Investiga PGJE a los comuneros muertos en vez de buscar a los multihomicidas.
Al igual que en la masacre de mayo pasado (en la comunidad de El
Chaco, San Ignacio), la Procuraduría General de Justicia del Estado
(PGJE), en vez de buscar a los multihomicidas, retuvo los cuerpos de los
cinco comuneros de Concordia asesinados hace tres días, para
criminalizarlos.
“Por un homónimo de una de las personas asesinadas retuvo los cuerpos
de los muertos y estaban entrando en estado de descomposición”, dijeron
los dolientes.
“Un tal licenciado Efraín, del Ministerio Público, preguntaba cosas
sobre Alejandro Guerrero, lo cierto es que él tenía carta de no
antecedentes penales que había presentado para poder ser comisario de
Casas Viejas, pero quieren criminalizarlo para luego decir que la
matanza fue ‘ajuste de cuentas’”, lamentaron.
“Estos asesinatos son como muchos casos más de personas a las que han
matado vilmente sin que las autoridades del estado intervengan”,
aseveró la abogada Alma Barraza Gómez, quien asesoraba a los finados.
“¿Usted cree que van a investigar?, ¿usted cree que van a dar con los
responsables?, ¿usted cree que se va a terminar esta maldita pesadilla
infernal en que se ha convertido la zona de la presa Picachos, por la
ineficacia del gobernador del estado?”, cuestiona.
Según versiones de los dolientes que velaban a sus muertos en la
funeraria Moreh, los que perpetraron la masacre el 6 de agosto en Casas
Viejas, Concordia, es un grupo de sicarios que iban por ocho personas
adultas, pero aparentemente sólo encontraron cuatro y un adolescente de
15 años al que también asesinaron.
Al ver a los asesinos con armas en mano, otro menor de edad corrió a esconderse debajo de la cama y así logró salvar su vida.
“Al comisario Alejandro Guerrero lo masacraron en presencia de su familia”, comentó un pescador.
Todas las víctimas eran comuneros afectados por la construcción de la
presa Picachos e integrantes de la Sociedad Cooperativa “Arroyo del
Rincón de Casas Viejas” dedicada a servicios de turismo y pesca
deportiva.
“Vean las notas que publican algunos diarios, ni siquiera dicen que
eran comuneros, parte de la gente que estaba afectada por la maldita
presa Picachos”, reclama Barraza Gómez.
Sostiene que Alejandro Guerrero estaba trabajando muy contento porque
él era el comisario, consiguió pie de casas para los que no tenían
casas y les estaba ayudando a construir a los más pobres.
“Le dije que investigara para hacer una granja de pollos, continúa,
para que ellos tuvieran ingresos, iban a ver si los ayudaban a bajar los
recursos, un programa que le pedimos al gobernador del estado y a todas
las autoridades del estado”.
“Eso fue desde que estaba Marcial Liparoli, que nos vio la cara de estúpidos a todos nada más”, recuerda.
“En esos días les pedimos a las autoridades estatales que ayudaran a
toda esa gente, que arreglara ese maldito problema para evitar las
tragedias”.
“Finalmente si ellos pagan, si ellos indemnizan a la gente como
corresponde, pueden tomar el control de los pueblos, puede haber
autoridad, ahora son pueblos sin ley y todo eso se lo debemos al
gobernador del estado”, argumenta.
Considera que masacres como la de Casas viejas podría haberse
evitado, pues se cometen porque son pueblos abandonados por las
autoridades municipales, estatales y federales. “Nadie entra ahí, sólo
un batallón del Ejército que está en La Noria, pero para los pueblos y
hacia los pueblos no hay ninguna autoridad”, señala.
“Ya han levantado (privado de la libertad) y matado a muchos, ya son muchos crímenes que podrían haberse evitado”, insiste.
“¿Cómo?”, se pregunta, para luego responder ella misma: “simple y sencillamente con la intervención y una poca de sensatez del gobernador del estado”.
“¿Hasta dónde quiere que llegue esta pesadilla, quiere que maten a
todos? ¿Ellos mismos los mandan matar o cómo está la explicación de esta
masacre? Porque yo no entiendo ¿quién los manda matar y por qué? ellos
no estaban haciéndole daño a nadie, no son delincuentes, eran pescadores
que estaban en la cooperativa de los Guerrero Reyes”, afirma.
“Ellos (los finados) no querían salirse de sus pueblos, no eran
delincuentes, ni integrantes de gavillas ni nada qué ver, ellos vivían
normalmente, trabajaban en el campo y en la pesca”, asegura.
“Yo los conocí de cerca en sus casas, explica, nunca los miré armados
ni matando, ni robando ni nada de eso, lo único que ellos pedían era
justicia y que no se dejaran arrebatar su patrimonio por el Gobierno del
estado y seguían en la pelea, en la lucha incansable”.
“Están matando a los comuneros afectados por la construcción de la presa Picachos, y al gobernador del estado no le importa nada de lo que le pasa a esa pobre gente”, enfatiza.
Pescadores asesinados
Esta vez, el alcalde de Concordia, Alfredo Vizcarra Díaz, no pudo
silenciar la masacre de los cinco comuneros de Casas Viejas, para no
espantar al turismo, como lo hizo con el doble homicidio del empresario
maderero Alfonso Vázquez Castro y el ejidatario José Alberto Rueda
Olivas, perpetrado por un grupo de sicarios en La Petaca, Concordia, el
viernes cuatro de julio.
Nombre de las víctimas de Casas Viejas
-Alejandro Guerrero Reyes, de 38 años, comisario de Casas Viejas
-José Rosario y Rosendo Guerrero Reyes
-Fidel Sánchez Guerrero, de 24 años, y el menor Jesús, de 15 años.
-José Rosario y Rosendo Guerrero Reyes
-Fidel Sánchez Guerrero, de 24 años, y el menor Jesús, de 15 años.
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