Sin ocuparse en represalias, criminales atacan a policía
municipal de Tijuana y tres elementos de la Secretaría de Seguridad Pública
fueron asesinados a balazos en la misma semana en hechos distintos. Por lo menos uno de los ataques se liga a un
robo de droga. “Cuando la violencia se ejerce contra un oficial en servicio,
entonces el ataque es contra la corporación. En ese contexto debe analizarse.
Revisar porque algo está pasando ahí”, declaró el ex director policiaco Julián
Leyzaola
Hará cosa de dos o tres
semanas, elementos de corporaciones de seguridad en Tijuana robaron un camión
con droga.
El cargamento era de alguien
“pesado”, informó un investigador. Otro terció: era de “El Piloto”, joven que
actualmente encabeza el Cártel Arellano Félix (CAF) y que, presumen en el
Consejo Estatal de Seguridad, es hijo de Ramón Arellano Félix.
De acuerdo a información del
Grupo Coordinación dada a ZETA, en día de descanso, con armas y vehículos
oficiales, los agentes corruptos fueron a un inmueble, abrieron una reja,
sacaron una camioneta blanca con caja de carga, se la llevaron y no reportaron
el ilegal hallazgo. Los jefes de estos hombres no saben a ciencia cierta qué
contenía la camioneta.
“Pero en nada bueno andaban”,
agregó un jefe integrado al Consejo Estatal de Seguridad.
La versión extraoficial
indica que el contenido era droga y que los propietarios del ilegal cargamento
dieron con los presuntos responsables. No les costó trabajo encontrarlos.
Tenían video vigilado el cargamento, así que por lo menos cuatro de los siete
oficiales que presuntamente participaron en el robo al narco, resultaron
visibles e identificables. Solo uno usaba capucha.
Los criminales hicieron
llegar ese material a las autoridades. Los mandos identificaron a sus oficiales
participantes en el robo.
En la tropa completan
versión. Aseguran que por vías que no se han especificado, miembros del CAF
solicitaron a los oficiales devolver el cargamento. No lo hicieron y entonces
los amenazaron.
Entre las corporaciones se ha
informado que los participantes del robo de droga pudieron ser dos municipales,
al parecer otro uniformado asignado como escolta y cuatro ministeriales.
Estos datos salieron a la luz
después del 26 de noviembre, cuando el policía municipal José Iván Hernández
Contreras fue asesinado, y algunas autoridades ligaron el ataque con el
presunto robo de droga; fundaron su hipótesis en el hecho que sabían que el oficial
abatido había estado relacionado con delitos y era muy apegando a gente del
CAF, del ala de Eduardo García Simental “El Teo”.
“La versión entre sus
compañeros es que creció con ‘La Perra’ (Filiberto Parra Ramos), delinquió con
él, después se metió a la Policía y siguió con ellos” comentó un investigador.
“Después del asesinato
supimos que le comentó a un compañero -que fue su pareja- que se había metido
en un lio por una droga, aunque solo son dichos, no hubo declaración” indicó
otro.
EJECUTADO CON TIRO DE GRACIA
Ese jueves, pasaba apenas la
una de la tarde, cuando el agente José
Iván Hernández Contreras que estaba franco, llegó a su casa a bordo de un
vehículo Ford Explorer 2002 con placas de California. Se estacionó en doble
fila porque otras dos camionetas ocupaban el cordón de banqueta. Bajó del auto
y abrió la puerta trasera, del lado del copiloto, buscando algo. En ese momento
fue atacado.
Según la trayectoria de las
balas y la información de los testigos, un hombre llegó por atrás y otro por el
frente de su automóvil y le dispararon. El que estaba en la parte frontal de la
camioneta lo vio caer y se acercó para dispararle un tiro en la cabeza.
La familia escuchó los
balazos y salió, pero era tarde; residentes del lugar solo vieron que los responsables
del operativo homicida llegaron en un pick-up blanco tipo Ram, eran cuatro,
pero solo dos dispararon para después subir al auto y huir rumbo al Calimax del
bulevar.
Hernández fue asesinado a
menos de una cuadra de una delegación de Policía. A corta distancia hay un
centro comercial donde siempre hay una patrulla estacionada de manera
preventiva, pero extrañamente, nadie fue detenido y entre los oficiales en las
inmediaciones, nadie vio nada.
