Raymundo
Riva Palacio
Las
pinzas sobre Marcelo Ebrard, el altamente visible exjefe de gobierno del
Distrito Federal, se siguen apretando. La Unidad de Inteligencia Financiera de
la Secretaría de Hacienda lleva meses armando el rompecabezas sobre un presunto
lavado de dinero, en donde están involucrados René Cervera, que fue su jefe de
oficina y se mantiene como su asociado político más cercano, y Felipe Leal, que
fue secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda en su administración. Una de las
principales pistas tiene como eje a Ricardo Escoto, presidente del Grupo
Rentable, el zar de la publicidad exterior en la Ciudad de México, que entró a
trabajar con los gobiernos locales durante el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador y se catapultó en el de Ebrard.
Escoto
no es un simple empresario cuya audacia y disposición a manejarse en las
fronteras grises de la ley le permitió construir una empresa nacional con
extensión a Panamá, sino que a través de una de sus compañías, Estrategias
Creativas, S.A. de C.V., se metió al cuarto de guerra en la toma de decisión de
imagen, mensaje y propaganda de López Obrador y Ebrard.
El
primero se lo heredó al segundo, y el segundo se lo dejó a Miguel Ángel
Mancera, hasta que estalló la relación con uno de los asociados de Escoto, Luis
Pérez de las Heras, el año pasado. Pérez de las Heras es instrumento de Escoto
en los contratos publicitarios y políticos en varios estados.Al otro socio de
esa empresa, Agustín Barrios Gómez, lo hicieron diputado federal del PRD en la
agonizante Legislatura.
Nueva
información sobre Escoto ha surgido recientemente y vuelve a colocar a Ebrard,
a través de sus dos brazos leales en el Gobierno capitalino, bajo la sombra de
la sospecha. Cervera manejó todos los asuntos políticos de la ciudad de 2006 a
2010, cuando renuncia al cargo para iniciar en agosto de ese año la Fundación
Equidad y Progreso, que fue la placenta de la frustrada candidatura
presidencial de Ebrard.
Todos
los asuntos de interés regular –en esa oficina también llegan y se procesan
aquellos con carácter irregular– pasaban por su escritorio antes de llegar al
de Ebrard. De ahí salía la indicación al gabinete con las recomendaciones del
jefe de Gobierno. En el caso de Escoto, Leal era el encargado de atenderlas: le
otorgaba los permisos, bloqueaba a empresas competidoras del Grupo Rentable, y
por esa ventanilla comenzaba el manejo de los recursos que movían.
De
acuerdo con la información que ha trascendido, la Unidad de Inteligencia
Financiera no investiga a funcionarios de los gobiernos de López Obrador ni de
Mancera por sus relaciones con las empresas de Escoto. Tanto López Obrador como
Mancera finiquitaron sus consultorías con Estrategias Creativas y sacaron a
Pérez de las Heras del manejo de su imagen y mercadotecnia política. Las
operaciones financieras de Escoto que han sido investigadas abarcan el periodo
que va de 2002 a 2013, aunque el mayor volumen de las transacciones que más
llaman la atención a las autoridades corresponde al periodo 2006-2012, cuando
Ebrard era jefe de Gobierno.
Escoto
era la figura fuerte y quien hacía los negocios, pero Pérez de las Heras era la
cara pública dentro y fuera del Gobierno. Una de las formas de operación
política y comercial que planteaban, era que sin costo alguno, ofrecían
publicidad exterior con fines políticos. Coincidentemente o no, Escoto recibía
ayuda de las autoridades para que sus negocios no resultaran afectados. La
prensa ha documentado prebendas que tenía Escoto, particularmente con el
gobierno de Ebrard.
Por
ejemplo, la reportera Icela Lagunas reveló en el periódico “Reporte Índigo” que
en 2011, Leal ordenó el retiro de varios espectaculares por falta de licencia,
y para realizar ese trabajo contrató a la empresa Máxima Servicios
Publicitarios, que pertenece a Grupo Rentable. De acuerdo con Lagunas, cuando
los empresarios afectados tramitaban las licencias, se enteraron de que los
espacios ya habían sido asignados otra empresa, Publicidad Rentable, S.A. de
C.V., también de Escoto. Esta práctica no era inusual.
Una
serie de reportajes transmitidos en Proyecto 40 el año pasado reveló toda una
serie de ilícitos de Grupo Rentable, que incluía invasión ilegal de espacios
públicos, tala de árboles sin permiso y robo de luz para que se viera mejor su
publicidad exterior, que de acuerdo con la Ley de Publicidad Exterior es motivo
de recisión de licencias.
Proyecto
40 estimó que el no pago por derechos y permisos podría ser por alrededor de
262 millones de pesos, de los cuales, según datos que recogió en la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, 120 millones podrían haberse quedado en los
bolsillos de Escoto.
La
relación de Escoto nunca fue tan intensa como durante el gobierno de Ebrard,
cuyo entorno financiero está sometido a un meticuloso escrutinio de las
autoridades. Las investigaciones en su entorno inmediato por parte de la Unidad
de Inteligencia Financiera. Las cuentas bancarias de sus hermanos, su segunda
esposa y empresas relacionadas con la familia Ebrard, están congeladas por la
Secretaría de Hacienda mientras termina la investigación sobre presunto lavado
de dinero en operaciones inmobiliarias en los llamados “Puentes de los Poetas”,
en el poniente de la Ciudad de México.
La
investigación contra Cervera, Leal y Grupo Rentable es previa a todas ellas,
pero confluyen en lo mismo: la lupa contra el exjefe de Gobierno no se centra
en sus presupuestos, sino en los contratos que se asignaron presuntamente de
manera irregular durante su sexenio.
(ZOCALO/
COLUMNA “ESTRICTAMENTE PERSONAL” DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 28 DE JULIO 2015)
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