
“Tenemos indicios de que eso está sucediendo,
y tiene lógica, porque es eso, o los van a matar a todos”.
El integrante de las Fuerzas
Armadas guarda el anonimato y saca sus propias conclusiones tras la revisión y
análisis de la escalada criminal durante los últimos días:
“En La Paz fue atacado a
tiros ‘El Zambo’, gente de Los Adanes, y en Comondú fueron ‘El Guapo’ y ‘El
Betillo’, de Los Mayitos”.
Según el efectivo, en el caso
particularmente de Comondú, tienen información de que “las últimas dos víctimas
operaban para Los Dámaso y repentinamente voltearon bandera para Los Mayitos y
entonces los atacaron”, lo que de acuerdo con el militar, “confundió hasta las
propias autoridades en un principio, por la presencia de células delictivas del
Cártel Arellano Félix en ese municipio”.
Actualmente los llamados
Pepillos están atacando por dos frentes. El primero, ordenando a policías
ministeriales y estatales corruptos la captura de rivales, por lo que -según
los reportes de inteligencia levantados- “están pagando hasta 5 mil pesos por
cada detenido del grupo rival”.
Una vez consumada la captura,
proceden a consignarlos con agentes del Ministerio Público de la Federación de
la PGR afines al mismo grupo, quienes a su vez, reciben 10 mil pesos por cada
delincuente consignado al juez penal.
El segundo es ejecutando
rivales, por cuyos asesinatos, ninguno de los sicarios ha sido detenidos por
las fuerzas de seguridad del Estado y de la Federación.
De acuerdo con el efectivo
militar, Los Pepillos “están resurgiendo prácticamente haciendo alianza con los
grupos rivales de Los Mayitos, quienes perdieron la guerra y salieron del
Estado en 2015”.
Según el último mapa
delictivo realizado por autoridades, los grupos aliados son:
* José Fernando Torres Montenegro y/o
José Francisco Ojeda Torres “El Pepillo”; Édgar Amílcar Acosta Reyes “El Rayo”
en La Paz y José Guadalupe Acosta López “El Javier” en San José del Cabo, así
como los hermanos Damián y Eduardo Villavicencio Arce, en El Vizcaíno y
Guerrero Negro, respectivamente.
Según reportes de
inteligencia, los tres grupos criminales
enfrentaban una lucha encarnizada con el grupo delictivo de Los Mayitos,
cuya principal cabeza visible fue hasta el 5 de mayo, Luis Antonio Montoya
Beltrán “Don Carlos”, “El Artista” o “El Montoya”.
Obviamente, tras el crimen
del jefe criminal, un integrante del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública
del Estado, planteó a ZETA dos posibles escenarios:
* El recrudecimiento de la violencia,
que podría llegar a alcanzar incluso a agentes y funcionarios de la PGJE,
vinculados con el Cártel de Sinaloa.
* El regreso de la calma después de la
supuesta muerte de la cabeza más visible de Los Mayitos, Los Beltrán Leyva y
Los Zetas.
LOS ÚLTIMOS ASESINATOS
La escalada de violencia que
se vive principalmente Comondú y La Paz, parece no tener fin.
Del 28 de abril
al 5 de mayo, se registraron tres hechos sangrientos. El primero de ellos,
cuando el narcomenudista Rogelio García Peralta “El Guapo” fue ejecutado la
noche del 28 de abril, a bordo de su automóvil Honda Civic color rojo.
Circulaba por Antonio Howard entre Clodomiro Cota y Félix Ortega, Colonia
Ricardo “El Chato” Covarrubias, en Ciudad Constitución.
Por primera vez, desde el
inicio de la guerra entre narcomenudistas en Baja California Sur, ZETA, obtuvo
tomas aéreas de una escena del crimen, a traves de un drone enviado por la
agencia de noticias Freelance, y el cual sobrevoló la zona de la colonia
Arboledas, tras el crimen del jefe de la plaza el narcomenudeo en La Paz, Luis
Antonio Montoya Beltran “El Artista” o “Don Carlos” El delincuente, quien dicho
sea de paso, usaba también los alias de Gerardo Cota y Gerardo García, fue
atacado 20 días después de haber tenido un primer atentado en la misma colonia,
pero sobre las calles Catalino Flores Arriaga y Clodomiro Cota, a bordo de una
camioneta GMC Envoy color blanco. En ese ataque, “El Guapo” resultó herido, y
en el lugar falleció el narcomenudista Edwin Gerardo Alanís Higuera “El
Cayuco”.
Sin embargo, en el segundo
atentado, “El Guapo” recibió alrededor de cuatro disparos, quedando muerto en
el lugar; al momento del tiroteo
pretendió solicitar auxilio, pero no tuvo tiempo.