En un primer reporte fuentes
de la Policía Municipal informaron que habían encontrado la camioneta de los
homicidas en el estacionamiento de Calimax Sánchez Taboada y tenían asegurado a
un hombre con las características de uno de los presuntos agresores, pero al
final, ni el auto ni el sujeto fueron presentados ante el Ministerio Público.
Al morir, el agente
motociclista llevaba sus credenciales, tarjetas bancarias de pago, además de
mil 150 pesos y 10 dólares en efectivo.
TRAFICANTES DE ARMAS CONOCIDOS
Tras Hernández, la siguiente
víctima de homicidio en Tijuana también fue un policía.
32 horas después, alrededor
de las siete de la noche del 27 de noviembre, mientras los agentes Víctor
Manuel Inzunza Luna y Janeth Cocolam Almeda realizaban una revisión de rutina a
dos sujetos sobre la calle Francisco Javier Mina del fraccionamiento Mariano
Matamoros, fueron atacados por los hermanos Castro Aguayo. El hombre fue
abatido en el lugar y la mujer policía quedó herida de gravedad; ninguno
portaba el chaleco antibalas.
De acuerdo a datos recabados
posteriormente entre los vecinos de la zona, la Policía Municipal como
corporación, ya conocía a los hermanos Castro porque los había visitado
recientemente. “Hace como dos semanas estuvieron aquí agentes municipales, se
llevaron al más grande con un arma larga. Y al rato regresó como si nada,
incluso cargando su arma”, comentaron.
“Con el auto que traían y la
apariencia eran fácilmente identificables, no creemos ni podemos asegurar que
los agentes atacados supieran de quiénes se trataba, pero en la zona sí había
uniformados que sabían quiénes eran y a qué se dedicaban, por eso los ubicaron
tan rápido”, comentaron miembros del Grupo Coordinación.
De hecho “resulta extraño que
al huir los homicidas se hayan dirigido a su casa, como si pensaran que no los
iban a encontrar”, expuso un investigador mientras otro de los implicados en la
aprehensión, aseguró que al entregarse los detenidos les dijeron que pensaron
que los iban a matar.
Oficialmente, los primeros en
reportar la ubicación en circulación del carro con los homicidas fueron agentes
de la Policía Estatal Preventiva (PEP).
El reporte ministerial indica
que los agentes Inzunza y Cocolam estaban en una intersección cuando vieron
pasar un auto BMW modelo 1999 sedán negro, con placas de California. Sin tener
claro por qué razón, encendieron las torretas, les marcaron el alto e
informaron a la central.
Jorge Javier Castro Aguayo
conducía, así que entregó su licencia al oficial Inzunza, quien regresó a la
patrulla para correr el nombre en la base de datos y verificar que no tuviera
órdenes de aprehensión pendientes. Como copiloto estaba César Josué Castro
Aguayo, hermano del conductor, a la agente Cocolam le correspondió
resguardarlo.
No salió nada de la licencia,
así que Inzunza regresó con los hermanos
Castro Aguayo y preguntó al conductor si traían armas, a lo que se niega, pero
al aventar la luz al carro, vieron un arma larga metida a un lado del asiento
del tripulante, entonces Inzunza desenfundó, les apuntó y les ordenó bajar del
auto.
Con base en declaraciones, al
descender Jorge Javier se lanzó sobre Inzunza e intentó desarmarlo,
forcejearon, el oficial resistió, ambos tenían las manos en el arma cuando el
delincuente soltó una de sus extremidades para tomar la pistola que traía
fajada en la espalda y le disparó, entonces los dos cayeron al suelo. Luego el
criminal dejó su pistola y con las dos manos tomó el arma del oficial, le
volvió a disparar para después levantarse y llevarse ambas armas en su carrera
hacia el automóvil.
Como la gravedad de su estado
le ha impedido declarar, las autoridades no saben qué hizo Cocolam mientras su
compañero forcejeaba y caía abatido. Solo saben que también fue sorprendida por
el copiloto, al que aseguran resguardaba y quien tomó el arma larga que traían
en el carro y le disparó.
El parte indica que la mujer
policía informó del ataque y solicitó ayuda, y después uno de los criminales se
llevó su radio Matra, por el cual podían escuchar la información del operativo
por su búsqueda.
