Se presume que un policía municipal
habría matado de un balazo en la cabeza a un joven que brincaba la barda de la
Escuela Técnica Comercial Miguel Hidalgo
“No sé, eso se está manejando
con mucha discreción por los jefes”, dijo a Ríodoce una fuente extraoficial al
preguntarle sobre el presunto homicidio de Josué Alfredo Sánchez Bustos, de 16
años, dentro de la Escuela Técnica Comercial Miguel Hidalgo.
“Exigimos justicia, Josué
todavía era un niño, el policía municipal podía haberle disparado a los pies
para asustarlo, pero no a la cabeza”, clamaron familiares y amigos del menor
muerto de un balazo en la cabeza.
En el frontispicio del centro
educativo que lleva su nombre está la efigie de Don Miguel Hidalgo y Costilla,
con el rostro indignado y justiciero, rayado como por una bomba de grafiti que
le estalló abarcando varias cuadras a la redonda.
Según reporte de la Agencia
del Ministerio Público, la muerte de Josué Alfredo ocurrió a las 03:40 horas
del jueves 11 de diciembre.
No se sabe a ciencia cierta
si fue asesinato a sangre fría o producto de un supuesto disparo hecho “al
aire” por el policía municipal, Wilfrido Guerrero Amilano, con número de agente
8574.
Tampoco se tiene la certeza
si el joven pretendía poner su “placa” de grafiti o robar junto con un compañero de andanzas (que
alcanzó a huir del lugar de los hechos), la tienda de la Escuela Técnica
Comercial Miguel Hidalgo.
El presunto implicado en la
muerte del menor fue detenido por agentes de la Policía Ministerial del Estado,
para esclarecer los hechos.
“¿Qué andaba haciendo un
adolescente dentro de la escuela a esas horas de la madrugada?”, pregunta
extrañado un padre de familia, vecino de la escuela Miguel Hidalgo.
“Ese joven era uno de los
grafiteros que tienen rayadas todas las paredes de nuestros negocios”, lamentó
uno de los comerciantes.
Los vecinos de la colonia 12
de mayo están indignados por el homicidio de Josué Alfredo, estudiante del
Colegio de Bachilleres de Sinaloa 38, de
quien aseguran que no hacía daños y tenía muy buenas calificaciones.
“El policía no tenía por qué
tirarle a matar, Josué no estaba maleado, era inteligente y muy estudioso, con
calificaciones de nueves y dieces”, comentaron.
Una de las versiones
oficiales es que Josué se encontraba con varios jóvenes más en el techo de la
Escuela Técnica Comercial Miguel Hidalgo, y que el policía municipal habría
disparado un balazo al “aire” para obligarlos a retirarse del inmueble.
Otra de las versiones no
confirmadas que se maneja es que la noche del miércoles 16 de diciembre, Josué
Alfredo, en compañía de otro joven de 18 años, presuntamente ‘amigo de lo
ajeno’, acudió a una fiesta de 15 años que se celebraba en un callejón de la colonia
Klein.
Cuando terminó la festividad,
al filo de la madrugada del jueves, en vez de dirigirse hacia la colonia 12 de mayo, donde Josué
tenía su domicilio, se fueron caminando en sentido contrario por la avenida Gabriel Leyva, esquina con la
calle Josefa Ortiz de Domínguez, de la colonia Montuosa.
Casi en la esquina mencionada
junto a la estación de Bomberos está ubicada la Escuela Técnica Comercial
Miguel Hidalgo, y entre ambos inmuebles se encuentra un estanquillo de la
Lotería Nacional que sirve de escalón para brincar hacia el centro educativo,
cuya parte trasera mira hacia el
callejón Adolfo Ruiz Cortines.
“Él (Josué) venía conmigo y
se metió con el otro que lo acompañaba a la escuela Miguel Hidalgo”, comentó
una joven de 15 años, mientras compraba pan en el callejón Ruiz Cortines a un
vendedor ambulante montado en un triciclo.
Esa madrugada, quienes vieron
a Josué acompañado del otro joven, afirman que éste lo habría invitado a
meterse a robar a la tienda escolar de la institución educativa Miguel Hidalgo.
Los adolescentes habrían
brincado por el estanquillo de la Lotería Nacional, quizá sin imaginarse que
dentro del inmueble educativo se encontraba el policía municipal, Wilfrido
Guerrero Amilano.
“Es que seguido vienen a
robar la tienda escolar, y cuando llegan a abrir la tienda, lo que roban son
los paquetitos de galletas Gamesa”, dijo la encargada del negocio.
Al parecer, agregó, el
policía vio a los jóvenes adentro de la escuela y reportó que habían entrado
unos menores y cuando el policía tiró balazos al aire, los visitantes se dieron
a la fuga.
Se presume que algunos de los
balazos que el agente disparó al aire habrían pegado en el techo y rebotaron
alcanzando el cuerpo del infortunado Josué.
“Josué no era grafitero, se
presumía que había entrado a grafitear, pero se dijo que no fue a grafitear,
sino que él fue a robar por invitación de otro más grande”, comentó.
Asomándose entre las rejas de
la entrada de la escuela Miguel Hidalgo, los curiosos decían: “es que queremos
ver dónde Josué puso su placa”.
Cabe señalar que cruzando la
avenida Gabriel Leyva Solano, en un pilar de un cuarto-guarida de grafiteros
está una “placa” en color verde, que grita: “Josué”.
“Cuando los jóvenes oyeron
los disparos, el bato que incitó a Josué a entrar se tiró a perder y dejó al
morro adentro y brincó hacia fuera; cuando vio que no salía se regresó y vio al
morro tirado, le tomó una foto y se la llevó como para decirle a quien
preguntara por él, ‘allá quedó”, dijo alguien más, quien pidió el anonimato.
HERMETISMO OFICIAL
La Secretaría de Seguridad
Pública y Tránsito Municipal de Mazatlán (SSPyTM) hizo un intento fallido de
reeditar su hermetismo en el caso del joven Josué Alfredo, pero la información
se filtró a los medios de comunicación.
Desde el 20 de noviembre del
año en curso, la SSPyTM había hecho
mutis con el tema de la privación ilegal de la libertad de Rodolfo Melgoza
Millán, hermano del director de la Policía Preventiva, Alfonso Melgoza Millán,
quien el próximo 20 de diciembre cumplirá un mes de que un presunto grupo
armado se lo llevó a la fuerza.
(RIODOCE/ Cayetano Osuna/Mazatlán en 20
diciembre, 2015)
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