Un informe de la PGR demuestra que el
gobierno de Fox siempre supo dónde estaba El Chapo Guzmán… y no fue por él.
Según testimonios, el presidente Felipe Calderón incluso le mandó un emisario.
Los panistas no quisieron reaprehenderlo. Ahora, fugado en un sexenio priista,
las explicaciones oficiales acerca de lo que ocurre en el penal del Altiplano
distan mucho de la realidad: desde principios de siglo, un reporte daba cuenta
de la podredumbre de esa cárcel, donde no son infrecuentes los asesinatos de
narcotraficantes y la introducción de armas y droga.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- “No,
general, la libertad no tiene precio”, le respondió Joaquín El Chapo Guzmán a
Arturo Acosta Chaparro cuando el militar en retiro, como emisario del gobierno
de Felipe Calderón, le preguntó cuánto le había costado fugarse del penal de
máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco.
El encuentro ocurrió en 2009,
ocho años después del primer escape del jefe más emblemático del Cártel de
Sinaloa y fue referida por fuentes cercanas al general asesinado en abril de
2012. Como publicó en 2010 este semanario (Proceso 1779), a petición del
gobierno de Calderón, Acosta Chaparro entró en contacto con los jefes del
narcotráfico del país, en un intento de disminuir la violencia.
Cuando Acosta se preparaba
para encontrarse con El Chapo, el entonces secretario de la Defensa Nacional,
Guillermo Galván Galván, le dijo que le iban a colocar un rastreador GPS. “No,
Memo. Yo soy negociador, no traidor”, contestó indignado ese general que pasó a
la historia como el más violento y cruel perseguidor de la guerrilla mexicana
en los sesenta y setenta.
El gobierno de Fox le hacía
seguimiento, pero no lo detuvo. Un informe del Centro Nacional de Planeación,
Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi), de la
Procuraduría General de la República (PGR), lo detectó incluso en el Distrito
Federal, en una reunión con otros jefes del narcotráfico.
“Se sabe que después de la
fuga de El Chapo Guzmán, en 2001, éste se reunió en Cuernavaca y el Distrito
Federal con Arturo Beltrán Leyva e Ismael Zambada García. En la supuesta
reunión participaron alrededor de 25 personas, entre las más destacadas,
Vicente Carrillo Fuentes, Vicente Zambada Niebla y Alfredo Beltrán Leyva, en
representación de Juan José Esparragoza Moreno (a) El Azul, cuyo tema central
fue la reestructuración de la organización en todo el país para el tráfico,
traslado y acopio de drogas, así como planear supuestamente el asesinato de los
hermanos Arellano Félix”, dice el oficio C1/C4/ZC/0340/05 del Cenapi, fechado
el 3 de febrero de 2005…
Fragmento del reportaje que se publica
en la edición 2021 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ JORGE
CARRASCO ARAIZAGA/ 28 DE JULIO DE 2015)
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