Los Castro Aguayo fueron
detenidos en el domicilio que ocupaban desde hace más de un año, llegaron al
lugar con las patrullas detrás, metieron el carro en el patio y se introdujeron
a la vivienda.
Las autoridades reportan que
al ser detenidos, no manifestaron la razón del ataque, solo detallaron la forma
en qué ocurrió. Explicaron que por más de un año han traficado armas que
compraban en la zona de Fontana en Los Ángeles, California, las metían a México
por Tijuana y las mandaban a su gente del Cártel Jalisco Nueva Generación
(CJNG) en aquella entidad.
Las autoridades consideran
improbable que este hecho esté ligado al robo realizado por oficiales al cártel
local. Pero consideran factible que Inzunza y Cocolam hayan sido víctimas de
las acciones ilícitas de otros oficiales corruptos que trabajan en la zona del
Mariano Matamoros e hicieron algún tipo de acuerdo con los traficantes de
armas.
DEL ASALTO
“Lo traía de chalán, hacía de
todo”, expusieron molestos agentes policiacos, sobre el trabajo de Fidel Armas
García, policía comercial clasificado como escolta.
Según las autoridades, formó
parte de la guardia de Jorge Hank cuando era alcalde, pero desde hacía ocho
años estaba asignado como escolta del
Carlos Enrique Cervantes Frenner, dueño en sociedad de Comercializadora
de Lácteos y Alimentos AJ, S. de R.L. de C.V.
Armas usaba una camioneta de
la empresa, llevaba dos sobres con 30 mil pesos aproximadamente cada uno, y
otro sobre con documentos de la
comercializadora. Llegó a poner gasolina en un expendio de Avenida 20 de
Noviembre, esquina con Callejón del Carmen. Se acomodó en la máquina
expendedora que está a orilla de la vialidad principal, su homicidas se
estacionaron a un costado en una Ford Expedition blanca, solo los separaba la banqueta.
Uno de ellos se bajó, le
habló, lo llevó a la parte de atrás del auto de trabajo -donde las cámaras del
local no tienen visibilidad- y le disparó para después tomar dos bolsas del
interior del camión y huir.
Como móvil de este ataque la
autoridad tiene el robo, pese que en el auto, los criminales dejaron uno de los
sobres con 30 mil pesos. Se llevaron 30 mil pesos y un sobre con documentos que
no le sirven a nadie más que a la empresa. El Ministerio Público está
investigando a cinco empleados que la comercializadora despidió sin
indemnización después de varios años de trabajo.
ATAQUE CONTRA LA CORPORACIÓN
Entrevistado respecto a los
recientes ataques contra policías, el ex secretario de Seguridad Pública de
Tijuana, Julián Leyzaola declaró que a los que ubica bien son a Inzunza y
Cocolam, de quienes tiene buena referencias, “ellos son buenos oficiales”, de
los otros dos “no los recuerdo”.
“Pero mire, en estos casos
hay como una regla no escrita, es algo sabido que se maneja dentro de la
corporación. Cuando un policía es atacado fuera de servicio es un ataque
personal, mayormente es por cosas que él hizo o situaciones en las que se
involucró. Cuando la violencia se ejerce contra un oficial en servicio,
entonces el ataque es contra la corporación. En ese contexto debe analizarse.
Revisar porque algo está pasando ahí”.
— ¿Qué puede estar pasando?
“Regularmente es porque la
Policía no está siendo pareja, pinta para algún lado -grupo mafioso-, o en el
mejor de los casos, porque no han aceptado rendirse ante los criminales”.
Del 1 de enero al 3 de
diciembre de 2015, en Tijuana se cometieron 611 asesinatos, 10 en la última
semana y tres de los sujetos abatidos a balazos fueron policías; cifra que
subió a cinco el número de agentes municipales ultimados en el presente año.
“EL RUSSO” Y “EL MORENO”, DETENIDOS
Después de varias capturas y
liberaciones, finalmente fue consignado el sinaloense Hugo Carlos Escobar Godoy
“El Moreno”, operador delictivo de “Los Uriarte”, convertido en objetivo prioritario del Grupo
Coordinación. El 30 de noviembre de 2015 fue detenido por elementos de la
Policía Estatal Preventiva y le ejecutaron dos órdenes de aprehensión por
homicidio. Una por el asesinato y desmembramiento de Arturo Morales Ruvalcaba,
cuyo cuerpo fue localizado en un tambo azul, el 8 de septiembre de 2014 en una
planta tratadora de agua, a un costado de Montes Los Olivos. La segunda por el
homicidio a balazos de Rogelio Serrano Bernal,
el 7 de julio en Camino Verde.