En la escena del crimen,
peritos de la PGJE lo encontraron con el teléfono celular en la mano derecha.
El segundo ataque -tras la
ejecución de “El Guapo”- ocurrió la madrugada del 2 de mayo, cuando el
narcomenudista Daniel Ortiz “El Zambo” fue atacado a espaldas de Tienda ISSSTE
en la colonia 8 de Octubre de La Paz.
Vecinos reportaron disparos
de arma alrededor de las 2:15 am en la calle Estado 30 y Avenida Forjadores,
donde la víctima fue encontrada en el piso, con heridas en abdomen y piernas.
El delincuente de 39 años fue
trasladado al Hospital General “Juan María de Salvatierra” de La Paz, su estado
de salud era de pronóstico reservado.
El tercer y último ataque -al
cierre de esta edición- sucedió el 4 de mayo, cuando el cuerpo del presunto
narcomenudista Humberto Maldonado Méndez “El Betillo” o “El Beto” fue
encontrado tirado en un camino de terracería entre los ranchos de los
agricultores Gil Cuevas y Hugo Bojórquez, a la altura del Kilómetro 221 de la
carretera de Ciudad Constitución a Ciudad Insurgentes.
La víctima estaba amordazada
de boca, pies y manos, y tenía dos tiros de gracia en la cabeza.
Según testigos, “El Betillo”
habría sido levantado el domingo primero de mayo por un comando armado, es
decir, tres días antes del hallazgo, cuando estaba presente en el palenque de
Ciudad Constitución.
Con base a las declaraciones
de testigos, los criminales lo ubicaron y se acercaron, ordenando que los
acompañara hacia afuera.
Una vez ahí, lo subieron a un
vehículo y se lo llevaron; tres días después apareció ejecutado.
LOS RESULTADOS
Aunque luego del crimen de
“El Montoya”, la escalada criminal podría tocar su punto más alto, la
incapacidad y falta de resultados es más que evidente en la captura de sicarios
y cabecillas de los grupos criminales en pugna,
los cuales desde el primero de mayo avivaron rumores de la presunta
salida del todavía procurador general de Justicia del Estado, Palemón Alamilla
Villeda.
Los comentarios en los altos
círculos políticos del Estado -según un integrante del Grupo de Coordinación de
Seguridad Pública- fueron que “la posible salida del titular de la PGJE
obedecería a la ausencia de la integración de un equipo confiable que
permitiera desactivar la ola de violencia y frenar los crímenes.
El miembro del grupo
interinstitucional fue tajante:
“El procurador está
prácticamente solo, cuando quiso confiar en alguien resultaron señalados de
estar vinculados con el Cártel de Sinaloa”, tal es el caso del aún director de
Antisecuestros de la PGJE, Samgar Salvador Gómez Reyes, y del comandante de
Homicidios, Bibiano Rigoberto Burgoing García, el cual presentó su renuncia
como encargado del despacho de la Dirección de la Policía Ministerial del
Estado, tras aparecer su nombre en una narcomanta colgada en un puente cerca
del supermercado Walmart.
Los funcionarios estatales no
son los únicos señalados por las células criminales en pugna de la delincuencia
organizada. Acorde con reportes de inteligencia criminal, el Agente del
Ministerio Público de la Federación de la PGR, Edgar Estrella Talamantes, es
otro presunto vinculado con Los Pepillos y Los Javieres, como cuando ordenó la
libertad inmediata, y sospechosamente en menos de 24 horas, de los
narcomenudistas Jaime Valdés Reyes, Víctor Reyes Liera y Alfonso Domínguez
Labrador -según el número de averiguación previa CSL/S1/012/2015-, los cuales
habían sido detenidos con armas y droga, así como dinero de la venta de droga
en las calles 5 de Febrero y Abasolo en la colonia Ejidal de Cabo San
Lucas.
LOS NÚMEROS
De acuerdo con el informe del
último trimestre de 2016 -enero, febrero y marzo-, elaborado por el
Secretariado Ejecutivo Nacional de la Secretaría de Gobernación, en Baja
California Sur fueron perpetrados 27 crímenes, distribuidos de la siguiente
manera:
* 9 en enero.
* 8 en febrero.
* 10 en marzo.
El mes más violento fue
marzo, seguido de enero y finalmente febrero.
De los 27 homicidios dolosos
o de alto impacto, 17 fueron cometidos con arma de fuego, nueve con arma blanca
y uno más aparece sin dato o sin clasificar.
(SEMANARIO ZETA/ INVESTIGACIONES ZETA
MARTES, 10 MAYO, 2016 01:00 PM)
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