Acorralado y hostigado,
víctima de una violencia psicológica ejercida por el gobierno de México,
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera no encuentra otra opción que recurrir a sus
peores enemigos para salvar el pellejo, buscando ahora que lo extraditen lo más
pronto posible a los Estados Unidos.
Sin embargo, la extradición
del capo pudiera resultar un arma de doble filo, porque si bien es cierto, la
posibilidad de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos es latente y
encontrar del otro lado de la frontera norte, el paraíso, también podría
alcanzar la cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad, en donde no
gozaría de ninguno de los beneficios que alguna vez tuvo en las cárceles
mexicanas.
La desesperación de Joaquín,
el Chapo Guzmán llegó su punto más crítico la semana pasada, al pedir a sus
abogados acelerar el proceso de extradición a Estados Unidos, con tal de evitar
la tortura psicológica de que está siendo objeto en el penal del Altiplano, en
donde tienen meses de no dejarlo dormir, según afirmaron sus abogados.
Esa situación obligó a
familiares del capo, que durante años se mantuvieron en las sombras, a salir en
su defensa para mejorar el trato que recibe, pues “el Chapo podría encontrarse
en peligro de muerte si continúan los abusos en su contra”.
“Mi cliente enfrenta una
situación crítica, pues su salud se deteriora cada vez más, debido a que no lo
dejan dormir”, sostuvo José Refugio Rodríguez Núñez, abogado del Chapo, durante
una entrevista telefónica concedida a Ríodoce.
Días antes, la actual esposa
de Guzmán Loera, Emma Coronel, concedió una entrevista a la periodista Anabel
Hernández para externarle su preocupación por la salud de su marido, agregando
que la posibilidad de extradición era cada vez más latente.
El gobierno indicó que no
existía tal abuso en contra de Guzmán Loera, sino que era tratado igual que los otros reos, sin
embargo la presión por parte de la familia siguió, incluso en días posteriores,
una hija del Chapo dio la cara, y todavía el viernes pasado, una de sus hermanas
habló con medios de comunicación afuera de la cárcel del Altiplano, diciendo
que iniciaría una huelga de hambre en protesta por las condiciones en que
mantenían al capo.
De ese modo, la petición de
extradición tomaba más fuerza, no obstante, esa posibilidad podría ser un arma
de doble filo, pues Estados Unidos ha reiterado en repetidas ocasiones que
castigará al Chapo con todo el peso de la ley.
DE LOS QUE NO DAN PASO SIN HUARACHE
De ser extraditado, Joaquín
Guzmán puede enfrentar dos posibles vertientes: una, ser castigado con todo el
peso de la ley, o bien el camino más cómodo, y que han seguido todos los capos
extraditados a Estados Unidos: llegar a un acuerdo con el gobierno de ese país
a cambio de una sentencia menos dura.
Según fuentes extraoficiales,
desde que el Chapo fue arrestado la segunda vez, en Mazatlán Sinaloa, en
febrero de 2014, agentes estadunidenses lograron hablar con él en su celda.
“Hay datos que así ocurrió, pero
el gobierno mexicano no lo reconocerá, pero de que existieron esos encuentros,
definitivamente así fue”, dijeron fuentes cercanas a Guzmán Loera.
Aunque se desconoce en torno
a qué temas giraron esas entrevistas, no sería la primera vez que agentes estadunidenses
tienen acceso a narcotraficantes, ya sea estando presos o libres, incluso, la
misma DEA reconoció que antes de arrestar a Vicente Zambada Niebla el
Vicentillo, se vieron con él, además que tenían tiempo viendo a Humberto Loya
Castro, antiguo puente del Chapo Guzmán con el gobierno del vecino país.
“Los acuerdos existen, pero
sólo ellos saben que es lo que acuerdan”, expresaron fuentes extraoficiales a
Ríodoce.
De acuerdo con una entrevista
reciente con la profesora Jenia Turner, ex fiscal del Departamento de Justicia
de Estados Unidos, los acuerdos que se dan entre el gobierno y narcotraficantes
son tan comunes, que cada vez se desconoce más si realmente benefician a los
contribuyentes.
“Los narcotraficantes nunca
juegan en su contra, siempre buscan su beneficio, y a veces a los fiscales no
les importa eso ni tampoco dar inmunidad total al narcotraficante con tal de
obtener información sobre otros narcotraficantes”, dijo Turner a Ríodoce.
Habría ocurrido una especie
de inmunidad total contra Reynaldo Zambada García, hermano de Ismael el Mayo
Zambada, quien tras ser extraditado a Estados Unidos, misteriosamente
desapareció del sistema judicial estadunidense, pues se habría integrado al
programa de testigos protegidos, según publicó Ríodoce en su edición del 1 de
diciembre de 2013.
José Refugio Rodríguez Núñez,
abogado del Chapo, dijo que el capo no intentaba negociar con Estados Unidos,
sino simplemente cuidar su salud, y dejar atrás el abuso de que está siendo
objeto por parte del gobierno mexicano.
—Pero ¿ha buscado llegar a
acuerdos con el de Estados Unidos? —se le cuestionó.
—Para eso se necesita un
abogado de ese país, para que empiece a negociar con el gobierno las
condiciones de una extradición, y bueno, ya se está buscando uno.