Extraoficialmente, quienes lo
detuvieron informaron que “El Moreno” aceptó haber matado a más de 150 personas
en los últimos dos años, pero no lo llevaron a declarar ante el Ministerio
Público. En la Procuraduría del Estado existen por lo menos otras seis actas de
homicidio en las que está implicado, pero su autoría no ha sido probada. Y a
partir de su ingreso al sistema penitenciario, no ha habido más declaraciones
del delincuente auto incriminándose.
En cuanto a Daniel Alejandro
Montes López “El Russo”, fue capturado con inusual efectividad. El ataque al
Yonke Shaggy se dio la tarde del martes 24 de noviembre, el miércoles 25, el
Ministerio Público solicitó y le concedieron su orden de aprehensión urgente;
fue detenido.
Admitió ser uno de los
sicarios en el yonke, “el de blanco”, el que entra y sale de la escena como
fantasma.
En este caso el reporte de la
PGJE es que su personal lo identificó por imágenes claras que se
obtuvieron de su cara en cámaras
ubicadas en las inmediaciones del establecimiento. Lo reconocieron porque foto
en mano, ya lo andaban buscando por el asesinato de Aarón Antonio Velázquez
Díaz, a quien mató mientras jugaba maquinitas en una tienda de abarrotes el 31
de agosto de 2015; además, en un análisis facial coincidía al 100 por ciento
con uno de los homicidas de César Acosta López, asesinado en un restaurante de
sushi el 13 de agosto.
Al “Russo” lo detuvieron en
su casa, no opuso resistencia y, ante las evidencias, admitió su participación
como homicida al servicio del CAF y recibir como pagos en promedio de 2 mil
dólares. Mayormente asesinaba enemigos, pero en el caso de Acosta, lo mató
porque perteneciendo al Cártel Arellano, transaba droga con los sinaloenses.
EN BAJA CALIFORNIA CONTRA EL SECUESTRO
En medio de un fuerte
operativo de seguridad y con el resguardo del Ejército, el jueves 3 de
diciembre se llevó a cabo la inauguración de la 18 Reunión Nacional del Grupo
de Planeación y Análisis Estratégico contra el Secuestro, que se desarrolla en
Tijuana, Baja California, con representación de funcionarios de las 32
entidades federativas y de los tres órdenes de gobierno.
El objetivo de la reunión,
que durará dos días, es realizar
análisis para avanzar en el combate al secuestro y con miras a erradicar el
delito, dijo en su discurso la coordinadora nacional Antisecuestro, Patricia
Bugarín Gutiérrez.
En su intervención, la
procuradora en el Estado, Perla del Socorro Ibarra, afirmó que la idea es
generar acciones para progresar en los temas relacionados al abatimiento del
delito.
Según los números de la
funcionaria estatal, en el año se han desarticulado 20 bandas relacionadas con
el secuestro y se ha detenido a 90 personas. En tanto que en 2014 se hicieron
43 denuncias por el delito de secuestro, y en 2015 solo se han presentado
siete.
Por su parte, en el marco de
la apertura de los trabajos, el gobernador de Baja California, Francisco Vega
de Lamadrid, comentó que la administración a su cargo está consolidando el
compromiso en materia de seguridad, proporcionando a la ciudadanía las
condiciones favorables para vivir en paz.
NARCOMENUDISTA ABATIDO; FAMILIA ACUSA EJECUCIÓN
La mañana del lunes 30 de
noviembre, un par de agentes de la Dirección de Seguridad Publica de Mexicali
se toparon en la zona del ejido Oviedo Mota a un hombre al que buscaban desde
dos semanas atrás. Caminaba acompañado
de una mujer y, al ver a los policías, emprendió la fuga y buscó resguardarse
en una casa cercana.
Una vez que los oficiales
arribaron, fueron recibidos a balazos y de inmediato respondieron la agresión.
Ahí quedó muerto Antonio Cervantes Muñoz alias “El Toñín”. Esa es la versión de
las autoridades policiacas.
