El diario alemán Süddeutsche
Zeitung con sede en Munich, recibieron millones de registros de una fuente
confidencial y los compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), que convocó a periodistas socios
en todo el mundo.
Los más de 100 medios
internacionales que participaron de la investigación no pagaron por el acceso a
la información, que significa la mayor filtración de datos sobre lavado de
dinero a nivel mundial.
Los registros filtrados
provienen de la firma Mossack Fonseca, una empresa panameña de más de 40 años
de existencia, con sucursales en 48 ciudades del mundo, conocido por crear y
administrar sociedades offshore, fundaciones y fideicomisos en paraísos
fiscales.
Entre los mexicanos
involucrados se encuentran el empresario mexiquense Juan Armando Hinojosa
Cantú, el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, y Alfonso de Angoitia
Noriega, vicepresidente Ejecutivo y presidente del Comité de Finanzas de Grupo
Televisa.
JUAN ARMANDO HINOJOSA CANTÚ
En la investigación se
encontró que Juan Armando Hinojosa Cantú, el empresario constructor de la “casa
blanca” del presidente Enrique Peña Nieto y financiador de la casa de Malinalco
del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, movió una
fortuna de más de 100 millones de dólares en paraísos fiscales del Caribe hacia
Nueva Zelanda, en cuanto la Secretaría de la Función Pública (SFP) abrió la
investigación por conflicto de intereses en la cual estaba involucrado.
Hinojosa Cantú fue presentado
ante el gigante en operaciones financieras Mossack Fonseca, especializado en
crear empresas fantasmas, como uno de los empresarios más prominentes, de alto
perfil y con los contactos necesarios para llevarles clientes mexicanos con más
de 30 millones de dólares en inversiones.
A través de un pequeño
despacho llamado D’Orleans & Bourbon Associates, con sede en Miami, Estados
Unidos y en la Ciudad de México, se armó en apenas diez días una compleja
estructura de sociedades internacionales a favor de Juan Armando Hinojosa
Cantú, el empresario favorito del presidente de México.
El despacho panameño Mossack
Fonseca, una de las cinco firmas más grandes del mundo especializada en la
creación de empresas offshore, participó en el diseño del entramado
internacional que consistió en la creación de sociedades británicas, integradas
por fundaciones holandesas y fideicomisos neozelandeses.
El objetivo era gestionar a
través de esta red offshore más de 100 millones de dólares en activos
financieros que Hinojosa Cantú posee en distintas instituciones bancarias del planeta,
y que le darían un rendimiento de cinco por ciento anual.
Los despachos tenían claro
que esa cantidad sólo representaba una “pequeña parte” del patrimonio del
contratista tamaulipeco, quien construyó la llamada “casa blanca” de la esposa
de Peña Nieto, Angélica Rivera Hurtado, valuada en siete millones de dólares.
Los operadores financieros
consideraban que sería una primera etapa en el camino que, en el futuro, les
llevaría a administrar la fortuna de Hinojosa Cantú.
Después querían que Hinojosa
Cantú los presentara con potenciales clientes que manejaran fortunas de más de
30 millones de dólares.
La fortuna del empresario
creció del erario y se disparó desde 2005 al amparo de los gobiernos de Enrique
Peña Nieto.
En la administración
mexiquense y posteriormente en la Presidencia de la República, el actual
mandatario otorgó alrededor de 60 mil millones de pesos en contratos de obra
pública a las empresas de Hinojosa Cantú: Grupo Higa, Grupo Eolo y Constructora
Teya, entre otras.
Esta fortuna a pesar de haber
perdido un contrato por 3 mil 750 millones de dólares para el primer tren de
alta velocidad en México.
Después, fue apartado del
grupo de empresas nacionales que buscaban ganar la construcción del nuevo
aeropuerto de la ciudad de México en donde hay en juego una inversión de 169
mil millones de pesos, alrededor de 2 mil 783 millones de dólares.
Tras perder estos negocios,
los más cuantiosos en su carrera empresarial de 28 años, se abrió la
investigación oficial sobre un conflicto de intereses con el presidente Peña
Nieto.
Fue entonces cuando Hinojosa
Cantú decidió poner a salvo su dinero y usó como prestanombres a su madre, Dora
Patricia Cantú Moreno, y a su suegra, María Teresa Cubria Cavazos, ambas de más
de 80 años de edad y originarias de Reynosa, Tamaulipas.
Más de 100 millones de
dólares de su fortuna circularon a través de siete países, algunos de ellos
identificados como paraísos fiscales, hasta llegar a puerto seguro en Nueva
Zelanda, de acuerdo con información interna del proveedor de servicios
financieros con base en Panamá, Mossack Fonseca.
(SEMANARIO ZETA/ REDACCION/ Domingo, 3
abril, 2016 11:59 AM)
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