Esa situación supone que, al
final, el Chapo realmente buscará un acuerdo con el gobierno estadunidense,
aunque éste asegura que de momento ellos no negociarán con el capo.
“Lo que queremos en este
momento es tenerlo en nuestro poder, y a como se tiene contemplado, el plan es
juzgarlo por todos los crímenes que cometió”, dijeron fiscales del Departamento
de Justicia.
Según la profesora Turner,
entre los beneficios que pudiera tener el Chapo van desde inmunidad total, si
es que se integra al programa de testigos protegidos, lo cual significaría que
lo instalarían en una casa vigilada las 24 horas del día, aunque tendría acceso
para salir y moverse a donde él quisiera, siempre y cuando cumpla con ciertas
normas de disciplina que implican alejarse del tráfico de drogas, reportarse
con los supervisores que estén a cargo de él, ofrecer todo tipo de información
en cuanto a la fracción que él comanda, y carearse con otros miembros del
Cártel de Sinaloa que sean presentados en cortes estadunidenses.
LA PRESIÓN DE LA HERMANA
Por lo pronto, el Chapo
permanece confinado en la cárcel del Altiplano, donde apenas el viernes pasado
por la tarde, su hermana mayor, Bernarda Guzmán Loera, anunció una huelga de
hambre en demanda de mejorar las condiciones del capo.
“Las autoridades están
enojadas porque se les escapó, pero ya lo tienen y ahora deben hacer algo
justo”, dijo la hermana del Chapo, al anunciar el inicio de la huelga de hambre
afuera del penal.
Según publicaron medios
nacionales, a Bernarda la acompañaba otro de los abogados de Joaquín Guzmán
identificado como José Luis González Meza, quien externó su preocupación de
que, una vez extraditado a Estados Unidos, éste pudiera ser tratado peor.
“Porque (una vez
extraditado), pudiera ser tratado peor que un prisionero de guerra”, dijo
González Meza, quien vestía una camiseta donde se leía “Extradition Never”
(extradición nunca).
El temor del abogado se basa
en que, en zonas como el Distrito Este de Nueva York, el Chapo enfrenta
acusaciones por homicidio, y que la procuradora Loretta Lynch ha manifestado
que quiere “castigar al Chapo con todo el peso de la ley”.
Además, Guzmán Loera enfrenta
cargos por narcotráfico, lavado de dinero y asociación delictuosa en diferentes
distritos judiciales de Illinois, Texas, California, Arizona, Florida, Georgia,
Nueva Jersey, entre otros.
LA SUPUESTA RUPTURA
Luego de la segunda captura
de Joaquín Guzmán Loera, el capo pretendía ceder todo el poder a su hijo, Iván
Archivaldo Guzmán Salazar. Pero Ismael el Mayo Zambada se impuso, y no lo dejó
ejercer el poder heredado, señaló una hija de Guzmán Loera.
“El Mayo lo paró en seco (a
Iván Archivaldo), supuestamente porque el Iván traía un desmadre, pero pues
sólo ellos saben como está la cosa”, dijeron a Ríodoce diversas fuentes
cercanas a ambos capos.
Rosa Isela Guzmán Ortiz, hija
mayor del Chapo, dijo al diario británico “The Guardian”, que el Mayo Zambada
junto a funcionarios del gobierno mexicano, habrían traicionado al Chapo
Guzmán, al no respetar ninguno de los acuerdos que ambos tenían.
En la entrevista, la mujer no
da más detalles sobre la supuesta traición, como tampoco menciona nombres de
los funcionarios mexicanos que se habrían comprometido con el Chapo, aunque
señala que el capo habría entrado al menos en dos ocasiones a Estados Unidos
por California, para visitar a familiares que tiene en ese estado.
El señalamiento causó revuelo
entre varias agencias estadunidenses, entre ellas la DEA, el FBI y el CBP,
quienes aseguraron no haber estado enterados de “esas visitas”.
“No existe una ninguna prueba
fehaciente que sustente lo que publica ese diario”, dijeron a Ríodoce fuentes
de la unidad de Protección de Fronteras y Aduanas de Estados Unidos (CBP), que
es la agencia encargada de vigilar todo lo que entra y sale de ese país.
Tampoco la DEA ni el FBI
pudieron confirmar los señalamientos de Guzmán Ortiz, quien añadió que el Chapo
habría cruzado la frontera en 2015 para visitar a sus familiares y ver la casa
de cinco recámaras y un enorme jardín que compró para ella y sus cuatro hijos,
aunque no precisó la ubicación de ese domicilio.
“Mi papá depositó el dinero
en una cuenta de un banco a través de un abogado y, un tiempo después, vino a
ver la casa, su casa. Vino dos veces”, señala la mujer en la entrevista.
Sobre las políticos mexicanos
a los que apoyó con donaciones para sus campañas, la hija del capo indicó que
todo ellos se hicieron de la vista gorda para que el capo pudiera escapar de
prisión, en julio de 2015, pero al abandonarlo ahora a su suerte, la familia
considera ahora presentar públicamente copias de los cheques, junto con los
nombres de funcionarios y políticos que los aceptaron.
“Mi papá no es un criminal.
El gobierno es el culpable”, sostuvo la mujer.
(RIODOCE/ Miguel Ángel Vega/ 6 marzo,
2016)
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