“Al muchacho lo masacraron”,
sostiene el señor Félix Vidauri, padrastro del joven muerto que, asegura, un
mes atrás, elementos municipales allanaron la casa donde el occiso vivía con su
esposa. “Él no estaba, pero a ella le dijeron que lo iban a matar”, comenta.
De acuerdo con el Servicio
Médico Forense, Antonio recibió cuatro disparos, uno mortal en la cabeza que
penetró por el lado derecho del cráneo y con salida en la parte izquierda; otro
impacto le pegó de rozón en el codo izquierdo y otro más en el antebrazo .La
cuarta bala le pegó por la espalda y salió por la región axilar, afectando
riñón y tórax. Tenía trayectoria de
abajo hacia arriba, lo que implica es que pudo recibirla cuando ya estaba
caído.
El titular de Seguridad
Pública Municipal en Mexicali, Alejandro Monreal, informó que Cervantes Muñoz tenía una orden de
aprehensión por narcomenudeo. También expuso que el sujeto había participado en
un incidente violento el 15 de octubre en el poblado Kilometro 43, cuando
lesionó de un balazo a una persona. Posteriormente, el 20 de noviembre disparó
contra una patrulla de la delegación Carranza, pero no se le pudo capturar.
Del día de los hechos, el
jefe policiaco explicó que solicitaron apoyo a otras instituciones de seguridad
mientras el sujeto se dio a la fuga a pie y se parapetó en un domicilio.
“Se hizo la intervención de
los elementos, se agotaron los comandos verbales para no llegar al cuarto nivel
de uso de la fuerza, que es la fuerza letal, hizo caso omiso y pues se tuvo que
utilizar ese nivel”, expuso Monreal. A Cervantes Muñoz se le encontró un arma
calibre 9 milímetros y un cargador abastecido.
Dijo que fueron cuatro
agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal los que intervinieron de
manera directa en el informe policial, aunque en el operativo en general
participaron alrededor de siete unidades de esa instancia, aparte de otras de
las policías Estatal Preventiva, Ministerial y la Secretaría de la Defensa
Nacional (SEDENA).
Al preguntar sobre la versión
de algunos testigos en el sentido de que el hombre abatido había intentado entregarse,
el funcionario aclaró:
“Había varias versiones, una
es que esta persona no se iba a dejar capturar, ya había atentado contra un
ciudadano, contra la autoridad días antes. En su conducta demostró que no se quería
entregar desde el inicio”.
LA VERSIÓN FAMILIAR
En contraposición, Félix
Vidauri, padrastro del fallecido, relata
que ese lunes por la mañana Cervantes Muñoz caminaba por el poblado con su
esposa y un niño, cuando pasó una patrulla y empezaron a disparar, por lo que
dejó al infante en brazos de la mujer. “Es cierto que andaba armado y que tenía
cuentas pendientes con la justicia, es cierto que era un cabrón”, refiere.
“PARA QUE NO PIDAN LIMOSNA”, PENSIÓN A FAMILIAS DE
POLICÍAS CAÍDOS: ASTIAZARÁN
Más de 100 familias han
perdido a un integrante que se desempeñaba como policía municipal en Tijuana.
El 1 de diciembre, durante la
ceremonia de honras fúnebres al oficial Víctor Inzunza Luna, el alcalde Jorge
Astiazarán anunció que presentará una iniciativa en Cabildo para dotar de una
pensión a las familias de los agentes asesinados en servicio.
“Ya no tendrán que andar
tocando puertas, pidiendo limosna. Los ayuntamientos de Tijuana se van a
encargar de ustedes en todos los sentidos”, expresó al micrófono frente a la
viuda y los cuatro hijos del oficial asesinado con rifles AK-47 mejor conocidos
como “cuernos de chivo” y armas cortas.
Más tarde, ante medios de
comunicación, Astiazarán precisó que la propuesta busca que “cuando un policía
municipal muera en servicio, no quede desamparada la familia”.
En la actualidad, a la
familia de un policía caído en servicio se le entrega una póliza de 500 mil
pesos más un finiquito, además, durante un mes se le prestan los servicios de
ISSSTECALI, para después ser canalizados a Servicios Médicos Municipales.
Aunque todavía no se precisa
la cantidad del apoyo, asociaciones civiles piden que la pensión sea equitativa
al sueldo de un policía en activo. Por ejemplo, Inzunza Luna recibía un sueldo
mensual de 30 mil pesos.
Alberto Licona, presidente de
Fundación Brazos Abiertos, la cual apoya a familias de policía caídos con
sustento económico, paquetes escolares y becas para los menores, así como con
otro tipo de recursos, ve con entusiasmo la propuesta del Ayuntamiento.
“Tenemos que darnos cuenta
que es una realidad que existe, hay que seguir las recomendaciones y ser
precavidos, pero últimamente hemos recordado que estas situaciones no han
terminado”, expuso sobre los tres asesinatos recientes de oficiales.
SOBREVIVE DOS ATAQUES ARMADOS, EN EL TERCERO ASESINAN
A MÉNDEZ MONCADA
“Se la cumplieron”, comentó
un elemento del grupo operativo del Consejo Estatal de Seguridad Pública de
Baja California, la tarde del jueves 3 de diciembre, al enterarse del asesinato
del ex policía ministerial Gilberto Méndez Moncada, quien había estado en medio
de dos ataques armados previamente.
Alrededor de las 5:30 pm de
ayer jueves, los reportes previos indicaban que el ex agente llegaba a su casa.
Se estacionó frente al número 8 de la calle Marte en la colonia Monte de los
Olivos; cuando bajó del auto fue baleado. La puerta del piloto del carro que
conducía aún estaba abierta y su cuerpo quedó tendido sobre la calle con por lo
menos dos tiros en la cabeza.
“Algunos de sus ex compañeros
le advirtieron que se abriera, pero él les respondió que estaba 10-5, que el
pleito no era con él”, explicó un mando.
Sin embargo, en
contraposición, un agente de los que lo interrogó después del ataque del 24 de
noviembre aseguró que Méndez Moncada dijo: “Los del CAF me quieren matar”.
“Afuera está todo muy
revuelto, parte de la información de inteligencia que se está manejando
alrededor de estos casos, es que ‘Los Cosme’ y sus cómplices andaban levantando
a narcos de los cárteles Arellano y Sinaloa para cobrar rescates y andaban
bajando droga; por eso el CAF los quería matar, pero también los de Sinaloa,
porque ya no sabían con quién andaban”, detallaron desde el Consejo Estatal de
Seguridad.
Los oficiales municipales y
ministeriales que atendieron el reporte de homicidio el 3 de diciembre,
reconocieron al occiso porque apenas la tarde del 24 de noviembre había
declarado como víctima en otro ataque armado sucedido en Yonke Shaggy - ese
martes murieron un cliente y el mecánico del negocio-, en el cual Méndez se
desempeñaba como encargado y que es propiedad de los hermanos Luis Arturo y
Carlos Cosme Espinoza, ex policía municipal uno y ex policía ministerial el
otro.
De acuerdo a los
antecedentes, el empleado y sus patrones están ligados a un comando negro que
con uniformes se dedicó a delinquir para los hermanos Arellano Félix. Los tres
fueron detenidos, acusados, procesados y liberados por sus nexos con el
narcotráfico.
Ya el 1 de mayo de 2015,
Méndez había sobrevivido a otro balacera perpetrada con armas largas en Yonke
Shaggy, en aquella ocasión falleció Itzel Miranda, capacitadora de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). Se presumió que el ataque
había sido en contra del ex ministerial Fausto Esteban Nides -también
identificado con el comando negro-, que ese día visitaba el local.
DEL SICARIO DETENIDO
Daniel Alejandro Montes López
“El Russo”, detenido como uno de los presuntos responsables del ataque al Yonke
Shaggy, declaró ser miembro del CAF,- sin más elementos de prueba- y se
reconoció en los videos de vigilancia que existen de esa balacera como el
hombre vestido de blanco que hace los primeros disparos.
Explica que sus jefes no le
dijeron por qué debía matarlo, solo le ordenaron que le quitara la vida y le
pagaron, “mil 600 dólares por el trabajo”.
En la Policía Municipal
existe la versión de que Montes opera en realidad con el Cártel de Sinaloa,
pero en su declaración ministerial aseguró ser de los Arellano Félix.
(SEMANARIO ZETA/ Investigaciones ZETA /
Fotos. Cortesía/ 07 de Diciembre del
2015 a las 12:00:28)
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